Disclaimer: Este fanfic participa en el foro de Twitter TkRb_69min. El tema: Primavera. Originalmente eran 4 drabbles los que iba a entregar para este tema, pero… No me dio tiempo terminar ni sabía cómo exactamente seguirlos, así que, de momento, entrego este; con mucha esperanza de que tenga continuación.


"Igual que las semillas sueñan bajo la nieve, nuestro corazón sueña con la primavera."

Khalil Gibran


.

.

.

Al principio -cuando se conocen- la nieve es fría, la noche larga y el día más corto. Por eso no tienen oportunidad de encontrarse ni de ver más allá de las ropas que se hacen gruesas para que puedan soportar el frío.

Chougi llega con una Manba similar a la otra y el antifaz asfixiando el cuerpo de tanto llevarlo puesto. Tiene que liberarse, respirar entrecortado mientras se mantiene en la sala de forjado que casi no es concurrida cuando están en medio de una misión, una misión especial.

El tiempo dentro de la Era de Jurakutei sigue avanzando y el respiro se lo deja únicamente en ocasiones como esas, que tiene que satisfacer necesidades básicas como dormir, comer o descansar. La incidencia de ser humano le exige también comer; respirar aire más fresco que el que tiene la capa que siempre lleva puesta. Es un inspector, al que lamentablemente le dan un corazón humano.

La original sostiene la máscara que se ha quitado para secarse el sudor de la cara y antes de terminar de colocarla para que cubra ambos ojos, escucha la puerta correrse y una melena rubia asomándose ahí sin ninguna presentación de por medio. Es él.

"Las copias se han vuelto insolentes". Chougi siempre procura herir a esa parte del otro; lastimarlo, hacerlo sentir menos y que el cuerpo ajeno no se acerque. Porque siente que es peligroso, tanto como verlo a los ojos y que esa mirada casi cristalina lo penetre hasta lo más profundo de su ser.

La espada de Nagayoshi siempre teme ser devorado por ese abismo.

"No soy una copia". El aludido, sin embargo, contesta con la misma voz monótona, carente de alguna emoción. Si no se ha acostumbrado a eso es que le restó la importancia debida. "El maestro me envió. Te está buscando". El enunciado en sí, es mentira. Yamanbagiri Kunihiro únicamente ha querido ver ese rostro casi de porcelana que no ha parado de sentir una curiosidad insana.

"No iba a tardar". La original siempre es tajante, reservada incluso cuando tiene enfrente a la copia e intenta retraerse para no pasar demasiado tiempo juntos.

"... Chougi." La espada forjada por Horikawa aprovecha el momento exacto en el que ve a la original darse la vuelta y muestra la espalda. No ve nada más que el cuello y los plateados cabellos ligeramente empapados por llevar todo el tiempo la manba puesta. "Deberías tomar un descanso".

El de cabello plateado, sin embargo, lo toma como una ofensa y rehuye de ese contacto que está a punto de ser sobre su cuello. Se aleja, cuando voltea de nuevo en la dirección del intruso tiene el antifaz nuevamente sobre los ojos y las palmas detrás intentando hacer un nudo en la tela.

"Soy el Yamanbagiri original. ¿Por qué debería escuchar a una copia decir estas cosas?" Resopla, sin rendirse, sin alejarse otro centímetro de donde se encuentra.

"Somos los asesinos de la Yamanba. No importa quién sea el verdadero, importa nuestra historia."

"Las copias deberían de mantener la boca cerrada." Es la sentencia de la original la que acaba por llenar el cuarto de una atmósfera densa y la mirada agria dirigida a Kunihiro que no hace más que verlo a los ojos. Es molesta su apariencia, todo aspecto de él es desagradable. Ese rencor se acentúa aún más cuando se entera de un viaje de redescubrimiento* para que se vuelva más fuerte. Debió mantenerse débil.

"Las originales también." Son acciones las que hablan: La copia le cubre los ojos a la original y son los labios los que terminan por callar la insolencia del de cabellos platinos. Los labios de ambas espadas chocan, torpes en un principio porque no saben exactamente lo que están haciendo. Al final ceden ambos, uno disfrutando de ese panorama y el otro intentando no ceder por completo.

Las mejillas de la original se tiñen de ligero carmesí y la copia ve ese detalle que no pasa desapercibido. Él es más lindo de lo que aparenta. Chougi se separa al fin, interponiendo el brazo entre ambos cuerpos y soltando una patada en la espinilla del otro. "Cuando la primavera llegue, espero no ver tu rostro" Usa la Manba como escudo y se va tan rápido como puede en busca del Sacerdote de esa ciudadela.

Chougi no puede con eso, el corazón late precipitado y odia, de verdad, ser humano.

Las comisuras de la espada de Kunihiro se curvan, en una sonrisa; en esa única expresión y la frase que ha soltado el otro no le afecta. Besarlo se siente bien, sentir sus labios a escondidas y en ese invierno donde es especialmente frío lo es aún más; porque el calor le invade el cuerpo y calienta el corazón de a poco.

La Yamanbagiri de cabello dorado quiere que sea primavera, porque es ahí donde podrá ver más allá de la piel. En verano tiene buenas vibras, habrá menos ropas y el otoño empezará a hacer frío, siempre perfecto para que una cama sea compartida.


.

Cuando hablamos de viaje de redescubrimiento es el Kiwame de Yamanbagiri. Espero que les haya gustado, ya estaré por aquí en la sema aintentando postear los siguientes capítulos :')