Sailor Moon no me pertenece, ni ninguno de sus personajes. Todos son propiedad de Naoko Takeuchi, a la cual estoy muy agradecida por haber compartido con todos nosotros su fantástica historia y creaciones.

Esta historia es para fines de entretenimiento y no busco lucrar con ella.

Nota: Que tal queridas lectoras! Aquí me tienen con éste nuevo fic que inicialmente seria un oneshot jeje… pero ya me conocen jaja me extendí más de la cuenta y terminó siendo un fic de tan sólo dos chaps, pero con la sorpresa de que en el siguiente y ultimo chap terminó siendo también un intento de SongFic. Sé que tengo pendiente el final de "Lágrimas", y de corazón también deseo no hacerlas esperar mucho, pero es que no puedo continuar escribiendo y concentrarme sin sacarme de la cabeza primero la idea de donde surgió este fic que ya tenía esperando desde hace mucho.

Para completar la tabla que tenía pendiente. Tabla de los enamorados: "Miradas" ^-^ Los protagonistas esta vez son una de mis parejas favoritas: Mina Aino & Yaten Kou. Espero que les guste y dejen sus comentarios, que como siempre, son los que me alientan a seguir y a procurar superarme y aprender.

"Miradas"

Por

Sams Brok

Capítulo I

"Mírame"

Era una tarde fresca de Enero, después de clases. El sol, radiante, se proponía comenzar a descender para dar paso al final del día.

En las calles del distrito Azabu Jūban en Tokio, gente iba y venía sin detenerse, caminando lenta o apresuradamente, sin observarse ni preocuparse, tan sólo absortos cada quien en sus propios pensamientos.

Entre el gentío, y muy animadamente, una linda jovencita sobresalía, no sólo por su brillante y rubio cabello, ni por el gracioso pero simpático moño rojo que portaba, más bien por la radiante sonrisa que mostraba a la vez que su animada actitud la hacía brillar.

Mina Aino. De ya 18 años de edad, la rubia jovencita era ya un poco más alta, también así algunas zonas de su anatomía se notaban más remarcadas y definidas dándole ese aire de inevitable madurez. De no ser por el uniforme de la preparatoria que llevaba puesto, ni siquiera se pensaría que era una estudiante aún.

A pesar de que a simple vista pareciese que ya no era la misma Mina Aino que más de dos años atrás se las había ingeniado para poder salir con dos galanes al mismo tiempo (que habían resultado ser el enemigo), era ella, la mismísima Mina Aino que sin reservas, y jovialmente caminaba por la vida, disfrutándola, agradeciéndola. Claro que ahora, de forma inevitable, sus modos y jovialidad se habían suavizado propios a su edad dándole un toque distinguido, sin embargo, su alegría reflejada en su transparente sonrisa, era inmutable, perpetua.

Mina caminaba afablemente por las aceras que parecía tener ya grabadas en su memoria, ya que de vez en vez con confianza volteaba y giraba para saludar con alegría a uno que otro conocido comerciante que la saludaba y llamaba por su nombre. Prácticamente casi todos los comerciantes de esas calles que Mina recorría desde hace un par de meses la conocían y le sonreían con dulzura y orgullo. Estaban tan acostumbrados al ya rutinario paso de la rubia que incluso había uno, un castaño de su edad, que salía a esperarla fuera de un local comercial para saludarla y deleitarse con su andar.

La rubia de bellos e intensos ojos azules hacia lo mismo todas las tardes: Después de despedirse de sus queridas amigas, Mina se dirigía con total emoción a la sede de una de las disqueras más importantes de Tokio, en donde hace ya dos meses le habían aceptado su primer 'demo'.

La chica que no cabía en sí de felicidad iba todas las tardes para someterse a exhaustivas sesiones de grabación y pruebas de sonido, clases de canto, cambios aquí y allá… en fin, de diversos detalles agotadores que a más de uno sacarían de quicio. Pero no a Mina. No, jamás ella podría cansarse del camino que había elegido, porque era lo que le gustaba, y porque, tiempo atrás gracias a tres talentosos chicos tuvo la oportunidad de contemplar lo exhaustivo pero a la vez maravilloso trabajo que hacían.

Los chicos… sus amigos… sus aliados… A su mente volvieron recuerdos que de cierta forma la pusieron nostálgica. Interesantemente, ella los recordaba con cariño y entusiasmo ya que de vez en vez llegaba a tener noticias suyas. A pesar de que los tres jóvenes habían aceptado la Tierra como su nuevo hogar, su apretada agenda los había alejado de sus amigos. El grupo Three Lights, más talentoso que nunca, se había marchado a viajar por el mundo casi dos años atrás promocionando su música.

Mina sonrió con nostalgia… Qué tiempos aquellos en donde todo parecía ser más sencillo.

Momentos después la animada rubia llegaba a su destino puntual como siempre. Siguiendo su rutina diaria, Mina se dirigió al estudio de grabación acostumbrado, donde, como le habían ordenado, debía comenzar con la prueba de una nueva canción.

Entrando al estudio animadamente, Mina canturreó con confianza–"Mina llegó!"- saludó antes de notar que en el cuarto de grabación tan sólo se encontraba uno de los auxiliares, el cual la recibió con una sonrisa y la saludó con respeto.

-"Buenas tardes Srta. Aino. Tengo notificado que el día de hoy se han pospuesto las actividades y me han pedido le informe que el productor desea verla"-

-"Ohh…"- suspiró la rubia un tanto intrigada por el inesperado cambio –"Gracias Takahashi"- exclamó retirándose.

