¡Hola!
Sí, ya sé, me dirán: "¿qué diablos?".
Pues les explicaré, debido a mi torpeza eliminé está historia, queriendo eliminar otra xD.
Así que de nuevo la subiré, pero como ya está terminada será más fácil.
Lo siento, de verdad que no me fije a qué le había dado clic y confiándome termine haciendo esto.
Bueno, pues, de nuevo xD. Espero les guste la historia y me dejen sus reviews, de nuevo xD. Perdónenme.
Este es un fanfic Gruvia, el Gruvia es hermoso :3
¡Disfrútenlo!
Aclaración: Los personas de Fairy Tail no me pertenecen, son obra de Hiro Mashima. La historia está ambientada después de los recientes sucesos en el manga, por lo cual puede dar spoilers a los que no siguen el manga.
¡A leer! Otra vez xD
-Capítulo 1-
"Después de tocar la muerte"
Había pasado un mes exactamente, de la ardua batalla contra Álvarez. Donde Fairy Tail se había proclamado como el ganador.
Nunca habían tenido una batalla tan sádica y difícil. Ni siquiera Tártaros, les había causado tantos problemas.
Muchos de los miembros habían quedado al borde de la muerte. Otros habían partido a un mejor mundo. El gremio se encontraba en ruinas al final de la batalla, por lo que lo reconstruyeron, otra vez.
Y ahora, un mes después. Con el gremio de nuevo en pie, podían respirar tranquilos. Las heridas físicas y emocionales ya habían sanado.
Magnolia se encontraba en un tiempo de paz. Pero está vez, si era paz de verdad.
Las personas caminaban tranquilamente, se veía a madres de la mano con sus pequeños hijos, ir y venir de tienda en tienda. Los dueños de negocios, atendían a sus clientes con la mejor de sus sonrisas. Los niños, practicaban magia en las calles. Cada magia era distinta, había una pequeña niña que se hacía invisible. Otra que practicaba invocaciones. Uno más que realizaba magia tipo make. Todos ellos tenían algo en común, un objetivo que anhelaban cumplir: ser magos de Fairy Tail.
Y es que el gremio había ganado muchísima popularidad, inclusive en ciudades vecinas.
Aunque la paz era buena, la cuidad se encontraba tranquila. Cada vez llegaban más misiones y por misiones nos referimos a: dinero. Era extremadamente aburrido ahora, la vida de los magos se había convertido en una rutina, sólo eso. Misión, ganaban dinero, otra misión, más dinero.
¿Dónde había quedado la diversión? Esa pregunta pasaba por la cabeza de cierto mago, que exponía orgullosamente su marca de Fairy Tail, en su brazo.
-¡Estoy aburrido!- chillo un chico con una bufanda blanca que parecía ser de escamas, cabello rosa y en punta, alzando su cabeza y sacando fuego de su boca.
-Parece que has cambiado de lema- le contestó una bella rubia de ojos grandes y marrones, muy buena amiga de él.
-Eso parece Lucy- le dio la razón la camarera de Fairy Tail. Una chica hermosa en toda la extensión de la palabra, poseía un largo y hermoso cabello blanco, y unos ojos grandes y azules-. Antes solías decir: " ¡Estoy encendido! "
Ambas rieron.
-Mira, ¿no hay un trabajo?- Natsu ignoró por completo la burla de sus compañeras.
-Hay muchos. Déjame buscar uno para ti
Mirajane salió de la barra, para dirigirse al tablero de misiones. Había muchas, unas tan sencillas como buscar un gato, otras del nivel de matar a una bestia. Pero lo que la maga de Clase S quería encontrar era una que mantuviera entretenido al Dragon Slayer. Resopló al no encontrar una, todas iban a ser consideradas aburridas por el mago. Volvió a darle un vistazo a todas, buscando una que al menos tuviera olor a peligro. Sus bellos y grandes ojos se detuvieron en una petición.
En ella venía escrito que necesitaban de la ayuda de magos poderosos, completamente capacitados para vencer a un posible monstruo. También se explicaba que el ser aparecía en la pequeña población con una forma distinta, pero solía robar habitantes del género femenino.
Mirajane pensó que tal vez se trataba de un usuario de la magia Take Over, pero fuese lo que fuese, de eso se encargaría Natsu.
Camino de regreso a donde se encontraban los magos: frente a la barra.
-¿Qué te parece?- le extendió la petición que tenía en la mano a Natsu.
