=) tiempo sin vernos, ¿verdad?... al menos yo les eché de menos.

Este fic es mi regalito para ustedes, estimados y queridos lectores, por haber esperado pacientemente a que tuviera libre de la universidad. En especial para aquellos que comentaron mis fics aunque no eran actualizados, ¡los amo!

Ya saben, Bleach le pertenece a Tite Kubo, incluyendo sus personajes, la historia que leerán está basada en un hecho REAL que por supuesto he decorado y adornado galantemente para hacerlo fic… y si es lo que piensan, ¡No!, ¡no me pasó a mí!... habría matado a mi padre antes, de hecho, aún ahora estoy cerca xD. Posible OOC

Antes de dejarles leer; ¡Holas!, ¿cómo han estado?... imagino que saben que no lucro (ni por gusto ni capacidad) escribiendo fics, así que al menos dígnense a responder el saludo con una review, no solo de escribir vive el escritor, ¡aliméntenlo con las reviews de cada día!

Ok, va en serio, hoy exijo reviews ò.ó


Mi boda

Capítulo 1: Nosotros


Invierno de mañana.

Se acurrucó en posición fetal más firmemente, renuente a dejar ingresar si quiera una leve brisa del frío aire invernal que parecía congelar su cuarto y el resto del mundo. Reacia a despertar, se aferró a la tibieza de su sueño y cama, con la esperanza de continuar al menos el resto del invierno ahí, cual oso en hibernación, aguardando la llegada de un clima más cálido.

Su celular comenzó a sonar entonces, obligándola a salir por completo de su hibernación auto inducida, mas, tal cual le predisponía el clima, se rehusó a destapar si quiera una uña. Ignorando al aparato, metió completamente su cabeza bajo las cobijas y apretujó las mismas aún más firmemente. Era definitivo, realmente iba a comenzar a hibernar.

Unos golpes en su puerta la volvieron a interrumpir en su titánica tarea de volver a dormir, se escucharon pasos firmes antes de que una voz varonil y algo hosca se hiciera presente, rompiendo el acogedor silencio.

-Oye enana, levántate ya.

Era él. Su futuro marido, al menos de momento, había ingresado a la habitación en que dormitaba con la intención de despertarla. Él quizá era el hombre más importante en su vida después de su padre o rivalizando importancia con él. Escuchó que se acercaba a la cama e hizo lo que una chica como ella haría.

Le ignoró.

Emitió un gruñido bajo, se volteó hacia el otro lado y volvió a cobijarse a más no poder. Si se quedaba mucho en esa posición corría un leve riesgo de asfixia.

-Rukia, levántate –volvió a decir. –Va en serio.

-Hace frío –se escuchó como respuesta bajo las mantas. Ichigo sonrió, pero no cejó su intento.

-Es tu última oportunidad…

-Déjame dormir.

Sin previo aviso, Ichigo cometió el acto más criminal del mundo. Destapó de golpe y porrazo a Rukia, jalando las sábanas a distancia de ella.

-¡Animal! –reclamó en el instante mientras de paso buscaba algo con qué abrigarse. Golpearle hubiera ocasionado pérdida de tiempo y energía… la hibernación consume mucha energía.

-Te lo advertí.

-¡Argh!, ¡qué frío! –ignoró la sonrisa del chico mientras se abrazaba a sí misma y frotaba sus brazos. No encontrando nada con qué cobijarse, decidió por lo fácil. Se acercó de inmediato al pelinaranjo y, contrario a lo que él hubiera deseado, comenzó una lucha campal por la chaqueta de éste.

-¡Anda y vístete!, ¡deja mi chaqueta!–él trataba de mantener puesta su chaqueta… que por cierto ya había sido abierta.

No hubo respuesta, Rukia estaba concentrada y empecinada en su tarea. Finalmente ambos cayeron sobre la cama en un intento de Ichigo por controlar a la chica. Rukia por su parte, quedando debajo de él, descubrió que era mucho más cálido quedarse con el cuerpo de su novio como manta a que solo con su chaqueta.

Cuando Ichigo quiso pararse, la menuda mujer se aferró a él y se lo impidió, adentrándose más en el calor corporal de él.

-No me jodas… Rukia, hay demasiadas cosas que hacer hoy –reclamó más sereno

-Por favor Ichigo, un rato más –comentó en un suave murmullo la chica.