Caminando distraídamente por los desiertos pasillos, la joven comenzó a divagar sobre las razones por las que el productor quisiese verla. Con una mano en la barbilla, Mina intentaba adivinar. Por un momento un terrible pensamiento la asaltó y un sentimiento de pánico la envolvió: ¿Y si el productor se hubiese arrepentido de darle una oportunidad?... Un segundo después ese pensamiento desapareció. Si fuese como estaba pensando, un día antes el mismo productor no la hubiese felicitado por su desempeño, ni la hubiese animado a seguir así…

Con ese pensamiento saltando en su mente, y con un severo nerviosismo que hacía que su corazón retumbara con fuerza en su interior, Mina iba tan distraída que al doblar en un pasillo chocó con fuerza contra alguien…

-"Auch!"- se quejó cayendo de sentón.

-"Oh! Lo siento…"- dijo una varonil voz sonando apenada –"No era mi intención, yo… ¿Mina?"- cuestionó con sorpresa.

Mina no terminaba de recuperarse cuando notó lo familiar que sonaba esa voz. Levantando la mirada con rapidez, frente a ella encontró tres conocidos, y sin duda atractivos rostros:

Justo frente a ella y ofreciendo su mano para ayudarla, un simpático pelinegro le sonreía abiertamente; detrás de él, por un lado, el sereno rostro de un castaño que la veía con sorpresa; y por el otro lado, la arrogante mirada de un ojiverde.

-"Chicos!"- exclamó finalmente con emoción a la vez que aceptaba la mano del pelinegro. Llevando su mirada de uno en uno, soltó con alegría sus nombres –"Yaten! Taiki! Seiya!"-

Seiya Kou le sonrió con emoción, contento de ver después de mucho tiempo un rostro conocido; Taiki Kou le sonrió de forma suave y sincera; y Yaten Kou… bueno, Yaten seguía siendo Yaten, quien sólo se limito a levantar una ceja y saludar con un movimiento de cabeza.

Sin salir de su asombro, Mina les sonrió abiertamente mientras cuestionaba sin parar –"¿Qué hacen aquí? ¿Cuándo volvieron? ¿Cómo les fue? ¿Cómo es América? ¿Qué planes tienen ahora?..."-

Seiya, divertido con la situación comentó animadamente –"Calma Mina… También te extrañamos jeje… Pero, mejor cuéntanos de ti ¿Qué haces por aquí?"-

Bajo un toque de nervios, Mina se sintió expuesta. Sintió como un cosquilleo recorrió su espalda y como sus mejillas comenzaron a arder. Sabía que quienes la aceptaron ahí eran expertos en la materia, pero, contar con la aprobación del grupo que más admiraba en el medio era algo anhelado. Soltando un suspiro, la rubia recordó todo su trabajo y empeño en estos dos meses, entonces, sintiéndose orgullosa de sí misma levanto el mentón y sonrió de medio lado dispuesta a contestar…

-"Yo…"-

-"¡Kou!"- exclamó con alegría una voz grave a espalda de ellos haciéndolos voltear a la vez que hacia respingar de nervios a la rubia –"¿En donde se habían metido muchachos? He estado buscándolos…"- se trataba del productor a quien Mina estaba por ir a ver. Era un hombre robusto, ya entrado en años y que siempre mantenía una simpática sonrisa en su rostro –"…Oh, ¡Vaya! ¿Pero se han conocido ya? Perfecto, perfecto…"-

La divertida mirada de Mina pasó de rostro en rostro sonrojada en su totalidad. Los tres chicos confundidos e intrigados titubearon un poco antes de que Taiki lograra comentar con propiedad –"En realidad conocemos a la Srta. Aino desde hace mucho tiempo"-

-"¿Es eso cierto?"- cuestionó el hombre con jovialidad –"Perfecto, perfecto…"- añadió con su simpática sonrisa –"Srta. Aino, es ésta la sorpresa que le tenía preparada el día de hoy. Después de consultarlo con mis colegas y socios, hemos llegado a la decisión de que a partir de hoy trabajara con el talentoso grupo Three Lights…"-

Con los ojos abiertos de par en par, Mina, boquiabierta, sin respirar, pálida, por un momento juró que el mundo se detuvo… Escuchando voces en la lejanía, frente a ella el alegre y cálido rostro de Seiya la animó con una sonrisa y la sorprendida y curiosa mirada de Taiki la dejó en expectativa… Yaten… Yaten sólo se limitó a levantar una ceja y desviar su inexpresivo rostro.

-"… la comercialización de su imagen comienza ya…"- volvió a escuchar decir al jovial hombre que no pareció reparar en el shock de la rubia –"así que lo ideal es que se vaya acostumbrando al ritmo de trabajo ya que la mejor forma de lanzarla al estrellato será abriendo, por supuesto, los conciertos de estos chicos"-

Demasiado. Fue demasiada la impresión de las últimas palabras que con claridad sintió sus piernas flaquear y su cabeza darle vuelta… Sintiendo que se alejaba, la última imagen que Mina capturó antes de cerrar los ojos fue la de Seiya abalanzándose hacia ella y tres preocupadas miradas más observándola.

-"Mina…"- se escuchó a lo lejos –"Mina…"-

Somnolienta, con algo de esfuerzo la rubia logró abrir sus parpados. El rostro de Seiya la recibió, sonriéndole.

-"¿Estás bien Mina?"- cuestionó divertido el pelinegro.

La rubia, sorprendida, reparó en que se encontraba en el mismo sitio con Seiya apenas sosteniéndola, y Taiki y el productor a espaldas de él viéndola con fijeza.

Llevándose una mano a la cabeza Mina recordó lo sucedido.

-"¿Se encuentra bien Srta. Aino?"- preguntó el hombre con preocupación haciendo que sus arrugas se marcaran más en su rostro.

