¡Saludos! Esta es una historia que llevo pensando desde hace tiempo. Una historia que lleva a la leyenda de zelda a una estética bastante diferente a lo que tenemos acostumbrados, pero es bastante familiar para aquellos que reconozcan a que otro universo estoy referenciando ( Aunque no es un crossover como tal). Esta historia será la primera que haga de The Legend of Zelda y tendrá elementos de violencia, lenguaje adulto y sugestivo, por tanto no debe ser recomendada para menores de 13 años (Aunque no me importa si la lees, soy un autor, no un policia). ¡Espero que les guste, acepto y responderé a todas sus críticas y comentarios! :)

Leyenda de un futuro sombrio

Capítulo 1- Vida en la colmena

La alarma soltó un zumbido agudo mientras que lineas de luz entraban a través de las persianas, las repeticiones resultaron ser demasiado molestas para un joven rubio de ojos azules y orejas puntiagudas, quien luego de soltar un sonó quejido se animó a levantar su mano para presionar el botón correspondiente para desactivarla. El joven apreció el lugar donde se hallaba acostado por un minuto, era un cubículo metálico donde solo podía caber su cama y una altura poco superior a el sentado sobre ella, a un lado tenía una consola táctil, desde la cual podía programar la alarma previamente desactivada, además de acceder a los medios de difusión y conectarse en llamada telefónica con algún contacto con el que contara, por encima de su cabeza se hallaba la ventanilla desde la cual se filtraba la luz matutina, mientras que a su lado, opuesto al de la consola, se hallaban los cajones donde guardaba sus posesiones personales.

Un hedor penetrante provenía de la ventanilla, ya habrán encendido las forjas, pensó el, pues la inconfundible y cotidiana esencia séptica de los deshechos mezclados con la fundición de adamantio ya comenzaban a marearlo como todos los días hasta que vomitara o se acostumbrara, lo que pase primero. El movimiento de alguien encima suyo lo termino de sacar de su trance, e inmediatamente se dio cuenta del calor de una persona con la que compartía la caja metálica. La persona estaba desnuda, así como estaba el, lo que le recordó la noche anterior, donde luego del agotador trabajo había pactado con dicha persona para su encuentro carnal. Era una joven, su cabello era naturalmente pelirrojo y liso, pero estaba oscurecido y reseco producto del aire pesado y casi tóxico de los niveles bajos, su piel estaba pálida producto del poco contacto con la luz, típico para aquellos que estaban forzados a laborar en dicho entorno. Sin embargo su cuerpo era cálido, señal de que seguía viva, además de gozar con proporciones bastante aceptables, pues era delgado, sin destacar en tamaño en algunas zonas, pero consonante con su figura, muy atractivo para casi cualquier hombre sin importar su estrato.

**Atención ciudadanos, en nombre de nuestro señor Ingose declara iniciada la jornada de hoy, se requiere la presencia de todo el personal del sector de Ordon en sus puestos de trabajos respectivos. Para el funcionamiento de la ley ciudadana, se castigará a todo aquel que no cumpla su labor para nuestro señor Ingo, nuestro sector Ordon y nuestra magnifica ciudad, Hyrule, buenos días a todos**

La transmisión fue emitida por la consola, al terminar causo que la joven soltara un quejido de molestia al verse truncado su sueño, esta comenzó a moverse, bajándose del joven rubio, quien se limitó a sentarse sobre la cama a estirar sus extremidades.

- Mmm… Hola- Dijo la joven denotando su cansancio con su voz.

- Hey- Se limitó a responder el rubio- Deberías apresurarte, pronto harán la inspección y no te gustaría ser descubierta acá… de nuevo-.

- A mi también me gustan tus besos de buenos días Link- Respondió ella con marcado sarcasmo, luego abrió uno de los cajones para luego sacar unas prendas del joven, estas usualmente le quedarían bastante holgadas a la chica, pero sabía apalearse con las prendas de trabajador, considerando que todas eran talla única para ahorrar costos.

- Por como fue la noche anterior, lo menos que quisiera es colocar mi boca allí – Esto lo último lo dijo apuntando con su dedo índice los labios de la pelirroja, quien puso una cara de indignación - Tenemos diez minutos Malon, veinte contando el tiempo antes del trabajo, y ahí si no quiero llegar tarde-.

- Deberías tratar mejor a las chicas, Link- Respondió sin prestarle más atención.

