ANGELES Y DEMONIOS

Misión

Erase un día en la infinita y cool gloria celestial en el paraíso, dos ángeles iban camino a encontrarse con el jefazo, si, ese que todo lo ve y que actúa de maneras misteriosas.

-muy bien Feliciano intenta comportarte como el ángel milenario que se supone eres y tal vez, solo tal vez Dios decida convertirnos en arcángeles… oh ya casi puedo ver la cara de envidia de Gabriel y Miguel cuando me vean lucir una de esas armaduras geniales ¿Quién va a ser el querubín ahora? Ja ja ja ja- se burlaba un ángel rubio de ojos verdes y cejas pobladas

-pero la envidia, la soberbia y la vanidad son pecados capitales, no creo que a papá Dios le agrade eso…- dijo con una sonrisa bobalicona un ángel de cabello castaño y ojos almendrados con un extraño ricito sobresaliendo de su cabeza

-ah… tienes razón, tengo que ser humilde… al menos hasta que me suban de puesto- rió con malicia deteniéndose ante un par de enormes puertas que brillaban místicamente

-señor, somos Feliciano y Arthur, nos mandó a llamar- dijo el castaño soltando uno que otro "ve~"; las puertas se abrieron de par en par dejando ver una increíble oficina inmaculadamente blanca con un gigantesco escritorio de roble, detrás un enorme ventanal con una hermosa vista al planeta tierra y una silla de cuero negro sin embargo la silla estaba girada al lado contrario así que Feliciano y Arthur solo podían ver el respaldo del mueble

-¿en qué podemos ayudarle señor?- preguntó Arthur mientras que Feliciano se balanceaba sobre sus talones con las manos enlazadas detrás de la espalda, el ojiverde le dio un ligero golpecito en las costillas con el codo para que se mantuviera en paz hasta que Dios habló con su con su fuerte y extraterrenal voz que hizo que el castaño se detuviera de su jugueteo

-necesito que vayan a la tierra, hay un par de humanos que necesitan protección- les explicó sentado en la silla de cuero aun dándoles la espalda

-¿a la tierra? pero no somos ángeles de la guarda, nosotros estamos en la sección de "tú eres bueno, tú eres malo" estamos con San Pedro todo mundo quiere entrar por esa puerta…- dijo entonces ya que no le agradaba para nada esa idea de ir al mundo terrenal

-ya lo sé pero estamos cortos de personal en la tierra así que sean buenos chicos y vayan a guiar a los humanos por el camino de la salvación, ahora su me permiten tengo un juego de poker con Krishna y Buda- dijo a modo de despedida, el par de seres celestiales pudieron notar como Dios jugaba con una baraja inglesa entre sus manos y murmuraba algo de no perder contra el tipo azul o algo así. Arthur solo rodó los ojos con cansancio pero no dijo nada pues nadie contradice a Dios y menos cuando esta tan emocionado por ir a jugar cartas.

-vamos Arthur, será divertido- intentó animarle Feliciano sacándolo de la oficina tomándolo por la muñeca mientras que el rubio se mordía la lengua para no maldecir.

El par de ángeles anduvieron por los pasillos de paraíso saludando a alguno que otro santo, virgen o solo alamas que estaban por ahí descansando en paz.

-no puedo creer que nos mande a cuidar humanos ¡nunca nos hacen caso! Les susurramos al oído, nos convertimos en su conciencia y aun así se la pasan pecando a diestra y siniestra- decía malhumorado mientras a su lado Feliciano caminaba columpiando sus brazos con su semblante alegre de siempre

-tal vez deberíamos ser más directos ve~- Arthur tan solo lo miró con algo de sospecha pero no le dio mucha importancia así que siguió con su camino

Por fin llegaron a otro cuarto, uno en donde había una gran reja de metal dorado con un candado, aquella era la verja que daba directo al mundo humano

Mientras tanto en un lugar completamente opuesto en donde el sufrimiento eterno estaba a la orden del día cierto demonio rubio de ojos verdes y que gustaba de vestir faldas picaba almas condenadas con un trinche que estaba decorado con un lindo moño rosa mientras que con la otra mano actualizaba su demoniaco Twitter desde su demoniaco BalckBerry

