Ola k asen aki Pau-Chan Espitia K Se reporta kon un saludo... (?)
Y se reporta también con un nuevo fic, que junto a un grupo de bellas escritoras estamos escribiendo en conjunto, esperamos que sea de su agrado, las parejas serán sorpresa (?), los personajes igual... aunque si a alguna de mis compañeras se le da el arrebato de contar, por mi no hay problema (?)
Con todo mi amor... les dejo el primer capítulo de Intercesión.
Solo les diré que el fic trata sobre tres parejas principales, un amor de oficina, un amor prohibido y un amor vendido (?), el cual trae muchos más personajes a colación... los que se mostraran al pasar cada uno de los capítulos.
Inazuma Eleven no nos pertenece... lástima... hubiéramos puesto demasiado hard *-*
Intercesión
Capítulo Primero
~ww~
Rápidos pasos se escuchaban en los largos pasillos de aquel lugar, las paredes blancas, las camillas yendo de un lado a otro, enfermeras corriendo apresuradas, médicos con caras de preocupación y el constante sonido de los parlantes necesitando personal en urgencias, era en realidad insoportable, especialmente cuando no podía dejar de pensar en ella.
Una joven de piel pálida solo lograba quejarse y gemir de manera desesperada, durante nueve meses había estado esperando ese preciso momento, anhelaba el por fin ver al ser que tenía en su interior, el hermoso retoño que le había cambiado su apetito y le había generado antojos que el pobre de su novio le tuvo que saciar, éste le estaba esperando afuera, sabía muy bien que Ryuuji detestaba los hospitales. Como deseaba poder dar a luz a su hijo, pero sus contracciones no eran lo suficientemente fuertes para iniciar el parto de manera natural o por cesárea, cosa que de cierta manera no le hacía sentir del todo bien, ese sentimiento de madre le estaba dando una mala intuición. Pero, ¿el ser una adolescente de apenas quince años no sería una de las causas por las cuales debería tener tanto miedo?, el no saber claramente con que iban a mantener a su bebé, el ser echada de la casa por sus padres, que su pareja fuera menor que ella, ¡No!, no era nada de eso, algo en su interior le decía que debía despedirse de Ryuuji lo antes posible.
Llamaron al joven de cabellos verdes rápidamente, algo estaba saliendo mal, la respiración del bebé era irregular y en esos momentos si desperdiciaban segundo alguno sería lamentable. La hermosa pediatra le explicó la situación de su mujer, era su vida o la del bebé, no podían salvarlos a los dos así que la decisión la tomaría la madre.
Entró a la habitación, le tomó la mano a la dueña de sus sueños, a la poseedora de esos ojos azules que tanto le encantaban y le susurró que todo iba a estar bien, aunque él supiera que el final de alguno de los dos motores de su vida estaba cerca.
– Ryuuji –Dijo la mayor con un hilo de voz– Masaki va a iniciar su vida, así que creo que es hora de despedirnos
– ¡Nozomi! –Exclamó el de cabellos verdes negando con su cabeza– ¿Cómo puedes decir eso si apenas estamos empezando a vivir?, ¿acaso nos vas a dejar solos?, ¿Cómo voy a criar a un niño siendo yo un niño? ¡Nozomi no sé qué voy a hacer sin ti!
– Mi niño, debes aprender a crecer, debes madurar por ti y por nuestro hijo, si lloras que él no llore contigo, lucha y sé tan fuerte como lo has sido en estos catorce años, sé que tus padres te apoyarán por varios meses con comida y ese tipo de cosas así que preocúpate por criar a un hermoso niño que no cometa las mismas locuras que sus padres –Le sonrió sinceramente y le depositó un beso en la mejilla a su amado– Ryuuji Midorikawa sé feliz y no te mortifiques por mi muerte
Los signos vitales de Kinki Nozomi se habían cada vez más débiles por lo que tuvieron que sacar a la fuerza al de cabellos verdosos, ¿qué podía hacer ahora?, sólo pudo llorar durante el tiempo en el cual realizaban el parto de su hijo, se maldijo internamente, ¿cómo iba a educar a un niño sin su madre?, ¿qué le iba a decir cuando necesitase el abrazo sobreprotector de su progenitora?, ¿o cuando necesite preguntar cómo actúa una chica?, él no sería capaz de hacerlo solo, no, no podía, la sociedad le criticaría… ¡él mismo se criticaría!, como odiaba ser un padre primerizo a sus catorce años.