Él la sostuvo y la analizó, sonrío complacido, volteó a ver a Mira y levantó su dedo pulgar en señal de aprobación, ella sólo sonrío.
Natsu echó un último vistazo a la misión que tenía en manos, seguro lo iba a "divertir" un rato.
Caminaba por las calles de Magnolia, sede de Fairy Tail. Hoy le tocaba hacer guardia. Aunque era cierto todo eso de los tiempos de paz. No podían confiarse, por lo cual acordaron entre todo el gremio que debían cuidar de la ciudad, y por ello debían de hacer patrullaje.
Se dividían en grupos, cada semana cambiaban de miembros de la guardia. Era algo que les servía para ocuparse, últimamente las misiones era muy fáciles y no había un peligro mortal o algo así, a los que estaban más que acostumbrados, cabe mencionar.
-De nuevo, todo tranquilo- suspiró con algo de pesar, que se debía a su aburrimiento.
Tenía las manos ocupadas, por comida, regalos, peluches y demás. Y es que, después de haber participado en los Grandes Juegos Mágicos y haberse puesto el sombrero de su enemigo, haciéndolo ver extremadamente sexy, más de lo que ya era. Gray Fullbuster había ganado una gran cantidad de fans, mayoritariamente mujeres. Que eran las que le regalaban todas esas cosas.
Afortunadamente la hora de la guardia estaba por terminar, o bueno, su turno. Ya que se dividía entre día, tarde y noche. Y él estaba en el apartado de tarde. Faltando poco para que la noche cayera y con ello su guardia culminará, camino para el punto de reunión.
Llegó al parque central, donde se encontraba aquel enorme árbol. Ahí ya lo estaban esperando tres personas: Juvia, Gajeel y Levy.
-¿Todo bien?- pregunto el Dragon Slayer de metal.
-Sí, ningún peligro- contestó el mago de hielo.
-Al igual que Gray-sama- informó Juvia-. Juvia no encontró ningún peligro.
-Buen trabajo- los felicito Levy.
Ambos magos se despidieron, dejando a los nuevos guardias. Juvia dio un pequeño vistazo a atrás, viendo como su amigo, molestaba a la pequeña Levy, eso le causo gracia.
-Gray-sama- lo llamó, el chico volteó a verla de reojo-. ¿Gusta ir a tomar algo?
-No, gracias- contestó secamente, haciendo que la chica bajara la mirada.
-Bien, entiendo.
Juvia detuvo sus pasos, dejando que él le llevara la delantera. Le costaba mucho trabajo hacer eso, realmente quería saltarle encima y rogarle porque fuese con ella. Pero, hoy había tenido una charla con Cana, donde ella le había dicho que tal vez, Gray sentía algo por ella, pero Juvia no le daba oportunidad de expresarlo, por ser tan… melosa. Cana le dijo, que intentará dejarlo respirar más seguido, que después él la iba a buscar.
Haciendo caso a los consejos de su amiga, muy a su pesar, Juvia seguía parada, luchando contra sus sentimientos y su cuerpo que quería correr y abrazar el de él.
Gray esperando un suplica que jamás llego, dio media vuelta y la vio ahí parada, luchando internamente. Tenía las manos hechas puño y los ojos cerrados, estaba haciendo esfuerzo. Eso preocupo a Gray, tal vez algo la estaba intentado controlar o ya la estaban atacando.
-Juvia- la llamó para intentar comprender lo que la chica estaba haciendo.
Ella seguía luchando, incluso tenía los ojos con mayor presión, si seguía así seguro se iba a lastimar. Hizo su mayor esfuerzo…
-¡Gray-sama!- chillo con algunas lágrimas en el rostro.
… pero no pudo
-¿Qu… qué tienes?- le preguntó preocupado y sorprendido por el comportamiento de la chica.
-¡Juvia no puede!- grito a todo pulmón aun llorando-. ¡Juvia cree que debe hacerlo, pero no puede!
-¿De qué estás hablando?- se acercó a ella tratando de calmarla, realmente no la entendía.
-¡Juvia no puede dejar a Gray-sama!
Ante esta declaración el mago de hielo se sorprendió. La chica tomo aire y se calmó un poco
-Juvia sabe que suele ser una carga para Gray-sama- agrego con una notable tristeza.
La chica seco sus lágrimas, y comenzó a calmarse, teniendo la mirada baja aun. Gray aún estaba sorprendido por lo que ella estaba diciendo.
-Qué carajo Juvia- la miró- ¿Qué te pasa?
