"Las cartas sobre la mesa"

Me puso las cartas sobre la mesa
Desde que la conocí
Me dijo: No creo en amores eternos
No debes confiar en mí
Mi orgullo cobarde se puso valiente
Y quiso entrarle así
Y al verme de lado tan enamorado
Mejor decidió partir ...

No sé si ésta sea una Historia digna de contar ya que no contiene un final feliz como con los que nos gusta soñar a todos de vez en cuando; Pero considero que es algo que necesito plasmar, sacar de mi para convencerme que aquello vivido no fue un sueño ni un producto de mi imaginación.

Todo comenzó hace seis meses. Yo me mudé a París por trabajo. Había sido despedido de una firma de abogados en Londres y mi mejor amigo Darien Spencer me invitó a trabajar con él como socio en una nueva firma que acababa de montar en París. Ambos somos Ingleses pero él se había mudado a la Ciudad Luz a hacer un posgrado en Derecho penal y terminó por quedarse, dicen que París es la ciudad del amor.

Yo soy un cínico y Darien lo era también hasta que conoció a Rei Hino el motivo por el cual decidió instalarse en París. Esa Jovencita cambió su vida completamente, el que fuera un Casanova empedernido era ahora un dulce corderito a merced de aquella chica japonesa, qué ironía el cazador terminó siendo cazado.

Debo aceptar que si no fuera por esa chica de carácter fuerte no tendría a donde llegar ya que me consiguió un departamento en renta no muy lejos de las oficinas donde mi amigo tiene su bufete y claro está también muy cerca del departamento que compartían ella y mi apreciado amigo. Supe por boca de mi mismo amigo que el motivo por el cual vivían en unión libre y no en matrimonio como se estilaba en su conservadora familia era justamente que ella que se negaba a formalizar la relación que ya tenían buen rato siendo un "Pseudomatrimonio", que ironía el hombre que alguna vez juró jamás enamorarse y pregonar que él no estaba hecho para formar una familia ahora suplicaba a una chica por ello.

Yo por mi parte he decidido que jamás volveré a enamorarme. Justo otro motivo por el que decidí aceptar la oferta de mi mejor amigo de mudarme a París fue ese, El alejarme de todo. Creí haber conocido el amor, Me equivoqué.

Amé desesperadamente a una chica que conocí desde la universidad, Reika Nishimura. Debo de decir que era hermosa, alta de largo cabello castaño y profundos ojos verdes, me perdí en su mirada y no supe más de mí. Estuvimos juntos toda la carrera desde que llegó de intercambio desde Japón. La amaba tanto, íbamos a casarnos. Ella se fue un par de meses a África, a su regreso nada fue igual. Se mantenía distante, no sé diferente. Pensé que era algo normal, debí suspender que las cosas no iban bien cuando me propuso aplazar la boda; Fui un verdadero tonto al pensar que no era así. Desgraciadamente vine a enterarme de la peor manera que yo no era el hombre de su vida.

Un día decidí que quería sorprenderla. Utilicé mi llave extra para entrar a su departamento y arreglar todo para una cena romántica. Compré Langosta y algo de Champagne para nuestra cena. Tenía todo listo para cuando ella llegara de su trabajo en el museo de Antropología y sorprenderla.

El sorprendido terminé siendo yo ya que lo primero que vi al abrirse la puerta fue a Reika besándose con un tipo de tez morena y rasgos Africanos. Al parecer planeaban tener una velada romántica y yo estaba de más. Encendí la luz al ver a mi actual ex prometida semidesnuda en la sala, ella se sorprendió al verme.

- Andrew.-murmuró Reika Sorprendida mientras se cubría con la blusa que había lanzado al suelo.

- Por mi no se detengan.-Comenté yo aun anonadado ante lo que mis ojos veían.

- Andrew…No es lo que tú piensas. Puedo explicarlo-Me dijo apenada la mujer ante mí.

- Creo que más que obvio lo que es ¿no?-Comento yo con ironía mientras tomo mi chaqueta.

