¡Hola! Tanto tiempo que no pasaba por aquí. ^w^ Pues... aquí les traigo mi primera obra de Kuroshitsuji (sé que tengo otro pero ese es sólo un one-shot), permítanme mencionarles que tiene una especie de crossover con algunos personajes de otras series como Naruto y Vampire Knight, también hay com personajes originales que aparecerán a lo laaaaaaaaaaaaaaaaaaargo del Fic.
Como sea, espero que les agrade. =)
La Serpiente de la Reina
CAPITULO I: Escondida… ¿para siempre?
En el año 1881
Ciel era un niño risueño de cabellos azules oscuros, de ojos de un azul misterioso, de tez blanca y suave y quien contaba con 6 años de edad, por otro lado Jade era una niña tierna y amable, de largo cabello negro atado en una coleta que a la luz se veía de un ligerísimo tono uva, ojos del azul del cielo en la noche, de tez morena clara y de la misma edad que Ciel. Los dos a pesar de ser de familias muy distintas eran muy unidos; para la vista de todos eran como los mejores amigos que podían existir.
Un día en el enorme y verde jardín de la mansión Phantomhive, el otro mejor amigo estaba de visita. Su nombre era Alois, él era un niño de blanca y encantadora sonrisa capaz de derretir hasta el corazón más duro, tenía el cabello tan dorado que cuando los rayos del Sol lo iluminaba parecía estar hecho de oro, y además sus ojos eran color aguamarina, tan celestes y brillantes y de 7 años de edad. A pesar de que su familia, los Trancy, fueran enemigos de la de Jade, los Slytherin, no sería impedimento para que no pudieran verse ni jugar los tres juntos. Los padres de Ciel: Rachel y Vicent Phantomhive, estaban en una cena dentro de la mansión con los Condes Trancy (quienes no sabían de la presencia de la niña en el jardín, los Phantomhive tampoco sabían de su enemistad), mientras que los niños se encontraban jugando su juego favorito: las escondidas. Alois había empezado a contar y sus dos amigos se escondían, terminó de contar hasta 100 y fue en busca del ojiazul y la pelinegro; los encontró, ahora era el turno de Jade, contó y buscó a sus amigos hasta encontrarlos. Por fin llegó el turno de Ciel, él comenzó a contar y Alois corrió a esconderse debajo de una mesa con manteles que llegaban hasta el césped, en cuanto a Jade, corrió lo más lejos posible buscando un buen lugar dónde esconderse. Finalmente llegó al otro lado del jardín, siguió corriendo en dirección a los arbustos y se quedó allí. Ciel terminó de contar y fue primero en busca de su amiga, revisó en todas partes y no la encontraba.
Ella aguardaba aún la llegada del ojiazul pero en ese entonces a lo lejos vio un carruaje que se acercaba a la mansión a toda velocidad, lo reconoció y se dio cuenta que era uno de los carruajes de su familia. Sacó su cabeza de los arbustos donde estaba escondida y vio salir a dos hombres extraños en terno que no conocía, uno de cabello negro y otro con aspecto de tiburón.
—¡Allá está! -exclamó el primero señalando a la cabeza de la jovencita-
—¡Vamos por ella! -corrió en su dirección mientras que el otro lo seguía-
—¡Oh oh! -dijo Jade, saliendo de los arbustos para escapar de aquellos hombres-
Fue hacia los árboles, luego detrás de unas estatuas y después detrás de una enorme fuente, pero todo fue en vano ya que como era un área abierta le era imposible esconderse de ellos por más de medio minuto. Se dirigió a la misma mesa de los manteles largos en la que no sabía que estaba escondido Alois, éste estaba abrazado de rodillas y la miraba confundido y algo molesto.
