Pokémon Reset Bloodlines – Aventuras en las Islas Sevii

Disclaimer: Pokémon y todos sus personajes son propiedad de Satoshi Tajiri y Nintendo. La historia de Reset Bloodlines pertenece a Crossoverpairinglover. Todos los derechos reservados.


(Interludio de Isla Prima, escrito por Crossoverpairinglover, traducido por Fox McCloude)


Archipiélago Sevii, Isla Prima…

Había visto muchos estadios en televisión cuando era niño. Siempre le encantaba verlos cuando estaban al aire, lo cual en retrospectiva era muy frecuente y a la vez muy raro. Era extraño ahora que reflexionaba. Tal vez eso explicaría por qué no recordaba mucho de los Pokémon usados en ellos. Aunque estaba seguro que una conferencia en Vertress vio uno que parecía cono de helado en cierto momento. Esta no era Índigo, o Plateada, o Ever Grande. No tenía el diseño de un estadio kalosiano tampoco… así que probablemente fuese un estadio que solo existía en sus sueños. El humo rosa en los bordes de todo era un buen indicio de eso. Siempre le pasaba cuando tenía sueños que no estaban basados en sus memorias.

Dejando esa observación de lado, el sueño le presentó el enfoque principal de todo, parado al otro lado del campo, haciéndole una señal de "ven por mí" con una sonrisa maliciosa que Red, siendo honesto consigo mismo, pensaba que no era característica de él.

- ¡Hey! ¡Estaba esperando verte, Red! ¡Mi hermano tiene que ser fuerte para mantenerme en forma! ¡Mientras trabajaba en mi Pokédex, busqué por todos lados a Pokémon poderosos! ¡No solo eso, he reunido equipos que podrían derrotar a cualquier tipo de Pokémon! ¡Y ahora, soy el Campeón de la Liga Pokémon, Red! ¿Sabes lo que eso significa? Te lo diré: ¡soy el entrenador más poderoso de todo el mundo! – declaró Ash Ketchum, antes de señalar al frente, y su Pikachu saltó fuera de su hombro, echándole chispas amenazadoramente.

La mano con la cual lo apuntaba tenía una banda blanca en ella, y brillando en el centro había una especie de piedra que Red no reconoció.

- ¡Ve, Jolteon! – dijo Red mientras unas batallas aparecían en su mente, pasando rápidamente y en cuestión de un parpadeo.

El Pikachu de Pikachu y su Jolteon (que en realidad no tenía…) intercambiando Atactruenos uno con el otro. Un Lapras, otro Pokémon que no tenía, disparándole un Rayo de Hielo al Charizard de Ash. Un Snorlax le daba un Puño de Hielo a su Dodrio, sugiriendo que Ash tenía un Snorlax en este sueño. Una gran serpiente verde enrollada alrededor de su Scyther, cuya apariencia le recordaba a la Servine de Ash, mientras las extremidades de Scyther brillaban con un ataque de cuchillas rojas que Red no logró identificar de primera instancia.

Un Pokémon que probablemente fuese de Ash: un gran escarabajo azul que intercambiaba cornadas con las zarpadas veloces de su Persian. Y finalmente, el propio Charizard de Red, un Pokémon que solo existía gracias a Ash, miraba fijamente mientras Ash arrojaba a su Pokémon final. La luz de la bola se desvaneció, revelando un Pokémon al cual Red nunca antes había visto, de pie en dos patas. Este tomó una postura de batalla, mientras Charizard respiraba profundamente y liberaba un poderoso ataque de Fuego en su dirección. Ash se movió para tocarse el anillo en su muñeca…

Y entonces Red se despertó de su sueño antes de ver lo que estaba a punto de pasar, con el sonido de las olas golpeando contra el bote mientras continuaba moviéndose. Un peso se apoyaba contra él por un lado, pero no necesitaba ver quién era: sabía que era Yellow.

De haber sido cualquier otra persona, se sentiría totalmente intranquilo. Pero ella podía dormir pegada a él sin problemas y no lo hacía sentir así. Quizás fuese porque habían viajado tanto tiempo juntos que sentía que podía abrirse con ella como jamás lo había hecho con otra persona que no fuese su madre. O quizás tenía que ver con el hecho de que estaban emparentados y que eso era algo que debías hacer por tus medios hermanos. Al menos, suponiendo que Ash estuviera en lo correcto de que ese era el caso.

- "Es algo complicado, pero estoy bastante seguro de que estamos emparentados. Hay muchas personas como nosotros por todo el lugar, y ya he conocido a varios más aparte de ti y de mí. Ninguno de nosotros conoce a nuestro padre." – Eso había sido lo que Ash les había dicho durante su estadía en la Zona Safari.