-"Lo siento, estoy bien"- atinó a decir avergonzada –"Debió ser la impresión jeje… sumando el hecho de que olvide comer jaja"- susurró llevándose el brazo detrás de la cabeza.

Sonriendo de alivio, el adorable hombre entrelazó sus robustos dedos aceptando la confirmación y estaba por comentar algo cuando la voz de Yaten lo interrumpió:

-"Si ella no es capaz de soportar estas cosas, no comprendo cómo espera que soporte el ritmo de trabajo…"-

Levantando el rostro, Mina, avergonzada en verdad, cruzó por un fugaz instante la mirada con el ojiverde quien con frialdad en su mirar y nada amigable, por un segundo pareció esperar una respuesta, al no obtenerla, dio la espalda y se marchó exclamando como si nada:

-"Si eso era todo me marcho. Encárguense ustedes de los arreglos"-

Bajo la atenta y silenciosa mirada de todos, la silueta del ojiverde se perdió al doblar en un pasillo.

Mina bajó el rostro con tristeza. Las palabras de él la habían lastimado, después de todo contar con la aprobación de ellos era importante.

Un tanto incomodo, el sonriente hombre carraspeó un poco antes de comentar –"Muy bien, muy bien… ahh… Srta. Aino ¿nos acompaña a mi oficina para que comencemos a hondear en el tema?"-

-"Pero…"- titubeó la rubia confundida –"…Yaten"-

Comprendiendo, Taiki explicó –"Yaten puede decir lo que quiera, pero he aquí quien toma las decisiones"- añadió señalando al adorable productor que infantilmente, con las manos en la espalda, se abalanzaba hacia delante y hacia atrás con alegría.

Comenzando a avanzar, siguiéndolos cabizbaja, Mina aún se sentía apenada, reflejándose en su mirar cierta incertidumbre.

Notándolo, Seiya le sonrió afirmando –"No te mortifiques Mina, ya conoces a Yaten, es un huraño renuente a experiencias nuevas. Además tu escuchaste lo último que dijo: 'Ustedes encárguense de los arreglos'. Eso sólo significa que después de todo te está aceptando. Ya veras, lo harás genial"- puntualizó con un guiño.

Sintiendo que el alma le volvía al cuerpo, la rubia le regaló una amplia sonrisa.

Después de ese día Mina Aino se propusó esforzarse aún más.

Una vez contándoles a sus amigas lo sucedido, y por supuesto pasando de la euforia que les causó el regreso de sus amigos, todas acordaron ayudarla en lo que hiciera falta, por ejemplo:

Lita se ofreció a prepararle deliciosos licuados nutritivos y exquisitos almuerzos para que estuviese al cien todo el tiempo… de lo que después tuvo que prometer también a Serena, quien con los ojos brillando expresó también necesitar muchas energías para poder realizar tantos trabajos escolares…

Por otro lado, Amy se ofreció a ayudarla a resolver sus tareas escolares, antes, durante y después de clases para evitar así cualquier atraso que el arduo trabajo de la rubia podría acarrear. Por supuesto, después de su ofrecimiento no pudo librarse de la petición de la otra rubia que con un puchero suplicó ayuda con un par de tareas atrasadas.

Rei en cambio, al no asistir a la misma preparatoria se comprometió a ayudarla en cualquier trabajo de investigación que le fuese dejado (que al estar en los últimos meses del ciclo escolar eran muchos), con la clara advertencia interpuesta por Amy, de que Mina tenía que comprometerse a leerlos y estudiarlos muy bien… Ofrecimiento que terminó con una malvada Rei mostrando la lengua a una devastada Serena que lloraba suplicando inútilmente que la ayudara con eso también…

Y Serena… bueno, Serena después de meditarlo un momento se ofreció gustosa a crear el primer Club de Fans de Mina, quien aceptó con una enorme sonrisa iluminando su rostro, sin sospechar por supuesto que dentro de la distraída cabeza de Serena, ésta se preguntaba como rayos se creaba un Club…

Unos cuantos días pasaron entre preparativos y arreglos. Días que bastaron para que al menos dos de los jóvenes reconocieran abiertamente el talento innato de Mina.

Tanto Seiya como Taiki comenzaron a inmiscuirse más y más en los detalles que el futuro pero ya seguro primer disco de Mina necesitaba.

Yaten en cambio, inexpresivo y cruzado de brazos la mayor parte del tiempo tan sólo se limitaba a observar y corregir tras cabinas.

Por otro lado y ya que los conocidos hermanos Kou habían vuelto a Tokio, también tuvieron que volver a ingresar a la preparatoria en donde Mina y las demás estudiaban.

Los tres jóvenes, que estaban tan acostumbrados y hasta cansados de cambiar de escuela por casi dos años siguiendo lo que su misma carrera implicaba, con cierta alegría y añoranza volvieron a su primera preparatoria. Sin embargo, y a pesar de que la administración escolar admitió la transferencia, los jóvenes fueron obligados a elegir clubs estudiantiles para poder obtener créditos extras.

Seiya se reincorporó con entusiasmo al club de Futbol Americano y Taiki al club Cultural. Yaten en cambio, algo reacio a obedecer, eligió el club de baloncesto de mala gana. Club que con cierto descontento estuvo a punto de rechazarlo, no sólo por el hecho de que era obvio que el ojiverde parecía aborrecer la idea, ni por la superioridad con la que él veía al equipo, más bien por el hecho de que ningún jugador, mucho menos su entrenador, parecían creer que el que era el más bajo en estatura de los hermanos Kou quisiese y se creyera capaz de jugar baloncesto al mismo nivel que el resto del equipo.

