MI PEQUEÑO MILAGRO

Resumen: Harry bebe una poción que le hace ver las cosas de su colegio desde otra perspectiva a la que está acostumbrado...Cuadros parlanchines, nuevos fantasmas, alumnos que no eran lo que son y demás familia irrumpen en este nuevo aspecto de su vida.

Disclaimer: si fuese Rowling no estaría escribiendo slash...aquí, sino que lo comercializaría (hombre! como Rice) así si que sería millonaria (weno también si escribiese mejor pero que se le va a hacer)

1. La poción

- ...ya sé que en opinión del Ministro de magia, Hogwarts no es seguro pero yo les aseguro lo contrario- McGonagall, con aspecto triste pero seguro daba los últimos retoques a su discurso de fin de curso,- por tanto invito a todo el que lo desee a quedarse durante este verano en la fortaleza que el castillo nos proporciona. – Se volvió a sentar a la mesa asintiendo con la cabeza por el gran discurso, pero una voz que provenía de la pared situada a su espalda interrumpió sus pensamientos.

- Yo que tú les daría un aliciente a los alumnos- le recomendaba la voz- no sé, una obra de teatro, banquetes diarios...¡caramelos de limón!

La directora procuró contener su profunda mueca de asco y se giró a hablar con el cuadro:- Albus, no sé como decírtelo pero... ¡¡a nadie le gustaban tus dichosos caramelos!!

- Oh- el anciano, con aspecto disgustado se retiró del marco colgando el cartel de "el teléfono al que llama está ocupado o fuera de cobertura", y haciendo sentir a Minerva realmente mal, pero alguien tenía que decírselo tarde o temprano, como le apoyaron los cuadros de alrededor.

Minerva McGonagall era considerada una "nueva rica" ya que apenas acababa de llegar al poder, así que debía ser aconsejada en todo lo que pudiesen, por tanto los directores la acompañaron hasta el gran comedor, de cuadro en cuadro, consiguiendo que se les uniesen todos los demás en el camino y así llegaron juntos, al Gran Comedor.

- Mira ya han vuelto todos esos petardos de cuadros- le susurró Ron al oído a su mejor amigo el cual rió con una risita histérica que sorprendió al pelirrojo.

- Ey Ron estoy aquí- le saludó Harry al otro lado de la mesa en tanto Ron miraba alternativamente al moreno y a una extraña chica rubia que le sonaba de algo, sí, podía relacionarla con Ravenclaw, rábanos...pero era muy difícil de acertar exactamente quién era. – Es Luna¡idiota!- le chivó en alta voz su amigo quien le había visto en apuros.

- Silencio- la directora atrajo la atención de todos, incluidos los Gryffindors que dejaron de preguntarse momentáneamente qué narices hacía esa loca de Ravenclaw en su mesa.

- Una buena llamada a la atención- comentó Armando Dippet- francamente, esta chica va mejorando.

McGonagall procuró hacer caso omiso a los comentarios del personaje aunque ese hubiese sido el primer comentario agradable que procediese de alguno de los directores antiguos de Hogwarts, y pronunció su discurso exultante de orgullo.

Tras finalizado no se oyó ni una mosca en la sala, aunque tal vez eso se debiese a los hechizos anti-moscas de los que se encontraba dotado el castillo.- Ehmm, a quien se vaya le regalaremos montañas de paquetes de caramelos de limón, que no podrán rechazar- inmediatamente la sala se llenó de gritos a favor de quedarse durante las vacaciones, y preguntas típicas de ¿dónde se firma? mientras un bufido de enfado resonaba cerca del oído de Minerva, la cual miró a su alrededor esperando encontrar en el estrecho retrato donde se apiñaban todos la imagen de Dumbledore, pero no lo vio así que decidió dejarlo pasar colgando en un corcho la hoja de inscripciones.

- ¡Yo, yo, yo!- gritaba Ron intentando abrirse paso para apuntarlos, a él y a sus dos amigos.

