Nota: Esta es la tercera parte de una pequeña serie de fics que hice luego de terminado el Kanketsu-hen, la primera es sobre Ayame y Kouga "Para Siempre"; la segunda sobre Inuyasha y Kagome "Mi mayor anhelo… ¿No es el tuyo?" (Aunque la primera no tiene nada que ver con está, pero si con la segunda), en cambio si leen la segunda podrían entender algunas cosas de este fic, aunque no es estrictamente necesario… Si así lo desean pueden ir a mi perfil y ver dicho fic… Ahora si… Comencemos!


Siempre tuya. Siempre mía.

Él había ido a buscarla para tomarla como su mujer. Aunque no lo quisiera, sentía una imperiosa necesidad de aparearse y reproducirse, de tener una hembra, y ella era la única elección viable.

Solo estaba con ella porque su sangre se lo exigía, pero él no concebía algún tipo de sentimientos afectivos hacia aquella humana… ¿o acaso estaba equivocado?

Él solo quería un descendiente. Ella necesitaba el amor de aquel youkai.

Capítulo I

11 años. Es increíble lo rápido que había pasado el tiempo. Habían pasado 11 años desde que Sesshoumaru la había dejado en la aldea a cargo de la anciana Kaede, suponiendo que era la manera más correcta para que ella creciera.

Kaede murió dos años atrás y desde entonces estaba conviviendo con Inuyasha, Kagome y sus tres pequeños. Estaba agradecida con ellos, ya que de lo contrario estaría completamente sola. No tenía a nadie más.

De pequeña pensó que le importaba a Sesshoumaru, pero quizás estaba equivocada. Ella guardaba fuertes sentimientos por aquel youkai pero sabía muy bien que jamás serian correspondidos. E incluso cualquier tipo de afecto que él hubiese tenido por ella había parecido desaparecer por completo.

Hace más de un año que no se aparecía por la aldea, y no tenía noticia alguna sobre aquel youkai. En un principio él mantenía unas visitas esporádicas cada cuatro o cinco meses, pero en el pasado año no la visito una vez.

Se decía a si misma que aquello no tenía importancia. Ella sabía que Sesshoumaru siempre había sentido aversión hacia los humanos, en algún momento se cansaría de viajar a verla.

- ¡Tía Rin! –escucha una voz que la hace salir de sus apagados pensamientos. Una niña de cabellos plateados con matices negros corría en su dirección, era la pequeña Sayumi, hija de Inuyasha y Kagome -

- ¿Qué sucede pequeña?

- Mami dice que si vas a acompañarla a la aldea, te apresures –dice la pequeña niña, viéndola con aquellos orbes dorados y una sonrisa-

- ¿Ella te pidió que vinieras? –pregunta al tomarle la mano, y dirigirse con ella de regreso a la cabaña-

- No –niega la niña rotundamente- yo me le adelante –termina de confesar su travesura con una pequeña risita inocente-

Al llegar a la cabaña vio a Kagome parada en el umbral de la puerta, mientras otra niña revisaba cautelosamente que en la cesta estuviese todo lo necesario para llevar a los aldeanos.

- ¡Sakai! –se escucho el grito del hanyou al salir de la cabaña- ¿Dónde se metió esta vez ese cachorro? –pregunto un tanto exasperado-

- Está detrás de aquellos arboles –señala la pequeña niña de cabello negro y ojos ámbar, como si aquello fuera lo más obvio-

Pocos segundos después aparecía el hanyou con un pequeño de cabellos negros con matices plateados y ojos castaños, en brazos.

- Delatora –refunfuña el pequeño hacia su hermana-

Trillizos. Kagome hacía ya unos 7 años había tenido trillizos, y aquel había sido un motivo para quedarse con ellos, así podía ayudarlos con aquel trió de cachorros, como les llamaban ellos de forma cariñosa.

Sayumi y Sakai eran los que mostraban un aspecto más parecido a su padre, con aquellas características orejitas sobre la cabeza. Saki al contrario parecía completamente humana, solo que las noches de cuarto menguante tomaba una apariencia de hanyou, y además poseía un gran poder espiritual que lentamente iba sobrepasando el mismo de Kagome, y cada vez mas dejaba a todos sorprendidos con las cosas que podía llegar a hacer.

Sonríe al ver aquella escena familiar. Algún día esperaba tener aquello, una familia.

/***/

¡Maldita sea! ¿Por qué no podía sacarse a aquella humana de la cabeza? No había pasado un día en que no la recordara.

Más de un año había pasado desde que había decidido no visitarla, y aun así seguía pensando en ella.

Su sangre reclamaba fervientemente que se emparentara a alguien. Ahora que era un Daiyoukai su sangre imperiosamente le exigía tener descendencia.

Se alejo de ella creyendo que así aquello desaparecería, que la necesidad que tenía se aplacaría, o que quizás simplemente lograría emparentarse a alguien más, una youkai como él, pero no, no fue así.

Solo podía pensar en aquella humana para aparearse. La deseaba. La deseaba como no había deseado nunca a nada ni nadie.