Ese día el rumor se esparció con rapidez por toda la preparatoria. Yaten Kou tenía que pasar una prueba para ser admitido. Mina, Serena, Lita y Amy, curiosas, se dirigieron al enorme gimnasio en donde el equipo solía practicar.

Un tanto de gentío se había reunido ya. Un poco más allá de donde ellas se habían colocado, un grupo de Fans animaba ensoñadoramente al ojiverde que ya estaba en la cancha, de pie, despreocupado frente a la alta y delgada figura de su oponente.

Un poco más allá, Seiya y Taiki Kou, con confianza en su mirar observaban hacia la cancha. Mina sonrió. Todo el entorno le atraía un deja vu, la misma situación de un par de años atrás pero ahora con Yaten como protagonista.

Tras un repentino silbatazo y tras los chillantes gritos de ánimo de algunas jóvenes el encuentro comenzó. Después de que su contrincante tomó el balón y se preparaba para avanzar, con un ágil y veloz movimiento Yaten logró robárselo y antes de que éste pudiese reaccionar, sin más preámbulo el ojiverde encestó recibiendo al instante arrebatadores y escandalosos gritos de emoción.

Mina y las demás sonrieron con diversión observando la euforia de las fans… Y pensar que ellas habían actuado también así…

Una vez más el silbatazo se escuchó y todos volvieron la vista a la cancha. Esta vez era Yaten quien tenía el balón, y su contrincante, no volviendo a confiarse lo bloqueó exhaustivamente…

Por un instante Mina se encontró conteniendo la respiración observando con premura el decidido rostro del ojiverde, el cual, con algunos mechones de cabello cayendo por su rostro, no perdía de vista ningún movimiento de su oponente…

Rebotando el balón, los ojos de Yaten parecieron brillar con una mezcla de arrogancia y emoción contenida… un segundo bastó para que Yaten burlara a su contrincante y con un grácil movimiento se escabullera a través de su defensa encestando una vez más…

Nuevamente la euforia en las gradas se desató. Con entusiasmo las chicas aplaudieron al joven mientras veían, cómo con simpatía y agrado el entrenador y el resto del equipo le daban la bienvenida.

No sorprendida en realidad, Mina sonrió ampliamente reconociendo el esfuerzo y el innegable talento de Yaten, quien a pesar de haber sido criticado en un principio, pudo demostrar que era capaz de hacer lo que se proponía.

Observándolo a lo lejos, Mina contempló e ligero sudor en la frente de él y los cortos mechones plateados que enmarcaban su rostro. Recargada en el barandal que rodeaba las gradas, Mina se inclinó y apoyó el mentón en sus brazos cruzados sonriendo con candidez mientras veía como el ojiverde observaba el rostro de aprobación de Seiya y Taiki en lo alto. Entonces e inesperadamente, Yaten desvió el rostro encontrándose de lleno con la sonrisa de Mina. Sorprendido, Yaten contempló con cierta desconfianza la sincera expresión de la rubia, levantando una ceja fue él quien apartó la mirada.

Mina sonrió más ampliamente. Estaba decidida, el mismo Yaten le había dado una valiosa lección. Se esforzaría al máximo y le demostraría al mundo, y sobre todo a él, que a pesar de cualquier crítica era capaz de realizar su sueño.

Y así los días continuaron pasando.

En la disquera entre pruebas de sonido y arreglos de las canciones que serian elegidas para el disco de Mina. Y en la preparatoria entre clases y tareas, pero también, y sin saber realmente el por qué, Mina asistía de vez en vez a los entrenamientos del Club de baloncesto.

Le agradaba estar ahí, observándolos en juegos de práctica mientras ella se limitaba a recargarse en una de las paredes tratando de no perder ningún detalle. Sus amigas no entendían cual era el objetivo de Mina al quedarse ya que el arrogante ojiverde normalmente no parecía advertir siquiera que ella estuviese ahí, y las ocasiones en que sucedía apenas y cruzaban un par de palabras de despedida. Aun así, Mina nunca borró su sonrisa, saludándolo y despidiéndolo siempre con una en el rostro.

Ella se justificaba a si misma auto convenciéndose de haber encontrado en el esfuerzo de Yaten la inspiración para continuar dando todo de sí. Y es que en verdad todos los días Yaten daba lo mejor de sí, redoblando esfuerzos más que el resto del equipo para evitar quedar rezagado ya que una cosa era enfrentarse uno contra uno, como había sucedido en la primera prueba, y otra muy diferente enfrentarse en un encuentro real contra varios otros.

La rubia observaba con atención el cansado pero decidido rostro del chico, encontrándose en ocasiones contemplando con cierta ensoñación cada ágil movimiento que éste desempeñaba al esquivar o burlar a algún jugador, en otras tantas, la rubia se detenía a apreciar los ligeros pero sin duda evidentes cambios que el ojiverde había tenido después de casi dos años de ausencia:

Sin duda estaba más alto, su cuerpo ligeramente un tanto más grueso propio a su edad; sus descubiertos brazos lucían un par de músculos bien torneados restándole así cualquier prejuicio de debilidad; y su rostro… su rostro innegablemente era atractivo, en él un par de facciones se habían remarcado dándole ese aire varonil y arrogante que a muchas atraían…

Si, Yaten Kou era muy apuesto. En ningún momento Mina fue capaz de negarlo. Tal y como el significado de su mismo nombre y haciendo honor a la estrella bajo la cual había nacido, Mina Aino apreciaba la belleza tanto como el amor…

Si. Tal justificación funcionó durante casi dos semanas. Falsa justificación que ella misma descubrió como tal después de una de esas ocasiones en que se quedó a ver la práctica. Situación que al surgir, provocó por completo algo que alborotaría todo su mundo.