—¿Oye qué haces aquí? ¡Este es mi escondite, busca el tuyo! -la empujó haciendo que cayera fuera de la mesa-
Al caerse vio en frente suyo a una oruga, ¡muy malo para ella! pues era ofidiofóbica, ¿qué es eso? Nada menos que el horrible miedo a las serpientes; aunque ésta no era una su apariencia era idéntica; ella les tenía temor sin importar lo más pequeña e inofensiva que fuese, ¿por qué razón? se preguntarán, pasó hace casi un año:
FLASH BACK (año 1880)
La mansión en la que vivían Jade y su familia anteriormente fue invadida completamente por una plaga de serpientes gigantes y peligrosas, esa noche, unos gritos de una mujer se escucharon, se trataba de la condesa Slytherin, estaba de pie siendo ahorcada y al mismo tiempo asfixiada por una serpiente cascabel. Ella no dejaba de gritar alrededor de su cuarto, la pequeña miraba con tremendo terror la escena que estaba presenciando en ese momento: ver cómo la mujer -que quien ella creía- que le trajo a la vida perdía el aire y trataba de volver a obtener el oxígeno que tanto le hacía falta a sus pulmones; su piel se volvía de un ligero tono azulado por su falta de aire, tenía una fea expresión de desesperación y dolor ya que mientras se asfixiaba la serpiente le mordió el hombro inyectando su poderoso veneno, el que le ayudaría a que su víctima dejara de oponer resistencia y se debilitara. Jade estaba bastante asustada, fue su mismo miedo lo que la impidió moverse para ir a ayudarla, siguió mirando con horror… cómo esa mujer caía de rodillas intentando quitarse a la serpiente, cosa que fue en vano por el veneno paralizante, nuevamente cayó pero acostada e intentando respirar. Jade por fin corrió a ayudarla.
—No… ¡por favor, no me dejes! -exclamó corriendo, pero la serpiente dio un mordisco cerca a la cara de la niña para detenerla y la hizo caer sentada- ¡Mamá!
La señora hizo bastante esfuerzo en pronunciarle unas últimas palabras que apenas se podían entender, sus ojos se voltearon hacia arriba haciéndose completamente blancos, dejó de respirar hasta que finalmente… murió. La serpiente se va de la habitación en busca de otra víctima que encontrara en la mansión y Jade gateó hacia la dama en el piso.
—¡No!… ¡Mamá! -la movió, mas no obtuvo respuesta de ella- …¡Mamá despierta! -sus ojos se llenan de lágrimas y los cierra con fuerza- ¡MAMAAAAAAAAÁ!
FIN DEL FLASH BACK (volviendo a 1881)
Jade se puso de pie rápidamente y huyó del diminuto insecto dando un grito de espanto y encontrándose nuevamente a los dos hombres que la buscaban. No sabía la razón por la que la perseguían, eso la asustó mucho e hizo que corriera a gran velocidad hasta que chocó con alguien en el camino, ocasionando que ambos se cayeran juntos con ella encima.
—¡Auch…! -se quejó sobándose la cabeza- ¿Ah? ¡Oye, te encontré! -exclamó sonriente al verla, ignorando la situación-
—Al fin la tenemos, señorita. -la alcanzó uno de los señores y la cargó de la cintura separándola de Ciel-
—Será pequeña pero es usted muy veloz. -comentó el otro detrás-
—¡Agh! ¡Suélten-me! -pataleaba para intentar liberarse-
—Lo siento señorita Jade, pero debe irse de inmediato del país, órdenes de su padre y su madre. -su compañero le da un zape-
—¡Ag!
—¡Kisame idiota! ¡El conde nos dijo que no lo mencionáramos!
—¡Disculpa Itachi, se me olvidó! -algo molesto-
—... ¿Ma-má? -se sorprendió mucho porque ella… ¡era huérfana de madre! Sólo le quedaba el hombre con quien ella vivía: su padre, el conde Ricardo Slytherin.- ¡Locos! ¡Yo no tengo mamá! ¡Déjenme en paz! -hacía todo el esfuerzo por liberarse-
—No diga tonterías, vámonos, su padre la espera en la mansión.
—Lo hacemos por su bien señorita, los condes Trancy mandaron a asesinarla y sus padres sólo la quieren proteger. -Itachi le vuelve a dar el zape-
—¡Lo hiciste de nuevo idiota!
—¡Deja de pegarme!
—¿Los condes Trancy?… ¿Los papás… de Alois… quieren matar a Jade? -se susurró el peliazul sorprendido-
—Se hace tarde, ya vámonos.
—¡Kya no! ¡Déjenme! -gritaba mientras ellos se la llevaban al carruaje cargándola de cada brazo- ¡Shieru!