- Déjame explicarte…Por favor- Suplicó la mujer ante mí a la cual no reconocía más.

- No hay nada que explicar, Reika. Eres libre de hacer lo que tú quieras. Tu y yo ya no tenemos nada que ver…

- ¡Andrew. No puedes terminar así como así con lo nuestro!- Gritó desesperada ella.

- Yo no lo terminé Reika…Tu lo hiciste….-Expreso con total desilusión no le daría el gusto de verme derrotado- Por cierto hay Langosta en la cocina , El champagne me lo llevo.

- Andrew. No te vayas

- Adiós Reika.

Salí del departamento de mi ex prometida con la cabeza en alto. Aunque al saberme solo no pude evitar llorar de Rabia. ¿cómo pude ser tan estúpido? ¿cómo pude no darme cuenta? Eso es algo que aun no termino de perdonarme. Fui un verdadero imbécil al no ver las señales.

Después de eso Reika me buscó infinidad de veces, jamás le tomé la llamada, jamás respondí uno solo de sus correos. Estaba de más, ya no había nada por hacer ni nada por decir.

Para mi mala o buena suerte me despidieron de la firma de abogados donde trabajé por tres años. Recorte de personal dijeron. No me pareció así, ¿pero qué más daba? Creo que mi suerte no era la mejor en aquel entonces hasta que mi compañero de juergas me invitó a unirme con él en el bufete que acababa de abrir. Aun necesitaba algo de flujo para que éste funcionara tal como lo deseaba y yo tenía mi liquidación de mi viejo trabajo que no era nada mala.

Y así sin más un día me decidí. Empaqué mis cosas. Solo las más indispensables y compre un boleto directo a París. Me lanzaba a la aventura. En Londres no me esperaba nada más y por el contrario. Deseaba cambiar de aires, necesitaba un cambio en mi vida.

Mi primer día en París Darien y Rei me mostraron mi apartamento. Debo decir que es un lugar bastante acogedor, decorado con el mejor gusto y con todo lo necesario para un soltero como yo. Ese día ellos trajeron Pizza y Sodas para brindar mi llegada a La ciudad Luz. Nos encontrábamos Sentados en el comedor de mi nuevo hogar.

- Espero que te guste tu Departamento, Andrew- Comentó Rei para Romper el silencio en el que habíamos caído después de contarle sobre mi ruptura con Reika.

- Es muy lindo. Gracias. Sobre todo la decoración es fantástica- Le Comento sincero.

- Tiene que serlo. Rei misma se encargó de ello- Explicó orgulloso mi viejo amigo mientras besaba la pequeña mano de la chica a su derecha.-Todo lo que ella hace le queda perfecto.

- Darien…No seas adulador- Regañó con un leve sonrojo la chica de rasgos asiáticos.

- Comparto con mi amigo. Me ha gustado mucho mi nuevo hogar. –Apoyo yo.

- Es que no se si te lo dije. Pero mi novia tiene un negocio de decoración de interiores. Ella misma decoró nuestras oficinas- Me cuenta emocionado el embelesado pelinegro.

- Y no olvides decir que te di precio especial- Se burló Rei.

- Pero no dices que me costó sacar la basura por el resto del año.- Finge quejarse mi amigo.

- Jajaja- Reí de buena gana al escuchar a Darien- La verdad es que jamás creí verte así, Amigo.

- ¿qué puedo decir? "L´amour". –Confiesa emocionado él- Aunque yo sigo insistiendo que tu próximo proyecto debería de ser la remodelación de nuestro estudio, Querida.

- Nuestro estudio está bien- Respondió seca la novia de mi amigo sabiendo a dónde iba la conversación y dando una mordida a su rebanada de pizza.

- Me refiero a que deberíamos convertirlo en "el cuarto del bebé"- Insiste él.

- Ya lo hemos discutido antes, Darien- Explica ella con una seriedad atemorizante clavando sus peculiares pupilas violeta en las celeste de él.

