Esto no puede estar pasando realmente… ¿O sí? Blastoise, mi último y mejor entrenado pokémon, el que me había regalado mi abuelo, al cual había dedicado meses enteros… Se encontraba debilitado, incapaz de seguir en movimiento y mucho menos contrarrestar los ataques del contrincante, el Charizard de Red, el cual tampoco parecía estar en el mejor estado. No puede ser ¿Cómo terminó mi reinado? Fue demasiado rápido… ni siquiera pude permanecer un día con el título del campeón, ¿Y ya se me fue arrebatado?
"Entrené tan duro como pude, hasta que por fin logré coronarme en lo más alto de la liga pokémon… Entonces ¿Se ha terminado ya mi reinado?" Hice una pausa para proceder a sentarme en la escalera al fondo de la sala y continué "No es justo…" Red, quien hasta el momento había estado escuchándome atentamente, hizo su camino en mi dirección.
"¿Green?" Murmuró. A juzgar por el volumen y la manera en la que lo dijo podría decirse que estaba preocupado. Levante la mirada hacia él, en efecto, estaba preocupado… ¿Por mí?, ¿Por qué habría de preocuparse por alguien como yo?... yo solo… todo esto debió haber sido molestia para él… no me extrañaría que me odie.
Sonreí, si este es realmente el tipo de persona que es Red, no puedo dejar que se lamente por esto, ya le he hecho perder mucho tiempo ¿No? "¡Vamos, no pongas esa cara! Haz ganado ¿No?" Intenté animarle mientras me ponía de pie y depositaba mis manos en sus hombros "Ahora, eres el nuevo Campeón de la Liga Pokémon, aunque no quiera admitirlo"
Red, quien nunca antes había mostrado muchas expresiones a lo largo de toda su vida, ahora estaba… sonriéndome "Gracias…" Él había conseguido ser más fuerte que yo, lo había demostrado hace unos minutos, y me había quedado perfectamente claro que… nunca lograría ser como él, en serio, somos practicante polos opuestos en todo lo que hacemos o decimos… hasta en nuestros nombres…
Interrumpí mí monologo interno al escuchar el sonido de la puerta ubicada al fondo de la habitación abriéndose en par, se reveló una silueta que era poco visible por la luz detrás de esta, pero sin duda se trataba de…
"¡Green!" Mi abuelo, el Profesor Oak. Se aproximó corriendo felizmente hacia mi "¡Tan pronto escuche que habías ganado la liga vine lo más rápido que pude a felicitarte!"
Suspiré e involuntariamente desvíe la mirada de él y me limite a quedarme observando a una esquina… No puedo creer que me encuentre paralizado por la vergüenza de haber perdido.
"¿Red?" Mi abuelo observo a Red minuciosamente, a mi parecer se veía bastante emocionado y a la vez orgulloso de él, hasta que por fin se acercó y lo tomo por lo hombros "¿Qué haces aquí?"
Red se quedó en silencio unos segundos, Lo más probable es que seguro no sabía cómo responderle que antes de que el llegara a felicitar a su nieto, el mismo acababa de vencerle, tomando el título del Campeón "Yo... um"
Apreté mis puños ¿Cómo debía decirle…? Tome una respiración profunda pensando mis palabras, intentando impedir que Red se sintiera culpable "Ah… abuelo perdón, pero llegaste tarde… Red ha logrado vencerme" Me encogí de hombros.
"Ya veo…" mi abuelo soltó a red y me observo seriamente, su expresión alegre que tenía hace unos segundos al saludar a Red se endureció mientras me observaba, mentiría si dijera que no me sentí mal por ello o que no me dolió en absoluto "Perdiste el título ¿verdad?"
Me dedique a mirarle fijamente, pude notar como cambiaba nuevamente su expresión anterior, y sus ojos se llenaban decepción. Suspiré y baje mi cabeza lentamente. Realmente, mi orgullo no me permitiría mirarle a los ojos por un tiempo "Si…"
"¿Sabes a que se debe tu derrota?" Después de que él preguntó eso, un sentimiento de confusión se apodero de mí, haciendo que olvidara mi posición actual por un momento y pueda alzar la mirada. "El que hayas sido derrotado no es más ni menos que tu culpa" Continuó, observándome fijamente a los ojos "Green tienes que aprender muchas cosas… no todo lo que importa es la fuerza, debes tenerle amor y respeto a tus pokémons para que puedan sacar a relucir su máximo potencial, así como Red lo hizo, ¿Entiendes?"