El joven soltó un suspiro de resignación, el chico tampoco quería ofender a la chica, pero estaba consciente de lo que pasaría si la encuentran allí otra vez. La primera vez los hicieron pasar a ambos 6 horas en una chimenea de las forjas, obligados a respirar el humo casi tóxico del metal fundido, y por mas hostil que parezca, palidece ante los castigos de la segunda y tercera falta: Azotes públicos y ejecución respectivamente. El pensamiento de las consecuencias desviaron su mente mientras recogía sus pertenencias y se alistaba. El espacio que cada cubículo proveía era apenas suficiente para una persona, y ahora habían dos haciendo sus rutinas matutinas como podían y sin decirse una palabra, sin embargo no era la primera vez que ella estaba allí, por lo que se las arreglaban sin ser afectados por la claustrofobia. En el silencio pensó en la chica, ciertamente era guapa, sin mencionar su habilidad en la cama, pero en si no nunca detalló si sentía algo especial por ella, menos si esta sentía algo por el, mas en lo que a el constaba su amorío era una forma de aliviar el estrés constante de la vida en la colmena baja. Sin embargo su comentario si lo hizo pensar, tampoco es que se merezca mal trato solo porque no se levantaron mas temprano.

- Ya estoy listo, ¿tu?- Dijo Link portando un traje de cuerpo completo de color verde oliva, colores oficiales de las empresas del sector, el traje poseía gran cantidad de bolsillos propio de trabajadores manuales y técnicos, pero generalizados para toda la población.

- Ya casi- Dijo ella, mientras se colocaba el mismo traje. Sin embargo, para evitar que este le fuera incómodo por ser varias tallas mas grande que la suya, esta paso un cinturón de cuera a nivel de su cintura, ajustándolo y haciéndola resaltar, adicionalmente se puso unas botas que le llegaban hasta las rodillas para ajustar el traje a sus piernas. Dicha estrategia era la usada usualmente por las mujeres del sector, que si bien no era oficialmente promovida por el señor de la zona, el que calla otorga, así que todas las mujeres se identifican de dicha manera.

Mientras Link la veía cambiarse, mas pudo percatarse del atractivo natural de la chica. Pocas en esta zona de la colmena podían permitirse el usar maquillaje, mucho menos tener el tiempo para cuidar de su figura y su apariencia, sin mencionar los inevitables efectos negativos en la salud producto de las polución y la radiación, por lo que la esperanza de vida para todo aquel que no viviera en las espirales altas de la colmena pocas veces superaban los 40 años. Por estas razones los habitantes de la baja colmena suelen reproducirse siempre a edades tempranas y a grandes cantidades, y en el caso de Link y Malon, ambos de edad 17, su edad era incluso tardía para formar familias.

Link se acercó de repente a la joven, quien apenas terminaba de colocarse la segunda bota, y la besó en los labios. Este beso la tomo desprevenida, tal accionar suele ser respondido con violencia por cualquier mujer en tal estrato social, incluso la más amable debe ser dura de corazón para vivir en tales condiciones. La joven se puso instintivamente tensa, pero se relajó mientras los labios se humedecían con los del rubio, para luego aceptarlo y rodear su cuello con los brazos. La joven no quería casarse, odiaba a los niños, pero eso no paraba su líbido, y dicho joven besándola siempre la satisfacía hasta casi perder el raciocinio. Mas no pensaba que hubiera amor, viviendo en condiciones tan duras ella pensaba que el amor en un solo hombre que igual moriría a los pocos años era inútil y estúpido, pero a pesar de su belleza muy difícilmente conseguiría un hombre de mayor estrato que la sacara de su situación, así que debía conformarse con satisfacer sus necesidades carnales mientras aún le quedaban alientos.

Ella fue quien cortó el beso, si bien le encantaba, faltaba poco tiempo para la inspección y ella debía estar fuera de allí para entonces. Lo empujó hacía atrás para parar sus avances. El joven lo entendió de inmediato y se aparto, tomó su equipamiento personal y el de ella para finalmente salir del cubículo, fuera de este había una sala central donde de concentraban el resto de obreros que vivían en el módulo residencial. Todos hombres, como es costumbre por la separación de sexos. Alrededor de 150 estaban en constante movimiento desde las duchas comunes hasta las puertas del recinto. Ninguno le prestó mucha atención a la presencia de la joven, pues se es asumido que uno debe callar ante los asuntos de otro siempre y cuando este los afecte o este se niegue a aceptar la responsabilidad de sus actos, existen quienes buscan mejorar condición haciendo de alcahuetas para los guardias, pero no suelen durar mucho.