Se detiene un segundo, y da media vuelta. No podía seguir ignorando aquella necesidad emergente.

- ¿A dónde se dirige Amo? –le pregunta Jaken extrañado-

- Solo camina –dice simplemente. Su fiel sirviente solo lo sigue acompañado también de aquella bestia de dos cabezas, Ah-Un.-

/***/

- ¿No debieron haber regresado ya, Rin y Kohaku? -pregunta Inuyasha viendo hacia la entrada de la cabaña-

- Déjalos, seguro tienen cosas de que hablar y querrán estar a solas –responde tranquilamente Kagome manteniendo su mirada en sus hijos que en aquella ocasión estaban tranquilamente dibujando sobre unos lienzos-

Kohaku había ido a llevarles un pedido de Sango y luego se había ofrecido para acompañar a Rin a buscar las plantas que requería el mandado de la castaña. En este último año el joven se había unido más a Rin.

- El tío Sesshoumaru viene para acá –dice tranquilamente Saki sin levantar la vista de su dibujo-

Kagome le dirige una mirada al hanyou quien niega con la cabeza.

- No identifico su aroma –dice extrañado. Tanto él como la pelinegra dirigen su mirada hacia la niña-

- Esta cruzando el campo de energía justo ahora –informa en esta ocasión-

- Iré a ver –dice Inuyasha al ponerse de pie, y al hacerlo inmediatamente también lo hacen Sakai y Sayumi-

- ¿Podemos ir? –preguntan al unisonó y con cierta emoción, aquellos dos pequeños buscaban cualquier excusa para salir y jugar fuera de la cabaña-

- No. Quédense con su madre –dice con un poco de tono autoritario-

Al ya estar fuera de la cabaña y caminar un poco logra capturar el aroma de su medio hermano. Saki tenía razón. Su pequeña cada vez más los terminaba sorprendiendo, ya era capaz de identificar cualquier energía youkai a pesar de estar a tantos cientos de metros, algo que ni la propia Kagome podía hacer.

Cuando comenzó a ver a Sesshoumaru, quien venía en compañía de Jaken y Ah-Un, se detuvo a esperarlos.

- Vaya pensé que habías olvidado el camino hacia acá –dice al tener a su medio hermano a solo unos pasos de distancia.-

- Vine a buscar a Rin –dice aquello simplemente, dejando notar un ligero tono frustrado-

- Deberás esperar que regrese. Fue a buscar unas plantas –informa. Le pareció extraño que Sesshoumaru hubiese dicho "buscar" en lugar de "ver" como solía hacer-

- ¿Y dejaste que fuese sola? –le cuestiona-

- No está sola –responde extrañado por la actitud que estaba tomando- Kohaku está con ella –al decir aquello pudo notar como el youkai entornaba la miraba, podía jurar que Sesshoumaru estaba molesto-

- La esperare –dice simplemente para posteriormente pasar caminado a un lado del hanyou y dirigirse a la cabaña, siendo seguido por sus acompañantes-

/***/

Ya tenía una hora esperando por Rin. Es ocasiones tenía la intención de ir a buscarla y llevársela de una vez por todas, pero se controlaba, debía mantenerse estable, no podía permitir dejar expresar sus emociones.

Es cierto que había ido a buscarla porque ya no podía seguir ignorando aquello que le reclamaba tenerla, pero aun así debía mantener la compostura, él no era como su medio hermano, Inuyasha, quien dejaba notar sus inquietudes y debilidades. Él jamás se vería perdiendo los estribos. Debía mantener el control de sus emociones, si es que él tuviese algo como aquello.

Escucha como Ah-Un se levantaba inquieto de donde estaba, dirige su mirada hacia donde veía aquella bestia y pudo ver a Rin, quien venía risueñamente hablando con aquel humano llamado Kohaku. Comenzó a sentir algo que no pudo identificar, pero sabía con certeza que quería a ese humano lejos de Rin.

/***/

- ¿De verdad te hicieron eso? –pregunta Rin sin poder contener la risa. Kohaku le acababa de decir que las gemelas de Sango lo habían "bañado" de tinta mientras dormía-

- Si. Tarde varios días en poder quitarme todo rastro de tinta –dice liberando una ligera risa al terminar-

Rin se limpio una pequeña lágrima que se había escapado a causa de la risa y comenzó a aplacarse.

- Parece que Sesshoumaru ha vuelto –le escucho decir a Kohaku-

De inmediato se detuvo y levanto la mirada. Allí estaba. Podía verlo a lo lejos, parado frente a la cabaña junto a Ah-Un y Jaken. Su corazón comenzó a latir más rápido dentro de su pecho, sin poder evitarlo.

- ¿Rin? ¿Estás bien? –escucha preguntar a Kohaku quien ya había avanzado unos pasos más y ahora se mantenía viéndola-

- Eh, si, lo estoy –responde titubeante alcanzando al castaño-

- ¿Es por Sesshoumaru, no es así?