Era una idea bastante desquiciada, la idea de que los tres no solo fuesen medios hermanos, sino que solo eran unos pocos entre sabía Arceus cuántos más por todas partes. Sin embargo, era difícil negar que él y Ash se parecían mucho. Y además, tampoco era que Ash estuviese en posición de decir eso porque QUISIERA que estuvieran emparentados. Red no podía evitar sentir lo mismo: prefería no estar emparentado con alguien que se limitaba a sí mismo como Ash lo hacía.

Entre otras cosas, podría jurar que vio a alguien que se parecía un poco a él y a Ash mientras iba de camino a alcanzar su ferry. Su cabello era de color diferente, claro, pero la cara se veía extremadamente familiar. Y el hecho de que el chico también llevaba un Pikachu era la más extraña de las coincidencias. Aun así, eso no era sino una de muchas cosas en su lista de las cosas en las que tenía que pensar. La primera de su lista era el motivo de estar a bordo de esta embarcación.

- Eso no es lo que estoy viendo. No, estaba pensando en algo más. Algo más que ser el ganador de una liga, o de ser declarado campeón. Quiero verte llegar allí, Red, y estoy aquí para ofrecerte algo de ayuda. – De su bolsillo algo salió volando a toda velocidad hacia él. Red lo atrapó entre sus dedos, y se quedó viéndolo.

- ¿Un Pase Arcoíris? – observó Red mientras Naty asentía.

- Sí. Esto te permitirá viajar a cualquier lugar en mis nativas Islas Sevii, donde yo y el resto de mis asociados trabajamos. Tenemos un pequeño lugar que nos gustaría que encuentres. Está algo desviado del camino, pero valdrá la pena si te animas a buscarlo. No solo hay formaciones rocosas hechas de un mineral que contrarresta los limitadores de las Pokébolas, lo que le permitiría a tus Pokémon la misma libertad que los de Ketchum, sino que mi amiga Meg se asegura de que el lugar nunca quede desecho. Con un solo respiro puede revitalizar cualquier planta y dejarla como nueva. Por supuesto, a mí tampoco me faltan beneficios adicionales.

Levantó una piedra redonda marrón y gris con su telekinesis, y Red la vio con sorpresa.

- Esa es…

- Una Mega Piedra, sí, específicamente una Kangaskhanita. Puedo ver que estás buscando uno de ellos aquí, y este es el incentivo para hacerlo, así que búscanos cuando hayas terminado aquí. Con gusto cuidaremos de tu Snorlax hasta entonces.

Dicho esto, dejó caer la Bola Safari sobre Snorlax. Esta rebotó sobre la grasa de la bestia, antes de abrirse y atraparlo adentro. La bola empezó a sacudirse, pero ella la mantuvo en su lugar con su mente antes de desaparecer de repente.

La chica, Naty, lo había colocado en esta pequeño juego de cacería para encontrarla, por razones demasiado vagas y extrañas. Le estaba ofreciendo mucho: cosas que le ayudarían a igualarse con las ventajas que Ash tenía sobre él. Un lugar para tener a sus Pokémon afuera constantemente en vez de en estasis mientras no estaban en uso, una especie de base, y maneras de asegurar que podría superarlo cuando Ash decidiera mantener una mano atada a la espalda, por así decirlo.

Mega Evolución. Ella tenía una Mega Piedra, él tenía el Pokémon que la necesitaba y había estado entrenándolo desde entonces. Si la encontraba, eso le daría todas esas cosas. Y además, tenía en su poder a un Snorlax registrado a su nombre que se llevó al marcharse. Como entrenador Pokémon Trainer, todo Pokémon que capturase era su responsabilidad. Ya fuese para entrenarlo a lo mejor de sus habilidades, o asegurarse que fuese puesto en un lugar mejor que a su cuidado personal.

Cierto, todo era muy sospechoso, y sonaba demasiado bueno para ser verdad. Yellow tenía buenas razones para estar preocupada, él no podía negarlo. Quienesquiera que fuesen querían algo de él, estaban jugando a algo, y él tenía pocas opciones más allá de seguirles el juego que estuvieran persiguiendo. Para saber cuál era ese juego, tuvo que apresurarse desde Fuchsia hasta Vermillion, y ganar tres medallas de gimnasio que realmente no se sentían que valieran la pena comparadas a sus primeras cuatro (exceptuando la de Cerulean, todas habían valido mucho más que esa con toda honestidad). Si esto no le daba frutos, tendría que hacer mucho entrenamiento para ganar una medalla seria si quería hacerlo bien en Índigo.

Pero si lo hacía… tal vez Índigo sería suya en su ronda de novato.

- Pi. – La voz de su primer Pokémon sonó desde el asiento opuesto. Su Pikachu, luego de obtener su atención, señaló hacia el frente del barco.

