Historia pensada tras un maratón de Ruby Gloom y una tarde jugando Kingdom Hearts hace ya un año atrás. Disclaimer Los personajes no me pertenecen, Ruby gloom le pertenece a Nelvana y a Marty Hsu y Kingdom Hearts le pertenece a Square Enix y a Disney. Por un error mio tuve que resubir esta historia así que a la persona que le gusto y le dio a seguir lo siento. pero esto ya me estaba molestando desde hace varios días y tuve que corregirlo ahora. Sin mas aqui esta de "nuevo" el primer capitulo de esta humilde historia. Gracias por su comprensión.


Llave a la felicidad.

Sora había vuelto con Donald y Goofy a Traverse Town tras recibir la ayuda de Tarzán a cerrar la cerradura de su hogar. Cuando llegaron a ver a León para entregarle el fragmento que encontraron en ese mundo le sugirió que fueran a ver a Cid. Solo que antes debían hacer un pequeño encargo para el ingeniero.

- ¡Hey chico! Antes de que se vayan me gustaría que hicieras un pequeño recado para mí, ¿vale?

- ¿Qué es lo que quieres que hagamos Cid? – Preguntó Sora al acercarse al estante de a tienda de accesorios.

- Es este viejo libro con el que Merlín me pidió ayuda, solo que está demasiado estropeado como para hacer algo con él. ¿Se lo podrían enviar?

Al entregarle el libro a Sora se fijó de que no tenía portada ni título, solo era un libro negro con los bordes de color rojo, aunque al poco tiempo se sintió como una campana comenzó a sonar de repente.

- ¿Qué fue eso? – Pregunto Donald al mirar a todos parte junto a Goofy.

- Probablemente sea de la tienda de mecanismos. Si quieren investíguenlo pero primero entregarle el libro al anciano.

- Descuida Cid. Se lo entregaremos enseguida ¿ciertos chicos? – Dijo Sora con una gran sonrisa al ver a sus amigos.

Cuando llegaron a donde Merlín para entregarles el pedido se percataron de que el mago se encontraba revisando todos sus libros en busca de algo. – ¿Pero dónde fue que lo deje? ¿Oh? Lo siento muchachos, no los había visto, y dime Sora ¿Cómo vas con la magia? – Pregunto el viejo mago.

- Voy bien, gracias Merlín, pero estamos aquí porque Cid nos pidió que te entregáramos esto. – Contesto el joven al entregarle el libro en sus manos.

Con mucho cuidado Merlín empezó a ojear su interior mientras murmuraba para sí. – Si, es tal y como me lo dijo Cid. Le faltan muchas páginas.

- ¿Qué es este libro Merlín? – Pregunto Goofy.

- Este es un libro muy especial mi amigo. Veraz, un día simplemente apareció en el interior de mi bolsa. Pero supe de inmediato que era un libro muy valioso. Dejare el libro en ese estante de entre los libros, por si quieren ver que contiene.

Sora sintió curiosidad y se acercó al libro para ver su interior, grande fue su sorpresa cuando una luz blanca salió de este y al abrir de nuevo los ojos se dio cuenta de que fue transportado dentro del libro. El sitio en el que se encontraba era un gran paisaje desolado. Habían demasiados espacios en blancos, y los pocos que no, estaban oscuros y no se podía vislumbrar que tipo de paisaje podrían contener. Lo único que había de momento era el dibujo de una vieja mansión y un viejo roble cerca de el con el cielo oscurecido por las nubes junto a un pequeño banco de madera a los pies de este.

El joven elegido entro y se encontró con el mismo paisaje más definido, como si se encontrara dentro de un nuevo mundo que solo se encontraba en las páginas de este libro. Al mirar a su alrededor se percató de que había una pequeña niña pelirroja sentada en mismo banco de antes. La joven se veía muy preocupada y algo triste, y a medida que se acercaba a ella pudo escuchar que lo que decía.