-hey Feliks ¿trabajando?- le preguntó otra voz, el demonio rubio solo sonrió

-ósea obvio que si, estás almas no van a sufrir solas- dijo enterrando las puntas del trinche en las costillas de algún pecado -¿y tú? ¿No deberías estar violando a los lujuriosos?- preguntó sin despegar los ojos de su celular

-aunque no lo creas mona mi ese es un trabajo agotador, pero hoy no lo estoy haciendo porque el jefe me mandó a buscarte- terminó de decir Francis, otro demonio rubio pero de ojos azules y con poca barba en el mentón

-¿a mí? Ósea, de entre sus cuatrocientos hijos ¿a mi precisamente?- preguntó algo incrédulo Feliks

-sí, bueno, en realidad no quiere verte… al menos no desde que pintaste su oficina de rosa chicle, pero total me dijo que te buscara porque al parecer iremos a la tierra hay humanos a los que llevar a la perdición- dijo guiñando un ojo

-ah… pero la tierra es así como que súper aburrida, digo, solo es así como que un montón de gentecita intentando ser feliz ósea pésimo- se quejó el ojiverde ahora picándole insensiblemente un ojo a una de las tantas almas con su tenedor gigante

-no seas así, hay que ir a esparcir amour infernal- te prometo que te divertirás ya han mandado a otros- le intentó convencer, Feliks solo se cruzó de brazos frunciendo levemente el entrecejo

-está bien, pero si me aburro como que me regreso así súper rápido- aceptó por fin volteando a ver a los condenados –sigan sufriendo sin mí, saldré un rato- y se fue junto con Francis.

Ambos caminaron por la orilla de los ríos de fuego intentando evitar a las bestias demoniacas y torturando a alguno que otro pecador que se encontraban en el camino; al fin llegaron a un elevado que solo tenía un botón que apuntaba hacia arriba.

-vamos mona mi, los humanos nos esperan-

Y mientras todo esto sucedía, en la tierra cierto jovencito de ojos azules, cabello color trigo, lentes y con una hamburguesa en la mano caminaba a la escuela es cuchando música desde su iPod a todo volumen

- Im in love with Judas oh-oh-oh- cantaba alegre con la comida en la boca el nuevo sencillo de Lady Gaga

-Judas, Judaaaaaaaas- casi gritaba en vez de cantar en medio de la calle con una mano frente a su boca como si estuviera agarrando un micrófono invisible.

Aunque gracias a que estaba prácticamente sordo por la música no pudo escuchar un grito a los lejos que cada vez se escuchaba mas fuerte ya que literalmente desde el cuelo alguien estaba cayendo…

-¡!- gritaba cierto ángel rubio de ojos verde mientras caía a toda velocidad pero al parecer lo único que le importaba era que no se vieran sus angelicales calzones bombachos ya que iba con las piernas fuertemente cerradas pegando su túnica a ella para que no se alzara

Arthur gritó unos diez minutos más antes de caer aparatosamente sobre un chico también rubio que estaba haciendo la coreografía de la canción que escuchaba

-ouch…- se quejó lastimosamente Arthur notando sobre que o quien había caído, bajó la vista y vio que estaba sentado en la espalda de un muchacho que estaba inconsciente, en una mano tenía una hamburguesa a medio comer y en otra su iPod que empezaba a reproducir la siguiente pista pero lo más chocante era el enorme charco rojo que se estaba formando bajo su cabeza

Arthur se levantó al instante asustado

-o… oye… ¿estás bien?- preguntó nervioso poniéndose de cuclillas a un lado del chico que no contestó

-Hay Dios mío creo que lo maté, pero no es mi culpa ¿a quién se le ocurre ponerse a bailar a media calle cuando un ángel está cayendo? Bien, tengo que esconder el cadáver- se decía a si mismo caminando de un lado a otro -¡no! Dios lo ve y lo sabe todo, entonces sabe que fue un accidente… si, no fue mi culpa todo fue un desafortunado accidente je je je- reía nervioso alejándose con pasos lentos y sigilosos del cuerpo que de pronto se levantó

-ah… eso dolió… dijo el supuesto muerto, Arthur volteó y no pudo evitar gritar como una niña cuando vio como el muchacho tenía la mitad de la cara manchada de sangre

-¿Quién eres tú?- preguntó viendo al tembloroso ángel…

En otros lugares algo similar sucedía

Feliciano al igual que Arthur caía a toda velocidad desde los cielos

-¡Veeeeeeeeee~!- gritaba mientras sus lagrimas ni siquiera alcanzaban a rozar sus mejillas de tan rápido que iba cayendo.