La pareja se escabullo mientras los guardias entraban a la sala para realizar la inspección, esta es para procurar que todos los obreros ya hayan salido o estén por salir, así como revisar sus pertenencias en busca de algo ilegal o lo suficiente valioso para justificar una "confiscación informal", seguido de un castigo pertinente al infractor. Estos guardias no son agentes del estado mayor ni nada que se le acerque, sino mercenarios contratados por el dueño del sector para mantener su ley y orden, cuya ética y moralidad eran secundarias para las autoridades siempre que este pruebe ser un socio rentable para los nobles de las espirales superiores.

Una vez afuera, los jóvenes se encontraron con las callejuelas del sector, no eran muy anchas, pero eran lo suficiente como para que pasarán transportes terrestres y poco más que un espacio para que los peatones caminen a los bordes. Había gran cantidad y variedad de civiles y guardias realizando sus labores correspondientes en su día a día. Malon trabajaba en la procesadora Lon Lon, donde se sintetizaban los alimentos que consumían los habitantes de Ordon, dicha comida es reciclada de los deshechos de los mismos habitantes, una estrategia muy eficiente para la autosuficiencia de una zona tan altamente urbanizada. Este dato les da igual a la población, teniendo que resignarse a la idea o morir de hambre. Comida "natural" si existe, pero esta es reservada para aquellos que puedan costearla, los nobles y los ricos de arriba.

-Link – dijo Malon para llamar la atención del rubio, este volteo a verla- Ya llevamos haciendo esto por cierto tiempo y, realmente no creo que estemos yendo a ningún lado, ¿No lo crees?-.

La afirmación tomó por sorpresa a Link, si bien el no estaba interesado en llevar su relación al siguiente nivel, pero mentiría si dijera que se sentía cómodo con el estado actual de las cosas.

- Pensé en lo mismo, pero como siempre te me adelantaste- Confesó el, Malon siempre era mejor en ordenar sus ideas que el.

- Lo nuestro se basa en solo sexo, y eres bueno en ello, pero creo que sería mejor si buscamos a otras personas, ¿Verdad?- Propuso ella, el joven miro hacía arriba un momento, pero dio finalmente una mirada aprobatoria.

- Mmm… ¿Que tal una última vez de despedida?- Suplicó el dándole una mirada provocativa. La joven respondió con la misma mirada, ciertamente su lazo carnal sería duro de romper.- Te buscaré luego del trabajo- Sentenció el rubio, dando por terminada la planeación.

- Hablando del trabajo, ya aquí voy por mi lado- dijo la chica señalando un desvió, caminera la cual lleva a la sintetizadora. La joven se acerco al rubio una vez mas y le dio un beso en la mejilla, luego dio unos cuantos pasos y se volteó una ultima vez para guiñarle el ojo con una sonrisa.

Link se quedó un momento apreciando el como la chica se alejaba entre la multitud, pensando en que quizás si valdría la pena intentarlo, después de todo era normal el ya estar formando una familia a su edad, mas se lo cuestionaba bastante, ya que entendía que el no era el único amante de la pelirroja, a lo sumo sería su segundo o tercer favorito. No le importó, la vida es corta y precaria en la baja colmena, mejor vivirla como se pueda. Link caminó a través de las callejuelas de la colmena, las calles estaban hechas de hormigón y cemento mientras que los edificios eran metálicos y se elevaban incluso kilómetros de altura, anuncios de propaganda de la empresa se hallaban en señales holográficas de publicidad, vago intento de dar propósito a una clase social poco encima de los esclavos. Varios drones servitores flotaban sobre la multitud, algunos eran acompañantes de miembros de clases superiores, otros eran cámaras usados por la empresa y el estado mayor para vigilar a la población, estos servitores eran hechos a partir de las calaveras de criminales e indeseados, haciendo de carcasa para estos autómatas, pero manteniendo la consciencia para que sufran el castigo de la docilidad por la eternidad, esta era la naturaleza de la vida en la colmena, una de opresión, tecnología y precariedad.