"Tch…" Ahí está de nuevo… alabando a Red, como siempre lo hacía… De esta forma era casi imposible para mí no terminar frustrado o inconforme conmigo mismo. En lugar de darme el tiempo para responder adecuadamente, el abuelo continuó.
"Green, ya deberías saberlo… pero los pokémons igual son capaces de sentir emociones como nosotros, son incapaces de librarse de sentir alegría, tristeza o enojo. Volveré a repetirlo. Debes tenerle amor y respeto a tus pokémons"
Ya es suficiente… No pudo seguir con el sermón, había salido corriendo de la Liga Pokémon… como ya dije, mi orgullo no me permitiría quedarme allí parado a escuchar el resto de sus palabras. No estoy totalmente seguro si es cierto, pero sentía una profunda mirada de preocupación en mi espalda mientras salía de la habitación…
"Green…"
Perdonadme, Red… sé que siempre te dije que sería el mejor, siempre pensando que lo sería, que podría vencer a cualquiera… siempre me esforcé en estar un paso delante de ti y demostrarte mi fuerza, pero a pesar de todos mis esfuerzos, perdí, y ahora estoy huyendo como un cobarde, incapaz de aguantar un sermón más de parte del abuelo.
¿Cuánto tiempo había pasado desde ese entonces?
"¡Typhlosion, llamarada!" Un fuerte grito logro hacerme perder el hilo de mis pensamientos levante mi vista, y pude observar a un muchacho de aproximadamente catorce años de edad de piel pálida, ojos azulados, y pelo oscuro de un tono azulado que le cae por la parte derecha de su frente. Cierto… estaba en una batalla con el niño que conocí en la Isla Canela, el que hace poco fue a combatir contra Blaine, obteniendo la Medalla Volcán.
No debería haber recordado eso ahora… Maldición.
"¡Pidgeot usa tajo aéreo!" Era demasiado tarde… no debí distraerme al subestimarlo… Esto sólo me hace recordar aún más a la vez en la que fui derrotado por Red la última vez que lo vi…
"Pidgeot, ya no puede continuar. ¡La victoria es para Gold, quien ahora gana la Medalla Tierra!" Anuncia el comentarista, mientras que el niño y su pokémon sonreían felices por la victoria. Suspiré y devolví a Pidgeot a su Pokéball en silencio.
Extendí mi mano hacia el con la medalla "Toma, te la ganaste" al segundo después de decir eso, sus ojos se iluminaron y tomo la medalla en sus manos con una gran sonrisa. ¿Cómo es que él pudo hacerme recordar a Red si su personalidad es totalmente opuesta? Suspiré "Bueno ahora debes de estar abriéndote paso por la Liga Pokémon ¿No?, ¿Piensas derrotar a Lance?"
"Gracias… ¿Eh?, ¿A Lance?, Ya le vencí anteriormente la Liga de Johto..." ¿Es una broma?, ¿Alguien como él? No debería subestimarle por su apariencia… "La verdad… es que esperaba poder encontrar el paradero del entrenador que derrotó al Team Rocket hace unos años, ¡Y enfrentarme a él!"
Esto debe ser una broma…
"¿Te refieres a… Red?" Pregunté mientras observaba a Gold, quien me miraba interesado esperando una respuesta. Hacía mucho tiempo que nadie me preguntaba por él, a excepción de su madre, que estaba preocupada por su paradero o mejor dicho, se preguntaba si seguía vivo. Hace tres años que no se sabe nada de él, sólo se escucha su nombre de vez en cuando, recordando sus hazañas o simples rumores acerca de su localización actual "Tu… ¿Cómo sabes sobre él?"
El muchacho pareció sorprenderse un poco por la pregunta, pero después su gesto se relajó y se llevó su mano a su mentón en pose pensador, parecía como si intentaba recordar quien le había hablado acerca de Red "Em... Mientras estuve en Johto, mucha gente le hacía homenaje o se dedicaba a recordarlo, finalmente, cuando me dirigí a Kanto y me propuse recolectar las Medallas de Gimnasio de la región, mucha gente me hablo sobre él, mencionando que era un entrenador muy fuerte"
"Bueno, sí. Es bastante fuerte, a decir verdad" Aparté la mirada con una mueca algo irritada, recordando todas las veces en las que Red había sido capaz de ganarme, algunas veces, sin problemas.
"También mucha gente me dijo que el Líder de Gimnasio de Ciudad Verde, es decir, usted era amigo de la infancia de él, así que pensaba que deberías saber dónde se encuentra" Dijo con una mirada ilusionada, rogando que sepa algo.