—¡No! -gritó y abrazó la pierna de uno impidiéndolo caminar- ¡No se la lleven!
—¡No te metas mocoso! -lo pateó en el estómago-
—¡Aggh! -cayó en el césped y se encorvaba de dolor-
—¡CIEL! -grita horrorizada con ojos llorosos, mientras los hombres la metían en el carruaje-
En ese momento, Ciel toma fuerzas y se levanta, persiguió el carruaje lo más rápido que pudo pero éste se alejaba cada vez más, en la ventanilla trasera del carruaje se vio la cara de la niña, una expresión de tristeza se apoderó de ella y tenía las manos apoyadas en la ventanilla.
—¡NO TE VAYAS! … -mientras corría tropieza con una piedra, intentó levantarse pero el golpe de su rodilla se lo impidió, ve cómo el carruaje se alejaba cada vez más y estirando su pequeña mano queriendo alcanzarlo gritó- ¡JADEEEEEEEE!
Y a lo lejos desapareció. A Ciel se le vino un dolor fuerte, tan fuerte que le aplastaba el pecho. Unas lágrimas se asomaron en sus grandes ojos zafiros, él trató de no llorar, pero éstas cayeron y pasaron por sus mejillas hasta que gotearon sobre la tierra, en ese entonces no pudo aguantarlo; soltó unos gemiditos ya que estaba a punto de romper en llanto pero una voz a lo lejos gritaba su nombre.
—¡Ciel! -la voz se acercaba más- ¡Ya me aburrí de esperar! ¿Por que te demoras tan-…? -se detuvo al darse cuenta que su amigo estaba llorando, se acercó más a él- ¿Estás bien? ¿Qué pasó? -miró a ambos lados como buscando algo- ¿Y dónde está Jade? ¿Ya la encontraste? -posa su mano en el hombro del peliazul-
Ciel de repente mueve su hombro quitándose la mano de Alois, se levanta, de inmediato se voltea y lo golpea en la cara haciéndolo caer.
—¡Au! -cae- … Ciel… ¿Por qué… por qué lo hiciste? -decía con ojos llorosos y voz temblorosa tocándose donde lo golpeó-
—Anf… anf… Jade… anf ella… -aguantando su enojo, pero no pudo más- ¡ELLA SE FUE POR TU CULPA, TRANCY! -vuelve a golpearlo-
—¡CIEL NO-AGGG! -gritó llorando-
Dentro de la mansión Phantomhive con los padres de ambos niños, cenaban y platicaban sin saber lo que ocurría afuera.
—¡Mmm! ¡Qué buen sabor de té!
—Es Earl Gray de la marca Jackson, -dijo Lady Rachel al conde Trancy- y su agradable aroma dulce es lo que lo diferencia de los otros tés de marca. Además de ser uno realmente caro.
—Sólo lo mejor para los padres del mejor amigo de nuestro querido hijo. -añadió su esposo: Lord Vicent-
—Gracias. -contestaron los Trancy al unísono-
—Me alegra tanto que nuestros niños se lleven tan bien. -dijo la madre de Alois con una sonrisa-
—Fue una grandiosa idea el que nos visitaran, señores condes.
—Ahhh pienso lo mismo que usted, Lord Vicent. -el señor Trancy toma su taza de té-
—Así es querido, apuesto a que los niños están divirtiéndose como nunca en este momento qu-… -fue interrumpida por su esposo-
—¡PRRRR! ¡Cof cof cof! -se atoró por ver a la ventana y se levanta de golpe- ¡PERO QUÉ DIABLOS! -casi le da un ataque al ver que Ciel y Alois se estaban peleando-
—¡Ahhh! ¡Los niños! -gritaron las condesas asustadas-
—¡Vicent, mi amor, hay que deternerlos!
—Sí. -salieron a toda prisa del comedor-
En el jardín, Ciel no dejaba de agredir a Alois, estaba sobre el rubio dándole de golpes y cachetadas muy fuertes, se levantó por un momento y comenzó a patearlo varias veces; esto ya no parecía que fuera una simple pelea de niñitos,.Alois suplicaba que lo dejara pero la gran rabia y tristeza que Ciel tenía parecían haberlo dejado sordo en aquel momento.
