No me maten... ok, sí, mátenme.


Datos del fic:

Título: Lazos oscuros.

Decidado: Kumi preciosa, que me está apoyando mucho con él :3

PAREJAS: Lejos de lo que puede parecer al principio: Naruhina, Sasusaku, Shikatema, Gaalee, NejiHina y más.

Género: Romance/Drama.

Ranking: M.

ADVERTENCIAS: Pese a ser un fic Hetero contiene Yaoi. OOC. Violencia tanto física como verbal. Lenguaje Soez.

Disclaimer: Los personajes utilizados exceptuando los OC, no me pertenecen. Derechos a su respctivo autor.


Resumen:
Estando en la universidad, Naruto se lleva el peor desengaño de su vida como hombre de una mujer. Desde entonces, su vida cambia hasta el punto de basar su relación sentimental en una homosexual. Con un hijo adoptado bajo su tutela, no se dará cuenta de los cambios que pueden aparecer en un momento dado de su vida. Deberá aprender que no todas las mujeres son iguales y que quizás, Boruto es algo más que un niño lejano a él.


Nota prólogo: Las fechas cronologícas están basadas en la fecha de concepción.


Prólogo

Año 2000, Enero

—¿Estás seguro de esto, Naruto?

El rubio asintió mientras dejaba el botecito sobre el mostrador. Tenía las mejillas coloradas y aún así, la sonrisa cruzaba su apuesto y moreno rostro. Dio golpecitos sobre el mostrador, acomodando la mochila sobre su hombro izquierdo.

—No te preocupes tanto, Gaara —pidió sacudiendo una mano para quitar peso a la preocupación de su mejor amigo—. Sé lo que me hago.

—Confías demasiado en esa mujer —murmuró el joven pelirrojo cruzando los brazos en el pecho.

Naruto inclinó las cejas en un puchero. Gaara maldijo entre dientes, dándole la espalda y saliendo de la sección de ciencias de la universidad. Naruto sabía que le esperaría pese a su mal humor, pero no podía hacer otra cosa. Era su mejor baza para conseguir conquistar a la joven estudiante de medicina.

Pese a que se consideraba un chico apuesto y capaz de conseguir a alguna chica, se le resistía la que él había echado el ojo. No importaba las demás chicas en la universidad siempre y cuando esa le prestara la atención que él quería. Y milagro, le había prometido tener una cita con él. Solo que… a cambio de algo especial. Y cuando se refería a especial…

Bajó la mirada hasta su cintura, exactamente hasta su sexo. No le había costado mucho rellenar un bote pensado precisamente en esa mujer. Y era puramente excitante pensar en la futura cita que tendrían.

Claro que su mejor amigo, Gaara, no le había hecho demasiada gracia. ¿Quién daba una cita a cambio de esperma? Por más que se tratara de su trabajo final, existían bancos donde podría conseguir lo necesario sin jugar con el corazón de un chico. Pero Naruto confiaba plenamente en esa mujer y sabía que no sería así.

Esa chica era alucinante. Llamativa y un dulce. No pensaba perder y se la quedaría si podía ser, para siempre.

Ahora solo le quedaba esperar a que ella acudiera en busca de lo necesario.

Sacó el móvil con ideas de ver la hora, con tan mala pata que este resbaló de sus dedos al suelo. Se agachó para recogerlo y quizás fue lo mejor que pudo pasarle.

—Te lo digo en serio, Ino. Basta.

La voz de Sakura le hizo reaccionar. Levantó la vista hacia el mostrador y alcanzó a ver una mano coger el bote que él había dejado sobre el mostrador.

—Estoy segura de que esto es de Naruto, Sakura. Deja las tonterías aparte.

Se tensó al escuchar la otra voz.

—No. No voy a parar hasta sacártelo de la cabeza. Dile la verdad, demonios. Es mi amigo. Nunca debiste de proponerle algo así si solo ibas a jugar con él. Naruto iba en serio.

—Oh, por dios. Deja de ser tan remilgada con esas cosas. Solo le prometí una falsa cita a cambio de un aprobado. Lo único que necesitaba es que se la cascara un rato, recogiera su simiente y me la entregara. No todas tenemos una madrina que nos consigue todo lo que necesitamos en medicina.

—¡Te has pasado, Ino-cerda! No voy a dejar que hagas lo que quieras con el corazón de Naruto.

Un grito y unos golpes retumbaron tras el mostrador.

—¡Mira lo que has hecho, Sakura! ¡Has mezclado todas las muestras!

—¿Y qué problema hay?

—Pues que la de Naruto todavía no estaba etiquetada, frentona.

—Mejor —sentenció Sakura—. Así no está en tus garras. Estas pruebas son para estudio médico, así que no habrá problema. Creo que vas a tener que buscarte otro tonto al que traumar, Ino. Y más vale que te disculpes con Naruto después y le digas la verdad.

—Qué pesada con Naruto, diablos. Si no fuera porque estás con Sasuke, casi creería que estás enamorada de él.

—Es mi mejor amigo, Ino —acalló la otra—. Y tú estás actuando insoportable desde que comenzaron los exámenes.

Entre insultos y protestas, las chicas abandonaron el lugar. Se tomó su tiempo de sentarse contra el mostrador y asimilar lo que había descubierto y escuchado. Unos pies aparecieron en su rango de visión. Gaara se agachó para extender su mano.

—Te lo dije.

Naruto aceptó su mano, con los labios apretados y desde entonces, juró que nunca más volvería a ser engañado por una mujer. Aunque tuviera que ser él esa vez el que mintiera.

Año 2000; Octubre

Apretó las manos en el colchón bajo ella mientras sentía su cuerpo partirse por la mitad. El desgarro en su interior mientras la gente se movía a su alrededor. El cansancio y los deseos de rendirse. Las preguntas surcando su mente y, finalmente, el llanto de un bebé.

Solo se lo mostraron un momento. Un mechoncito rubio aplastado contra su cabeza.

Y luego fue todo oscuridad.

Año 2001, horas más tarde.

—¿Estás segura de hacer esto?

La enfermera que sostenía al bebé apenas podía dejar de temblar. La mujer frente a ella asintió y le arrebató el bebé antes de que fuera a echarse hacia atrás. Acunó al pequeño que apenas se inmutó. Le quitó la pulsera y la lanzó a la caja de restos para incinerar en un rincón. Cubrió al bebé con una mantita y suspiró.

—Recuerda no abrir la boca en tu vida. Olvídate de que existió este bebé y firma su alta de fallecimiento. Dale las condolencias a la madre y finge llorar, eso siempre las ayuda.

En silencio, mientras veía al resto del cuerpo médico encargarse de la desfallecida madre, salió, llevándose consigo a la callada criatura.

Continuará...


Avance:

—¿La has matado?

—¿Por qué diablos voy a matarla?

—Porque yo la veo bien tirada en el suelo y con la cabeza sangrando...