Pantalones y camiseta negra me vestían aquella mañana mientras esperaba por él en el sitio de siempre. Vi su carro avanzar entre los otros dándome el chance exacto para situarme en la acera donde me recogería, llego al lugar y me monte saludándolo como si de cualquier otro humano se tratara "Hola mijo, como te trata la vida" exclame desinteresadamente mientras veía hacia el frente "Muy bien y a ti Adriana?" lo mire de reojo sonriéndole durante todo el camino, si bien mi vestimenta no lo demostraba hoy me sentía muy coqueta con él.
Llegamos a su casa donde le suplique jugar su videojuego "Anda, enséname" le dije mirando a sus ojos que suplicaban por follarme "Esta bien" se resigno al entender que no daría mi brazo a torcer, que equivocado estaba. Le informe que iría al baño y corrí a quitarme la ropa quedando en ropa interior, brasier negro junto a bragas negras, junto a unas mallas que había guardado debajo de mi ropa recatada, saque de mi bolso unos tacones rojos que me daban un poco mas de estatura y me termine de preparar con un labial rojo. Nada diferente pero realmente quería averiguar qué efecto tendría en Alexio al verme así y por eso estaba yo allí con una mirada sedienta de ese hombre saliendo de su baño.
Camine silenciosa hasta el sillón donde él se encontraba jugando, sus dedos detuvieron su movimiento en el mando del videojuego y su mirada me inspeccionaba de arriba abajo, primero con curiosidad y luego con hambre ¡Bingo! Le lance una mirada felina mientras me posicionaba entre sus piernas, no quería arruinar el momento con palabras y por ello me incline un poco acariciando con mi mano su rostro paseando mis dedos por su cuello, acerque mis labios a su cara y luego respirando su perfume.
Cerré bruscamente mis dedos en el cuello de su camisa ganándome un respingo de Alexio, halándolo hice que se levantara quedando los dos de pie. Sonreí perversamente viéndolo a los ojos, no era la Adriana tímida que soy de costumbre, en ese momento me erguía sensual ante este hombre incitándolo a actuar de la manera sucia que a él le agradaba. Acaricie sus brazos lentamente de arriba abajo hasta eliminar contacto y me aleje de el dándole la espalda, caminando con soltura le mire por encima del hombro y vi su expresión atónita. Alexio detestaba cuando lo retaba y me alejaba de repente, pero era más fuerte la excitación que este tipo de provocaciones le ocasionaba.
Me pare en el marco de la puerta de su cuarto con los brazos a cada lado, espere por él unos escasos segundos hasta que estuvo frente a mi "Estas provocativa hoy" susurro acercándose "Me siento provocativa Alexio" le respondí alejándome de él y caminando hasta el comienzo de su cama en la cual me arrodille poniéndome en cuatro y pegando mi pecho al colchón antes de voltearme y acostarme como si estuviera a punto de tomar una siesta. Alexio estaba aun en la puerta y me miraba con una notable erección, promesas calientes y perversas en sus ojos en sus ojos. Llego a mi vientre en un salto felino y limpio estampando su lengua en mi piel para subir húmedamente por mis senos hasta mis labios. Una caricia convirtiéndose en algo salvaje situado en medio de nuestras bocas se desataba sin desenfreno. Mis dientes encajándose en su labio inferior lo hicieron alejarse, sonreí moviéndome y dejando que se acostara mientras me sentaba sobre el endurecimiento que yacía bajo sus pantalones, moví mi centro sobre el sintiendo el calor que emanaba su pene y haciendo mi cabello a un lado de mi cuello lo volví a besar, más húmedo y sucio, mas fuerte e imparable que nunca.
Sus manos tomaron mis hombros y se deslizaron por mi columna, sus fuertes apretones en mi trasero hicieron que me arqueara, sus dedos palparon mi centro húmedo comprobando que éramos los dos afectados por la intensidad del momento. Movía mis caderas en un ritmo incierto rozando nuestras intimidades vigorosamente suspirando los dos. Alexio se levanto quedando sentado en la cama conmigo encima abrazándome fuerte "Eres mía" me dijo luego de morder mi labio inferior "No soy tuya, no lo soy" un gruñido de su parte me hizo reír "Me perteneces" volvió a reprenderme mientras su mano rodeaba mi cuello. No era algo humillante, me reclamaba como suya tomando mi cuello bruscamente atrayéndome más hacia su terreno, incitándome a ser su sumisa. Me removí tratando de alejarme de su agarre y en el proceso haciendo que nuestras intimidades se rozaran más de lo debido, su mano estrujo mi cabello controlándome de nuevo "Ya no estamos para juegos" me dijo al oído "Yo me estoy divirtiendo" le respondí con una sonrisa atrevida viéndolo a los ojos "Zorra" me repitió al oído mientras me quitaba el brasier sorpresivamente. Lo empuje de nuevo a la cama recostándome sobre él y dándole un casto beso "Esta zorra tiene sed" le dije mientras me levantaba y corría a la cocina intentando no caerme con los tacones, di un salto cuando me abrazo a medio camino "Obedéceme y déjate de juegos" me ordeno "Yes my lord" le dije mientras me paraba frente a él con mi mejor cara de niña arrepentida.
