Al verte por primera vez

Tus ojos y los míos se encontraron por primera vez aquella dura tarde de verano, verde esmeralda los míos azul profundo los tuyos, un mar en el cual perderme, un mar en el cual navegar, escultura bella y femenina la cual apreciar, por las montañas de tus pechos me gustaría pasear, tus caderas finas recorrer, tu espalda esbelta explorar, tus dulces piernas a mis caderas enroscar, hundirme en tu centro y hacerte delirar, subir y bajar hasta no poder más, hasta que el cielo juntos podamos tocar, para que mía siempre seas mi eterno ángel celestial.