"Bueno…" Titubee entre responderle con lo que sabía o no. Realmente por alguna razón que no puedo describir, no quiero decirle lo que sé… Bueno que más da, no creo que este mocoso llegue tan lejos como para ir hasta allá "He escuchado rumores de que se encuentra en el monte plateado, pero no estoy muy seguro si es verdad o no. Además es muy peligroso ir allí y-"
"¿El monte Plateado, dices?, ¿Dónde se encuentra?" Preguntó con una emoción e interés inmenso, ¿En realidad tanto así quería ver a Red y tener una batalla con él?
"Creo que puedes acceder desde la entrada oeste de la Calle Victoria" Le respondí… En serio, ni siquiera sabía en donde se encontraba el Monte plateado y ya quiere enfrentar a Red, aunque… fue capaz de vencerme… aunque no quiera admitirlo, él niño es fuerte, a pesar de no parecerlo.
"¡Entonces ahí iré!, ¡Gracias, Green, te debo una!" Sin decir más, salió corriendo en dirección a la Ruta 22. Es demasiado imprudente… si sigue así no durará nada y no soportará el frío.
"¡Oye, espera un momento! ¡Es muy peligroso! Ahí pokémons de niveles muy altos. Además, en lo alto del Monte Plateado hay temperaturas muy bajas ¡Podrías congelarte si no vas equipado adecuadamente!" Intente detenerle, pero era demasiado tarde, salió corriendo lejos de mi vista en un santiamén… No puede ser, está totalmente decidido a enfrentarse a Red a toda costa… Si va a ese lugar de esa manera, podría perder la vida… lo mejor sería seguirlo y evitar que le suceda algo.
Corrí a toda velocidad intentando alcanzarle, pero había decidido llegar hasta allá montado en su Togekiss, puesto que lo acababa de sacar de su Pokéball. Esto no está bien… tengo que detenerle "¡Espera!" Tras decirle, me observo sorprendido y se volteó en mi dirección.
"¿Qué sucede?" Preguntó con una mirada curiosa y algo confundida. ¿En qué está pensando este mocoso? Además, ¿Por qué estoy tratando de detenerle a toda costa? No me debería importar lo que el haga, o a donde vaya. Tal vez, en el fondo, lo único que realmente quiero es que no vea a Red.
"¡Te he dicho que es muy peligroso!, No es seguro que un niño como tu…" Titubee, ¿Y si simplemente le dejo seguir su camino? Después de todo, él había sido capaz de derrotarme, tal vez no tenga problemas en llegar hasta Red. Negué instintivamente, fuerte o no, atravesar el monte plateado no es tarea sencilla. Seguro Gold se habrá dado cuenta de lo que pasaba por mi cabeza, ya que su expresión estaba aún más confundida que antes.
"¡No te preocupes! Estaré bien por mi cuenta. Además ya debes saber que he derrotado a los Líderes de Gimnasio, tanto de Johto como de Kanto, al alto mando, al Campeón, sin mencionar al Team Rocket. Ya verás que regresaré sin un rasguño. ¡Volveré aquí con otra victoria! Y entonces…" El crío sonrió para sí mismo, dejando en una pausa momentánea su discurso, cerró sus ojos para luego abrirlos con determinación "¡Seré el mejor!" Este mocoso… de verdad me recuerda a alguien "¡Vamos Togekiss! ¡Al monte plateado!"
"¡Te he dicho que espe-" Me tomo un momento reaccionar, debido al fuerte viento producido por el vuelo del pokémon. Me quedé aturdido mientras variadas imágenes aparecían en mi mente, todas ellas eran sobre mi viaje por Kanto y los momentos que pasé en mis continuas batallas. Obviamente en ellas, no podía faltar él.
Cuando por fin fui capaz de reaccionar, lo único que vi fue una silueta a lo lejos, elevándose por encima de las nubes. Ese mocoso… Apoyé mi mano en la parte superior de mi cabeza, jalando del cabello castaño con frustración "¡Maldición! Parece que tendré que dirigirme hacia el monte plateado" Pero antes, hice mi camino de vuelta hacia el Gimnasio. Se va a congelar tengo que llevar algo… Al ingresar al interior lo rápido que pude me dirigí al perchero que se encontraba justo al lado de la puerta tomando mi abrigo que se encontraba allí, junto con mi equipo pokémon, el cual debe encontrarse en perfecto estado ahora. Justo antes de volver a salir, recordé que debía decirles al resto lo que haría y grite con todas mis fuerzas para que lograrán escuchar a la perfección "¡Iré camino al monte plateado, por ahora el Gimnasio se encuentra cerrado, pueden irse!" Todos me observaron atónitos, por sus expresiones podría decir que tenían curiosidad acerca del motivo por el cual me dirigía ahí, pero se abstuvieron de preguntar.