Era una tarde después de clases en la que la rubia, manteniendo su rutina, se había quedado a ver la práctica. Mina estaba como siempre, observándolo practicar mientras que varios metros allá un también grupo de fans lo animaban con escandalosos gritos.

La joven de bellos ojos azules se encontró de pronto sonriendo con emoción al ver una de las agiles jugadas del chico la cual terminó en anotación, arrancando así, de forma inesperada, una amplia y varonil sonrisa de satisfacción en el rostro del ojiverde…

Mina apreció con deleite la momentánea expresión del chico. Si, era muy atractivo. La forma en cómo su rostro se iluminó sonriendo y el brillo que sus verdes ojos reflejaron eran algo único…

A pesar de la distancia, la joven alcanzó a apreciar como un par de gotas de sudor resbalaban de entre sus cabellos, pasando junto a su verde mirada, bajando por sus varoniles pómulos y deslizándose hasta su marcado mentón poco más abajo de sus delgados y antojables labios…

Mina sacudió sus pensamientos. ¿Qué había sido eso? ¿En que estaba pensando?... ¿Por qué su corazón estaba latiendo tan fuerte?... Llevándose una mano al pecho sintió con inaudita sorpresa que por alguna extraña razón estaba agitándose más de lo normal. Confundida, llevó su otra mano a la cabeza intentando controlar la secreta emoción que comenzaba a sentir…

Frunciendo el ceño, aún confundida, volvió la vista a la cancha en donde una imprevista mirada la recibió: Curiosamente Yaten la estaba observando con lo que Mina llegó a pensar era algo de preocupación, entornando los ojos y sin hacer ningún movimiento el ojiverde pareció asegurarse de algo antes de volver al juego.

Sin entender lo que realmente había sucedido, Mina se encontró conteniendo la respiración al sentirse expuesta bajo la verde mirada del joven, durante la cual, con claridad pudo sentir y reconocer esta vez el exquisito hueco que se había formado en su estomago y que había subido con ansiedad hasta su pecho…

Sintiendo su rostro arder, Mina reconoció entonces el conocido sentimiento… Pero no podía ser… no podía estar ocurriendo… no con él…

Un silbatazo se escuchó de nueva cuenta cuando el apuesto joven volvió a encestar. Alterada, Mina se llevó ambas manos al rostro tratando así quizá ocultar su recién descubierto sentimiento… Lanzando un suspiro al aire, la rubia tomó sus cosas y se retiró del lugar apresuradamente.

Corriendo a toda velocidad durante un par de calles, por la mente de la ofuscada joven sólo pasó una imagen: Yaten.

Sin poder creerlo, negándose a creerlo, Mina no daba crédito a lo que estaba sintiendo…

-"No me gusta Yaten. No me gusta Yaten…"- se repitió con optimismo una y otra y otra vez mientras corría, pero entonces, en su mente se reflejó el rostro, los ojos… la verde mirada…

Derrotada… vencida… su voz se apagó mientras sus pasos se alentaron–"… si me gusta Yaten… si me gusta…"- se repitió en voz baja totalmente rendida.

No podía negar algo que por tanto tiempo había deseado, sentirse enamorada… Suspirando sonoramente se cruzó de brazos totalmente convencida de ello. Era inevitable, y ya no había marcha atrás… le gustaba Yaten, le gustaba y mucho.

Le gustaba el estudiante, el jugador, el cantante… le gustaba todo de él. Si, Yaten era muy atractivo, pero lo que más le gustaba de él era el singular brillo que raras veces aparecía en sus ojos… brillo que podía llegar a iluminar su rostro y que sólo mostraba cuando algo en verdad lo emocionaba.

Suspirando una vez más, Mina sonrió abiertamente y soltó una alegre risa. Lo estaba reconociendo y ahora sólo había algo que podía hacer: Que Yaten la mirase… que Yaten la mirase como algo más que una simple conocida y compañera… Le quería, y si había algo que Mina Aino deseaba, era algo que Mina Aino tendría… a pesar de que fuera precisamente el chico más cerrado que jamás haya conocido.

Poco después, en la disquera.

Yaten Kou llegaba a paso lento, tomándose su tiempo al caminar, con los brazos detrás de la cabeza y el rostro relajado después de una buena práctica.

Conforme con la tranquilidad del día y el apacible silencio en el ambiente, el apuesto joven se sintió libre de soltar un bostezo… De pronto:

-"¡Yaaaten!"- canturreó con emoción una femenina voz cerca de ahí. Siendo tomado por sorpresa el ojiverde sudo frio reconociendo a la portadora.

Unos metros más allá, en la entrada de la recepción del edificio se encontraba nada más y nada menos que Mina, la cual lo estaba saludando con una gran sonrisa y una mano en lo alto.

Acercándose cautelosamente, Yaten se extrañó mucho con la repentina actitud de la rubia sin poder evitar hasta sospechar… Entornando los ojos, Yaten paseó su mirada por el lugar mientras se acercaba. No, no parecía haber nada fuera de lo normal. Era la recepción de la Disquera pero al ser hora de comida no había nadie, y por obvias razones la recepcionista seguro había cambiado su turno ya. Lo único extraño en ese momento era la presencia de la contenta joven que al parecer había llegado demasiado temprano.

Llegando hasta ella el joven comentó con seriedad –"Tu prueba es más tarde"-

Un poco nerviosa, Mina se mordió el labio inferior. En realidad esperaba al menos un saludo –"Y-yo… bueno, quise adelantarme"- Recomponiéndose, la rubia mostró una gran sonrisa mientras levantaba, a la altura del rostro del chico, una sencilla bolsa que curiosamente despidió un exquisito aroma capaz de derretir el gusto de cualquiera –"¿Sabes? Lita fue tan amable de cocinar mi platillo favorito y… ha hecho demasiado para mi sola… así que quisiera compartirlo contigo"-

Escuchándola con atención, Yaten la observó perplejo levantando una ceja.