Finalmente Link llego a su destino, las industrias pesadas de Ordon, allí se ensamblaban las vigas y componentes de los que serían la piezas de próximos edificaciones. Link se cuestionó la utilidad de ello, como si la colmena no abarcara ya cientos de kilómetros de base y se extendiera miles mas de altura, era increíble hasta cuando esta prisión de concreto y metal se podría expandir. Por supuesto, sus dudas debían de se guardadas celosamente, pues los castigos de ir contra la autoridad eran variados y todos terribles. Procuró simplemente no expresarlas, y como todos los días se dirigió a su estación, que se encontraba en la linea de ensamblaje de vigas #42, su labor era el de simplemente supervisar y operar la maquina que las moldea, así como pasar manualmente la viga en cuestión para la próxima fase del proceso, en conclusión era una labor monótona y aburrida, pero sencilla, cosa que a Link para nada le molesta.

- ¡Hey Link!- Dijo una voz al otro lado de la linea de ensamblaje.

- ¡Moy! ¿Como está todo?- Saludó el Rubio a Moy, un hombre alto, castaño y con un gran y frondoso bigote en su rostro. Moy era algo así como un hermano mayor para Link, luego de que el perdió a su padres en uno de los accidentes laborales que son tan comunes en las forjas él fue quien lo acogió bajo su tutela y le ayudo a terminar su educación y formación como hombre, para Link Moy era tanto un padre como un hermano, uno cuya compañía y consejo era siempre bienvenido.

- No podría estar mejor, nuestra bebé está creciendo bien, y si todo sigue así, ¡Solo nos tendremos que preocupar del humo y la radiación, el medico dice que podría llegar hasta los 60!- Exclama en clara alegría el hombre mayor.

- ¡Que noticia mas maravillosa, gracias a Ganon!- Responde Link compartiendo la alegría de su amigo y mentor, así como agradeciendo al instrumento de la fe de toda la colmena de Hyrule: Ganon. Su culto era a un dios antiguo, que antes de la creación de la colmena impulso la era del conocimiento y la fundación de la colmena Hyrule tras derrocar el dominio de dioses antiguos y corruptos, desde entonces su fe es promovida y en muchos casos impuesta sobre la población, todo gracias a la orden religiosa de las Gerudo, quienes profesan que el dios de la iluminación, Ganon, es menester del agradecimiento eterno de todos los habitantes de la tierra y más allá.

- Lo se, pero ahora dime, ¿Cuando será tu turno?- Dijo Moy mientras le daba codazos al rubio- ¿Que tal te va con esa chica, eh? Malon-.

- Ya te dije Moy, yo no estoy interesado en algo con ella, o con ninguna en realidad, yo… - Link fue interumpido

- "La vida es demasiado corta para andar con compromisos", ya lo se, Link- Completó Moy- Pero déjame decirte algo, la vida es muy corta para dejarla pasar sin dejar tu huella- El comentario calló todo comentario que pudiera tener- No somos los mas ricos, ni mucho menos los mas importantes, pero el que podamos dejar un regalo a un mundo como este debería ser un privilegio, piénsalo, ¿Vale?- Moy le dio una par de palmadas, Link solo se limitó a sonreirle.

- Moy, yo…- Link fue de vuelto interrumpido, esta vez por los latigazos del guardia que supervisaba el desempeño de los trabajadores.

- ¡Corten su parloteo y pónganse a trabajar!- Gritó dando otros dos latigazos a los hombres, quienes soltaron quejidos de dolor- ¡No se les provee de su buena vida para que malgasten el tiempo, ingratos!- Tras esto los dos se dispusieron a trabajar sin dirigirse la palabra, con la decisión acordada sin necesidad de palabras de que esta conversación seguiría en otro momento.

Así, la jornada estándar duraba 14 horas continuas, según las reglas de la compañía, los trabajadores contarían con 2 horas de ocio y comida y 8 de descanso, según las noticias, algunos gerentes querían aumentar la jornada a 15, pero Ingo en su generosidad las mantenía en 14 por su amor y buenos deseos para su empleados. Link y Moy salieron de la factoría, no vivían en las mismas residencias, ya que Moy contaba con un cubículo familiar por ser casado, por lo que ambos se despidieron sin decirse más palabra.

Link tomo rumbo hacía la sintetizadora, las callejuelas estaban a reventar de obreros que acababan con sus turnos diarios. En si las factorías de la colmena no debían ni podían pararse jamás, así que los trabajadores se distribuían los turnos para que la producción sea máxima y continua, tampoco es que los habitantes de la colmena inferior sean conscientes del concepto del día y la noche, pues en promedio ninguno ha visto el sol, por lo que es correcto asumir que el Sector Ordon nunca muere. Eventualmente Link llegó a la entrada de la sintetizadora, donde la pelirroja lo esperaba frente a esta. Al acercarse, ninguno se dijo más palabra que un "Vamos" por parte de Link y "Vale" de respuesta de Malon, y ambos comenzaron a caminar.

