PRIMERA NOTA: Confirmo que esta historia NO es ninguna continuación de la caricatura ni su película aunque parezca que sí lo es.
SEGUNDA NOTA: Parte de la historia está basada en el episodio "California's Crusty Bronze" de la caricatura "Las Aventuras de Silvestre y Piolín".
TERCERA NOTA: Esta historia NUNCA tendrá ninguna secuela y JAMÁS se autorizará a nadie a crearle ninguna precuela, intercuela ni secuela.
Disclaimer: La autoría de esta historia les pertenece a MoonScoop Group y American Greetings y la del episodio que la inspiró le pertenece a Warner Bros.
Eran las 14:15 de la tarde del soleado día Domingo diez de Octubre de 2010 en la ciudad alegre, hermosa y amistosa de Tutti Frutti.
—Y recuerden, Pastelito y Cremita, denle al inspector una buena impresión, así que empiecen su buena impresión ahora mismo, él quedará contento cuando vea lo bien que todos trabajamos y así le dará una buena calificación a mi café.— con una cara verdaderamente contenta y luminosa, con una mirada de ojos entrecerrados que irradiaba amor y una voz hermosa, suave y amable con tranquilidad y alegría totales les dijo una chica a un perrito y una gatita adorables.
Ellos, que estaban a la derecha del sofá de la chica, le asintieron con la cabeza dándole una sonrisa también, así que la chica se paró y fue a ver a los cocineros, los cuales son un berrykin rojo, uno amarillo, azul, morado y naranja.
—Que bien se ve todo, chicos, todos tienen la comida tan bien cuidada y preparada, que el inspector quedará contento con los resultados y la buena impresión que verá, así entonces, le dará al café una "A" como calificación. ¿Está todo bien como siempre, amigos lindos berrykins?.— les dijo y preguntó ella a sus eternos amigos cocineros con los mismos amorosos modos y sentimientos, acompañados de su característica sonrisa luminosa con que imparte amistad amorosa a sus empleados y toda su clientela.
—Sí, señorita Frutillita, y sabemos que al inspector le encantará lo que le demos para comer, quedará tan feliz con lo bien cuidada y preparada que está la comida, que en ninguna milésima de segundo se le ocurrirá cambiar por ninguna otra calificación que no sea la "A".— le dijo un berrykin rojo con los mismos modos que ella.
—Que bien, mis niños lindos, el inspector llegará en cualquier minuto, así que una vez que ya esté cocinado este puré de patatas que veo que están cocinando de maravilla como siempre, déjenlo dentro del horno para que mantenga su tibieza y así esté bien para cuando alguien pueda pedirlo, y entonces estense listos para cocinar lo que él pida en el caso de que pida algo que todavía no hayamos cocinado, pues también sabemos que los inspectores dan calificaciones hasta por la calidad con que se prepara la comida.— les ordenó siendo amable, sonriendo luminosamente y hablando con una voz llena de suavidad, dulzura, ternura, amistad y amor.
—De hecho, señorita, este puré de patatas ya está listo, así que el fuego ya puede apagarse.— le dijo el mismo.
—Oh, que bien.— dijo Frutillita con voz más alegre.
Ella misma apagó el fuego, ese berrykin junto con otros tres se pusieron guantes de cocina bastante resistentes al calor quemante, tomaron la olla, otro berrykin morado que estaba en la barra va a abrir el horno, dejan la olla dentro y lo cierran.
—Podemos ir a sentarnos mientras el inspector viene o hasta que alguien más aquí pida comida o llegue alguien más pidiendo comida.— dijo Frutillita.
Fueron a sentarse ella en el sofá que siempre tiene para sentarse al lado de sus mascotitas y sus cocineros se sentaron en sillas acolchadas que Frutillita tiene para ellos a la derecha del sofá.
—Algo que también me agradó saber, fue que me informaron que también vendría la reportera Mavis Macedonia para mostrar públicamente mi café en su programa en la Berrynet.— dijo Frutillita.
