Tiene años, varios años que no publico nada, así que estoy oxidada, sorry.
"Inicié "este" fic como por febrero de este año, lo fui escribiendo en mis madrigadas libres, logré hacer algo muy extenso, sin formato y saltos irregulares de tiempo, pero por alguna razón no quería publicarlo. Lo abandoné y se quedó en mi capeta "En proceso" junto a muchos otros trabajos que nunca verán luz. Más tarde me cambie de casa y mi PC de toda la vida se extravío, por lo que lo perdí todo. Me resigné, pero esta idea no me abandonó. Me encanta Yuuri y me encanta la exploración de personajes, y Yuuri merece la suya, así que este es un homenaje aun personaje que me enseño mucho y me ayudo a levantarme en un tiempo muy difícil.
Más que nada en el mundo
1
A decir verdad le gusta el fluir del tiempo, no ser consciente de los cambios hasta cuando ya son demasiado evidentes. Su caminar acelerado le hace tener esperanza y entusiasmo por lo que éste le pueda brindar.
Si no se mintiera constantemente podría ser sincero en cuanto a la nostalgia que le provoca dejar todo detrás. Pero siempre ha sido bueno ocultándose cosas así mismo y ocultando cosas a los demás. Al final se da cuenta que entre más quiere comunicar esos sentimientos, decir esas palabras, más permanece en silencio. Tal vez esta pueda ser una oportunidad para dejarlas fluir.
Pero el hecho de que Minako-Sensei este gimoteando en su hombro con una lata de cerveza porque "No dejaré que tomes nada más fuerte que ésto" cuando ha sido ella quien lleva 4 latas de uno los six pack's que ha comprado en el combini, mientras él esperaba en su auto y lo ha dirigido a su estudio para brindarle consejos de "Cómo sobrevivir en el extranjero" los cuales han tomado un rumbo curioso convirtiéndose en un monólogo extendido de sus traumas en Europa, solo le hacen pensar que tal vez no sea buena idea dejar que sus pensamientos salgan de su boca.
Y esta seguro que las madres de familia del barrio que llevan cada tarde a sus delicadas niñas aprender ballet con la célebre Minako Sensei, se cubrirían los oídos y enrojecerían tanto o más que él si escucharan lo que esta mujer vocifera en el mismo espacio en que sus hijas hacen pas de bourrée.
—…esos patanes ingleses no quieren más que— se le escapa un eructo y Yuuri no sabe cómo debe reaccionar a eso, más aún porque Minako solo ríe torpemente y le guiña un ojo como disculpa por fin separa la frente caliente de su hombro.— No quieren más que comprobar si los japoneses somos taan estrechos como alguien les contó... o no sé cómo lo averiguaron.
Para ser sincero Yuuri no sabe porqué lo incluye en esa oración, y tampoco está muy seguro de hacer caso a la última afirmación. Mientras, Minako sensei se endereza, extiende las piernas y observa su reflejo en el espejo frente a ella con una sonrisa presuntuosa.
— No es como si— Un ruido bastante extraño sale de su boca, y esta vez no se disculpa —. le hubiera dejado comprobarlo...no al menos esa noche.
Algo dentro de su cerebro le dice que es hora de emprender la huida,
—Minako-sensei...creo que es un poco tarde, mamá debe estarme esperando para cenar...y aun no termino de empacar... y Vicchan...—Hace amago de pararse pero es interrumpido por el firme agarre de la mano de Minako en su tobillo.
—¿Ahhhh? ¡Pero qué dices! Le avisé a Hiroko que te quedarías conmigo hoy. Aprovecha, no todos los días puedes embriagarte con tu sensei — Lo dice mientras levanta sugestivamente las cejas.
—Por si no lo recuerdas aun soy menor de edad, tengo 17, Minako sensei— Entonces le se ocurre una idea que podría ser su salvación —.Te podría denunciar por darme alcohol ¡y obligarme a escuchar tus historias obscenas con extranjeros de sexo dudoso! — Termina, mientras le apunta acusadoramente con el dedo. Sinceramente espera que la amenaza surta efecto, pero no tiene tanta suerte.