Ella no respondió, se sentía mal por no poder hacer eso por su amado: dejarlo tranquilo. Gray al ver que ella no reaccionaba, tomo el osito de peluche que tenía entre su antebrazo y lo estiró en dirección a ella.
La chica levantó la mirada, encontrándose con unos ojos negros de cristal, se sorprendió un poco y subió la mirada sonrojada, se encontró la cara de Gray de lado evitando su mirada, tenía la boca arrugada y un leve, casi invisible, sonrojo.
Juvia sonrío y tomo el osito con sus dos tersas y delicadas manos, lo tomo por el abdomen y lo atrajo hacía ella, de una manera tierna y dulce.
-Gracias- dijo mientras miraba al pequeño ser de felpa.
Gray la miró por un momento, recordando lo que le había hecho hace un tiempo, la había dejado sola en esa villa, mientras vivían solos.
Eso sí que lo ponía mal y aunque ya se había disculpado, simplemente no podía y no sabía cómo quitarse ese malestar de encima, la sensación de sentirse una basura.
Recordó como Natsu le reclamaba el haber dejado sola a Juvia y sin ninguna explicación. Al principio no entendía por qué su amigo estaba tan enojado, decepcionado, hasta que Lucy y Wendy le explicaron las circunstancias en las que habían encontrado a Juvia.
Se sentía, y con razón, pésimo por haber hundido a Juvia en aquella fuerte depresión. Ella era una chica que se la pasaba demostrándole sus sentimientos, y dicho por Erza, una joven que no conocía el significado de la palabra: rendirse. Inclusive la mismísima Titania le había pedido que le diera una respuesta a Juvia.
-No eres una carga- dijo terminando con ese incomodo silencio para él.
Juvia lo miró, sin saber que decir o hacer. Eso de verdad la había sorprendido.
-Vete a casa- agregó el mago.
Le dio la espalda y comenzó a caminar, dejando a una confundida pero rebosante de felicidad Juvia, quien también comenzó su camino hacia su hogar: Fairy Hills
Caminaba con las manos en los bolsillos. Había pasado a un local para pedir una bolsa y ahí meter todos los regalos que sus fans le habían dado. Era más cómodo caminar así.
Llevaba el entrecejo fruncido, no entendía y se sentía un idiota por lo que había hecho, ¿por qué carajos le había dado el jodido oso? ¿Para qué? Si lo que él más quería era que no hubiese pensamientos erróneos en la cabecita esa que ella tenía.
Pero, qué más podía hacer, ella estaba llorando y por su culpa, como tiempo atrás, cuando Natsu la encontró en la villa.
Eso, era eso, se sentía culpable, muy culpable, y por ello actuaba como lo hacía. Si él ya le había pedido perdón y ella se lo había concedido, entonces, ¿por qué ese ridículo sentimiento seguía en él? Y decía que era ridículo, porque ya no debería de existir.
Suspiro con pesadez, no entendía a su cabeza. Lo que no sabía era que no tenía que entenderla, lo que él debía de comprender era a su corazón.
Volvió a suspirar, últimamente se le daba por hacer eso.
De repente sintió un brazo salir de la parte derecha de su cabeza y cubrir su boca, arrastrándolo hacia un callejón obscuro que se encontraba a su izquierda. Él hizo esfuerzo, pero fue innecesario pues una vez dentro del callejón, el atacante lo soltó. Gray volteó a verlo con bronca, pero se sorprendió cuando vio la identidad de su "atacante".
Frente a él, estaba Natsu que le hacía señas para que se callara.
-No hagas mucho ruido y sígueme- le ordenó el mago de fuego.
Gray arqueo una ceja, y levantó un poco la vista, ahí estaba Happy, haciéndole la misma señal que Natsu, para que guardara silencio. A Gray no le quedo de otra que seguirlos, Natsu salió por el otro extremo del callejón y caminó rumbo a su lado izquierdo.
Gray conocía ese camino, si seguían por aquel sendero llegarían a la casa de Lucy.
Una vez fuera del edificio donde se encontraba la morada de su amiga y compañera de equipo. Gray volteó a ver a Natsu que tenía expresión de niño divertido, hacia esa pose que hacen los científicos malvados, juntaba sus manos y la masajeaba entre sí, mientras reía y sonreía torpemente pero al mismo tiempo maléficamente.
-¿Qué tramas?- le preguntó Gray al ver a su amigo.
-Cállate Gray, que impaciente- lo regaño y después entro a la residencia de Lucy.
¿Iban a entrar así como así? La verdad es que siempre lo hacían, entonces de qué preocuparse.
