CONSUELO Siguió aparentando que no sucedía nada entre ellos. A casi a punto de oscurecer, se volvieron a encontrar en la orilla del río, preocupando a Rin sobre la siguiente excusa que utilizaría para volver, ya que se le habían agotado. Igual no importaba más, ya estaba allí y él frente a ella. No sabían cómo comenzó todo y no entendían en qué momento parecían sincronizarse para llegar al mismo lugar sólo para verse. Ella se sonrojó a la vez que se alegraba y muy en el fondo se culpaba, sintiendo un poco de traición por su parte para al que ella llama su amo. Si Sesshoumaru tan sólo fuera un poco más expresivo, si olvidara su orgullo y los prejuicios que siempre lo han dominado, tal vez sería aceptada por él.
Se preocupó, de que en algún momento perdiera el control sobre su cuerpo al acercarse más a ella y besarla sin siquiera saludarla. Inuyasha era así, impulsivo. Pero ese día, necesitaba más que nada la compañía de alguien, sabiendo que la joven que besaba no podía estar tanto tiempo. A diferencia de él, existía mucha gente que podía preocuparse por ella. Él se había convertido en alguien solitario, desde el día que su sacerdotisa cruzó el pozo para no volver. Algún día regresaría y el estaría con ella.
Por mientras, encontró el consuelo de ese tormentoso dolor que no le permitía vivir como gustaba, en los simples besos de una joven de 14 años, que esa noche se tornaban más apasionados, provocando que el hanyo se excitará un poco y la chocará contra el árbol más cercano. Nuevas sensaciones crecían en el interior de la chica y por primera vez, los besos bajaron al cuello y los brazos de él la abrazaron por la cintura atrayéndola más hacia su cuerpo.
Realmente todo era tan nuevo y por simple instinto, la joven llevó sus manos a la camisa del hanyo y comenzó a quitársela lentamente. El beso, ya no fue un simple beso. La preocupación de Inuyasha se hizo mayor al pensar que eso podía llegar a algo más. Detuvo el beso y bajó la mirada. No quería que pasara algo que posiblemente se arrepentiría, no sólo él, Rin también lo haría. Se volvió a preguntar cómo llegaron a eso.
Rin entendió lo que pasaba y con la mayor dulzura del mundo lo atrajo a su pecho para abrazarlo. Se sentían bien tenerse de esa forma.
Prejuicios, abandono, soledad, tristeza y la terrible sonrisa que debían fingir cada día. Al menos, en ese momento en que el sol se oculta, se pueden dar un poco del cariño que la vida no les permite. Un momento de pequeña felicidad, de cualquier modo, no están haciendo nada malo, sino consolarse de la dura vida que están viviendo.
Notas de la autora:
Lo sé, no es una de las parejas favoritas de todos, pero debía sacarlo de mi cabeza lo antes posible. Esto se me ocurrió por culpa del fic que estoy escribiendo, donde no pude ponerlos como pareja, pero quise darme el lujo de hacer este drabble. Espero que les guste y que estén abiertos a parejas no tan comunes. :D
Edición 06/07/2013
Corregido. Acabo de corregirle todos los errores de ortografía que tenía. Admitó que cuando lo volví a leer se me hizo algo loco y poco creíble. Igual pienso que no es un mal drabble, porque en realidad fue hecho con mucho amor de mi parte, y el primer fic que en realidad me gustó. Si lo comparo con los que tengo actualmente, este tiene algo que lo hace muy especial y llamativo, más allá del crack.
Gracias por leer
