Disclaimer: Pokémon no me pertenece.


The end of a dream

Acalló sus gritos de desesperación. Apisonó el puño con vigor, ansiosamente esperaba retar a su rival en frente de miles de personas que le hostigaban y la misma vez lo enaltecían, así era en ese entonces. Nadie más que él y su sueño derruido por el dolor y la pena.

Ese día en el estadio principal de la meseta añil se llevó a cabo la final del máximo campeonato de la región de Kanto, exactamente era la sexagésima de la era moderna, tiempo en el que 59 campeones honraron al continente con sus magníficas demostraciones de poder y adiestramiento Pokémon.

Y hoy, se conocería al número 60.

Aquella contienda era vivida por los 4 miembros del Alto mando y el mayúsculo representante de la región. Bruno maestro del tipo Lucha y Roca, Misty maestra del tipo Agua y Hielo, Sabrina maestra del tipo Psíquico, Koga maestro del tipo Veneno y por último el maestro del tipo Dragón, Lance. Sus ojos eran los únicos de entre millones que miraban con cautela a los adversarios.

El megáfono principal sonó acaparando la atención de toda la multitud, se dio un ultimátum a ambos entrenadores. Luego de varios segundos la impaciencia de la muchedumbre explotó en gritos de apoyo hacia la joven que salía del túnel este del campo. Varios gritaban a coro su nombre pero ella pareció inmutarse a la atención de esa gentuza como solía llamarlos.

La suave brisa acompañó a la agraciada señorita, la falda roja meneaba de un lado a otro en compás de sus pasos, abrigó su playera celeste y su sombrero blanco del frío y finalmente deslizó los escasos cabellos castaños que irrumpían en su bonita cara. De su cintura acarició las 6 esferas de sus amigos listos para acatar sus órdenes, saludó al árbitro y prontamente se posicionó en su lugar esperando al individuo que inició retarla.

Para él, creyó que el destino le jugaba un cruel déjà vu; nuevamente impidió que esas voces desesperadas retrasen sus intenciones de salir, vociferó internamente su deseo de que nada ni nadie le detendría, acarició la delicada mano de la única amiga que le acompañaba en esos momentos, sonrió por el gesto de su entrenador, ambos salían tomados de la mano, en el acto el joven no pudo evitar mirar penosamente su hombro derecho, no había nadie en ese lugar.

Los rayos del sol golpeaban vigorosamente parte de su rostro mostrado al exterior, la gran gabardina negra imposibilitaba ver todo el cuerpo de ella y él, seguían tomados de la mano cuando llegaron al lado oeste del verdoso campo. Estaban listos.

Como era una odiosa costumbre para él; el árbitro nuevamente preguntó su nombre y como siempre no dijo nada. Muy por encima de ellos la gran pantalla titánica era encendida, sólo el rostro de uno de ellos podía ser observada y a su lado también su nombre escrito, Leaf. En cambio el nombre del otro retador estaba en blanco con un rostro desconocido.

Por primera vez en la historia la definición de la sexagésima final de la liga de Kanto se definiría en combates dobles a pedido de los combatientes, aunque con algunas reglas, solo 4 pokémon de los seis que poseían podían entrar a lidiar, los otros 2 estaban imposibilitados, sin embargo eso no impedía que podían usarlos.

En un combate de esta categoría la elección inteligente de los primeros 4 pokémon era esencial para el primer movimiento, pero aun así restringía los tipos de pokémon a 4, no obstante ahora con esta regla aumentaba favorablemente el tipo de elección del entrenador. Difícilmente sería una batalla fácil de ganar para ambos. Más aun cuando el registro obligatorio de inscripción antes de una batalla oficial fue anulado, nadie en el estadio sabía que pokémon usarían.

El árbitro dio la orden del sorteo, el beneficiado fue el lado verde; Leaf sería la segunda en liberar a sus pokémon y la segunda en atacar, comenzaba con el pie derecho y aún más cuando sabía ya de antemano a 1 de los 6 pokémon de su rival, dibujó una sonrisa mientras palpaba la pokébola de su Glaceon.

— ¡Inicien! —clamó el juez alzando las banderas roja y verde.

La gente ansiosamente esperaba el movimiento del chico extraño que derrotó a sus adversarios con solo 5 pokémon a lo largo del torneo.

— ¡Ve Garchomp y Snorlax! —el misterioso entrenador mandó a ambos al terreno de la batalla.