"Jugaste conmigo así que debo darte un castigo" me decía mientras me llevaba al espaldar del sillón, haciendo que mis manos se posaran allí y mi trasero quedara a su merced, la anticipación de lo que iba a hacer me tenia excitada y acalorada. Una nalgada me hizo resoplar, jodidamente bueno otra nalgada me hizo gemir y luego otra muy cerca de mi centro me hizo sentir un latigazo de placer por todo el cuerpo. Alexio presiono su erección donde sus manos habían azotado antes "Dime quien es tu amo" me dijo aprisionando mis caderas "Tu" le dije mirándolo sobre mi hombro "Buena chica" susurro mientras bajaba mis bragas a lo largo de mis piernas guardándolas en el bolsillo de su pantalón besando los hoyitos en mi cintura me volteo hasta encararlo.
"Desnúdame" me ordeno de nuevo, un poco confusa retire su ropa lenta y delicadamente, dejándolo solo en sus interiores me erguí de nuevo viéndolo con sorna a los ojos "Te falta algo" me dijo señalando hasta su cintura, me reí de nuevo y baje sensualmente mi cara hasta donde su pene se hacía notar por su tamaño, atrevida mordí con muy poca fuerza donde se situaba su glande ganándome un suspiro por parte de Alexio, pase mi lengua presionando considerablemente y de un tirón baje sus interiores hasta sus rodillas donde cayeron libres hasta el piso.
No necesitaba arrodillarme para estar tan cerca de su miembro, así que sabía que el tenia una buena vista de mi trasero cubierto con las mallas, con mi lengua probé las gotas de lubricación que emanaban de su pene, su glande rojizo e hinchado clamaba por mi atención así que raspe de nuevo con mis dientes ganándome un gemido gutural de Alexio. Introduje en mi boca lo que pude y con mi mano masajeaba el resto incluyendo sus bolas, allí estaba el viéndome como me lo comía y yo lo miraba retóricamente mientras me enderezaba de nuevo sobre mis pies levantándome de la postura que estaba.
Bufo, el estaba irritado de mis provocaciones y su cara tomo una expresión furiosa que en otro momento me hubiera asustado, pero solo me excito más de lo que ya estaba. Alexio me tomo bruscamente con una mano en mi cuello y otra en mi trasero mientras me besaba de nuevo mordiéndome en el proceso con demencia, con una excitación que rayaba en lo absurdo y un hambre que solo nosotros dos podíamos sentir por el otro. Sus manos recorrían mi cuerpo con premura calentando mi piel a su paso "Hazme tuya" suspire en su boca "Ya lo eres" ronroneo mientras mordía mi cuello.
Sin esperármelo me llevó a empujones hasta su cuarto de nuevo, donde me tiro de frente al colchón. Aterrice sobre mis brazos y mis rodillas riendo con la deliciosa expectativa de un polvo salvaje. Alexio empezó a trepar sobre mi mordiéndome una pantorrilla, luego una nalga, besando los hoyitos de mi cintura, lamiendo mi columna, respirando mi cuello. Este hombre destilaba sobre mi demencia, lujuria, deseo, desenfreno y eso llevaba mis sentidos al límite haciendo que me removiera bajo de el buscando contacto de nuestras pieles. Se alejo de mi sentándose y dándome una sonora nalgadas y bruscamente desgarro las vulgares mallas. Un gemido de gata excitada y sorprendida salió de mi como un sonido lastimero cuando me penetro sin miramientos, dominándome y llenándome como solo el sabia hacerlo. Estaba extasiada por las estocadas certeras que Alexio daba dentro de mí y pedía por mas como a él le gustaba. Estaba cada vez más cerca del clímax tomando bocanadas de aire necesarias para no gritar y llevaba mi mano a mi boca para no hacer tales ruidos. Salvaje, Alexio tomo mi mano llevándola a mi espalda "Quiero escuchar como gimes, escuchar cómo te hago mi perra" me dijo al oído "Cógeme, más duro por favor" lloriqueaba por recibir más de él, nunca era suficiente y necesitaba mas siempre mas.
Se arrodillo posicionándonos en cuatro, de nuevo pegue mi pecho al colchón exagerando el tamaño de mi trasero y con ello el ángulo con el que Alexio me penetro de nuevo. Lo podía sentir más grande y más profundo dentro de mí, sus manos tomaron fuertemente mis caderas marcando con un ritmo ferviente y acelerado, llenado la habitación con el sonido del choque corporal y mis gemidos desesperados, ya estaba jodidamente cerca de la cúspide pero no quería dejarme ir. Luche por no correrme tan rápido, me retorcía de placer en mi posición y no pude contenerlo, un orgasmo arrasador me hizo grita su nombre mientras cerraba con fuerza mis ojos y pellizcaba las sabanas y el cobertor. Alexio seguía penetrándome sin piedad mientras me nalgueaba, alargando mi éxtasis yo seguía disfrutándole dentro. Cuatro estocadas después el se dejo ir metiendo mas profundo su miembro dentro de mi con cada una de ellas y derrumbándose sobre mi espalda. Acomodándonos nos acostamos completamente sobre las sabanas desordenadas de su cama "Me estas aplastando honey" le dije mientras hacia el ademan de quitármelo de encima, sin embargo el solo dejo reposar todo su pesos sobre mí. Imbécil.
Cuando se levanto se recostó a mi lado tranquilamente y quedamos en un silencio inocente, como si en esta habitación no hubiera ocurrido nada, Alexio no estuviera desnudo y yo con mis mallas rotas y los tacones sensuales en mis pies. Nadie se imaginaba aquello que sucedía durante todo el día las veces que él y yo nos conseguíamos en su casa desde la mañana.