Sin embargo, ninguno pudo seguir con su camino, pues el suelo comenzó a sacudirse en fuerte temblores. La mayor parte de la gente en las calles cayeron al suelo instintivamente, mientras que el resto se agarraba lo mas fuerte que podían para no caer, Link y Malon fueron de los últimos, apoyándose a una pared cercana.

- ¡¿Que es esto!?- Gritó la pelirroja al borde del pánico.

- ¡Esto es malo!- Responde Link- Moy dijo que un temblor solo significaría que todo el nivel está colapsando-.

- ¡¿Qué?!- Gritó la pelirroja al borde del pánico.

- Hay que salir del sector, la base temblará hasta que el sector caiga a la Subcolmena- Dijo Link buscando con la mirada la ruta más idónea para salir.

La expresión de la pelirroja pasó a una de completo terror al momento en que Link mencionó la Subcolmena. Esta era una zona de la ciudad donde se situaban los soportes de la colmena, una región usualmente usada para almacenar los deshechos inutilizables de los pisos superiores, además de ser donde los indeseados eran expulsados de la ciudad, un sitio corrosivo y peligroso gobernado por tribus criminales, enfermedades incurables y la ley del mas fuerte. Era difícil determinar que tan profunda era la Subcolmena, pues esta iba incluso cientos de metros bajo tierra, terreno olvidado por la civilización donde si un sector colapsaba por su propio peso, muy difícilmente sea recordado otra vez, pues suele ser mas rentable construir uno nuevo de los soportes creados por el viejo, dejando a los antiguos residentes a su suerte.

El rubio tomo de la mano a la pelirroja y comenzaron a correr a través de las calles, esquivando a las multitudes que corrían desesperadas a las salidas del sector, aquellas que llevaban a otras zonas o a los niveles superiores. Para Link eso significa la muerte, pues de Moy supo que en casos como estos los guardias se atrincherarían en las salidas y evitarían el paso de aquel que busque escapar, un protocolo del estado mayor que busca prevenir una crisis de refugiados e insostenibilidad en la colmena, en cambio se dirigirían a los ductos sanitarios, las cloacas. Estas tuberías están conectadas a una planta de procesamiento de agua al borde de Ordon, donde la planta procesaría los deshechos de varios sectores a la vez en caso de fallas sustanciales en el ciclo, por lo que si ambos llegaban a esos accesos, podrían escabullirse entre las cloacas y salir.

Ambos corrieron desesperados mientras la estabilidad del recinto se perdía más y más, no habrían pasado sin embargo más de 45 segundos desde que iniciaron los temblores. A Malon sin embargo aún no le cabía la sorpresa, ya que nunca había visto a Link mostrar ese coraje y determinación como lo hacía ahora, y a lo que ella respectaba Link solo era un joven tranquilo que trabajaba en las forjas que era huérfano y odiaba las impracticalidades, cosas que si bien eran ciertas, eran incompletas, porque Link poseía una cualidad poco vista y valorada estos tiempos: Cuando la situación lo requería el no perdía el valor.

Ellos finalmente llegaron a un acceso del alcantarillado, no sabían que tanto tiempo quedaba antes del colapso, pero Link calculaba menos de un minuto. Con mucha dificultad retiro la tapa e invitó a la chica a meterse primero, quien no negó a la invitación y se introdujo en las alcantarillas. No hubo sin embargo tiempo para Link, pues Ordon ya había comenzado a caer. La inercia los hizo elevarse momentáneamente durante la caída, para luego precipitarse al suelo con mayor fuerza que nunca, haciendo que el techo del nivel y las edificaciones colapsaron sobre si mismas.

Link despertó eventualmente, afortunadamente la pared que tenía mas cerca no colapsó y contuvo la lluvia de escombros que le venía encima, el rubío vislumbró a los alrededores y apenas una luz grisacea se veía arriba, donde un gran agujero daba a los niveles superiores rodeado de unas grandes vigas metálicas, las columnas de mantenían a Ordon en pie. La vista lo hizo sentir olvidado, como si el mundo lo hubiera rechazado a él y sus conocidos para luego expulsarlos a un infierno.