Rukia muy pocas veces le pedía las cosas tan amablemente, por lo que soltando un suspiro, Ichigo procedió a cobijarla en sus brazos y besarle con afecto la mejilla.

-¿Ichigo? –al poco rato en que ella estaba quedándose dormida de nuevo, él comenzó a moverse incómodo. –Quédate quieto.

-Lo dices solo porque tú estás muy cómoda. –separándose de Rukia un instante, cogió nuevamente la ropa de cama que había arrojado a los pies de ella, se retiró la chaqueta y los zapatos antes de volver con Rukia y acomodarse ambos.

Ichigo no vivía con Rukia, de hecho, estaban en el apartamento que ella compartía con una de sus amigas, RangikuMatsumoto. Minutos antes Ichigo había ingresado gracias a que Matsumoto le había abierto la puerta y pasase disparada por ella haciéndole un gesto indicativo de que Rukia estaba en su habitación.

El celular volvió a sonar.

-Rukia, tu teléfono. –Ichigo había estado rozando el sueño mientras tenía a la mujer en sus brazos, después de todo, el día anterior había salido muy tarde haciendo correcciones de último momento a los balances financieros de su empresa.

-Contesta tú… -ella se mantuvo aferrada a él e Ichigo a ella. ¿Cómo alguno de los dos ciertamente podría responder el teléfono?

-… ¿Diga? –Ichigo tenía la ventaja de tener los brazos más largos.

-… ¿Kurosaki?

-¿Byakuya? –repentinamente Ichigo se sentó en la cama muy despierto, haciendo que Rukia le diera miradas de odio.

-¿Qué haces contestando el celular de mi hija a esta hora? –pasaban de las 7, pero aún no daban las 8 de la mañana.

-Yo…

-¿Dónde está Rukia? –el tono de voz de su suegro fue frío, muy, muy frío.

-Ichigo, ¿qué pasa? –preguntó Rukia viendo realmente asustado a su novio. -¿Quién es? –preguntó al fijarse en el aparato. Sin decir nada, Ichigo le entregó el artefacto y se retiró de la habitación. -¿Aló? –Rukia se quedó viendo la espalda de Ichigo salir por el umbral.

-Rukia, ¿puedes explicarme por qué Kurosaki contestó tu celular? –la voz sonaba a amenaza, Rukia esbozó una sonrisa en vez de amedrentarse, su padre en ese minuto le hacía gracia.

-Yo estaba dormida, Ichigo acaba de llegar y lo cogió por mí.

-… bien… -su voz no sonó muy convencida. -¿Por qué Kurosaki está ahí?

-Papá… -su voz una leve llamada de atención - ¿Para qué llamabas?

-¿Un padre no puede llamar a su hija un sábado por la mañana? –su tono de voz era serio. Pasaron unos segundos antes de que volviera a hablar. –Hisana te ha echado de menos, desde que estás con Kurosaki nos visitas cada vez menos –un sutil reclamo que indicaba que su padre la extrañaba.

-Yo también los he echado de menos, papá. –sonrió -¿Qué opinas de recibirnos a la cena?

-Si Kurosaki no viene…

-Con Ichigo estaremos allá sobre las siete. – eso no se daba a discusión. Ambos se despidieron y Rukia se levantó finalmente.

·

-Explícame de nuevo, ¿por qué tengo que ir a ver a Byakuya? –Rukia inspiró profundamente, pidiendo paciencia.

-En primer lugar, en vez de solo mandarles una tarjeta, me parece apropiado cuando menos que vayas y se los digas tú –Ella no le miraba en todo momento, se encontraba inspeccionando unos papeles amontonados sobre la mesa de centro. –En segundo, también he echado de menos a mi mamá, va más de dos meses que no la veo.

-Jmp, bien puedes ir sola a saludar a tu mamá… es más, podemos preguntarle cuando es que Byakuya no está y pasamos a ver a Hisana, no tengo problemas.

-Ichigo…

-Vale… -vencido, se dejó caer junto a Rukia en el sofá. –A mí me gusta esta… -dijo apuntando una de las imágenes que Rukia veía.

-Sí, pero… está muy lejos de mi trabajo. –se encontraban viendo planos e imágenes de diversas casas. -¿Qué tal esta?