A diferencia de Arthur, Feliciano no cayó en la espalda de alguien sino que terminó golpeado y rasguñado entre las ramas de un árbol que al parecer eran parte del jardín de alguna casa

-ve~ me dolió- dijo sollozando mientras intentaba zafarse de las ramas para poder bajar

-¿Quién anda ahí?- escuchó que una voz varonil y profunda preguntaba con cierto tono de amenaza, Feliciano se petrificó al escuchar la voz pero no pudo evitar soltar un leve quejido al sentir un dolor punzante en una de sus alas

-ah… soy un gatito… nya…- dijo fingiendo la voz

-los gatos no hablan- respondió la voz cada vez más cerca, al parecer ya estaba debajo del árbol

-ve~ ¿ahora qué hago?- susurró para sí mismo moviéndose para poder liberarse pero sus movimientos fueron algo bruscos por lo que terminó rompiendo algunas ramas así que inevitablemente cayó

Cerró los ojos con fuerza esperando el impacto, pero a cambio solo sintió un par de brazos atrapándolo, abrió los ojos lentamente encontrándose con unas orbes celestes que le pertenecían a un muchacho rubio el cual lo estaba cargando como si se tratara de una princesa.

-¿e… estas bien?- le preguntó con un leve sonrojo en sus mejillas

No muy lejos de ahí un chico albino dormía plácidamente en compañía de su pollito Gilbird que comenzó a piar desesperado, el muchacho frunció el seño aun con los ojos cerrados molesto por el fuerte piar de su awesome mascota, porque si era de su propiedad era seguro que era awesome como su pijama y su cama, pero volviendo al punto…

Dio un gruñido entre sueños al percibir un penetrante olor a azufre junto con un peso extra en su cama, estando medio dormido palpó sus sabanas buscando la razón de ese peso extra hasta que sus increíbles manos chocaron con algo que se sentía como ¿cuero?. Muy contra su voluntad abrió los ojos y lo primero que vio fueron un par de botas negras de tacón alto, alguien estaba parado en su cama con los pies a cada lado de su fabuloso cuerpo, aun adormilado fue alzando la vista viendo unas piernas largas que eran escasamente cubiertas por un cortísimo pantalón rojo sangre, más arriba una ajustada playera negra y por último el rostro de un joven rubio de ojos verdes que sonreía con sorna, entre su cabellera dorada lucían dos cuernos rojos, tenía una mano en la cintura y con la otra hacia girar una cola con punta en forma de flecha

-buenos días- le saludó inclinándose un poco hacia adelante… Gilbert creyó que aun estaba dormido

Por último pero no menos importante un chico rubio de ojos azules que usaba lentes y tenía cierta e indeseada habilidad para volverse invisible salía del baño después de su ducha matutina, ahora olía a shampoo y jabón con aroma a maple, su favorito. Era hora de vestirse y arreglarse para ir a la escuela así que se dirigió a su habitación en donde para su mala suerte había un enorme hoyo en el suelo

-¡aaaahhhhh! ¿Qué le pasó a mi piso?- preguntó asustado corriendo hasta el agujero examinándolo ya que por alguna extraña razón del hoyo salía humo con un fuerte olor a azufre además de que pudo jurar que había escuchado algunos cuantos gritos de agonía y risas macabras

-perdón mon petit luego arregló eso- se disculpó un intruso, el chico volteó lentamente: recargado en la pared estaba un hombre rubio con un par de extraños cuernos en su cabeza, ojos azules que vestía un elegante traje completamente negro y una corbata roja además de una curiosa cola que se balanceaba como un péndulo

-¿q… q… quien eres tú?- tartamudeo asustado el chico intentando cubrir su piel casi desnuda con sus manos al sentir la mirada nada tranquilizadora de su inesperado invitado. El extraño hombre solo sonrió de lado lamiendo sus labios lentamente

-yo mon amour… soy el pecado- siseó cerrando la puerta de la habitación con su cola.

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Waaaaa en serio se ve que no tengo nada que hacer… bueno en realidad si pero no lo estoy haciendo porque estoy aquí escribiendo je je je.

Bueno espero les haya agradado este primer capitulo y que haya logrado sacarles alguna sonrisa _ ya en siguientes capítulos aparecerán mas personajes, ¡gracias por leer!