LLEGADA AL PUERTO DE ISLA PRIMA: 10 MINUTOS

Ya estaban a punto de llegar a su destino. Su pequeña cacería de tesoro antes de Índigo estaba a punto de comenzar. Suavemente sacudió a Yellow para despertarla.

- Ya llegamos. – le dijo, mientras ella parpadeaba con los ojos adormilados. Bostezó antes de mirar hacia el frente del barco, viendo la masa de tierra distante que se acercaba más y más a la vista.

- Es muy pequeña. – observó ella.

Sí, sí que lo era. Pero el tamaño no importaba tanto como la gente creía. Había visto a un pequeño ratón derrotar a un Pokémon masivo llamado Mudsdale recientemente después de todo. Un caballo que ni él había podido vencer. Su primera derrota, aunque los registros oficiales no la mostraran como tal.

Isla Prima. La declaración de Yellow de que el lugar era pequeño era cierto y falso a la vez. Para empezar, podía ver que el área llamada Isla Prima tenía más que una simple ciudad portuaria. Podía ver que había una masa terrestre hacia el noroeste de la isla, un largo trecho de tierra y roca que llevaba a una alta montaña. También podía ver una islita separada en el camino, así que había más en el área que solo la ciudad.

Por otra parte, la ciudad en sí misma era pequeña. Hacía que Pueblo Lavender se viera del tamaño de Ciudad Saffron. No podía ni ver que hubiera un Pokémart en el pueblo. Sí había un gran centro Pokémon, pero no un Pokémart. A menos que este estuviera adentro del Centro Pokémon, había escuchado que eso lo hacían en algunos lugares.

El puerto no estaba muy concurrido, con solo algunas docenas de personas bajando en montón del ferry y yéndose a vagar por la ciudad, mientras en la distancia, muchas iban alejándose, probablemente para coger un ferry a otra parte. Con esas observaciones en mente, caminó hacia la pequeña ciudad con Yellow y Pikachu siguiéndolo. Cargaría a Pikachu en el hombro y agarraría la mano de Yellow si había demasiada gente, pero no era el caso. Aunque mantendría un ojo sobre ellos si querían hacerlo. Así, continuaron por la ciudad sin problemas, o sin ningún movimiento de que quisieran ir con él de ese modo.

- Y bien… ¿necesitas ir al Centro Pokémon después del viaje, o estás bien para que empecemos a buscar sin él? – le preguntó a Pikachu.

Ya que el resto de sus Pokémon iban en sus Pokébolas, no necesitarían algo así. Su estado no había cambiado desde que los revisaron en Vermillion antes de subirse al ferry. Pikachu negó con la cabeza, así que eso dejaba ese problema fuera del camino.

- ¿Tienes alguna idea de dónde buscar a una mujer que desaparece y que grita por todos lados "trampa, trampa, es una trampa"? – le preguntó Yellow, con un tono dudoso.

Siempre había sido así respecto a eso. De hecho, la única razón de estar aquí era que ella estaba de acuerdo en que no deberían dejar a Snorlax con ella. Su Pokébola, su registro, su responsabilidad después de todo. Y además, no tenía ninguna otra sugerencia de lo que deberían hacer para poder discutir con él.

- Yo empezaría en una isla. Si buscas algo por aquí, ese es un buen lugar para empezar. – bromeó una voz junto a ellos. Red se dio la vuelta para echarle una mirada a la persona que hizo ese comentario. No fue divertido, ni tampoco útil.

La chica que había dicho eso se rio desde su lugar apoyada contra un edificio sin propósito claro. ¿Sería una casa, un almacén o un edificio abandonado? La chica, por su parte, era de estatura promedio (más bajita que él), de cabello largo y castaño cubierto con un sombrero blanco, con una blusa blanca y una falda roja sobre un par de piernas delgadas. Se ajustó su sombrero para cubrirse menos sus ojos mientras continuaba burlándose de ellos, revelando un par de ojos azules.

- Yo creo que es un buen consejo. No tienes que perder tiempo zambulléndote en el agua buscando. Eso sería difícil, o eso creo: todos necesitamos aire después de todo.

Red se dio la vuelta para ignorarla. No iba a serle de ninguna ayuda, y francamente entre más hablaba, más se molestaba con ella. Probablemente Yellow se incomodaría si él se agarraba a pelear con una mujer que se burlaba de él en un lugar que no quería estar, después de todo.

- Después de todo, Naty puede hacer muchas cosas, pero respirar bajo el agua no es una de ellas.

El comentario llegó apenas dieron su tercer paso para alejarse de ella. Dicho perfectamente, sin apresurarse. Al dar ese tercer paso se congeló, dándose la vuelta en shock para encarar a la mujer. Seguía en el mismo lugar pero ahora de pie, con un Abra en los brazos, y saludándolo con una mano de manera provocadora ahora que tenía toda su atención.