- ¡Malon!- Gritó Link, buscando a la joven pelirroja de entre las ruinas de su hogar.

- ¡Ayúdanos por favor!- Escucho a su derecha, donde vio a dos jóvenes, uno intentando levantar una pared de concreto que había caido sobre la piernas del otro que solo podía gemir de dolor. Link se acercó a ellos con gran velocidad.

- Ayudame a levantarlo, con algo de suerte no perderá aún las pierna- Dijo uno.

- Entendido, levantemos la pared a la una… a las dos… ¡Y a las tres!- Link finalizó la cuenta haciendo gran esfuerzo para levantar la pared lo suficiente para que el otro joven hale a su amigo.

- Gracias, muchísimas gracias- Dijo el joven mientras se subía a su compañero malherido a sus espaldas.

- No hay por qué, hay que buscar sobrevivientes y luego hallar una salida- Responde el rubio.- Te recomiendo que nos separemos, yo iré a las forjas y tu a las residencias, así aprovecha y buscas algo para tratar a tu amigo-.

- Si, entendido- Responde el joven- ¿Como te llamas?-.

- Link, ¿Y tu?-.

- Otoh, y este es mi hermano Ucah- Dijo señalando al joven que cargaba.

- Cuídense entonces- Dijo finalmente antes de separarse cada uno por su lado.

- ¡Link!- Escucha el joven rubio, sus orejas puntiagudas se mueven instintivamente para detectar de donde venía la voz que lo llamaba.

Siguió el llamado, el cual provenía detrás de una gran pila de escombros, el joven prefirió subirla antes de rodearla. Luego de bajar por la pendiente Link observó entre las ruinas unas tuberías metálicas, posiblemente parte del alcantarillado que fue arrancado del suelo tras la caída. Link corrió a toda velocidad y llamó a Malon desde uno de los agujeros a las tuberías que pudo encontrar.

- ¡Aquí, Link!- Esta vez si la pudo distinguir con claridad, estaba dentro. A Link le tomo otro minutos conseguir la entrada más idónea para buscar a su amante, y una vez la consiguió, éste la llamo.

- ¿Estás bien?- Preguntó dándole la mano para salir.

- Estoy viva, pero mis piernas… Creo que ambas me las fracturé- Dijo arrastrándose a la salida, Link pudo percibir dolor en sus palabras, ella debió de recibir el impacto estando de pié. Él se la subió a la espalda.

- Tranquila, vamos a la factoría a buscar sobrevivientes, si estamos juntos con mas personas tendremos…- Explosiones se escucharon a la distancia, seguido del ruido inconfundible de disparos.

Bandas, había escuchado rumores de ello, más no pensó que sería rápido. Cuando una sección de la colmena colapsa, las bandas que pueblan la Subcolmena atacan para esclavizar la población superviviente a la caída y a saquear todos lo posible para esparcir su influencia y dominio en las profundidades de la tierra. Link se escabulló con Malon en su espalda detrás de unos escombros, se escondió para no ser visto, pero no era suficiente, necesitaba algo para defenderse. Buscó rápidamente entre los materiales en el suelo, y entre el concreto y el metal lo único utilizable que pudo conseguir fue una cabilla de acero, posiblemente usada para el soporte de algún edificio, pero ahora era el arma del valiente joven.

Una serie de pasos se escucharon llegar a donde se encontraba la pareja, eran cinco hombres, todos vestidos con harapos, poseían peinados estrafalarios con pinchos apuntando a todos lados y mechas con colores pastel que variaban entre el amarillo y el rosa. Los hombres, además, iban armados hasta los dientes, cada uno cargaba un rifle automática, dos tenían además cimitarras de adamantio en sus espaldas, dos cargaban lanza-granadas y uno portaba un lanzallamas. A Link, quien observaba desde su escondite con Malon, le perturbaba la vista, pues le era difícil el concebir que un grupo de criminales informales cargaran equipamiento militar superior a cualquier guardia que hubiera visto en su vida. Los cinco poseían todos una cicatriz en forma de "V" en su mejilla.

- ¡Consiguieron presas en la Factoria!- Gritó uno, claramente de mal humor.- ¿Por qué hay que buscar en este basurero?-.

- El jefe lo deseó así- Respondió otro, este era de piel negra y cargaba un bigote pronunciado- No todos murieron o se escondieron, algunos querrán pelear-.