No supo en que momento le llamaron para conocer a la única alegría que tendría por el resto de su vida, se acercó lentamente a la incubadora y por más de un cuarto de hora lágrimas de sus ojos cayeron sin cesar, con ver a esa hermosa criatura moviéndose levemente le hizo recordar que ya nada importaba, su hermoso Masaki Midorikawa sería el único motivo por el cual vivir, su corazón amaría a una persona y esa sería él.
Era su primer día en el trabajo, golpeando el mesón con sus dedos intentaba controlarse, sin embargo, en lo que llevaba en esa habitación había sentido nauseas, pánico, terror, negativismo, esperanza y muchas otras cosas más que juntas solo lograban generarle una sonrisa nerviosa en su rostro, era un empleo que le había costado años de práctica, su edad aunque fuese del promedio le restaba puntos si lo que se buscaba era nuevos emprendedores, tener veintiocho años no era nada malo, si se ignoraba el tener un hijo de catorce y que su jefe era mucho más joven.
– ¿El señor Midorikawa? –Preguntó una mujer pasada de los treinta años, con hebras azules recogidas en una coleta alta y un traje elegante.
– Si, ese soy yo –Contestó parándose de su asiento y haciendo una leve reverencia a la mayor– es un placer conocerla joven Kira
– Lo mismo digo –Respondió alegremente– sígame por favor –Y haciéndole una indicación con la mano iniciaron el rápido recorrido por la sede principal de la transnacional más importante de la zona sur de Japón– como usted bien lo sabe señor Midorikawa el abrir nuevos espacios de comercialización en los países de América Latina es un nuevo punto de estrategia que hemos planeado en la última década, sin embargo la falta de un dominio de la ideología siempre logra encontrar las fallas en nosotros, sin embargo, su hipótesis de un intercambio empresarial y cultural logró sorprendernos, aunque no tenga usted una carrera profesional su perspectiva y análisis son mucho mejores que las de egresados de importantes universidades
– ¿Gracias? –Su rubor se hizo bastante notable logrando soltarle una leve risa a su acompañante– es un verdadero honor trabajar con ustedes
– Lo es más para nosotros ya que usted logrará ser capaz de unir dos continentes como nunca nadie lo había pensado hacer– Se detuvo al final del pasillo más largo que habían recorrido– Hemos llegado
– Joven Kira… sobre el tiempo del trabajo –Murmuró completamente apenado– me gustaría saber cómo sería exactamente
– Eso lo arreglarás con tu jefe –Y con una cálida mirada le indicó una puerta– mi hermano menor Hiroto
Sin decir más se retiró y Ryuuji totalmente cohibido entro a la oficina del joven del que tanto había leído en las noticias. Hiroto Kiyama, el sex idol del mes febrero en una revista de adolescentes, el típico adulto-joven que tiene una vida de desenfreno hasta que de amenazan con su herencia, fiestas, drogas, desapariciones, rehabilitaciones y sexo por doquier, como detestaba a ese tipo de personas, pero según decían en los encabezados de las revistas de farándula y blogs empresariales, este había cambiado y ahora era un ciudadano de bien que generaría la mayor ganancia que la empresa Kira o el fracaso más patético que se pudiera tener.
– Ryuuji–Kun –Murmuró sonriente el joven de cabellos rojizos, le señaló el asiento que se encontraba en frente de su escritorio y esperó a que este se sentase– muy buen currículo, has trabajado desde que cumpliste tu mayoría de edad, padre soltero, ¿de un hijo de catorce años? –Silbó sorprendido– se nota que sabes de la buena vida, creo que nos vamos a entender, ¿no es así?