- Buena suerte, Red. Naty dice que quieres encontrarnos, pero tendrás que buscarnos muy bien si quieres tu recompensa. Será toda una aventura, lo sé, pero estoy segura que podrás manejarlo.

Y con esas palabras, su Abra los teletransportó a ambos, sin dejar atrás nada mientras los tres veían el espacio vacío en silencio, al menos hasta que Yellow habló.

- Sospechoso. – declaró mientras Red se encogía de hombros. Sospechoso o no, ya estaban aquí.

Red no era la persona más social que había. Estaba muy lejos de serlo. Sin embargo, sí sabía que lo siguiente tenía que hacerse con mucho cuidado y bastante tacto.

- ¡GYARARR!

Pues liberar a un Gyarados que apenas estabas empezando a domar en un área como un puerto podría ser considerado desorden público. Yellow se escondió detrás de él mientras el Pokémon continuaba gruñéndole, enseñando los dientes más grandes que Pikachu. Y hablando de eso, su compañero ya sabía qué hacer, y había saltado sobre Gyarados.

Gyarados sacudió su cabeza tratando de detener a Pikachu, pero este logró aterrizarle encima y se trepó hasta llegar a la cabeza de Gyarados y empezó a echarle chispas. Los gruñidos de Gyarados se acallaron un poco limitándose a un simple ruido de rabia mientras Red caminaba hacia la sección media del cuerpo de Gyarados. Yellow lo siguió, agarrándolo de la mano mientras la ayudaba a subirse en la gran serpiente. Él la siguió, y señaló hacia la isla que habían visto mientras se acercaban. Gyarados, gruñendo todo el tiempo de la misma manera, obedeció y se movió en esa dirección.

En el momento en que estuvieron en el agua y de camino a la dirección correcta, la mano de Yellow comenzó a brillar de rosa. La energía se le pasó a Gyarados al contacto, liberando una sensación de amistad y calidez. Red le hizo un gesto a Pikachu, que dejó de echar chispas. Pero en el momento en que Pikachu lo hizo, Gyarados se inclinó hacia atrás, casi mandando a Red a volar hacia el agua. Ese era un movimiento que indicaba que planeaba sumergirse. Pikachu no necesitó una orden para saber que tenía que volver a echar chispas, y Gyarados cesó su intento de ir a sumergirse. Red suspiró mientras Yellow quitaba su mano, entristeciéndose de ver que había vuelto a fallar.

Gyarados, un Pokémon difícil de domar, aunque era más fácil hacerlo primero como Magikarp. Probablemente debería haberlo hecho así, pero no tenía interés en un Gyarados hasta que supo un poco más sobre la Mega Evolución y decidió reunir tantos Pokémon que pudieran Mega Evolucionar como le fuera posible, para asegurarse de que si llegaba a encontrarse una Mega Piedra tendría todas las posibles oportunidades de tener un Pokémon compatible.

Y ahora tenía en las manos un Pokémon al que apenas podía controlar, y solo con un método que prefería no tener que usar. Tener un Pokémon al que solo podía usar cuando Pikachu literalmente lo estaba amenazando no era ideal para ningún entrenador. Cualquier intento de hacer que Gyarados lo siguiera sin la amenaza, tales como motivación positiva con comida y los poderes curativos de Yellow, no estaba funcionando.

Tristemente Gyarados era el único Pokémon que tenía capaz de cruzar grandes cuerpos de agua con ellos montados. Poliwrath no podía cargarlos a todos. Si llegaba a encontrarse un Lapras como en sus sueños, se aseguraría de atraparlo. La falta de amenazas que necesitaría en ese frente sería mucho mejor para todos los involucrados. Excepto Gyarados, desde luego. Él se quedaría como su Pokémon sin una manera apropiada de cambiar de dueño, y eso tendría que ser por intercambio o regalándoselo a alguien que pudiera manejarlo. Red estaba bastante seguro de que liberar a Gyarados terminaría mal para todo y para todos a su alrededor.


Más tarde…

El área era prácticamente unos cuantos riscos, una playa y algo de hierba. Después de retornar a Gyarados, dejó a Yellow por un rato en la playa para ir a investigar él mismo a los picos rocosos. Se veían peligrosos, y estaba bien consciente de que había arrastrado a Yellow a esta búsqueda. No había necesidad de hacer que ella saliera lastimada por el riesgo que estaba tomando, y le habían dicho que las playas eran bonitos lugares para pasar el rato. Sin embargo, después de media hora, las rocas revelaron que solo había más rocas. Nada como lo que le habían descrito de Meg.

- ¡Rhyhorn! – gritó mientras el Pokémon gris se lanzaba a la carga, destruyendo una roca en pedazos mientras sacudía la cabeza. – Nada. – suspiró de resignación al ver el callejón sin salida, Rhyhorn gruñía estando de acuerdo, antes de dejar salir un gruñido de sorpresa al ver algo cerca.