—Frutillita, ¿le dijeron si Mavis llegará con el inspector?.— le preguntó un berrykin amarillo con voz alegre y sonriendo también.
—No, me dijeron que ella llegaría entre las dos y las tres, pero no sé si llegará con él, porque aunque también me dijeron a qué hora exactamente llegará él, no me dijeron si se juntarían para venir al mismo tiempo o si llegarían por separado.
—Oh, bueno, no importa, al final de todas cuentas es seguro que todo saldrá bien y que usted recibirá su merecida buena calificación, lo tengo previsto.— dijo él dándole su amorosa amistad y una sonrisa luminosa que irradiaba felicidad y sinceridad.
—Gracias.— le agradeció ella con amor en su voz y su cara.
Frutillita le devolvió la sonrisa y miró a sus clientes.
—Ciruelita, Naranjita, ¿desean algo más para comer o beber o necesitan alguna otra cosa, como servilletas?.— les preguntó a dos chicas que comen juntas en una misma mesa.
—No, gracias.— dijeron las dos unísonamente sonriendo con alegría y contestando con voces contentas.
—¿Y sabes, dulce Frutillita?, aquí todos esperamos tanto como tú que el inspector te dé esa "A", todo el mundo sabe que de verdad la mereces y que es la única calificación que mereces. Y así como dijo él, tengo previsto que todo saldrá bien.— le dijo Naranjita expresándole el mismo amor, amistad, ternura y dulzura con que también se caracteriza como Frutillita.
—Gracias, Naranjita, gracias.— le agradeció sintiendo una verdadera gratitud gratificante por sus palabras.
Miró a otras dos chicas en otra mesa.
—Frambuesita, Dulce de Limón, les dirijo a las dos la misma pregunta que a Naranjita y Ciruelita.
—No, gracias, Frutillita linda.— le dijeron tiernamente las dos con una sonrisa luminosa y voces felices.
—Está bien. Y les hago la misma pregunta a ustedes, Huckleberry, Morita y Pastelito de Manzana.— con una sonrisa amorosa y luminosa y una inmensa alegría les dijo a un chico y otras dos chicas juntos en otra mesa.
—Te doy la misma respuesta devolviéndote tu amorosa sonrisa.— con una sonrisa sincera, luminosa y pura le dijo Morita con alegría total en su voz y espíritu como todo el mundo dentro del café.
—Tampoco necesito nada más, Frutillita, gracias, y el pay de arándano rojo que me dieron les quedó fabuloso como siempre.— con gran amor, amistad, alegría y una sonrisa le dijo Huckleberry a Frutillita.
—Gracias, Huck, gracias.— dijo ella sintiendo cómo todos le transmitían su amor, amistad, alegría y toda vibración positiva a su espíritu.
—Yo estoy bien, Frutillita, el puré de manzanas que me dieron me gustó como todo lo que siempre me cocinan. No hay duda en mi mente de que al inspector le gustará lo que les pida si llega a pedirles alguna de sus comidas.— le dijo Pastelito de Manzana entregándole a Frutillita su amistoso amor y dirigiéndole su sonrisa luminosa.
—Gracias, Pastelito, aprecio todo lo hermoso que me han dicho.— le agradeció Frutillita sintiéndose totalmente consumida por su alegría, amistad y amor.
Tan contenta estaba Frutillita, que cerró suavemente los ojos y soltó dos suspiros de felicidad manteniéndose sonriente.
—Cuanto amo el amor que siempre me dan ustedes, así como yo les doy.— abrió los ojos y dijo la dulce Frutillita sintiéndose contenta de la piel a los huesos.
—Cuando alguien como tú entrega amor, solamente amor merece recibir.— le dijo Morita con una voz dulcemente feliz y una sonrisa que ella nunca desaparecía de su bonita cara.
—Es lo mismo que todos te diríamos, Frutillita preciosa, eres una dulzura y una amiga que cualquiera anhelaría conocer.— le dijo Frambuesita también sonriendo y hablando con felicidad espiritual.