- ¿y ahora que es lo que debo hacer? ¿Debería mudarme también? No, estoy segura de que los chicos volverán. De eso estoy segura.

- Hola, ¿Qué te sucede? – Pregunto Sora al sentarse al lado de la niña que se encontraba perdida en sus pensamientos.

- Oh, hola. Mucho gusto. ¿Acaso estas perdido? Por qué parece ser que no mucha gente viene ya a Gloomsville. – Dijo a jovencita al mirarlo con una pequeña sonrisa para disfrazar su pena.

- ¿Gloomsville?

- Sí, esté es mi hogar, aunque hace mucho que no veo a nadie aparte de Poe y a Doom. – Dijo la niña al admirar el cielo.

- ¿Por qué? ¿Acaso no hay nadie más en todo el pueblo? – Pregunto Sora con curiosidad.

- Ese es el punto. No sé qué paso, todo el mundo simplemente desapareció. Lo único que queda es la mansión - La joven se levantó del banco y comenzó a caminar hasta alejarse sin antes voltearse hasta Sora y le dijo de forma amable. – Si no tienes a donde ir podrías ir a la mansión. Está en la colina, no hay pérdida.

Al alejarse en la distancia del tétrico paraje Sora se levantó y siguió a la misteriosa niña. Debía haber una razón por la cual había sido arrastrado al interior del libro y podría apostar lo que sea a que era ayudar a esa chica con su problema.

Cuando Sora se alejó del paraje sintió como una fuerza lo arrastraba fuera de ahí, devolviéndolo hasta el mismo sitio de antes donde se encontraban los espacios vacíos del libro por lo que se dirigió a la mansión

Una vez dentro de la mansión se percató que el interior a diferencia del exterior era enorme, quizás era una mansión encantada. Un lugar tan grande como este sin duda era el hogar de muchas personas, solo que ahora había una sola en ella.

Sin titubear, Sora empezó a explorar la silenciosa mansión hasta que a lo lejos escucho un fuerte ruido de algo que se caía y rompía. Al ir corriendo con la llave espada en mano hacia el origen del ruido preguntándose si los Sincorazones se habían manifestado de algún modo en este mundo.

- ¿Qué paso? – Exclamo Sora al entrar en la cocina totalmente preparado para pelear. Solo que lo que encontró no fue lo que se imaginaba. La niña de hace un rato se encontraba al lado de un gran caldero que hervía algo y ella solo estaba en el suelo levantado unos platos rotos.

- Oh… ya no me siento la misma. Es la primera vez que rompo algo sin que Desgracia allá pasado cerca. Los extraño mucho… - Dijo la niña al bajar la mirada apenada sin percatarse todavía de la presencia de Sora.

- Quizás yo pueda ayudarte con tu problema. Por cierto, mi nombre es Sora ¿y el tuyo? – Pregunto Sora al acercarse a ella para ayudarla a levantarse con la mano extendida con una gran sonrisa en su rostro.

La niña solo pudo sonreír al aceptar la mano del joven al levantarse. – Gracias Sora, lamento si antes no fui muy formal contigo cuando nos conocimos. Pero nunca se es demasiado tarde para serlo. Me llamo Ruby, Ruby Gloom, y este es mi hogar. – Contesto al limpiarse el polvo de su falda.

- Un gusto conocerte Ruby, y dime ¿Cómo fue que todos desaparecieron? – Pregunto Sora al ayudarle a levantar el resto de los platos rotos.

- No lo sé… un día estábamos todos celebrando una pequeña fiesta, y la día siguiente…. Todo el mundo desapareció, el pueblo entero desapareció junto a las personas y solamente yo, Poe y Doom nos quedamos aquí.

- Oh… ¿por eso te preguntabas por si debías mudarte también?

- Si, pero no creo realmente que ellos se hayan mudado. No sin antes decirme o despedirse antes. Sé que algo les tuvo que pasar para desaparecer de esa forma, solo que no sé qué fue... – Nuevamente Ruby se veía cabizbaja.