- Pero Ron¿no íbamos a ir a la Madriguera? Ya sabes, la boda de Fleur... además que a ti te gustan los caramelos de limón.

- Ssshh- le calló su amigo- ¿no ves que esta es la única oportunidad de librarnos de mi madre? No sabes cómo se pone con los nervios de la boda- su amigo pelinegro se lo podía imaginar perfectamente así que le ayudó a apuntarlos.

- Bueno, si no os importa ahora mismo me voy a dar una vuelta- alejándose rápidamente de entre el gentío, y sin que pudiesen seguirlo, Hermione y Ron vieron a su mejor amigo salir hacia el jardín, pero ellos tenían cosas más importantes en las que tratar.

- Bueno Ro-Ro¿qué tal si empiezas a practicar tus clases de aparición?- el pelirrojo puso cara de espanto e intentó escapar sin éxito de su amiga, quien rió con ganas, hoy iba a ser una clase muy divertida...

- No, déjale¡él no tiene la culpa!

- Harry despierta

- No, suéltame, tengo que ayudarlo, él no quiere, no puede...¡No te atrevas a ponerle tus sucias manos encima!

- Ron ayúdame, no consigo despertarlo- tras varios intentos los dos amigos consiguieron despertar a un dolorido moreno quién, con expresión de dolor, se sujetaba la frente. - ¿Qué pasaba Harry¿Hubo algún ataque?

- Mi pastel- murmuró con voz desmayada.

- ¿¿Cómo??

- No sé- rectificó el moreno dándose cuenta de lo dicho anteriormente. Retiró la mano de la cicatriz y la vio, llena de sangre, lo cual le hizo marearse y casi desmayarse. Se apoyó en el tronco del árbol bajo el cual se había quedado dormido, mientras sus amigos cruzaban una mirada cargada de sospecha.

- Vamos, mejor que te llevemos a enfermería le aconsejó su amiga pasándole un brazo alrededor de su cintura al mismo tiempo que su otro amigo le cargaba casi todo el peso sobre sus hombros.

- Por el amor de Merlín ¿Qué ha ocurrido?- la enfermera les atendió con cara de preocupación, y agarró al pálido Harry sin mucho esfuerzo arrojándolo sobre una cama.- Granger, Weasley, tráiganme gasas, y vendas ¡ya!- los dos alumnos obedecieron en el acto, y regresaron con lo pedido. Vieron como la enfermera limpiaba la sangre con extrema delicadeza mientras murmuraba para sus adentros- tras ello, envolvió en una venda la muñeca sobre la que se había apoyado el moreno que se veía ligeramente hinchada.- Con esto bastará, ahora el señor Potter tendrá que beber un sencillo reconstituyente de sangre y una poción para mejorar las barreras, no vaya a ser que caiga enfermo- regresó inmediatamente con un frasco de color magenta que hizo beber al moreno, pero el segundo brebaje no lo encontró por ninguna parte- Muy bein señor Weasley..quiero decir, señorita Granger, sí mejor usted, los alumnos de quinto año de Ravenclaw tuvieron que prepararla el otro día como proyecto de fin de curso así que, si no le molesta...- y se giró sin pararse a comprobar si le molestaba o no.

La chica salió corriendo y se topó pocos pisos más tarde con Luna, quien traía entre sus manos un frasco con un líquido de color cereza.

- Luna esto es poción de barreras¿no?- preguntó arrebatándole el frasco.

- ¡¡No!!- gritó la chica intentando recuperarla.

- Claro que lo es, sabría reconocerla en cualquier parte, anda no seas egoísta, es para Harry- y sin más se marchó de vuelta a la enfermería donde su recuperado amigo hacía intentos de escape.

La rubia y estrambótica Luna siguió a Hermione hasta la enfermería, pero como no era tan rápida justo cuando llegaba pudo ver a Harry tomarse hasta la última gota de su experimento. Deseando no haberse pasado con los escarabajos machacados, Luna se marchó con un último pensamiento de consuelo para el pobre que se lo había bebido.

to be continued

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