– Claro –¿En dónde diablos se había metido?, ese idiota no era el tipo de personas a las que le diría jefe y la trataría con respeto, deseaba que el encargado de aquel proyecto no fuese un niño mimado que pensaba que la vida era solo sexo, quizás su hermana trabajaría mejor que él– Joven Hiroto, ¿Cuándo iniciamos con las justificaciones, objetivos y encuestas?
– Cuando me cuentes más de tu vida Ryuuji–Kun –Respondió quitándose los lentes de su rostro– ¿parezco un tipo bastante serio con este traje y esas gafitas de ñoño no es así?
– Cualquiera le diría que es un adulto hecho y derecho joven –Y aunque en sus pensamientos surcase todo lo contrario debía decir que las apariencias engañaban, parecía dos sujetos diferentes– ¿puedo preguntarle algo?
– Ya estas preguntando –Dijo girándose hacia el moreno– tranquilo Ryuuji–Kun si vas a ser mi secretario personal puedes preguntarme lo que sea
– ¿Por qué usas ese traje ajustado en varias reuniones?... ¿y ese cabello?, ¿Cuánta gomina usas para hacerte esos peinados? –No sabía si lo que le había preguntado era una falta de respeto pero a este se le había fruncido el ceño, si seguía con ese tipo de preguntas y comentarios de seguro su trabajo no duraría el año del contrato– ¿Eres Otaku? – Si, en definitiva su bocota era demasiado grande.
– ¿Otaku?, ¿en serio eso crees Ryuuji–Kun? –Negó varias veces con la cabeza– no sigas investigando acerca de todo lo que hago y como soy en esas revistas de farándula, en ellas mostrarán fotos de una fiesta temática a la que hace poco asistí en Fukuoka y chismes absurdos…
– ¿Hace poco? –Cuestionó incrédulo– ¡Subiste esas fotos anoche en tu twitter!
– Así que mi secretario personal es orgullosamente stalker, ¿no es así? –Silencio, ¿cómo negar algo que hasta cierto punto era completamente verdadero?, sus mejillas adquirieron un leve tono carmín y su jefe soltó una carcajada, quizás el aceptar esa sugerencia de su hijo no había sido buena idea– ay Ryuuji–Kun
– Yo solo le sigo porque es mi jefe –Contestó molesto– ¿hay algo de malo en eso?
– No, en absoluto –Sonrió tontamente y comenzó a tocarse el cabello, el cual llevaba parado– un peinado anti gravitacional, ¿no crees?
– Es bastante peculiar joven Hiroto… Y estúpido –Murmuró en un tono apenas audible para él– no creo que su padre se ponga contento al verle así
– ¡Oh vamos! –Exclamó alzando sus manos y dando un giro completo en su silla– eres mi mano derecha, mi chico estrella, tu Robín yo Batman, no fuiste contratado para ser mi madre, aparentas ser una chica por lo delgado que eres y todo eso… ¡pero debes relajarte hombre!, la vida es una sola, ¡debes disfrutarla, llora si quieres llorar!, baila si tu cuerpo así lo pide, y si ese loquillo también pide atención ¡dásela!, al final lo que define que tan divertida fue tu vida son los momentos en la que la gozaste por completo… y retomando el tema de mi cabello, a veces lo llevo así, por lo que no debes preocuparte
– ¿Por qué es tan relajado Joven Hiroto? –Sabía que su vida no había sido normal, el criar un niño le había quitado las palabras desenfreno, diversión y locura de su vida, pero este lo sabía muy bien, con o sin un hijo a quien darle ejemplo, la conducta que tenía el mocoso que le pagaría un salario bastante grande… era bastante absurda– sé que su vida da para ello… pero aun así…
– ¿Qué ganas estresándote?, ¿Qué ganas durmiendo poco?, ¿Qué ganas con trabajar hasta que tu cuerpo no da más? –Nuevamente dio una vuelta en su silla– se irresponsable de vez en cuando y escapa de la vida
– Si yo hubiera pensado eso hace catorce años, Masaki quizás estaría en un orfanato a causa de la estupidez de sus padres y la inmadurez del que le habla ahora Joven Hiroto –Idiota, sí que lo era con su cabello parado y su collar de piedra brillante… era estúpido el pensar eso, pero esperaba que Masaki no fuera como ese mocoso.