- Solo me tomo por sorpresa. Hace más un año que no venía… -"a verme" quiso agregar pero se contuvo- Eso es todo –dice sin darle importancia-

El resto del camino trascurrió en silencio. Ella intento aplacar los latidos de su corazón, lográndolo al final. No podía entender como alguien quien no solía mostrar ningún tipo de emociones, le hiciera sentir a ella aquel sentimiento.

Al llegar se encontró con la mirada sagaz de Sesshoumaru, parpadeo un par de veces para observarlo y luego realizo una reverencia como estaba acostumbraba a hacer cada vez que le veía.

- Sesshoumaru-sama –él como era costumbre no respondió, tan solo la vio durante un par de segundos que le parecieron eternos, para luego dirigir su mirada ambarina hacia el castaño-

Mantuvo su mirada fija en aquel humano, una parte de él quería dejarle en claro que no tenía ningún derecho de estar con Rin, pero por otro lado se recordó que el mismo no tenía motivo alguno para exigirle nada, no hasta que ella fuera suya por completo. Y lo seria.

Pudo notar como el castaño le ofrecía una mirada desafiante. Recordaba a aquel chico. Había estado con Rin en el pasado, incluso cuando ella estuvo cerca de morir y fue salvada por su madre.

- Ya es hora de irme. Se está haciendo tarde –dice Kohaku quien dirige su vista a Rin- Gracias por tu ayuda –menciona y se acerca un poco más a ella para finalmente darle un beso en la mejilla-

Vio como aquel humano se acercaba a Rin y la besaba. La vio a ella sonrojarse. Sintió como su sangre, por algún motivo desconocido, comenzó a arder colérica.

- Fue un placer –ella le ofreció una sonrisa- Sabes que puedes venir cuando quieras, si necesitan algo más. –Rin permaneció en silencio unos segundos, como si intentara recordar algo más- ¡Ah! Kagome iba a enviarle algunas cosas a Sango –solo hasta ese momento ella se digno a volver su vista hacia él- Ya regreso Sesshoumaru-sama…

Y luego de decirle aquello la vio alejarse con Kohaku y entrar en la cabaña. Lo había ignorado, eso había hecho. Anteriormente ella solía mostrarse animaba con sus visitas, pero ahora lo había ignorado por aquel humano, un ser completamente inferior a él. Y aunque ella también fuese una humana no la veía de aquella manera, él la percibía como algo suyo, algo que le pertenecía, y debía tenerla. Todo su ser la reclamaba, y ansiaba que cualquier otro ser vivo que se acercara a ella supiera que le pertenecía.

Ella le pertenecería.

- ¿Amo? ¿Qué le sucede? –le escucho preguntar a Jaken. Sin darse cuenta había comenzando a apretar uno de sus puños a causa de aquella súbita y desconocida sensación-

Ignoro la pregunta y dirigió toda su atención hacia la cabaña.

/***/

Ya había anochecido y por alguna extraña razón aun Sesshoumaru no se había marchado. No había tenido oportunidad de estar a solas con él, y francamente lo agradecía. Prácticamente lo había ignorado, primero por Kohaku y luego se había ofrecido a preparar la cena junto a Kagome.

Anteriormente había querido pasar el tiempo con él, cada vez que iba a visitarla, pero en esta ocasión no era así. Posiblemente era debido a que él estuvo más de un año sin ir a verla, y aquello por alguna razón le había dado darse cuenta de que quizás no significara nada para el youkai.

Ahora estaba sentada en el pequeño pórtico de la cabaña, admirando el manto de estrellas, mientras Kagome e Inuyasha se encargaban de dormir a los niños. Había visto a Sesshoumaru a unos cuantos metros de la cabaña, pero por alguna razón no quería acercarse a él. Sabía que él pronto volvería a marcharse y no lo volvería a ver quién sabe hasta cuándo.

- Tenemos que hablar –escucha aquella voz imperturbable, cosa que la hace temblar, se lleva una mano al pecho para calmar a su corazón, al bajar su vista allí estaba él, solo unos pasos los separaban, pudo notar como estaba sólo-

- No vuelva a hacer eso, por favor –dice mientras tomaba aire y se relajaba un poco-

- Quiero que vengas conmigo –le dice sin emoción, ella se pone de pie y se sacude un poco el kimono-

- ¿A dónde?–pregunta algo intrigada- Ya es muy tarde…

- No. Quiero que vengas y te quedes conmigo. Quiero que seas mi mujer. –dice aquello casi como una orden-

Ella simplemente no respondió. No podía creer lo que había escuchado. Él le estaba pidiendo que fuese su mujer, no, no se lo estaba pidiendo. Lo estaba exigiendo.

Continuara…!


Muy bien, un nuevo año una nueva historia que publicar, y leer para ustedes. Este es mi primer fic de esta pareja, los he utilizado como personajes secundarios en fic de AU, pero nunca en el Sengoku, y mucho menos siendo la pareja principal, y pues bien me pareció que debía darle mi toque a esta pareja (los que me han leído antes, saben cuál es mi toque, los que no, ya lo van a saber)….

Bueno sin más que decir, me despido. Espero les guste!