- Si quieres puedo ayudarte a buscarlos, yo también estoy buscando a mis amigos, así que entiendo perfectamente cómo te sientes Ruby. – Dijo Sora al tomarla de las manos.

- ¿En serio lo harías? Gracias Sora…

- Sí. Pero ahora debo volver.

- ¿Ya te vas? – Pregunto la joven un poco decepcionada a la pronta partida de Sora.

- Lo siento. Pero mis otros amigos me están esperando. – Dijo Sora al acercarse al portal de la puerta principal acompañado por Ruby.

- Suerte. – Dijo Ruby al despedirse con la mano al ver al chico alejarse.

Sora se alejó hasta poder sentir nuevamente la fuerza que lo traído al libro esta vez sacándolo de ellas de vuelta al estudio de Merlín.

- ¡Sora! ¿Te encuentras bien?- Pregunto Goofy al examinar que su amigo no hubiera sufrido daño alguno.

- Estoy bien Goofy.

- Bien, me alegra que hayas regresado muchacho. – Dijo el viejo mago. –Y dime ¿Qué descubriste en el libro?

- Bueno… dentro del libro hay todo un mundo, y esta esta niña llamada Ruby que perdió a sus amigos y le prometí ayudarla a encontrarlos. – Contesto Sora al cruzar los brazos mientras meditaba.

- ¡No! ¡No podemos ayudarla! Tenemos que encontrar al rey. – Exclamo Donald como siempre que cada vez que Sora quería desviarlos de su misión.

- No es justo Donald, ella también perdió a sus amigos, además también hemos estado ayudando a los dálmatas a volver con sus padres. – Dijo Sora molesto al estar cara a cara con el pato y con las manos en la cintura.

Goofy se veía preocupado y no sabía que decir y Merlín solo sacudió la cabeza de forma negativa.

- De hecho Sora, Donald tiene un punto. – Las palabras de Merlín hicieron que Sora bajara la cabeza y los brazos rendidos mientras que Donald cruzo los brazos con la cabeza erguida. – Pero Sora también tiene punto Donald. – Esta vez Sora alzaba los brazos triunfantes y Donald se veía sorprendido.

- ¿A qué se refiere Merlín? – Pregunto Goofy un poco confundido por la situación.

- Bien, me refiero a lo que les dije a ustedes dos cuando Sora entro en el libro. Mientras que ustedes estén en la búsqueda de las cerraduras podrían encontrar el resto de las páginas faltantes del libro.

- ¿El resto? – preguntaron los tres amigos al unísono.

- Así es, le di un buen vistazo y averigüe que le pasa al mundo del libro. Le falta un gran número de páginas que provocaron que los habitantes y lugares de su interior se desvanecieran. Así mismo este mundo está incompleto. Es obvio suponer que el resto de las páginas se han dispersado por los mundos. Por lo tanto si encontraran más de ellas tráiganlas y las uniré de nuevo al libro para que vuelva a la normalidad.

Sora se veía satisfecho con la propuesta del mago, Donald se resignó y Goofy feliz porque todo había sido resuelto de momento.

- De acuerdo, vamos muchachos, tenemos que encontrar a Riku y a Kairi. – Dijo Sora al salir corriendo del escondite del mago.

- No te olvides que también buscamos al rey. - Exclamo Donald al ir detrás de él.

- Espérenme. – Grito Goofy al ir tras de ellos.

Merlín se había vuelto a sentar en su silla para fumar su pipa mientras que observaba el libro del estante. – Estoy seguro de que esos muchachos tendrán éxito en su tarea. – Pensó el viejo mago al dejar escapar una gran bocanada de humo en forma de aro.


En poco tiempo Sora regreso a Traverse Town con parte de las páginas arrancadas del libro tras visitar Agrabah. Al acercarse al libro las páginas brillaron hasta que volvieron a reintegrarse al libro. Cuando entro en el libro apareció un nuevo claro entre las hojas. Sora se acercó y de nuevo fue absorbido a su interior, solo que esta vez se encontraba en el patio de la mansión, cerca de un árbol con una pequeña casa.