- ¡Bah! Si apenas he matado 5- Dijo otro, su voz era mas rasposa- Mi arma esta aburrida y yo también-.

Mientras Link escuchaba, sorteaba la posibilidad de dejarlos pasar para escabullirse, debía agradecer a Ganon que no había ido a la factoría, pero aún tenía el dilema de a donde ir, pues tenía a la chica malherida a sus espaldas y no estaba armado, estaba indefenso en el lugar más peligroso de todos, donde la civilización terminaba a los minutos.

- Vamos a la factoría y digamos que todos estaban muertos, total es mas divertido el perseguirlos después, cuando piensen que sobrevivieron- Propuso el de la piel oscura, y los demás parecieron coincidir.

Fue ahí que el rubio vio una ventana, solo debía esperar. A los minutos los bandidos se encaminaban a la dirección de la factoría, y Link aprovechó para salir silenciosamente de su escondite, con Malon en su espalda planeaba ir a las residencias, donde Otoh y Ucah fueron. Sin embargo, como una jugarreta del destino una piedra se atravesó en su trayectoria, y los jóvenes cayeron, el sonido fue suficiente para atraer a los bandidos.

- ¿Pero que tenemos aquí?- comentó uno de ellos acercándose, detrás de él lo siguieron los demás.

- Un par de jóvenes metiches- agregó uno.

- Y la chica es muy guapa- agregó otro.

- Entienden que ahora no los podemos dejar vivir, ¿No?- Comentó el de piel oscura.

Link apretó los dientes, ciertamente estaba en un apuro, ¿Sería este el final? Le frustraba el pensar que su vida se arruinaba en cuestión de minutos. Intentó pensar en sus opciones, podría pelear, pero ellos tenían total supremacía con sus armas de fuego, tampoco podía negociar, pues el presenciar su conversación le quito toda posibilidad de salir impune, podría rendirse, pero era poco factible considerando

que estaban en busca de sangre en primer lugar, luego consideró la opción de huir, pero podrían cazarlo, dispararle antes de que pudiera resguardarse, peor aún porque tenía a la pelirroja malherida a su lado y dejarla no era una opción. En conclusión: Estaba atado a su final.

Fue entonces que Malon actuó primero tomando entre sus manos tierra, esparciéndola luego al frente creando una cortina de polvo y bloqueando la visión de los asesinos que tenían al frente.

- ¡Corre Link, corre!- Exclamó Malon, el rubio se quedó estupefacto por un momento, ¿Acaso se estaba sacrificando? No tendría tiempo de cogerla antes de que les dispararan, no hallaba que hacer.

- ¡Arrrgh!- Gritó uno cubriéndose los ojos, levantando su arma y disparando descuidadamente en su ceguera- ¡Muere, perra!-.

Todo pasó en milésimas de segundo, los disparos dieron a parar todos menos uno al suelo, como si fuera una broma muy pesada del destino, la bala restante impacto justo en la parte izquierda del rostro de Malon, llevando en su disparo la mitad de su rostro y causando un estallido de su cráneo hacía detrás de su nuca, haciéndola caer al suelo y formando un charco de sangre y restos de su materia gris. Su rostro era uno de sorpresa, manteniendo dicha expresión mientras la luz de su ojo restante se desvanecía.

Link estaba impactado, vio durante un momento el cuerpo de la chica, y allí su mente se nubló, la adrenalina la inundó y Link estaba a merced de sus instintos. Uno de los bandidos retiro la cortina de polvo, siendo recibido por el fierro que el rubio cargaba clavándose en su ojo derecho, matándolo en el acto. El hombre soltó un último grito mientras que con sus manos apretó instintivamente el gatillo, incapaz de apuntar, por lo que las ráfagas de balas salieron sin control a todas direcciones mientras caía hacia atrás. Sus compañeros reaccionaron echándose al suelo para evitar una bala perdida, lo que le dio a Link una oportunidad, se levanto lo más que pudo y echó a correr lo más rápido que podía.

El rubio corría por las calles en ruinas, le costaba respirar y su mente no daba más que solo su instinto de auto-preservación, el cual se afinó cuando escuchó la carrera de los bandidos, que iracundos por la muerte de su compañero hallaron en Link lo mas entretenido de aquel día: Una presa que luchaba por su vida.