- ¿Nada, eh? Bueno, asumo que tú debes de compartir los sentidos limitados de tu Rhyhorn. Después de todo, ciertamente yo no soy "nada". Estoy muy lejos de serlo. – dijo una voz, con un extraño acento, sonando bastante divertida.

Mirando por la roca, Red se vio recibido por la visión de un hombre vestido de blanco a excepción de una especie de fular de color azul, raspando la superficie de la roca con un instrumento que Red no reconoció, cortando una especie de material blanco mientras lo hacía.

- Sabes, a este lugar lo llaman la Isla del Tesoro, y de verdad lo es. El mar de por aquí crea una sal marina muy vívida que de verdad saca el mejor sabor de ciertos platillos de manera brillante. – dijo el hombre mientras Pikachu lo veía fijamente. Como si fuera peligroso.

El hombre se dio la vuelta para mirarlo con unos ojos que a Red se le hicieron familiares por alguna razón. Parecía estarlo viendo con una expresión que Red solo había visto cuando su madre lo llevaba de compras. La mirada de alguien que miraba buscando fruta para ver qué tan madura estaba. Algo muy extraño para hacer con otras personas.

Este hombre… no era un pirata, ¿verdad? Si lo fuese, no traía el atuendo.

- Mi primera observación obviamente estuvo en lo correcto, no ha cambiado en absoluto. – declaró el hombre mientras Red se sentía extrañamente insultado. – Un platillo con todos los ingredientes correctos, pero hay algo que te falta. Precisión, intención, intensidad… cosas tan menores pero capaces de arruinar el arte de un plato preparado perfectamente.

- ¿Le importaría decirlo en términos sencillos? – le preguntó Red al extraño hombre mientras sonreía. Este sonrió y se agarró su fular, si eso era lo que era. Red no era un experto en productos de moda.

En realidad, lo que tenía en el centro fue lo que captó su atención. Una Piedra Activadora. Tanto él, como Pikachu miraron al hombre con cautela renovada. Rhyhorn se quedó viendo al desconocido en sorpresa vacía, sin saber qué hacer.

- Oh, puedo decirte muchas cosas, Red Tajiri. Estás algo lejos de tu hogar, ¿verdad? De nuevo, también yo lo estoy.

Sus ojos brillaron con la mirada de alguien que estaba a punto de soltarse en una gran declaración de algo que realmente creía, y le recordaron a Red los de alguien que ya había visto antes. Lo más cercano que podría decir eran las líderes del Gimnasio Cerulean, pero eso no podía ser. Este hombre tenía aspecto de ser importante.

- Estás tratando de perfeccionar la receta que piensas te llevará al éxito. La Mega Evolución si estoy en lo correcto, siguiendo el camino que ese sujeto llamado Scott te colocó al darte una Piedra Activadora. Sin embargo, aunque estés cerca de encontrar una Mega Piedra, aunque te vuelvas muy poderoso… todavía te falta una última cosa. Es un paso que todavía no has dado, y parece que tienes dificultades con él si tu Rhyhorn es un indicio.

¿De qué paso estaba hablando, exactamente? Él mantenía a sus Pokémon sanos y en forma, y se aseguraba que no hubiera nada malo con ellos. Los entrenaba a todos, por difícil que empezara a hacérsele con todos los que había conseguido, asegurándose de que llegaran a ser tan fuertes como pudieran serlo. Y si un Pokémon tenía problemas, él lo ayudaría con ellos. Así fue como su Sandshrew había aprendido Giro Bola y evolucionado. ¿Qué podría faltarle?

- Veo que no te has dado cuenta. Una lástima, la gente más prometedora siempre suele arruinar las cosas más sencillas. Mayormente por el tiempo. – declaró el hombre mientras el agua detrás de él explotaba, revelando a un Gyarados gruñendo con el poder de un monstruo de las profundidades.

Rhyhorn lo miró desafiante mientras su cuerno empezaba a brillar de blanco, preparándose para lanzarle una Explosión de Rocas, pero el hombre se rio.

- Puedes intentarlo si quieres, pero no te ayudará en nada. Mi Gyarados tal vez haya sido capturado en su estado actual, al igual que el tuyo, pero hace mucho que superamos esa problemática etapa. Es por eso que lo que ves es poco más que un simple juguete.

Ante esta declaración, Red notó que los cuernos encima de la cabeza de Gyarados tenían una especie de corona adornándolos, en la cual había una piedra brillante parecida a la Kangaskhanita que Naty le había mostrado. El hombre de blanco saltó sobre la cabeza de Gyarados, que se dio la vuelta y comenzó a nadar alejándose del risco.