– ¿La estupidez de sus padres? –Preguntó bastante intrigado– ¿su madre?
– Kinki Nozomi, una gran chica que por vivir junto a mí una vida loca falleció a sus quince años –el menor de los dos bajó la cabeza y antes de poder decir algo Midorikawa terminó de hablar– quizás es por eso que me parece estúpido todo lo que me dijo Joven Hiroto, la vida no es solo eso… y si usted no encuentra el amor se condena a una vida llena de soledad y tristeza, ¿lo ve, no es así?, el sexo no es tan divertido si se sabe todo lo que ocurre por un detalle no previsto
– Yo… –Ahora, ¿cómo debía disculparse sin que su orgullo no saliese herido?– Lo lamento
– No, no lo lamente Joven Hiroto, gracias a ello me he convertido en un gran adulto –Contestó sonriente, sin rastro alguno de enojo o desagrado– en realidad lamento yo el molestarlo con anécdotas de mi vida
– No hay problema Ryuuji–Kun… ya puedes regresar a tu casa, mañana te avisaré si debes venir a trabajar o no –Y sin decir una palabra más, se levantó de su asiento y le abrió la puerta a su empleado– hasta luego Ryuuji–Kun
–Hasta luego Joven Hiroto –El peliverdoso sudó frío, ¡como la había cagado!, ¿Quién le había mandado a sermonear a su jefe?, ¡¿Quién?! Adiós salario que los sacaría de aquel barrio feo, nuevamente, Ryuuji Midorikawa de 28 años era despedido de su empleo a causa de una gran y poca discreta bocota.
Aun recordaba con facilidad el día en el cual había conocido a Kyousuke Tsurugi, aquel idiota le había metido en problemas solo por patear un balón y tirárselo directamente en la cara, siempre había odiado a ese infeliz, con esa sonrisa sínica en su rostro y el aire de superioridad que emanaba era algo que no podía soportar, pero como siempre sucede en la vida, por algún imprevisto a esa persona que tanto detestabas se terminaba convirtiendo en la que es más importante para ti, a ese que le llamas en las noches para desearles dulces sueños, a ese que esperas a la salida del colegio para caminar al menos unas cuadras.
Esa persona que supo la falta de dinero de tu familia y te usó como su esclavo por casi un año, claro, trabajo es trabajo, pero enamorarse de un ser que solo buscaba sexo y con mentiras logró engañarte hasta lograr que estuvieses detrás de él sin importar lo malo que hiciera. Enamorarse de eso es algo impensable para cualquier persona, menos para Masaki que aun guardaba cierto cariño por el de cabellos azulados, le había dolido el tenerse que separar de él y el solo pensar que ya había conseguido un reemplazo mejor le hacía estremecer, no le gustaba ser un plato de segunda mesa, tampoco estaba enamorado de Kyousuke pero ser su esclavo durante tanto tiempo le hacía pensar que quizás ese tipo de amor sumiso e irracional era el más conveniente para él, al final era el único que había vivido.