Salí del interior del Gimnasio y rápidamente saque a Pidgeot de su pokéball y me subí sobre él, intentando no perder el tiempo "¡Rápido Pidgeot, al Monte plateado!" Y el pokémon despegó velozmente, elevándose a una alta velocidad. Sólo espero que no se desmaye, si lo hace podría darle una hipotermia y será su fin… sin mencionar que su pokémon podría perder el equilibrio, llevándolo a una muerte segura…
A medida que nos acercábamos, no podía observar bien debido a que había comenzado una tormenta de nieve. En todo el alboroto que se produjo de repente, pude divisar en el suelo un bulto cubierto de nieve y a su lado una gorra mitad negra y mitad amarilla que se me resultaba increíblemente familiar. Mierda… lo sabía "¡Pidgeot desciende!" Baje apresuradamente de su espalda, regresándolo a la pokéball inmediatamente, para evitar que le suceda algo con la ventisca, y corrí en dirección a la gorra y excavé rápidamente en la nieve. En efecto, este era el crío que hace poco lo había derrotado.
Suspiré de alivio al ver que aún seguía respirando con normalidad. Junto a la gorra estaba también una pokéball, supuse que antes de desmayarse había sido capaz de devolver a Togekiss a su pokéball para evitar que le sucediera algo. Recogí sus pertenecías, guardándolas en mi bolsillo y lo llevé a cuestas sobre mi espalda hasta encontrar una entrada al interior de la montaña.
Cuando ingresé al interior de la cueva me apresuré y recosté a Gold en el suelo, inmediatamente recogí algunas ramas, pertenecientes a los arboles del exterior, que debido a la ventisca habían logrado entrar al interior del monte, después de reunirlas, saque a Arcanine de su pokéball, así por lo menos tendríamos como evitar que las bajas temperaturas nos afecten tanto "Arcanine, usa lanzallamas" El pokémon obedeció, y al instante se encendió el fuego.
Ahora era posible apreciar una visión más clara del interior de la cueva, la mayoría del espacio estaba limitado por rocas, por lo cual era imposible avanzar sin tener que salir de la cueva por el momento. Decidí no regresar a Arcanine, puesto que podría serme de utilidad, mientras este se acurrucaba a mi lado. Después de que Arcanine logró dormirse decidí acercar a Gold a la fogata. No debería preocuparme tanto por él… Ya había hecho un esfuerzo al advertirle que era peligroso, tal vez debí haberlo abandonado a su suerte… Seguro con mi arrogante actitud que tenía hace un par de años, no me hubiese importado en lo más mínimo.
A medida que continuaba con mis pensamientos, noté como la cara del menor empezaba a reaccionar al calor mientras abría sus ojos, y comenzó a levantarse mientras frotaba sus párpados, soltando un ligero bostezo preguntó "¿Dónde… estoy? ¡¿Eh?! ¡¿Qué haces aquí?!" desconcertado. No me pude aguantan las ganas de golpear su cabeza por su imprudencia "¡Oye, eso dolió!" puso su mano sobre su cabeza con una expresión de dolor, mientras pequeñas lagrimas se empezaban a formar por las comisuras de los ojos "¡Eso es maltrato infantil!"
"Maltrato animal diría yo, además te lo mereces" Dije frunciendo el ceño, podría por lo menos agradecerme por salvarlo… "¿Sabes todos los problemas que pasé para encontrarte?" Se quedó mirándome fijamente por un tiempo, parecía molesto, debo admitir que su personalidad es muy parecida a la mía de hace tres años.
"¡Es por eso que los viejos no deberían entrometerse, ya no estás en condiciones de ir al monte plateado!" Dijo con una expresión burlona. Este mocoso… Solo espero no haber llegado a ser así de molesto, pensé reprimiendo las ganas de volver a golpearlo "Eso me recuerda, eres él amigo de la infancia de Red ¿No?, pero no mucha gente habla de ti ¿Acaso no hiciste nada, viejo?"
"¿Ah?, ¿Acaso nadie mencionó que fui el primero en derrotar al alto mando y convertirme en Campeón? ¡Yo, Green Oak, el nieto del Profesor Oak!" Dije sobresaltado, hace mucho tiempo que no me enojaba de esa forma…
"¡Ah! ¿Tú eres el nieto del Profesor Oak? Una vez escuche sobre un entrenador bastante fuerte, quien fue el primero en derrotar al alto mando de Kanto y hacerse con el título de Campeón… hasta que alguien vino y lo derroto en cuestión de minutos, ni siquiera pudo celebrar su victoria ¿Eras tú, vejete?" Respondió con una mueca engreída.
