N/A: Otro reto más. Esta vez sobre un Targaryen del que he escuchado hace poco pero al que he acabado cogiendo mucho cariño.
Disclaimer:No, no, no. No soy el asesino literario más famoso de estos tiempos, así que bajad esos cuchillos que os veo.
Aviso: Este fic participa en el Reto#58 Personajes al azar del foro Alas negras, palabras negras.
Me tiemblan tanto las piernas que por un momento se me pasa por la cabeza la idea de que se vayan a ir sin mí. Tal pensamiento me hace gracia y no sé cómo consigo reírme de mi propio chiste.
Me estoy muriendo.
No necesito ver la cara del maestre, ni la de de Aemon para saberlo. El parto ha sido la experiencia más horrible de mi vida. Y me ha dejado en un estado que mucho se tarda en superar. Es tan placentera la idea de cerrar los ojos y dejar de seguir luchando. Dejar de aferrarme al dolor que me recuerda que aún sigo con vida.
Tengo el cuerpo empapado en sudor y noto como la hemorragia no cesa. Pronto las sábanas blancas se vuelven rojas. Como una flor, esa roja ¿cómo se llamaba?
-Naerys…
Ah, sí. Amapola. Sonrío al pensar en una gran amapola en la cama. No sé porqué estoy pensando en estas cosas. Me muero. No volveré a ver a Aemon, ni al bebé que todavía no sé si ha nacido varón. Si quiera sé si está vivo. No le oigo.
¿Está a las puertas de la muerte como yo?
-Naerys…
Esa voz…sí, no hay duda. Es de Aemon. Noto como me agarra la mano con fuerza. No se preocupa por su sobrino, ni por su hermano. Solo por mí. Aemon, hermano, ¿cuidarás de mi hijo si yo muero? Espero que sea un hijo, así por lo menos he cumplido como esposa, antes de reunirme con los siete como siempre quise. Aunque no de esta forma…
Poco a poco dejo que esa calma me envuelva. Dejo de ver, dejo de oler, dejo de sentir, dejo de…¿qué es eso? Un ruido…un ruido que no he oído nunca. Como unas campanadas que me impiden irme. Un llanto de bebé.
No sin esfuerzo abro los ojos. Veo dos doseles de mi cama, con cuidado giro la cabeza, me duele y me da vueltas. Aemon está con lágrimas en los ojos, con una sonrisa.
-Es un niño. Tienes un hijo.
Un hijo, tengo un hijo.
-Dae…Daeron.
Como me cuesta hablar. Aemon me mira con sorpresa, aprieta con fuerza mi mano y me besa en la frente.
-No te mueras por favor Naerys. Tienes un hijo que te necesita.
Sí, tengo que vivir. No puedo morirme. Miro al maestre y asiento con la cabeza. Que haga lo que tenga que hacer. No pienso morirme aquí, no hoy. Todavía tengo muchas cosas por hacer, ver y vivir.
¿Cómo era esa frase que escuché aquella vez? Ah, sí. ¿Qué se le dice a la muerte?
Hoy no.
¿Y bien? ¿Os gusta tanto este personaje como a mí?