El tiburón celestial y el pokémon gula eran liberados, sorprendió a Leaf que tuviera a otro dragón de lo que había previsto, refunfuñó disimuladamente usaría a su Glaceon antes de tiempo.

— ¡Adelante Glaceon y Hitmolee! —fiel a su estilo no dudaría en atacar con pokémon que le dieran ventaja desde el primer momento.

Ambos pokémon eran liberaros de sus esferas, ahora los 4 esperaban órdenes de sus entrenadores.

"Sé perfectamente lo que intentarás hacer" musitó Leaf, conocía perfectamente a la persona en frente de ella. "Primero ganarás estadísticas." Susurró como si fuera a ver el futuro.

—Garchomp usa danza de espadas, Snorlax usa maldición y empieza con nuestro plan —ordenó el entrenador con mucha confianza.

Pero, para Leaf esto era muy predecible, ella también haría lo mismo.

— ¡Glaceon utiliza granizo y Hitmolee usa meditación!

Rápidamente en el campo empezó a granizar y así también Glaceon ganaba evasión, sería difícil atinarle un ataque especial de un ratio de precisión menor al 90% y a la vez estaba preparado para un ataque físico. Leaf tenía todo controlado en el siguiente turno haría caer a ese Garchomp, no pudo evitar sonreír.

Sabía que Garchomp era el pokémon más rápido del campo, luego estaba su Hitmolee, su Glaceon y por último ese Snorlax. Pensó en acabar con Snorlax primero pero sería imposible atacar con un A bocajarro de su Hitmolee y aun peor teniendo la habilidad Cebo que disminuía los ataques de tipo Hielo y Fuego. Que Snorlax haya usado maldición hacia subir un nivel su ataque y defensa, le hacia todo un tanque.

"Acabaré con ese Garchomp" murmuró nuevamente.

— ¡Rayo de Hielo hacia Garchomp! —Ella ordenó, un ataque de 95 de potencia y una precisión de 100% acabaría con el dragón. — ¡Hitmolee utiliza meditación otra vez! —Ahora con esto acabaría con Snorlax de un solo golpe al próximo turno. Lo tenía en sus manos o eso pensó.

— ¡Snorlax y Garchomp hagan lo mismo! —No tenía un solo signo de miedo en su rostro. Los destellos azules de incremento aparecían en ambos, pero algo extraño pasaba.

El ataque de rayo de hielo iba hacia el dragón que nuevamente hacia danza de espadas, aun cuando ella se sorprendió de las órdenes de su rival eso no cambiaba el hecho que ya debilitó al pokémon más fuerte del campo. Pero…

Sus orbes negros se abrieron al máximo de la impresión.

— ¡Es imposible!—no creyó que había caído en una trampa barata. Al frente un Zoroark protegía con todo su cuerpo al Garchomp enemigo, rápidamente su cabeza trataba de buscar alguna explicación, más no lo encontró.

—La ilusión de Zoroark permite transformarse en el último pokémon del equipo, desde el primer instante he estado controlando cada momento del combate —dijo con suma calma el chico.

— ¡Es imposible que un Zoroark pueda usar maldición! Y aunque lo hubiera hecho su velocidad estaba demasiada disminuida para poder interferir con mi ataque —chilló de rabia ella, estaba segura que le estaban haciendo trampa—. Pensé que habíamos decidido que esto sería una batalla leal y digna para nosotros —una lágrima salía de sus ojos, rápidamente lo arrancó de su rostro.

— ¡Eres un mentiroso! —Nuevamente gritó—. No cumples con tus promesas, traidor.

Y él solo agachó su cabeza, le herían un poco sus palabras le sorprendió que aun unas cuantas palabras le lastimen así, no obstante no engañaría a su rival y a la misma vez amiga.

—Es increíble lo tanto que las personas puedan creer en sus ojos y oídos, ¿no lo crees? —habló despacio sin ninguna clase de odio en sus palabras.

—No entiendo lo que dices —evitó ser vista por los ojos de su amigo.

—Leaf, si de algo estoy seguro es que no eres de las personas que se rinden fácilmente, y si todavía te estoy engañando tú siempre saldrás adelante.

Ella quedó petrificada por las palabras que acababa de oír, le era difícil creerle, hace unos momentos él mismo decía las falsedades que oía y escuchaba, ¿cómo podía ahora entenderle?

"No seguiré tu juego sucio." Esta vez se atrevió a mirarlo desafiadamente mientras que el granizo golpeaba a 3 de los 4 pokémon en batalla. "Con trampa o sin trampa. ¡Yo saldré victoriosa!