– ¿Por qué estás tan callado Midorikawa? –Preguntó cierto moreno golpeando levemente el sillón con sus manos, quizás imaginándose algún ritmo en la batería– te siento bastante ido
– Tenma… ¿es malo que yo siga pensando en Kyousuke? –Negó con su cabeza y suspiró pesadamente– ya sabes… lo nuestro no fue amor, en realidad fue más sexo sadomasoquista y dinero por doquier que tardes llenas de cariño mirando un atardecer, aunque no puedo negar que si lo quise y que de alguna extraña manera… aun lo quiero y eso me duele
– Tú no eres el que decide si aún debes sentir algo por él o no –Sonrió tiernamente y le agarró una de sus manos– es tu corazón y él sabe cuándo debe olvidar y perdonar… aun no tienes a esa persona que te hará no recordar esos malos momentos, Masaki solo preocúpate por ti y tu padre
– Como tú digas Tenma –Murmuró bastante molesto con su amigo, ¿es que acaso él sabía que era sufrir por amor?
– Ya sé que es lo que estás pensando mocoso ingrato –Dijo seriamente– pero debes saber tú, que de los dos para mí el amor fue la salvación y para ti pronto lo será, ¿acaso tu padre no te ama?
– ¿Es tan difícil pedir ser amado como Taiyou te ama a ti?, ¿por qué?, la vida… la vida misma nos hace eso a papá y a mí, se culpa de la muerte de mi madre y no… no es así –Bajó su cabeza y sin poder hacer nada por evitarlo lágrimas cayeron de sus ojos, ¡si Tenma había conseguido el amor! ¿Por qué no podía él encontrarlo?– ¿acaso estoy muy joven para pedir eso?
– La edad no influye Masaki –Murmuró apenado– no llores por eso, sabes que yo también he sufrido por otras cosas y el amor de Amemiya fue mi sustento… tu padre es tu base y sé que es tonto pero preocúpate solo por ustedes y por nadie más –Y sin decir más se levantó de su asiento y le tomó de la mano al de cabellos verdes– vamos Masaki, Taiyou ya debe estarme esperando
– Como digas –Aceptó buscándole el bastón al menor y se lo tendió amablemente– lamento que debas aguantarte todas mis inseguridades, pero ya sabes, eres el único que conoce todos mis demonios y el único que los conocerá
– Y tú también conoces los míos así que pásame mis cosas y vámonos ya, otro día serás tú el que me comente su historia de amor, mientras que yo estaré a tu lado escuchándote felizmente –Sonrió ampliamente y se dirigió al ascensor con ayuda de su bastón, quería demasiado a Masaki, era su mejor amigo, pero él deseaba poder también comentarle sus dilemas, ¿Qué se siente no ver quien fue la luz de tu oscuridad?, sentía en cuerpo y alma a su novio pero no le podía ver, eso en definitiva era algo que quería decirle al otro, pero Matsukaze lo sabía bien, él era el más fuerte de los dos– ¿para eso estamos los amigos no?
Sus respiraciones estaban completamente agitadas, estaban en un éxtasis en el que nada ni nadie los sacaría, las mejillas del menor estaban completamente sonrosadas, sus manos atadas en uno de los tubos de la cama de su hermano, sus piernas abiertas de par en par y en medio de ellas se hallaba el rostro de Yuuichi con una sonrisa que le hacía estremecer todas las fibras de su ser, ya habían pasado varios meses desde el primer encuentro de ese tipo que habían tenido los dos y aunque muy internamente pensara que ese tipo de cosas estuvieran bastante mal, le hacía sentir muy bien, era deseado, apetecido, era necesario para su hermano y las necesidades que este estuviese.
Nunca había sentido ese tipo de cosas que cada vez más le ataban al mayor, a sus manos, a su cuerpo, a esas caricias que le daba en esos lugares que solo él conocía.
Nunca se había sentido tan útil en su vida.
Aun recordaba con tanta exactitud esa vez, esa primera vez que lo había hecho con Yuuichi, esa primera vez que todo su amor había sido entregado sin ningún compromiso, ¿era un completo idiota?, ¿no es así? Su hermano ya estaba lo suficientemente grande como para saber que sentimientos como el amor en realidad no existen, son solo un instinto para huir del miedo y la desesperación y él había caído en ese juego, solo fue usado por el que alguna vez amó, solo era querido por un rato de placer, no había nada más, no existía trasfondo alguno en todo ello y luego de ser abandonado lo entendió.