—¡Haaaaa!— Para su sorpresa la ebria mujer comienza a reírse y suena como si estuviera a punto de ahogarse —. Cómo si no supiera que te emborrachaste con Nishigori en Tanabata el año pasado. Siéntate de una vez—Yuuri suelta una especie de chillido, piensa a mil por hora las posibilidades de que Minako los haya visto ese día en la playa o que alguien le hubiese contado, tal vez todo el pueblo lo sabe, tal vez emborrachó a Nishigori y le obligó a soltar todo, pero qué podían hacer. Nishigori se acababa de enterar que sería padre, fue un duro golpe, aun dolía, el pensar...
—¡Quiero tu trasero en el suelo ahora mismo, Katsuki!—Su frenético tren de pensamientos se ve interrumpido, y por mero condicionamiento obedece al instante sentándose en seiza tan derecho como su columna le permite.
Ahora Minako sensei le observa, y su expresión se ablanda poco a poco.
—Siempre has sido tan buen chico—Deja la lata de cerveza en el pulido suelo del estudio y continua sin apartar la mirada de él—.Temo que cambies lejos de mi vista, que te sientas abrumado por un mundo desconocido, que tus nuevos instructores no sepan cómo manejar tu cuerpo y echen perder todo en lo que hemos trabajado—Su mirada se vuelve un poco dura—No lo permitas Yuuri, no permitas que se disuelva tu arte.
Sus palabras logran tocar algo dentro de él, algo que va muy ligado con sus temores e incertidumbre, pero que prefiere mantener por debajo de su entusiasmo de nuevas oportunidades.
Cuando habla de ese modo, le hace revivir sensaciones longevas, como cuando era niño y Minako le defendía de los niños que se burlaban de él por bailar o de esas calurosas noches de verano en el onsen donde se quedaba dormido en su regazo mientras le contaba cómo era bailar por el mundo.
Ella siempre ha estado ahí, impulsandolo, haciendo más tangibles sus anhelos, diciéndole que es posible, Es la primera persona que pensó, cuando niño, que era hermosa, que era hermoso todo lo que hacía, fue su primera inspiración. Y cuando hablaba de ese modo le mueve algo dentro, y es como una mentora normal y estraordinaria.
—Tampoco dejes que algún europeo te meta una enorme polla tan fácilmente—Dice con un tono tan casual como si dijera el parte meteorológico.
Casi parecía una mentora normal, casi. Pero tiene esa chispa de ocasionar que su respeto por ella decaiga tan rápido como abre la boca.
—¡M-Minako-sensei!—Se le calienta la cara y está seguro que su rubor le cubre al menos medio torso—.¡P-por favor, no digas esas cosas!—Jura por Dios que no va a sobrevivir toda la noche con esta mujer hablando de esa manera.
—Por qué te escandalizas...No es como si no supiera qué haces en tu cuarto observando tus posters —Suelta un bufido y procede a destapar la última lata de cerveza del six.
—¡MINAKO SENSEI!—Según lo aprendido, el calor corporal máximo que el ser humano puede alcanzar es el 43°C, lo sabe porque lo ha estudiado, toda la biología, humana, vegetal y lo que falta, eso junto a muchas cosas más que estándares pedagógicos internacionales dictan que debe saber a su edad, para poder ingresar al un nivel educativo superior estadounidense. Pero puede que esos datos biológicos sean un poco erróneos, porque podría jurar que su cara se encuentra a una temperatura mayor a los 50°C—Detente— Y suena más como el gemido más patético que ha soltado hasta ahora—No sigas, de dónde...cómo…. No, no quiero saber!
— Unas copas de whisky hacen maravillas a la lengua de tu hermana, salen las palabras como si abrieras un grifo, muy interesante, Además no subestimes las delgadas paredes del onsen, niño. Menos aún subestimes a una mujer ebria. Así que si no quieres que Nishigori se entere, cállate y escúchame.
Tan miserable como Mishima antes de morir no le queda más que obedecer y empujar en su boca el resto de la cerveza que está tomando hace más de 3 horas con la esperanza de que tener contenido etílico en la sangre le ayudará a sobrellevar lo que vendría y rezar para que la noche sea corta, o bien, que Minako se quede dormida y le dé la peor resaca que le pueda dar a alguien con 10 latas de cerveza.
Irónico es que esta noche la habría de rememorar en situaciones similares un sin fin de veces más adelante.
Lamento que sea tan corto, pero bueno, esto es el inicio. Estoy entusiasmada por compartirlo, así que me haría muy feliz leer sus opiniones.