—¡NO CIEL! ¡YA NO MÁS! ¡BASTA…! -gritaba y lloraba de dolor-
—¡TE LO MERECES POR TRAIDOR! -lo gritó de la misma forma que Alois, se detuvo por unos segundos- ¡AÚN NO PUEDO CREER QUE LO HAYAS HECHO, MALDITO! -estalló en llanto y siguió dándole cachetadas más fuertes y sonoras que las anteriores-
—¡BASTA CIEL! -volvió a gritar desesperadamente llorando- ¡POR FAVOR!… ¡YA BASTA! -Ciel estaba a punto de darle otra cachetada-
—¡ALTO CIEL! -Rachel lo agarró de su muñeca-
—¡…! -el peliazul se sorprendió al notar que no podía moverse-
—¡POR DIOS SANTO, MI HIJO! -la condesa se dirigió hacia donde estaba Alois, él tenía su cara y su ropa manchada de sangre, su madre se agacha-
—Mamá… -voz temblorosa- t-tengo miedo… -sollozando y arrugando su vestido-
—Hijo mío, ¡pero qué te han hecho! -lo abraza y llora-
Ciel quería seguir golpeando a Alois pero estaba sujeto por su madre.
—¡CIEL! ¡¿ME QUIERES EXPLICAR QUÉ SIGNIFICA ESTO?! -exigió Vicent muy enojado-
—¡Cómo es posible que le hagas daño a tu amigo, hijo!
—¡ALOIS YA NO ES MÁS MI AMIGO! -exclamó llorando-
—¿Qué? -los 4 adultos se impactaron con su confesión-
—Ya no lo es… -cae de rodillas- ya no más… -su madre se pone a su estatura, le toma de la cara y le habla como bebé-
—Mi amor, ¿pero por qué dices eso?
—¡PORQUE LOS PAPÁS DE ALOIS QUIEREN MATAR A JADE!
—¡Ahhh! -los mira sorprendida al igual que su esposo-
—… Con que era eso…
—¿Pero de qué está hablando ese mocoso? -el conde Trancy habló con sarcasmo y sin la mínima intención de ocultar que era verdad- ¿Acaso nos creen capaz de hacer eso? ¡Psh! ¡Está loco!
—¡Mi hijo no es ningún loco, señor! -respondió furiosa-
—¡Tu hijo le sacó sangre al mío! -resaltó la condesa Trancy- ¡Es -lo señala- un maldito animal!
—¡Cómo te atreves! -Rachel, ofendida, estuvo apunto de ir a golpearle pero Vicent la detiene del brazo-
—¡Tranquila querida! No es necesario que te rebajes a su nivel. -los mira- Mandar a matar a una niña inocente, ¡pero qué vergüenza!
—Tú no sabes la razón, Phantomhive, así que te recomiendo que mejor te calles.
—¡…!
—Esa niña ya nos ha causado demasiados problemas, y ahora por SU culpa nuestro bebé está sangrando. -dijo la señora mientras le limpia la cara a Alois- ¡No veo la hora de verla muerta! -esas palabras llegaron tanto al alma del hijo de los Phantomhive que le dolió el pecho y volvió a llorar más-
—¡Basta! -se tapa los oídos con fuerza-
—Ya escuché suficiente. ¡Largo de mi casa! -Vicent les señaló el portón principal-
—Sí, eso haremos. Querida, toma al niño, nos vamos.
—Será lo mejor. -carga a Alois-
Los condes Trancy salen de la mansión Phantomhive muy enfadados.
En su carruaje.
—Mami. -susurró Alois-
—Dime tesoro. -sonrisa dulce-
—Por favor, no maten a mi amiga. -la señora se llenó de desprecio-
—¡¿Amiga?! ¡Tsk! ¡Por su culpa estás así! Como dije antes, no veo la hora de ver muerta a esa Slytherin. -gesto de asquerosidad-
—¡Pero ma-…!
—Ya no hablemos sobre eso. -dijo seria interrumpiendo al pequeño rubio-
—Ella morirá, ¡y punto! -determinó su padre, haciéndolo sollozar-
En el jardín de los Phantomhive.