-No hay un patio lo suficientemente grande para que los niños puedan jugar.

-¿Niños? –ella arqueó una ceja y volteó la vista hacia él.

-¿Qué?, ¿me vas a decir que no quieres hijos?

-Sí, ¿pero no es demasiado pronto para pensar en eso?, es decir… tú y yo… -se sonrojó levemente y desvió la vista –C-creo que primero debemos pensar en una en que estemos bien solo nosotros, luego mudarnos a otra más grande.

-Pues… la verdad no me gusta mudarme, creo que tenemos suficiente ahorrado y con el préstamo nos alcanza para comprar la definitiva de buenas a primeras.

-Y… ¿qué tan grande entonces? –Rukia empezó a pensar un momento –Yo creo que de tres habitaciones sería más que suficiente. No tiene por qué ser tan grande.

-¿Tres?, ¿y dónde queda mi estudio?

-Ichigo, ¿cuántos hijos quieres tener? –le miró algo sorprendida. Él lo pensó menos de un segundo.

-Creo que cuatro es un número algo razonable… aunque no me molesta si son más –abrazó a Rukia por la cintura y ella le miró realmente sorprendida.

-¿Cuatro?, eso es mucho, ¿no te parece? –el le sonrió traviesamente. –Además, la casa entonces tendría que ser grande. Se sentirá muy vacía mientras seamos solo nosotros.

-Tienes razón… pero tengo la solución –inesperadamente empujó a Rukia para reclinarla en el sofá y posicionarse sobre ella.

-¡Ichigo! –ella le miró sonrojada y le obligó a mantener cierta distancia.

-Creo que sería justo ahora empezar a ocuparnos de algunos asuntos, ¿qué opinas Rukia? –su voz, un arma sensual.

-Yo… -no podía negarlo, la atracción física que sentía por su idiota cabeza de naranja era muy grande. Dejó a sus manos aflojar la presión sobre el pecho de Ichigo.

Ichigo, ni tardo ni perezoso, se aventuró a besar a su novia con todo lo que tenía de sí. Una batalla acalorada por la dominancia se dio paso entre ambos mientras leves gemidos salían de la boca de uno para entrar en la del otro. Las manos traviesas de Ichigo comenzaron a viajar por la figura de Rukia, iniciando un tortuoso camino por la piel de su vientre.

-Ichigo… -un susurro… Rukia también dejaba a sus manos vagar por el pecho cubierto de su novio.

Ichigo separó su boca de los labios de Rukia y comenzó a bajar hacia su mandíbula para finalmente dirigirse a su cuello, terminando en su clavícula. Su mano izquierda comenzó a subir suavemente por el costado de Rukia, buscando su pecho.

-¡Espera! –Rukia tomó consciencia en ese momento, deteniendo la mano viajera del Kurosaki justo antes de alcanzarle. Respiraba agitadamente mientras no podía apartar los ojos de los labios de su novio frente a ella, su mano sobre la de él.

Ichigo miró los ojos de Rukia intensamente durante unos minutos. Sonrió y le dio un simple beso a sus hinchados labios.

-Tenemos un pacto, no seré el que lo rompa. –Miró los ojos aún turbios de Rukia y se agachó esta vez para morder su labio –Solo me estoy asegurando de que a ti también se te dificulte mantenerlo.

-Tú… -un murmullo en los labios de Rukia. La chica apartó a su novio de un codazo algo excedido –Te juro que vas a pagar por esto, algún día te lo cobraré.

-¿No me lo estás cobrando ya con lo de ir a ver a tu papá? –preguntó mientras sobaba la zona afectada

-No.

-Pfft… lo que sea.

Al poco rato siguieron revisando viviendas y preseleccionando algunas de ellas. Rukia e Ichigo habían decidido casarse hacia poco más de un mes, sin embargo, ninguno le había comentado la noticia a sus respectivas familias; Ichigo no quería oír el show que armaría su padre, mientras más tarde le avisara mejor, había hasta el momento esquivado las miradas sobre la muestra física de su compromiso; Rukia en cambio quería decirle personalmente a su familia, obviamente acompañada por Ichigo, el problema radicaba en que ambos se encontraban muy ocupados últimamente, haciéndose tiempo los fines de semana solo para ellos mismos y sus planes.