- Tienes razón. Es algo que hemos discutido pero de lo que aun no hemos quedado de acuerdo- Insiste él.

- Lo discutiremos en casa entonces- Finaliza con voz seria la delgada muchacha.- Ahora creo que es hora de dejar a nuestro amigo descansar ¿no lo crees?

- Pero a mí me encanta su compañía- Comento yo tratando de romper la tensión que se ha creado en la habitación y que puede cortarse con cuchillo.

- No. Rei tiene razón. Mañana es día de trabajo. Pasaré por ti por la mañana para ir a nuestra oficina- Me dice mi amigo enfatizando su voz en las palabras "Nuestra oficina".- Socio.

- Gracias, amigo. Nos vemos mañana entonces- Me despido yo acompañando a mi pareja invitada hasta la puerta.

- Andrew.- Me llama Rei con seriedad- Dejé los teléfonos de nuestros móviles y el de la casa en tu refrigerador por si ocupas cualquier cosa. De igual manera no creo que eso ocurra. Yo misma me aseguré que todos los servicios funcionen.

- Gracias, Rei. Los veo mañana.

Observo a mis amigos retirarse de mi departamento. Puedo notar la tensión entre ellos. Darien me ha contado en el pasado que el tema de la familia es uno bastante difícil de tratar con su novia. Hoy me he dado cuenta que no exageraba.

Recuerdo que yo quería tener una familia con Reika, la amaba, la amaba tanto…

Camino hacia mi habitación que al igual que el resto de la casa está perfectamente decorada. Ha sido un viaje cansado así que decido darme una ducha.

Voy al baño de mi habitación y arrojo mi ropa al cesto para la ropa sucia. En verdad que la pareja de mi amigo pensó en todo, en mi apartamento en Londres me limitaba a arrojar mi ropa en una esquina. Abro la llave de la regadera y me aseguro que el agua esté lo suficientemente caliente, tal vez sea verano pero yo prefiero el agua caliente.

Cuando veo salir vapor de la regadera me decido a abrir la cortina de la ducha y sonrío al sentir el relajante líquido golpear mi espalda. Tomo la botella del shampoo y la abro pero ántes de poder colocar el limpiador en mi cabeza escucho el timbre sonar. Gruño y de mala gana cierro la regadera y me envuelvo en una toalla para ir a abrir.

Al llegar a la puerta y abrir me percato que detrás de ésta se encuentra una bella joven de largo cabello castaño sujeto en una alta coleta y unos preciosos ojos verdes. Era simplemente un ángel.

Me quedo anonadado y ella sonríe al observarme; En vista de no poder emitir palabra alguna levanto mi mano derecha para saludar pero la toalla que cubría mi cintura cae al suelo. La dulce chica que estaba en la puerta de mi casa se sonroja al ver mi desnudez, creo que se ha dado cuenta de una muy muy desagradable forma que ha despertado pasiones en mí...

Porque sabía
Perfectamente que la quería
Por eso se largó de mi vida
Por eso no se quiso quedar
Porque sabía
Perfectamente que perdería
Si se quedaba otro día
no iba a largarse
jamás...

-000-

Feliz cumpleaños a mi queridísima amiga: ¡Matoncita Rosseau!

No podía ser tan mala y dejar pasar éste día sin darte tu regalo ¿verdad? Pero también...¿qué clase de persona sería si no cumplo mi palabra? ¿te gustó el calis? Es una introducción, el resto de la historia la tendras en 72 días hábiles, tal vez ochenta porque no sé que tan ocupado esté Thor jojojo.

Mi fic está basado en la bella canción de Raúl Ornelas: Las cartas sobre la mesa. Si has escuchado la canción...sabes a dónde va todo ;) pero el "cómo" lo descubrirás en 72 días u 80.

Espero te guste la introducción- y sobre todo el final de la introducción- de mi regalo. Te quiero mucho amiga y feliz, muy muy feliz cumpleaños

La maga.