LH no me pertenece.
Para a-pair-of-iris.
Risas, golpes y besos
Es difícil a veces definir quién empieza con todo, si es Miguel soltando algún comentario estúpido, uno de sus chistes malos, o si es Francisco al no parar de reírse. Miguel es la clase de tarado que cuenta chistes malísimos y para colmo se ríe mientras los cuenta, pero su risa es contagiosa, por suerte que con esa la salva un poco. A Francisco le gusta porque es jovial, algo retrasada, pero amigable como Miguel mismo. Por eso él también se ríe, se ríe de Miguel porque sería mentira si afirma que el chiste (que Miguel nunca termina de contar porque repite una y otra vez lo mismo para asegurarse que lo haya entendido) le ha causado gracia. Pero incluso él se cansa de escuchar a Miguel. Tal vez sea culpa de Miguel por no saberse realmente el chiste, tal vez es culpa de Francisco por decirle que se calle. Tal vez sea culpa de Miguel por responderle con un "cállame tu, a ver, mono". Es difícil decir si es porque Francisco, en vez de callarlo con un beso como pasa en las películas, lo golpea en la boca del estómago. Y Perú, lejos de callarse, le devuelve el golpe mientras grita "¡Ataque!". Y se lanza sobre Pancho, chillando y golpeando, recibiendo patadas mientras Ecuador es presa de un ataque de risa.
Lo único romántico que tienen esos dos, es que al final sí se besan, peleándose por quién queda arriba al final. Miguel patalea y Francisco termina por abrazarlo para que no pueda mover sus brazos, declarando triunfante cuando se encuentra sobre él, que así es como siempre ha sido y será. Ecuador arriba, Perú abajo, si sólo bastaba ver el mapa para entender eso. Miguel estalla en carcajadas y lo patea, volviéndolo a besar.
En serio es difícil definir quién hace que terminasen siempre así, riéndose entre besos y golpes. No importa realmente que lo hagan, porque los besos nunca sobran y los golpes son inofensivos y de todas maneras no duelen, ellos aguantan más que eso. No importa porque así es como les gusta, a su manera, libre y natural, como si fuesen amigos en vez de novios. Entre Francisco y Miguel no hacía falta de mucho para que terminasen siempre igual, siempre riéndose y pegándose, insultándose y besándose como si no fuesen más que otro par de humanos.
Supongo que al final es culpa de ambos.