Por eso no creía en el amor, odiaba esa palabra, nadie debía mencionarla cerca suyo, ¿para qué ilusionarse con algo que no es más que una falacia?, únicamente los idiotas caían en ese juego, por eso tuvo que quitarse a Masaki de su lado, necesitaba a alguien que pudiera molestar, al que le pudiera destruir la vida y aun así, este siguiera a su lado, como un fiel perro.
– Joven Tsurugi –Murmuró uno de los fieles empleados de su padre tras la puerta– es necesario que usted vaya a reunirse con los ancianos de la familia para tomar una importante decisión respecto a la situación de los Shindou
– Enseguida voy Ryunosuke –Contestó levantándose de su asiento, con una mirada gatuna y una sonrisa llena de prepotencia, por primera vez era llamado a una reunión importante de su familia, debía ser útil para poder seguir asistiendo a estas.
Caminó lentamente hasta encontrarse en la habitación en donde seguramente le debían estar esperando, tomó aire y golpeó varias veces, una voz desde el interior le indicó que podía pasar, Kyousuke lo sabía muy bien, se encontraría nuevamente con el poseedor de esos orbes que tanto le encantaban, debía tener mucho autocontrol para no derribar él mismo aquella muralla de sentimientos.
– Hermano, siéntate a mi lado –Indicó Yuuichi con una gran sonrisa en su rostro– debemos iniciar lo más pronto posible –Y sin decir nada más, el menor de esos dos tomó asiento en su respectivo asiento y apretó sus manos, debía controlarse, aunque odiase a ese bastardo, seguía siendo su hermano y por consiguiente el mayor de los dos.
– Como bien sabemos, la fortuna de nuestros rivales ha estado disminuyendo gracias a la grandiosa ofensiva que Yuuichi ha planteado en nuestra empresa, sin embargo, nosotros la honorable familia Tsurugi, aquella que siempre le ha tendido la mano a quien más lo necesita le hará un favor a estas personas –El anciano que estaba en la cabeza de la mesa hizo una rápida pausa y observó detenidamente a cada uno de sus posibles herederos– sé que para muchos de ustedes este acto nos puede llevar a la ruina
– ¡Y si lo sabe cómo es posible que piense hacer eso Tsurugi–San! –Exclamó la única dama del grupo– ¿Qué le enseñaremos a las generaciones que vienen si seguimos siendo tan blandos?
– No somos blandos –Contestó Yuuichi llamando la atención de todos los demás– tomaremos esa necesidad y la convertiremos en nuestra ganancia
– Si les ayudamos en este momento, ellos tendrán que agachar su cabeza ante nosotros cada vez que se los solicitemos –Agregó Kyousuke con una sonrisa en sus labios– debemos humillarlos y quitarles aquel orgullo tan característico de su familia
– Kyousuke –Llamó el anciano poniendo sus manos sobre la mesa– es por eso que necesito que comiences a acercarte a Takuto, ¿él va a tu misma escuela no es así?
– Es un estudiante de cuarto año –Contestó rápidamente– aunque algo me dijo que debía comenzar a investigarle un poco, por lo que ya sé cuál es su rutina de estudios
– Mucha gracias por la información –Murmuró el mayor observando a los dos hermanos de reojo– pero te agradecería mucho más si le pasas todos los datos obtenidos a Yuuichi, creo que él es el más indicado para esta tarea.
No dijo nada más, solo hizo una reverencia delante de todos los adultos y salió de dicho lugar, ¿por qué Yuuichi siempre se quedaba con lo mejor de él? ¡Siempre hacía lo mismo!, maldita escoria a la que debía llamar hermano, tarde o temprano se vengaría y el que este tuviera que seducir a su nuevo juguete le había hecho querer cobrar venganza.
Yuuichi no sabía lo que le esperaba y mucho menos cierto joven de cabello ondulado, el cual sufriría la ira de una familia de la que nunca había escuchado hablar.
Esperamos que sea de su agrado.
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