—Qué pena que todo esto haya pasado. -dijo Vicent decepcionado-
—Ciel, -le llamó su madre- aún así, no tenías por qué haberle golpeado a Alois, él no tuvo la culpa de la decisión que tomaron sus papás. -intentando consolarlo-
—...
—Amor... -le limpia las lágrimas- si pudiéramos hacer algo por tí...
—... Hagan que Jade no se vaya...
—Cielito, -mira al piso- me temo que no podemos hacer eso.
—¡ENTONCES DÉJENME EN PAZ! -enojado se suelta-
—¡CIEL! -le llamó su padre-
—¡QUIERO ESTAR SOLO! -se fue corriendo hacia la mansión-
—Me siento muy mal por él. -expresó la pelirroja-
—Lo sé, pero no podemos hacer nada. -la abraza-
—Realmente le afecta mucho su partida, la va extrañar mucho.
—Eso es lógico, si eran bastante mejores amigos.
Pero no, para ellos había algo más, un sentimiento mucho más grande que el de amistad, un sentimiento que los embargaba y llenaba sus corazoncitos de felicidad: el simple y complejo sentimiento del AMOR. Eran pequeños pero no idiotas, sabían muy bien lo que sentían pero había un gran problema: no sabían como confesárselo, no importaba la edad ni la familia tampoco, tan sólo era el simple miedo a decir lo mucho que se amaban. Pero ahora, con todo lo acontecido, en su cuarto sobre su cama Ciel se preguntaba: si aún había tiempo de ir a la mansión de Jade y confesarle su enamoramiento antes de que fuera demasiado tarde.
Mientras que en la mansión Slytherin, Itachi y Kisame estaban caminando en los pasillos con Jade sujetada de ambos brazos como si se tratara de una prisionera.
—¡Suéltenme ahora, TONTOS! ¡Ag! ¡Los acusaré con mi padre! -gritaba mientras forcejeaba, sin embargo ellos seguían firmes-
—Casi llegamos a su despacho, señorita.
—¡Por fin! Ya no puedo soportar más a esta engreída.
—Yo tampoco te soporto, maldito tiburón.
—¡PERO QUÉ NIÑA TAN-...!
—Cállate Kisame.
—¡Ella empezó!
—¡Que te calles! -Jade le enseña la lengua a Kisame, el pobre se estaba aguantando su ira-
—¡Pequeña niñita malcriada! -pensó-
—… ¿Por qué los mandó mi padre a por mí? -preguntó Jade más calmada- ¿Y por qué mencionaron a mi mamá en la casa de Ciel? -un poco enojada-
—Él mismo se lo dirá. -dijo Itachi para luego detenerse- Llegamos. -toca la puerta con su mano libre. Un hombre respondió desde adentro-
—Adelante.
Kisame abrió la puerta y dentro de la habitación se encontraron a una bellísima mujer con ropa árabe al lado y detrás del conde que embobaron a los asistentes, sin embargo Jade estaba sorprendida por otra razón.
—¡Ahhh! -dio un grito ahogado-
—Conde Ricardo, le trajimos a su hija, como lo ordenó.
—Papá… -Jade quiso preguntarle de todo, mas su sorpresa no la dejaba formular las ipreguntas que quería. Luego su padre se fija que está colgada de los brazos-
—Está bien, bájenla.
Itachi y Kisame la sueltan pero Jade les comienza a pegar y los tres empiezan a darse palmadas en las manos al aire como una pequeña pelea de niñitos.
—¡Dejen de hacer eso! -ordenó seriamente el conde haciendo que Itachi, Kisame y Jade pararan de pegarse- Ustedes dos, retírense.
—Como ordene, conde Slytherin. -se inclinan y se van, Jade miraba detenidamente a la mujer de pies a cabeza y luego a su padre, cosa que él se da cuenta soltando un suspiro-
—Jade, hijita, tenemos que hablar. -la mujer detrás del conde mira a la niña y sonríe tiernamente-
—Al fin nos conocemos, mi querida Aysha.
—¡Oh…! -junta sus puños como tapando su boca y la mira con temor y confusión-
¡Gracias por su tiempo! ¡Nos vemos pronto! ¡Que les vaya bien! =D