Mientras el hombre se iba alejando, Red se quedó viéndolo con fastidio. ¿De qué diablos estaba hablando? ¿Y quién se creía que era, Paul?

- ¡Red, no creerás la cantidad de perlas que llegan a esta playa!

Yellow, que obviamente la estaba pasando mejor que él, había traído una enorme pila de perlas y fragmentos estelares a sus pies. La niña sonreía con orgullo. Red se quedó mirando los tesoros y asintió. En efecto era impresionante.

- Creo que ahora tú estarás a cargo de las finanzas. – declaró simplemente.

Yellow asintió estando de acuerdo. Con suerte, tal vez la isla tendría lugar para cambiarlos por dinero, o si no sería un dolor tener que cargarlos, incluso sin el ferry Gyarados ferry hacia una posible muerte.


Al día siguiente…

Tristemente, no había tal lugar, así que Red se encontró con mucho peso adicional en su mochila mientras avanzaban por un largo camino rocoso que llevaba a la montaña distante. El Monte Ember, así la llamaban, y el camino le llamaban la Ruta Encendida. Estaba muy caliente, y Yellow se abanicaba con su sombrero tratando de refrescarse. Él estaba acostumbrado al calor, siendo él lo que era y todo, pero iba a ser mucho más difícil de lo que sospechaba.

- … Podemos intentarlo en la noche. – ofreció Red mientras miraba hacia el sol. Tal vez para entonces estuviera más fresco.

Faltaban meses para Índigo, podía tomarse todo su tiempo buscando a Naty y a su alegre pandilla. No tenía por qué apresurarse.

La cueva que encontraron entre las rocas estaba más fresca, al menos comparada con el exterior. Había un calor interno que parecía irradiar de ella, pero probablemente fuese el volcán distante más que otra cosa. Era mejor que el camino, en cualquier caso. Un calor algo adormecedor, y no tardó mucho antes que Yellow y Pikachu se abandonaran al sueño. Pero él no.

En parte eso fue porque no se sentía cansado, porque no se quedaba dormido con tanta facilidad, y en parte porque quería asegurarse que no estuvieran todos cansados por culpa del monóxido de carbono o algo y tener que arrastrar a Yellow y a su primer Pokémon fuera de esta cueva para salvar sus. Afortunadamente, tenía algo con qué pasar el tiempo sin molestar a los dos durmientes.

El PokéGear SP que había tomado del camión robado del Equipo Rocket, con un par de audífonos conectado. Era útil para otras cosas aparte de lo que quería hacer con él, entre las cuales estaba prepararse para el futuro, aprender nuevas cosas, y estudiar. Eso último era lo que estaba haciendo ahora: con un viejo video de la Liga Pokémon reproduciéndose para ver si eso le daba ideas para cubrir sus problemas al no conocer a muchos Pokémon fuera de Kanto. Tenía que arreglar eso.

Una Conferencia de Ever Grande de años atrás, en un video al que le dio click al azar para empezar a trabajar en ello: un entrenador llamado Casey Snagem peleaba contra otro llamado Rico. Era una batalla en las preliminares, y en el año en que ese video fue tomado hubo bastantes antes que comenzaran las rondas de clasificación. El segundo tenía un Fearow, lo cual era atípico para la región de Hoenn, pero no le ayudaba en nada. Ya sabía suficiente sobre Fearow.

Por otra parte, el Pokémon que el sujeto llamado Casey usaba al menos sí era nuevo para él: una especie grande de color verde y marrón con unas alas en forma de hojas y un racimo de bananas creciéndole en la barbilla. Un Tropius, así lo llamaba el video. Qué interesante. Parecía ser tipo Hierba y Volador, decentemente fornido con movimientos como Tajo Aéreo y Bola de Energía. Sin embargo, iba perdiendo la pelea. Rico sería el que avanzaría, Red podía verlo.

- ¡Ataque Celestial! – gritó Rico mientras Fearow, que estaba volando muy alto por encima de Tropius, brillaba en dorado. El Fearow dorado rápidamente descendió en picada, moviéndose hacia Tropius como un cometa.

El ataque conectó, y Red se movió para colocar el siguiente combate que tenía la lista de reproducción: un Gabriela versus Mabel, de la Liga Kalos League… ¿y por qué de pronto seguía reproduciendo el video? ¡¿Fearow salió fuera del ataque, y Tropius seguía de pie?!

Red se quedó viendo el video en shock. Eso… eso no debería ser posible. Había seguido la pelea, lo poderosos que eran los ataques de Fearow, y cómo Tropius los resistía. Tropius ya debería haber caído en ese punto. No era una habilidad en juego haciendo esto: ya había visto que había un incremento de velocidad cuando las nubes no estaban cubriendo el sol que reveló que la habilidad de Tropius era Clorofila. Un Tropius podría tener otras habilidades, pero este tenía la misma que su Victreebel.