"Mocoso… ¿Con quién crees que estás hablando?" dije mientras presionaba mis puños contra ambos lados de su cabeza "Deberías al menos tenerle respeto a tus mayores, ¡Y no estoy viejo, sólo tengo 17!"
"Por eso es que estás vie- ¡Oye, detente eso duele!" Gold finalmente logró zafarse, luego de esto hubo un breve silencio entre nosotros…
En ese momento, solo se quedó al lado de la fogata intentando entrar en calor "¡Ah! Es verdad" dijo de pronto debió recordar algo -¿Mis pokémons están bien? ¿A Togekiss no le paso nada? Recuerdo haberle regresado a su pokéball un momento antes de colapsar, pero…" Supongo que al menos no puede evitar preocuparse por su equipo pokémon… creí que se parecía a mí cuando había empezado mi viaje por Kanto, pero anteriormente no me solía preocupar el estado de mis pokémons, sólo me interesaba ganar y volverme más fuerte… ahora es como si fuera… "¿Green?, No me digas que le pasó algo a Togekiss"
"¿Eh? No, como dices, lograste guardar a tiempo a tu pokémon, en este momento lo tengo aquí, así que no te asustes, mocoso" Saque la pokéball de mi bolsillo y se la entregue mientras le daba una palmadita en la espalda.
Al instante después de decir eso, soltó un profundo suspiro de alivio mientras miraba a la pokéball "Eso me tranquiliza… Realmente no sé que haría si le pasará algo a alguno de ellos…" Dijo con una sonrisa, para luego dejar salir a Togekiss y revisar su estado.
"Suenas como una madre preocupada" me burlé de él, ganándome un ceño fruncido de su parte "Bueno supongo que después de todo no eres alguien tan inmaduro" Aunque odie admitirlo… él es mejor persona de lo que yo fui. ¿Por qué mi única meta era volverme fuerte?, ¿De dónde salieron esos deseos inmensos de derrotar a Red? Creo que fue debido a que mi orgullo… no permitiría que, después de nuestro primer combate, yo mismo aceptara la derrota tan fácilmente. Yo tenía que vencerlo a como dé lugar.
"¿Green, sucede algo? Hace un rato que no dejas de mirar la fogata… ¿Después de todo es por la edad?" Preguntó mientras devolvía a Togekiss a su pokéball, empezando a reír. No deja de ser un mocoso repugnante… Amenacé con golpearlo nuevamente para que dejara de reírse.
"Bueno creo que es normal preocuparse por los pokémons, como tú lo haces" Hice una ligera pausa, recordando las palabras del viejo… "Al fin y al cabo, como dijo cierta persona, no todo lo que importa es la fuerza, debes tenerle amor y respeto a tus pokémons para que puedan sacar a relucir su máximo potencial… Además te pareces un poco a alguien…"
"¿Te refieres a Red?" Pregunto con una sonrisa engreída, mientras se cruzaba de brazos.
"¿Eh? ¿Cómo lo supiste?" Estaba desconcertado, ¿En qué momento había sido capaz de darse cuenta? Tras esto, la sonrisa que se encontraba dibujada en su cara se ensancho por mi reacción y río.
"¡Lo sabía! Lo supuse porque tus ojos se veían nostálgicos, ya sabes, en ese momento cuando te pregunte donde se encontraba Red, también dudaste bastante si decirme o no" Declaró sonriendo, con la misma sonrisa arrogante de hace un momento, como si supiera a la perfección lo que pensaba.
"Mejor duérmete" Me observo interrogante, alzando una ceja "¿Por qué me miras así? Los niños normalmente van a la cama a esta hora" A decir verdad, se sentía bien burlarse de él. Después de esto, le arrojé el abrigo que había ido a buscar al Gimnasio "Adelante, descansa. Sólo espero que no tengas una pesadilla y empieces a llorar como un crío"
"¡Tengo 14 años!" Dijo mientras se acomodaba en el suelo con el abrigo encima, dándome la espalda "¡No me subestimes, vejete!"
"Como digas, mocoso"
"Muérete" No puede evitar soltar una carcajada, hace tiempo que no me reía de alguna estupidez o me burlaba así de alguien. Me acerque más a la fogata para calentarme. Aún no podía dejar de pensar en el pasado… ¿Qué habrá sido de Red…? ¿Estará realmente en la cima del Monte Plateado a la espera de un contrincante digno? El cansancio había comenzado a hacer que mis párpados se sintieran pesador de pronto, pero no podía darme el lujo de quedarme dormido ahora.