Subieron a la recámara de la dueña, ella no estaba, pero había señal de ella, algunos libros y hojas estaban tiradas, y Plue estaba ahí. Muy seguramente Lucy se estaba bañando.
-¿Qué…- intentó preguntar Gray, pero de nuevo fue detenido por la mano de Natsu, está vez con mayor enjundia.
-Que te calles- le susurro Natsu.
Gray no entendía y se estaba empezando a desesperar de la situación. Pronto se escucharon cantos provenir del baño, era Lucy, quien ya había terminado con su relajante ducha. Natsu inmediatamente se sentó en el suelo y su sonrisa de hizo más grande.
La chica salió del baño secándose el cabello, iba con los ojos cerrados, relajada, pero una vez los abrió.
-¡Qué demonios hacen aquí!- grito colérica y les dio una patada doble.
-Eso mismo me pregunto yo- respondió Gray sobándose la mejilla.
-¡Happy!- grito en forma de orden Natsu.
-¡Aye sir!- el pequeño minino voló hacía las cortinas y las cerro.
-Bien- comenzó a decir Natsu- conseguí un trabajo para nosotros.
Gray y Lucy se miraron por un momento y después regresaron su atención al peli rosado.
-Es el que te dio Mira-san, ¿no?- le pregunto Lucy.
Natsu rio traviesamente, algo que asusto a Lucy.
-Ése se lo di a Gajeel, él dijo que le diría a Juvia- aclaró la duda de su amiga-. El de nosotros, ¡es éste!
Saco de su bolsillo un anuncio, que era un pedido, los sostuvo con ambas manos una en la parte superior y la otra en la inferior. Ambos, Lucy y Gray, posaron sus ojos en el pedido y los abrieron sorprendidos casi al instante de verlo.
-¡Natsu!- grito la rubia preocupada.
-Es clase S- aseguró Gray.
-Exacto, haremos un trabajo clase S, ya hemos hecho uno- agregó orgulloso- éste no debe ser la gran cosa.
-¡Pero Natsu!- replico la rubia.
-Con que robando de nuevo, ¿eh?- se escuchó decir detrás de ellos.
Gray y Natsu al ver a la propietaria de tan reconocida voz de quedaron shockqueados. Lucy suspiró, esos amigos que tenía no conocían la privacidad, o el término allanamiento de morada.
-¿Cómo lo hicieron esta vez?- exigió saber Erza.
-Lisanna nos ayudó- explicó resignado Natsu.
-¡Lisanna!- contestaron todos.
-Ella es buena, le pedimos el favor y ella acepto.
-Ella pidió que nos cuidáramos- agregó Happy.
-No puede ser- expresó Lucy poniendo una mano en su frente.
-Bien, no hay de otra…- comenzó a hablar Erza-… ya que Lisanna está involucrada e hizo ese sacrificio. Tomaremos el trabajo.
-¡Qué!- gritaron Lucy y Gray. Natsu sonrió complacido.
-La última vez se salvaron porque Phantom había invadido el gremio, pero ésta vez es diferente, el maestro seguro no lo dejará pasar. Diré que yo tome el trabajo y me los lleve, como ayuda.
Lucy estaba que se desmayaba por la palabras que Erza acababa de decir. Hasta Erza estaba aburrida de no hacer nada.
-¡Entonces vamos!- grito Natsu
-Espera, espera- pidió Gray- ¿De qué es el trabajo?
-Un gremio obscuro que está atormentando a un pequeño pueblo- explicó Natsu.
-Mañana en la mañana salimos, no le digan a nadie, yo me encargaré de explicarle a Mira antes de salir- ordenó Erza.
Todos asintieron, obviamente Natsu era el más "encendido" de los presentes. Lucy estaba que no se la creía. Y Gray… él sólo pensaba en una cosa:
El rostro de Juvia apareció en su mente. Se iría y no le diría nada… ¿De nuevo?
Bien, ¿qué les pareció? Siendo sincera de los fic que he hecho, el inicio de este es el que más me ha gustado como ha quedado.
¿Leen el manga? Que opinan de los recientes sucesos. Yo digo que lo de Zeref estuvo… intenso xD.
Les dejo una frase que de verdad, me llegó por el momento y todo lo que expresa.
"Incluso si se desvaneces físicamente… ¡Sus sentimientos quedaran en los corazones de los demás! ¡Yo creo en el poder de amar de las personas!"
-Juvia Loxar-
PD: me siento verdaderamente tonta ahora ;-;