- ¡¿Cómo es que esa cosa sigue de pie?! – Rico dijo exactamente lo que él pensaba, mientras Snagem lo miraba con una expresión seria que Tropius imitó.

- Es muy simple, en serio: Tropius y yo estamos igual de determinados a ganar esta batalla, ¡y nos rehusamos a perder! ¡Trabajamos duro para llegar aquí, y no vamos a perder ahora! ¡Es nuestro poder juntos lo que nos hará ganar esta batalla!

- ¡No me importa cuánto quieras ganar, a estas alturas ya deberías haber perdido! - espetó Rico.

- ¡Bola de Energía! – Casey y Tropius claramente no estaban dispuestos a perder, y así la bola verde salió disparada hacia Fearow en respuesta a la declaración de Rico.

Esta impactó a Fearow antes que pudiera responder, justo en la articulación del ala izquierda. Fearow gritó de dolor mientras caía hacia el suelo estrellándose contra su entrenador con velocidad suficiente para noquearlos a los dos. El impacto pareció más intenso que un simple golpe crítico. Fue como si la Bola de Energía llevara mucho más poder antes que hiciera impacto siquiera. ¿Pero por qué?

- ¡Fearow, y su entrenador, ambos no pueden continuar! ¡Los ganadores son Casey Snagem y Tropius! – declaró el réferi mientras Tropius sonreía ligeramente, antes de colapsar de exhausto. Que de haber sido antes el réferi lo habría declarado incapaz de continuar.

- ¡Qué increíble regreso! ¡Ambos, entrenador y Pokémon se rehusaron a darse por vencidos, y crearon un milagro! ¡Este es el poder de un lazo cercano entre entrenador y Pokémon! – declaró el comentarista mientras sonaban los vítores de las masas.

Red pausó el video, ahora pensando profundamente. ¿Un entrenador y su Pokémon en tal sincronía que se rehusaban a perder, incluso con todo el daño que habría causado que un Pokémon cayera derrotado? ¿Tendría algo que ver con la amistad? Red entendía lo de tratar bien a tus Pokémon, y que algunos de ellos evolucionaban gracias a eso, ¿pero realmente eso podía cambiar el curso de una batalla? Eso era imposible, algo que no podía suceder, que no tenía sentido…

- "Tengo un plan, pero primero necesito que hagas evolucionar a Charmeleon."

Las palabras dichas por Ash Ketchum resonaron en su memoria al recordar la parte final del Torneo de Batallas Dobles de Fuchsia. La parte cuando estaban enfrentando a un Pokémon oponente increíblemente poderoso, Torterra. Tenían pocas opciones, y Ash le dio el primer plan que le vino a la mente.

- "Los Pokémon no evolucionan por alcanzar un punto específico. Evolucionan por una combinación de voluntad y poder. Tu Charmeleon ya tiene el poder; solo tienes que hacer que la voluntad fluya, como una inundación imparable."

Un plan tonto y ridículo, que solo involucraba darle a Charmeleon un discurso motivacional con la idea de que eso le daría a su segundo Pokémon la voluntad para evolucionar y ganar el poder para penetrar las defensas de Torterra. La parte más tonta y loca de todo ese plan… y había dado resultado.

Tanto con su Charmeleon, como con el Tropius de Casey Snagem, ambos habían tomado la motivación y la voluntad de sus entrenadores, y la convirtieron en un milagro, si no es que fuese en poder adicional. La idea de Ash había dado resultado, y no por algo que pudiera ser calculado. Estaba totalmente basado en algo más, no en datos y conocimiento, sino en algo más allá de esas cosas.

- "Estás tratando de perfeccionar la receta que piensas te llevará al éxito. La Mega Evolución si estoy en lo correcto, siguiendo el camino que ese sujeto llamado Scott te colocó al darte una Piedra Activadora. Sin embargo, aunque estés cerca de encontrar una Mega Piedra, aunque te vuelvas muy poderoso… todavía te falta una última cosa. Es un paso que todavía no has dado, y parece que tienes dificultades con él si tu Rhyhorn es un indicio."

Y luego las palabras del hombre de blanco llegaron a su mente en una oleada de realización, mientras cogía su mochila. Maniobrando entre Pokébolas y Perlas, sacó la Piedra Activadora y se quedó mirándola.

¿Sería eso lo que requería la Mega Evolución? ¿Era esa la pieza que le faltaba con la mayoría de sus Pokémon, a excepción de Charizard y probablemente Pikachu? ¿Era eso algo que Casey Snagem tenía? ¿Qué también tenía el hombre de blanco? ¿Algo que Ash Ketchum entendía, si no era que ya lo había dominado por completo? ¿El poder de la amistad, de lazos de confianza que iban más allá que simple confianza?