—Sí, cualquiera querría convivir eternamente contigo, Frutillita dulce, tierna y linda.— le dijo Dulce de Limón sin hacer falta recordar que también hablaba con los mismos sentimientos que todo el mundo.
—Gracias, a todas gracias por tantas hermosuras que me hablan. Me ven sonriendo con la boca, pero al mismo tiempo estoy sonriendo con el corazón y el espíritu, así me tienen todos, me siento feliz de la piel a los huesos.— agradecía Frutillita sus palabras de amor y hablaba con su sinceridad irreversible.
Frutillita se puso suavemente la mano derecha en el corazón.
—Mi corazón está vivo y brillante de alegría luminosa, está lleno de paz, armonía, amistad, felicidad, amor y demás positivismos existenciales, me siento en paz.— dijo Frutillita con un amor inconmensurablemente hermoso.
Dulce de Limón dio un suspiro amoroso antes de hablar.
—Ay, Frutillita, tú siempre nos haces sentirnos felices y llenos de paz. Si participaras en concursos de comida, estoy convencida de que te darían el primer lugar, pues tus comidas no están hechas solamente de buenos ingredientes sabiamente preparados ni tienen buen sabor solamente porque tú y tus cocineritos saben mejor que cualquiera en la ciudad cómo cocinar para darle esos sabores, tus comidas se sienten hermosas de buenas y tienen sus hermosos sabores por las vibraciones positivas y el amor que siempre le incluyen como otros ingredientes más. No tengo palabras para decir cómo es grande mi amor de mejor amiga por ti. Siempre te he amado, eres una amiga tan positiva en todo sentido y ámbito de la palabra, te darían el primer lugar si en la ciudad se realizaran concursos de la persona más dulce, tierna, afectuosa, feliz, positiva, amistosa y amorosa.— le dijo Dulce de Limón con todo su amor desprendiéndolo de su espíritu para entregárselo a Frutillita.
Frutillita cerró los ojos y dio un suspiro más sonoro producto del amor que sentía que le llegaba de Dulce de Limón.
—Gracias, amorosita Dulce.— le agradeció correspondiéndole ese amor.
Y soltó otro suspiro más de amor con los ojos cerrados.
—Debe faltar menos para que llegue el inspector.— dijo por última vez.
Ella fue entonces donde Pastelito de Manzana.
—Pastelito, ¿esta caja es la que usas para dejar guardadas esas trenzas electrónicas que creaste en la semana pasada?.— le preguntó Frutillita con alegría pura y luminosa acompañada de su imborrable sonrisa amorosa.
—Sí, pero no debo sacarlas, porque media hora antes de venir, tuvieron una descompostura y ahora están muy descontroladamente saltarinas, ya ni siquiera me funciona el control remoto con que las controlaba, así que no tengo más opción que dejarlas permanentemente encerradas hasta que halle la forma de arreglarlas. Me fue muy difícil atraparlas.— dijo Pastelito con voz más normal sin felicidad y dejando de sonreír.
—¿Y cómo es que ahora están quietas, al punto de que ni la caja está sacudiéndose?.— le preguntó Frutillita con normalidad, sin voz feliz ni sonriendo y notando que la caja está quieta.
—Porque por dentro le pegué papel de aluminio por todos lados, así logré atrapar a esas trenzas, ya tenía unos pocos minutos intentando atraparlas hasta que se me ocurrió esta idea del aluminio, sólo cuando pegué el aluminio pude preocuparme de intentar atraparlas de nuevo, finalmente pude agarrar una a la vez, luego agarré la otra, las sostuve en una mano, abrí la caja y las encerré con cerrojo, de ahí no saldrán hasta que vuelva a casa y las destruya para por fin poder inmovilizarlas. Sólo así podré entonces crear otras trenzas como éstas, pero que tendré aún más asegurado que no se descompondrán.
—¿Y por qué viniste con la caja?.
—Me sentí más segura si la mantenía a mi lado siempre, para evitar que algo pudiera suceder aunque igualmente sepa que no tengo necesidad de preocuparme.— dijo con simpleza.