Y así el joven corrió sin rumbo fijo, sin detallar su entorno ni de lo que tenía al frente, solo pensando en que sus persecutores estaban pisándole los talones y peor aún, alcanzándole. Entonces dio un giro en una esquina y sin tiempo de reaccionar el suelo colapsó bajo sus pies, revelando ser un tramo inestable del antes sector residencial. Afortunadamente la ruta cayó sobre una pendiente, haciendo que el rubio empezara a deslizarse en lugar de caer, teniendo que cubrirse ante obstáculos tales como cabillas sueltas y otros escombros. Esto no paró a los bandidos que iban tras el, quienes comenzaron a descender por la pendiente de una manera más hábil y efectiva que el accidentado rubio.

Finalmente este dio a parar al suelo, uno que ya no era metálico ni de concreto sino de tierra y barro. Tras caer sobre su trasero, el joven se levanto con mucha velocidad y trató agarrar tierra del suelo con sus manos para realizar la misma táctica de su recién fallecida compañera, con resultados poco efectivos, pues esta vez los bandidos simplemente pasaron la cortina de polvo. Sin embargo le dio tiempo de reanudar la carrera, no fijándose de que descendía por un túnel donde la luz comenzaba a ser dejada atrás, dando pasó a las inexploradas profundidades de la tierra. El rubio siguió corriendo sin importarle el que dejara de ver, sin importarle que los bandidos detuvieron su carrera, el siguió corriendo hacia la oscuridad hasta que sus piernas colapsaron y el ya hubiera gastado todas sus energías.

Tras un largo respiro, y aún con el pecho ardiendole por el esfuerzo realizado, Link se levantó y buscó un botón en su traje, que activaba luces para poder ver en la oscuridad, una herramienta incluida en el traje de todos los obreros de la colmena. La tenue luz pudo revelarle un descenso largo en el túnel, teniendo como única ruta alterna aquella de donde venía, la cual descartó de inmediato, pues los bandidos podrían tenderle una trampa allá arriba. Fue entonces que optó por descender aún más, pensó que si esperaba el tiempo suficiente, sus persecutores se aburrirían de la espera y se irían a cazar a otra presa más accesible.

Link caminó bastante tiempo por aquel túnel, el aire de le hacía pesado y constantemente se cuestionaba de regresar, pero no quería, algo empezó a atraerlo en dicho lugar, y como una curiosidad que desplaza a la consciencia y no abandona la mente, Link siguió bajando, pues sentía necesidad de llegar al final del túnel. Al final llegó a un gran arco de piedra, el cual tenía inscripciones talladas en un lenguaje que no podía entender. Luego del arco hubo un gran salón, el techo se elevó a aproximadamente 15 metros sobre su cabeza, no pudo detallar completamente la sala producto de su limitada iluminación, pero explorándola llegó a una especie de altar donde tres gemas estaban situadas una al lado de la otra. La de la izquierda tenía un símbolo de tres olas rojas, siendo la de arriba y la de abajo concentradas en un circulo, cada uno contrario al otro. La de la derecha eran tres círculos azules puestos forma triangular, cada uno tomado por una garra en el medio de dicho circulo. Finalmente, la del medio eran tres círculos verdes concéntricos, con el más pequeño arriba de los otros dos, este causó una atracción especial en el joven, quien sintió el impulso de tocar dicha gema.

Al momento de tocarla con su mano izquierda, una corriente viajo por todo el cuerpo de Link, causándole un intenso dolor mientras que de su mano se iluminaba un símbolo, tres triángulos dorados, dos uno al lado del otro mientras que el tercero estaba sobre ellos, la luz dorada se iluminó con mayor intensidad en el triángulo inferior izquierdo. Eventualmente, el dolo cesó, Link se tomó la mano para poder apreciar la marca que ahora tenía, sintiéndose diferente, como si el miedo ya no pudiera afectarlo. Fue entonces que vio mas allá del altar, donde en el suelo detallo un pedestal donde una espada estaba puesta, la espada estaba oxidada, su mango era rústico, su pomo parecía una mera tuerca atornillada al mango y su guarda era una barra de metal sencilla que separaba la agarradera de la hoja.

La mente de Link se iluminó, sacó las espada del pedestal como si la hubiera blandido siempre y se dispuso regresar a la superficie. No sabía que acababa de encontrar en las profundidades de la subcolmena, pero no importaba, pues ya sabía que hacer y nada lo detendría, ya que el tenía las herramientas y mas importante, tenía el valor…

Continuará...

Próximo capítulo: Vida en la espiral