Habían discutido muchos temas, entre los que destacaba el hecho de comprar una casa y mudarse a penas casados. Curiosamente, ninguno de los dos veía realmente importante una luna de miel, habían preferido darle prioridad a vivir juntos y solos en una casa propia. En cierta forma, ello era razonable desde que las opciones eran quedarse en el departamento de Rangiku, con la familia Kuchiki o con la familia Kurosaki… arrendar no era algo que los dos soportaran.

·

-¿Estás segura?, todavía podemos darnos la vuelta y volver –comentó Ichigo en lo que llegaban, tomados de la mano, a una gran y elegante vivienda… posiblemente confundible con mansión.

-Ichigo… -Rukia le dio un suave tirón, ambos habían bajado recientemente de un taxi.

-De acuerdo… -él se acercó a "tocar el timbre" de aquel hogar.

Ingresaron a la propiedad con calma, admirando algunas partes de la mansión y jardines, pensando en qué podría venirles bien en su propia casa cuando la tuvieran, hasta que a ellos llegó corriendo una mujer de aspecto delicado.

-¡Rukia! –estrechó a la morena de baja estatura entre sus brazos -¡Ay hija!, ¿por qué no habías venido antes? –recriminó en lo que Ichigo sonreía complacido al observar el amor de madre. -¡Ichigo-kun! –dijo la mujer recayendo en él.

-Buenas tardes se- antes de acabar de hablar, la mujer lo atrajo hacia ella y lo abrazó también.

-¡No vuelvas a permitir que esta niña no pase a saludar a su madre! –le reprendió también a él. -¿Cómo han estado, muchachos? –Rukia e Ichigo sonrieron finalmente, apartándose un poco de ella.

-Bien, nos ha ido bien –los ojos de Hisana vagaron entre las sonrisas de ambos, terminando en las manos entrelazadas de ellos.

-¡! –de pronto recayó en otro detalle, sorprendiéndose levantó de inmediato la vista con ojos que manifestaban una pregunta que no se atrevía a decir. Rukia sonrió ampliamente e Ichigo también.

-Señora Kuchiki, uno de los temas importantes que quería tratar hoy… -Ichigo siempre se mostraba muy respetuoso con ella, en cierta forma le recordaba a su difunta madre.

-¡Se van a casar! –gritó ella de pronto. -¡Oh, dios mío!, ¡Tienen que dejar que me encargue de todo!

-Mamá, por favor, espera… Ichigo tiene algo que decirte.

-¡Sí, por supuesto!, claro que puedes casarte con mi hija siempre y cuando ella quiera –comentó restándole importancia. -¿Pero qué hacemos parados aquí fuera?, vamos, adentro… Mi niña se casa…

Si bien, tanto Rukia como Ichigo sabían que Hisana no daría problemas, fue muy grato para ambos el que la mujer recibiera tan entusiastamente la noticia. Cuando ingresaban, el tibio sol de invierno dejó de iluminarles, pasando a sentir la totalidad del frío de las paredes de la mansión. Ichigo apretó los dientes y la mano de Rukia.

-Bien… ahora el paso difícil.


Como siempre opino, tengo una cabecita muy genial para escribir títulos, tanto de historias como de capítulos, así como para hacer summarys… obviamente eso era sarcasmo. ¡¿Por qué no puedo escribir ambas cosas decentemente?!

Otra cosa, este fic consta de 5 capítulos módicamente, será actualizado con espacio de tiempo para no topar mis estudios, el capítulo 2 será para el viernes 7 de Junio ;). Mis certámenes acaban la segunda semana de Julio, en cuanto eso pase, me dedico SOLO a escribir, así que ya estarán felices, aunque no tanto como yo xD.

Antes dije que iba en serio y ahora lo reafirmo, ¡Dejen reviews si han leído el fic!

Ps: ¡AMO EL ICHIRUKI! (aunque ya no leo el manga ni fics… T-T lo que es no tener tiempo)

Ps2: No estoy ni a favor ni en contra de las parejas que esperan hasta después de casados para "ocuparse" en algunos asuntos. Por como son Byakuya, Rukia e Ichigo, decidí que la parejita (ichiruki) iba a aguantarse… la verdad, no sé si hoy en día exista alguna pareja que realmente siga esa línea…