Resuelta a no recibir una negativa, Mina insistió –"Debes estar hambriento después de practicar…"- soltando un suspiro añadió –"Vamos! Sería una pena que se desperdiciara"-

Aún sin entender la repentina actitud de la joven, el ojiverde alcanzó a distinguir de nueva cuenta el delicioso aroma que sutilmente comenzaba a invadir el lugar… Sintiendo el molesto hueco en su estomago, Yaten no pudo negarse.

-"Esta bien… gracias"- respondió bajo una enigmática mirada que sin proponérselo cautivó a la rubia.

Acomodándose ambos en una de las vacías oficinas, contenta, Mina comenzó con la labor de extender todo lo necesario. En eso se encontraba cuando de pronto Yaten cuestionó con interés:

-"¿Te sentiste mal otra ves? ¿En el gimnasio?"-

Sorprendida con la pregunta, Mina volvió el rostro encontrándose con la verde mirada. Por un instante la rubia se sintió atrapada en él y no pudo evitar balbucear ligeramente antes de responder con una timidez rara en ella:

-"N-no… No fue así. Fue sólo que había olvidado algo y tuve que irme de inmediato…"- mintió sonrojándose fugazmente.

-"Espero que así sea. Las cosas aún están por acelerarse y será mejor para ti que puedas soportar el ritmo"-

Sintiendo que un infinito mar azotaba en su corazón, Mina sonrió abiertamente. Yaten estaba preocupado… por ella… Cuando todavía estaba por las nubes, Yaten cuestionó nuevamente:

-"Por cierto… ¿por qué te quedas a las practicas?"-

Sonrojándose encantadoramente, Mina sonrió con dulzura antes de responder con sinceridad –"Para animarte, por supuesto"-

Boquiabierto por la respuesta, Yaten terminó levantando una ceja en señal de escepticismo. Después de ello ambos se dispusieron a disfrutar la deliciosa comida en silencio.

Poco más de una hora después las rutinarias actividades del lugar prosiguieron.

Los tres hermanos Kou estaban tras cabinas asesorando los últimos arreglos a una de las canciones cuando uno de los auxiliares llegó comunicándoles que el productor deseaba verlos a todos.

Ya en su oficina, el regordete y simpático hombre los recibió con una abierta sonrisa y una inesperada noticia.

-"¿Estamos todos? Muy bien, muy bien… les tengo grandiosas noticias, excelentes, excelentes…"- remarcó con cierta ansiedad –"… Hemos recibido la confirmación que esperábamos desde hace mucho y que sin duda ha llegado justo a tiempo, muy a tiempo…"- con una graciosa ilusión en su simpático rostro, como un niño que esta por abrir sus regalos, el agradable hombre se dirigió a Mina entregándole con regocijo una carpeta –"Srta. Aino, hemos recibido su última canción, la más esperada."-

Mina iluminó su rostro con extrema alegría, sus ojos parecieron brillar ante la carpeta que observaba con anhelo. Sabía que su última canción seria especial aunque aún no sabía cuál era. Se disponía a abrirlo con sutil delicadeza cuando alcanzó a notar cómo el simpático productor con total júbilo extendía una carpeta más a un confundido Yaten.

El iluso hombrecillo los observó con emoción y soltó con un chillido de satisfacción –"Sera un dueto! Un dueto!"-

Sin poder creer lo que sus ilusos oídos creyeron haber oído, Mina, estupefacta, boquiabierta, tan sólo atino a balbucear –"U-un… d-du… d-dueto?... c-con… con Yaten?"- cuestionó finalmente antes de volver el rostro hacia él.

Yaten se mantuvo estático por un momento sin percatarse siquiera que a su espalda Taiki y Seiya contuvieron sus risas. Y es que ambos jóvenes sabían que no era una noticia que Yaten pudiese apreciar.

-"¿Un dueto?"- cuestionó el ojiverde con fuerza –"¿Por qué yo?"- reclamó con paranoia sin poder incomodar al sonriente hombre –"¿Por qué no Seiya, que es la voz principal del grupo?"-

Mina, que en realidad no esperaba otra reacción, se limitó a girar el rostro del lado contrario tratando así quizá ocultar la maravillosa alegría que la notica le había dado. Su corazón palpitaba a mil por hora retumbando con fuerza en su interior… rebozaba de alegría y su cuerpo parecía ser muy pequeño para contener todas sus emociones…

Casi en una ensoñación, Mina escuchaba la lejana voz del hombre tratando de explicar al exaltado ojiverde –"El joven Seiya no puede ser porque precisamente es la voz principal del grupo, necesitamos que el lanzamiento de la Srita. Aino no sea opacado con la tan conocida voz de él pero al mismo tiempo sea algo memorable para todas las fans de ustedes… Es mercadotecnia muchachos, simples estrategias que hemos discutido en el Consejo Directivo…"- viendo que el ojiverde estaba por refutar lo dicho, el simpático hombre sentenció con rara seriedad –"Se ha decidido ya, así que como siempre esperamos su profesionalismo joven Yaten"-

El ojiverde contuvo cualquier reclamo y giró el rostro frunciendo los labios. El serio Productor pareció transformarse y volvió a sonreír con simpatía y añadió con ilusión en sus brillantes ojos –"Sus voces se acoplaran perfecto, será estupendo, estupendo… Por cierto Srita. Aino…"- llamó tomándola por sorpresa, sacándola de sus pensamientos –"…su inglés no está nada mal pero será ideal que se concentre en mejorarlo. La canción, jóvenes, es occidental, muy conocida y que será el motor para aprovechar la puerta que Three Lights ha abierto ya… Sera excelente, excelente…"-

Sorprendida, Mina abrió por fin la carpeta que tenía entre manos. La primera hoja efectivamente le mostraba que la canción era occidental, tratando de concentrarse, entrecerrando los ojos, leyó con cierta torpeza inicial el título:

-"Total eclipse of the heart"-

-"Eclipse total del corazón"-tradujo una voz a su lado.