— ¡Rayo de Hielo nuevamente Glaceon y Hitmolee usa A bocajarro a ese estúpido Zoroark! —llena de ira y enojo sus sentimientos nublaron sus ojos y sus oídos otra vez.

—Zoroark usa maldición y Garchomp garra dragón a Hitmolee —deseaba que su amiga se diera cuenta.

Los ataques se cruzaron y aun en su pesar fue desfavorable para Leaf, su Hitmolee fue rápidamente derrotado antes de concretar su ataque súper efectivo hacia el Zoroark oponente. Irremediablemente Garchomp podía hacer K.O. de un solo ataque con esas dos danzas espadas que hizo. Y aun peor, era invencible aun cuando haya realizado su ataque y estaba desprotegido estaba ese molesto Zoroark que le cubría y casi no le hacía nada los rayos de hielo que lanzaba.

Estaba perdida.

Estaba con la confianza rota.

Empezó a llorar, no por la derrota, la persona a la que más confiaba en su vida le había traicionado, sollozó internamente.

Pero es ahí cuando se dio cuenta de los engaños de sus ojos y oídos.

Eran mentiras.

— ¿Por qué no me di cuenta antes? —Se limpió el rostro, como nunca antes lo había hecho sonrió— ¡Ash Ketchum eres todo un idiota!

"Es verdad que tú nunca rompes tus promesas. "Musitó". Si hubiera luchado con el corazón unido a mis pokémon esto jamás hubiera pasado, es más yo estaría ganando en estos momentos".

—Ush… Pensar que tú Ash pensaras de esa forma —trató de molestarlo—, hacer que yo creería que usas un Snorlax al principio y luego puff… Aparece un Zoroark de la nada, eso solo pasa en los mangas, ¿sabes?

—Creo que sí.

—Pero aún hay más, eres un mentiroso, desde un principio debías de decir a tu Zoroark usar paz mental y no maldición —Sacó su lengua con un falso enojo y empezó a reírse regaladamente.

A la misma vez imaginó como hubieran sido las cosas si ella no estaría tan obstinada en ganarle. Si tan solo hubiera atacado con su Hitmolee desde un principio a Snorlax hubiera tomado el control del combate.

"Debí suponerlo" sonrió a su amigo" Creí lo que mis oídos escuchaban, caí en su estrategia, no, más bien en una trampa.

Los destellos azules indicaban un incremento de estadísticas, en cambio los destellos rojos eran una disminución, y a ese Snorlax jamás vio decrecer su velocidad.

—Si me hubiera dado cuenta antes, estoy segura de que te habría ganado Ash —estaba feliz de la batalla que tuvo con ese alguien especial, y aun cuando tenía ganas de seguir peleando, no quería que sus pokémon fueran heridos—. Arbitro me doy por vencida.

Antes sus ojos Leaf se daba por vencida. Pero…

No era hora de festejar.

Solo había pasado una pequeña prueba.

Ahora estaba a punto de pelear de manera peligrosa. Alertó a su espía que estaba en las graderías, junto con Leaf y su amiga fue al encuentro con el Alto Mando de Kanto.

Finalmente se los encontró cara a cara.

Y esta vez no huiría.

— ¿De verdad eres Ash?—Misty había escuchado lo que Leaf dijo en la pelea.

Él tan solo lo ignoró, todos sus sentidos estaban puestas en Lance.

—Espero que esta vez no escapes como siempre —el campeón de Kanto advirtió y a la misma vez preparando su Dragonite.

—No lo haré —finalmente reveló su rostro—. Ahora es mi turno de atacar. ¡Ve Latías!

Su arma secreta estaba lista.


Notas del Autor.

Y la batalla fue una combinación tanto del juego como del anime. Adoro Pokémon quizás sea el único juego del cual me jacte de ser un fanboy. ¡Pero qué va! Este es mi primer fanfic y no es mentira, claro es el primero de este año y el octavo en mi cuenta personal. Y no, por ahora solo pienso en terminar este escrito para ver si no tengo problemas para continuar con otras historias.

Diría que esta ficción será demasiado corta pero no así incompleta. Por lo que me resta decir es que mi próximo objetivo es publicar el segundo capítulo de The end of a dream —vaya que título— y a la vez terminar con cierta reunión inverosímil. Todo esto en esta semana… Eso espero.

Nos vemos.