Si eso era… estaría en serios problemas.

Arrojó la Pokébola al aire, liberando al Pokémon adentro en una parte más profunda de la cueva, donde no despertaría ni a Yellow ni a Pikachu.

- Poli. – El Poliwrath miró a su alrededor, esperando ver un enemigo contra el cual pelear en entrenamiento o batalla oficial. Parecía confuso al encontrarlo solo a él.

- Y bien… ¿cómo estás hoy? – le preguntó Red a uno de los Pokémon con los que llevaba más tiempo con toda la actitud amigable que pudo sacar. Poliwrath solo lo miró con confusión, y tal vez algo de intranquilidad.

Ser amigable, conectarse con otros… eso era algo en lo que no era bueno. Y por eso… probablemente tendría más difícil trabajar en eso que en encontrar Naty y posiblemente Mega Piedras adicionales.

De pronto, desviando la mirada con una expresión de "¿Qué fue eso? Pasa algo extraño". Los ojos de Poliwrath se ensancharon de sorpresa antes de salir corriendo. Red estuvo a punto de llamar a su Pokémon, preguntándose si fue que lo asustó en su intento de acercarse más a él, cuando de repente oyó un sonido de algo salpicando.

Unas gotas de agua lo salpicaron. Gotas de agua caliente, pero no salada. Curioso, Red levantó la mano mientras unas llamas se prendían en su palma, iluminando la cueva oscura una vez más. Frente a él, iluminado por sus manos, había un enorme manantial de aguas termales, en las cuales Poliwrath se encontraba relajándose, con una expresión feliz. Eso… eso explicaría el por qué había esa atmósfera relajante. Unas aguas termales…

Una hora después, él y Yellow se encontraron sumergidos hasta el cuello en el agua, con expresiones relajadas en sus rostros. El manantial estaba siendo iluminado por Charizard, que estaba de pie al borde del agua con un claro desinterés en acercársele, mientras cinco de sus otros Pokémon se habían metido junto con ellos. Poliwrath, Pikachu, Kangaskhan, Persian y Beedrill. La mochila de Red, junto con todas sus posesiones (incluyendo el sombrero de Yellow y el resto de sus ropas), estaban también en la orilla junto con Charizard, pero al alcance de sus brazos.

Era un plan muy simple, en serio. Solo tenían que esperar allí hasta que oscureciera para echar un vistazo en temperaturas más bajas. Por ahora, simplemente podían relajarse en estas aguas termales. Y al hacerlo, él podría empezar a trabajar en cómo conectarse de la manera que no tenía idea de cómo hacer por sí mismo, y con acceso a toda su colección de Pokébolas podía retornar a un Pokémon que estuviese sintiendo demasiado calor y sacar a otro. Así podría repetir el ciclo con todos ellos hasta que anocheciera, dejando que todos disfrutaran de un cálido y relajante baño.

No sería suficiente para igualar lo que tenían Snagem, Ketchum, o el sujeto con los ojos como las hermanas de Cerulean, pero sería un inicio.

- Sabes, cuando encontremos esa trampa… ¿crees que tengan aguas termales como estas? – preguntó Yellow en una voz relajada mientras Red se encogía de hombros.

Si las había aquí… era probable. No tenía idea si las habría en las otras islas. Pero ya lo descubriría con el tiempo. Justo ahora, era tiempo de trabajar en conectarse más con sus Pokémon.

Esta historia continuará...


Notas del traductor:

Y ahora sí, comienza el último reposteo, el arco de Red en las Islas Sevii. Este es a mi parecer quizás el más importante de los que van en curso, viendo que Red no aparecerá en la historia principal por un buen rato. Por si no queda claro para los nuevos lectores, el hombre con el que Red se encontró aquí es el miembro del Alto Mando Siebold, de Kalos. Tengan por seguro que no será la última vez que lo veamos durante este arco.

Para estas alturas, ahora sí todas las paradas en el archipiélago están reservadas. Ya subo de una vez la segunda, que la escribí yo, la tercera está a poco de terminarse. Entre todos aprovecharemos bastante este arco para darle algo de desarrollo a Red, y esperemos que sirva para cuando volvamos a verlo en la historia principal. Hay mucho que Red necesita aprender, y va más allá de su enfoque de mente tan cerrada que lo pone en conflicto con Ash. Tal vez al concluir este arco se muestre un poco más flexible, y quizás algo más sociable, porque como ven, como le dijo Siebold, no está en un punto donde pueda usar Mega Evolución incluso aunque tuviera piedras y Pokémon compatibles.

Bien, pasemos al siguiente rapidito, y con eso el reposteo se acaba. Luego de eso, solo una última cosa que me queda por hacer en Chronicles. Nos vemos en breve.