Levantando la mirada, Mina se encontró con los verdes ojos de Yaten observándola inexpresivamente. Mina no pudo evitar sonrojarse al escucharlo, detalle que paso desapercibido por el arrogante joven que con cierta dureza comentó –"En verdad espero que puedas con esto, Aino"- girando sobre sí mismo, dispuesto a seguir a los otros dos que con diversión en sus miradas salían de la oficina, se llevó ambas manos al cuello y suspiró con resignación –"Sera una larga y tediosa semana…"-

Viéndolo irse, Mina sonrió con autosuficiencia. Le demostraría, le probaría que ella podía hacerlo. Le mostraría a él y al mundo que ese era su lugar y que no se arrepentiría de cantar con ella… porque la simple idea de cantar con él era el motor suficiente para sentirse tan feliz. Lo lograría, lograría que él la viese a costa de lo que fuera.

Los siguientes días fueron los más agotadores que pudiese recordar en su vida.

Entre la preparatoria y las actividades en la disquera el tiempo de Mina pasaba muy rápido. Después de clases, Mina había optado por continuar quedándose a las prácticas de baloncesto puesto que el tan sólo verlo jugar era por más satisfactorio para ella. Practicas que entre vez y vez aprovechaba para repasar la difícil canción que debía aprenderse.

Situación que había aprovechado para después de cada una de las practicas acompañar a un desconcertado Yaten hacia la Disquera, en donde, tomándolo como una costumbre, ella le compartía su comida. De más está decir que en un principio el confundido ojiverde estaba renuente a seguirle el 'juego', pero cuando ella le explicó que sólo intentaba que pudiesen avanzar en los preparativos de la canción, él soltó un gruñido que Mina comprendió como un: 'de acuerdo'.

La canción. Después de que Amy la ayudó a traducirla, Mina comprendió entonces lo bella y melancólica que la letra era, y no podía estar más contenta con el significado… tal pareciera que el destino estaba de su lado… Era una señal, tenía que serlo… Su corazón latía tan aceleradamente cada vez que repetía alguna estrofa, porque frente a ella siempre la imagen de Yaten es la que la recibía…

Cada tarde después de comer, ambos jóvenes practicaban en la cabina de grabación. Con uno que otro error de pronunciación de la apenada rubia, Yaten prefería mantenerse al margen sin poder evitar de vez en vez golpear con sus dedos sobre uno de sus brazos.

Después de un par de horas en cabina, de un día para otro Mina comenzó a ser jalada a exhaustivas sesiones de fotografía, a una que otra entrevista post-presentación, a clases de interpretación escénica y sesiones de baile, ensayos de escenario, etc.

En fin, diversas situaciones que con una maravillosa aunque cansada sonrisa la rubia aceptaba. Todo ello era a consecuencia de que pronto, muy pronto, la primera presentación del año de Three Lights se llevaría a cabo, y por lo tanto, la primera de ella también.

Y así los días continuaron pasando. Mina lucia cansada pero sin duda contenta y sus amigas no podían estar más orgullosas. Para ellas el simple hecho de que Mina estuviese cumpliendo su sueño era fabuloso, y verla tan emocionada era lo mejor de todo.

Esforzándose al máximo y teniendo como testigos a sus cuatro incondicionales amigas, Mina practicaba noche y día. Pero un par de días fueron suficientes para que las simpáticas chicas descubrieran la verdad detrás de la mirada de la rubia cuando veía o tan sólo mencionaba al ojiverde.

Las curiosas jóvenes comenzaron contemplar la ligera cercanía que Mina y Yaten empezaron a compartir después de clases: la rutina que Mina había tomado de esperarlo después de las prácticas, la costumbre de comer juntos por la insistencia de ella; pero sobre todo, el hecho de que inevitablemente el apuesto ojiverde parecía comenzar a disfrutar la compañía de ella.

Si… lógicamente algo estaba sucediendo y las cuatro ensoñadoras jovencitas suspiraron de emoción al descubrirlo…

…..

Sucedió una tarde al terminar las clases.

Serena, Rei, Lita y Amy se dispusieron a quedarse por petición del casi berrinche de la primera cuando ésta lloriqueaba que algo sospechoso estaba sucediendo con Mina.

Llegando al gimnasio y justo antes de que alguna llamara la atención de la rubia, todas contemplaron con dulzura la tierna mirada que Mina despedía al observar jugar a Yaten… se veía tan linda que ninguna se atrevió a romper el momento (a excepción de Serena que tuvo que ser contenida por todas).

Después de ello, tanto Amy, Lita y Rei decidieron no estorbar camino a la Disquera así que visitarían a Mina un par de horas después… Serena, bueno Serena hizo un mohín de desilusión al descubrir que no podrían espiarlos…

Más tarde, observando con verdadera ilusión a ambos jóvenes practicar tras cabinas, todas soltaron un suspiro de ensueño al contemplarlos, tan lindos, tan entregados… Seiya y Taiki, que también se encontraban ahí, intercambiaron divertidas miradas de confusión al verlas tan emocionadas.