Sora camino un poco por el lugar para ver que había de nuevo, al pensar que no había nada se percató que en una hamaca se encontraba un pequeño murciélago negro con una bufanda purpura que tomaba una pequeña siesta.

Sora solo miro al murciélago dormir preguntándose si sería uno de los amigos de Ruby, en pocos segundos el murciélago se despertó con un gran bostezo y lo primero que vio con sus ojos risueños fue al joven elegido de la llave espada. Y como era costumbre para el pobre de Miedoso, los gritos y el pánico fueron su primera reacción ante algún desconocido.

- ¡AAAAAHHHHHHH! – Grito Miedoso al caer de su hamaca para salir corriendo y ocultarse detrás de un árbol.

- ¡Hey! tranquilízate, no voy a lastimarte. – Dijo Sora al intentar calmar al murciélago. – Solamente quiero saber si eres uno de los amigos de Ruby.

El pequeño murciélago se asomó de uno de los lados del árbol un poco más tranquilo que antes, y viendo con menos miedo a Sora. - ¿Conoces a Ruby? Oh cielos… espero que no se encuentre preocupada.

- No quiero asustarte… de nuevo. – Dijo Sora al mirar hacia un lado no muy seguro de sus palabras. – Pero Ruby está muy preocupada por todos ustedes, de hecho la estoy ayudando con ello.

- ¿Es cierto eso? – Pregunto el murciélago ya sin miedo en su voz y en su mirada. Aunque volvió a dar un gran salto al sentir un fuerte ruido detrás de ellos que hizo que el pequeño saltara a los brazos de Sora.

- ¿Miedoso? ¿Eres tú?

Sora y Miedoso se dieron la vuelta y observaron cómo Ruby había aparecido por la puerta trasera de la mansión con una bandeja de té que se había caído al verlos

- ¡Ruby! – Grito Miedoso al salir corriendo hacia sus brazos.

Los dos amigos se abrazaron como si no hubieran visto en años, cosa que hizo a Sora pensar en cuál sería su propia reacción a la hora de reencontrarse con Kairi.

- Miedoso… no sabes lo preocupada que he estado. ¿Qué paso? ¿Por qué te fuiste? – Pregunto Ruby al dejarlo en el suelo con cuidado.

- ¿Irme? no, no Ruby… yo no me he ido. Esperen ¿Acaso me fui sin saberlo? – Dijo un poco confundido por la situación actual.

- ¿A qué te refieres Miedoso? – Pregunto Sora al cercarse un poco más a los dos amigos.

- Denme un momento… si no mal recuerdo desperté un poco más temprano de lo usual esta mañana, por lo que decidí salir de la cama antes que nadie. Cuando salí al patio sentí como una fuerte luz blanca partía el cielo y después de eso no supe más. Solo me desperté en mi hamaca y vi a… discúlpame de nuevo pero ¿quién eres?

- ¿yo? Lo siento mucho, me llamo…

- Se llama Sora Miedoso, y también es mi amigo. Por lo que no tienes nada que temer, él está aquí para ayudarnos, y diría que ya lo ha hecho. - Dijo Ruby al dirigirle una sonrisa a Sora.

Miedoso miro de nuevo a Sora que se inclinó un poco para extenderle la mano, y el pequeño murciélago estiro los suyos para tomarle un dedo para saludarlo. – Oh, gracias Sora. No sé qué paso exactamente pero gracias. Todo amigo de Ruby es amigo mío.

- De nada, así que Miedoso ¿no sabes dónde está el resto de tus amigos?

- No… lo siento, pero no recuerdo nada, solo el destello de luz blanca y que desperté en mi hamaca.

- Muy bien. Al menos ya estoy seguro de que lo que me dijo Merlín me permite ayudarlos. – Dijo Sora al poner sus manos en su nuca.

- ¿A qué te refieres Sora? – Pregunto Ruby al entre cerrar un ojo un poco confundida.

