-¿¡Es que acaso eres imbécil!? ¡¿Qué acaso no aprendiste de la última vez?!

Wright solo se limitó a bajar la mirada, apenado por las palabras del fiscal. Exasperado, Edgeworth se llevó la mano al rostro, masajeando el puente de su nariz, en un vano intento de calmarse.

-¡Más te vale conseguir pruebas verdaderas antes del juicio si no quieres que te vuelvan a quitar la licencia! -le advirtió, señalándolo con el dedo, acusadoramente.

El pelinegro se puso de pie con rapidez, y la expresión algo seria y decidida. -¡Eso haré!

Con un leve suspiro, miró al otro, con el fantasma de una sonrisa en sus labios. -Bien... cualquier cosa, avísame si necesitas ayuda.

Phoenix sonrió ladinamente ante las palabras de su amigo, y antes de que el otro pudiera reaccionar, Wright se lanzó hacia él, abrazándolo con fuerza. -¡Muchas gracias!

Miles se quedó congelado unos momentos, tratando de analizar la situación. -¡Ya basta! ¡Suéltame! ¡Si tienes tiempo de hacer estas tonterías, deberías usarlo para conseguir tus evidencias! -reclamó al tiempo que trataba de quitarse de encima al pelinegro.

Minutos después, el abogado se separó, sonriente. -Está bien, me voy -dio media vuelta, tomó sus cosas y se dirigió a la puerta. -Nos vemos Miles -canturreó antes de cerrar la puerta tras de si.

Edgeworth frunció el ceño, molesto ante la despedida de Phoenix, sin embargo, solo se limitó a suspirar. Se encaminó a su escritorio, dejándose caer en la gran silla de cuero. Su vista posada en la puerta, sin siquiera notarlo. Luego de un largo rato de esa forma, Miles volvió a soltar un pesado suspiro.

-¿Desde cuándo? -con lentitud, tomó un marco de su escritorio. En la foto se apreciaba a un niño, sonriente, abrazando a su padre -¿Desde cuándo me siento así por él, padre? -pasó sus dedos por el cristal, con cierta tristeza.

-¿Señor? -una mujer joven entró en la oficina, apenas asomando el rostro.

-¿Qué sucede, Amelia?

La chica abrió más la puerta, entrando a la habitación un poco apenada. -Señor, el juicio comenzará en 10 minutos -contestó, casi en un susurro.

-Gracias -añadió algo frío, volviendo a colocar el marco de madera en el escritorio, para así, levantarse, tomar sus cosas, y salir del lugar.