Serena estaba tan conmovida de descubrir que su querida amiga Mina en verdad parecía estar enamorada después de tanto tiempo, que con los ojos aguados de la emoción y olvidando que estaba tras cabinas con Mina y Yaten separados de ella por un grueso cristal, Serena se llevó ambas manos al rostro y con un exaltado y alegre chillido exclamó llamando la atención de todos los presentes:

-"Mina! Tu puedes! Tu puedes conquistar a Yaten!..."-

Una furiosa Rei y una inquieta Lita se abalanzaron sobre ella velozmente para evitar que la despistada Serena continuara. Divertidamente, intentando contenerla, una cubrió su boca mientras la otra trataba de retener a la rebelde ojiazul… fallido intento que terminó en un verdadero barullo en la pequeña cabina.

Unos segundos antes, dentro del cuarto de grabación, Mina contempló con curiosidad el intento de una emocionada Serena de decirle algo, para después apreciar con diversión como de un momento a otro la música fue detenida por el desbarajuste que estaba ocurriendo...

El cuadro fue tan gracioso que inevitablemente la divertida rubia soltó una melodiosa risa que inundó la silenciosa habitación. Cerca de ella, la enigmática mirada de Yaten la contempló con cierta curiosidad.

Y si, así fue como no sólo Seiya y Taiki Kou se enteraron de lo que estaba sucediendo, sino también todos los que conformaban el equipo de grabación y edición de la Disquera.

Varios minutos después en donde las chicas fueron echadas de la cabina, Seiya y Taiki las acompañaron a una de las vacías oficinas en donde, ya algo serios en el asunto, el pelinegro confesó:

-"No teníamos idea de que a Mina en verdad le gustara Yaten, pero si es así nos alegra mucho. Yaten necesita a alguien como ella en su vida"- añadió con una sonrisa.

Taiki pareció hacer memoria y comentó –"Ahora que lo pienso, quizá quepa la posibilidad que a Yaten no le sea del todo indiferente…"- intercambiando una profunda mirada con Seiya, el castaño prosiguió bajo la mirada de ilusión de las chicas –"Estos últimos días, cuando Seiya y yo creíamos que tendríamos que soportar el mal humor de Yaten por tener que realizar un dueto que parecía no querer, en realidad ha sido todo lo contrario… Extrañamente parece estar más relajado que nunca, de buen humor y hasta comprometido con no arruinar ningún detalle"-

Lita y Serena no cabían en sí de felicidad, con los ojos brillándoles tan sólo esperaban que pronto Yaten pudiese reconocerlo.

Entonces y tomándolos por sorpresa, la puerta fue abierta mostrando la inexpresiva y acostumbrada mirada del ojiverde, que al verlos a todos ahí reunidos, desviando cada uno la vista disimuladamente, con sospecha el joven esperaba no ser blanco de ninguna ocurrencia suya.

Algo receloso, Yaten cuestionó –"¿Qué sucede?"-

Entonces, todo pasó sin que ninguno de ellos pudiese evitarlo:

Serena se escurrió de entre los brazos de Rei y cuestionó de golpe juguetonamente, quizá intentando poner nervioso al ojiverde:

-"¿Te gusta Mina?"-

Pasmado ante la interrogante rubia y reaccionando muy diferente a como ella esperaba, Yaten abrió los ojos de par en par y entreabrió la boca sin saber que decir…

Sonriendo ampliamente, Serena lo dio por sentado, e inocente y sin ninguna mala intención canturreó con suavidad:

-"Te gusta Mina!"-

El apuesto ojiverde, sintiéndose presionado por la fija mirada de todos y por la infundada alegría de la joven; cansado, exasperado y sin duda nervioso, con inaudita frialdad exclamó lo suficientemente alto:

-"Te equivocas! No me gusta Aino, ni ahora ni nunca"-

Rompiendo de golpe la calidez que había reinado en el cuarto, Yaten se sintió repentinamente como un ser vil y frio… Detrás de Serena, el rostro de tres abrumadas chicas y el decepcionado rostro de Seiya y Taiki fue lo que lo recibió… Lo peor, frente a él la mirada de Serena, mezcla de angustia y tristeza, que después de un instante comprendió no la dirigía hacia él…

Con un frio recorriendo su espalda, un mal presentimiento invadió lo que hasta ahora había sido su despreocupado ser… Girando el rostro, pasos detrás se encontró con la desconsolada mirada de una hermosa rubia a quien irremediablemente se le habían cristalizados los ojos.

Atónito, él alcanzó a susurrar apenas audiblemente –"Mina…"-

Mina Aino había escuchado lo suficiente. Inexplicablemente, conteniendo la respiración, sintiendo que algo se quebraba en su interior, con horror se encontró descubriendo que era su esperanza quebrándose en mil pedazos… la pequeña esperanza que había habitado en su interior todo el tiempo…

Con los ojos brillándole de evidente tristeza, la rubia bajó el rostro, ocultándolo. Sabía que podía suceder… sabía que era posible… pero dolía… dolía mucho… Con frialdad, las palabras de él retumbaron en su mente: 'No me gusta Aino, ni ahora ni nunca'

Sintiendo que el doloroso nudo en su garganta podría explotar en cualquier momento, Mina se disculpó quedamente y se retiró con premura…

Serena y las demás salieron detrás de ella, pasando al lado del ojiverde que no hizo seña de algún movimiento. Cuando las jovencitas llegaron a la recepción se encontraron con que Mina había comenzado a correr bajo la oscuridad de la noche.


Qué tal? Que les pareció? Plzzz no olviden sus reviews. El siguiente chap que es con el que termina éste fic estoy por finalizarlo y lo subiré lo antes posible.

Dejen sus reviews! Ya sea para lanzarme tomatazos o para alguna recomendación que con gusto aceptare;) Gracias por tomarse el tiempo de leer esto. byebye