- Nada. No me refiero a nada Ruby…

Sora sabía que debía ir con cuidado, pues Donald no paraba de recordarle sobre que debían mantener el orden de los mundos y no podían revelarle a otros sobre que ellos venían de otro mundo. Sobre todo ahora que sabía que incluso un libro podía contener todo uno dentro de sus hojas.

- Bien Ruby. Debo irme, pero volveré. Lo prometo.

- Cuídate Sora, y gracias de nuevo por encontrar a Miedoso. – Dijo Ruby al despedirse junto al pequeño murciélago.

- Nos vemos. – A esto Sora pensó que lo que dijo Miedoso fue extraño, mencionó que era esa misma mañana en la que vio el resplandor blanco cuando en realidad habían pasado más tiempo. Para Ruby tuvieron que ser semanas en las que no vio a otra persona. Sora no pudo evitar sentirse mal por ella, debía ayudarla a reunirse con sus amigos.

De nuevo Sora se había ido del mundo del libro todavía sin pistas sobre Kairi y sobre el paradero actual de su amigo Riku. Aunque él no sabía que su reencuentro con su amigo Riku estaba tan solo a la vuelta de la esquina.


De regreso en Gloomsville Sora volvió a ser transportado a una nueva área de la Mansión, esta vez a una gran habitación en el piso superior. La ventana principal tenía la forma de un cráneo que daba vista a todo el cielo y al pueblo. Sora se llevó una gran sorpresa al ver como un gran número de edificios se podía ver en el pueblo y probablemente sus habitantes habían regresado. Poco a poco Gloomsville volvía a la normalidad.

Sora se dio una pequeña vuelta por el cuarto bastante sorprendido, nunca había visto un cuarto como este. Un gran telescopio en la parte superior junto a un gran número de dispositivos de todos los tipos. – Guau…esto es asombroso. – Dijo Sora al ir corriendo hasta el barandal que llevaba al piso superior de la habitación.

En poco tiempo se vio jugando con el telescopio admirando el cielo, le resultaba extraño que a pesar de ser un mundo en un libro tuviera sus propias estrellas y constelaciones.

- Discúlpame joven, ¿eres Sora?

Al mirar hacia arriba vio a un pequeño cuervo con traje y sombrero de copa que lo miraba desde encima del telescopio. – Guau. Tú debes de ser Poe ¿cierto? – Pregunto Sora al rascare la cabeza.

- Así es, soy el miembro más ilustre de la mansión, al igual que el ganador del record por registrar más records en Gloomsville, descendiente del perico Paco quien fuera mascota del famoso escritor Edgar Alan Poe. También…

- Detente, no hay forma de que recuerde todo eso. – Dijo el muchacho que se sentía confundido por todos los títulos que se dio el cuervo.

- Bueno, no es que me importe demasiado. – Dijo Poe sin darle mucha importancia. (Le importaba demasiado)

- Dime Poe ¿Qué puedo hacer por ti?

- Nada, es que Ruby me conto que tú eras la persona que nos estaba ayudando a devolver a Gloomsville a la normalidad, y ahora que lo pienso nunca hemos tenido la ocasión de hablar, dime joven ¿Cómo hiciste para devolver los edificios a su sitio? Solo recuerdo un gran resplandor blanco y nada más después de eso. Más importante aún, ¿de dónde vienes?

-Pues veraz… yo vengo de…muy lejos. Si, un lugar muy lejano y…

- ¿Y? vamos, cuéntame. Después de todo te has vuelto el salvador de este pueblo. A muchos les gustaría conocer tu historia.

- Bien… si lo pones de esa forma. – Dijo Sora con una gran sonrisa al poner su mano en su mentón mientras pensaba.

- Sora. No puedes decirle nada. – Sora miro a todas partes y recordó que Jiminy se encontraba en su espalda y le hablaba en susurros. – Recuerda que no se lo puedes decir a nadie, ya sabes lo que diría Donald si se enterase.

Tienes razón Jiminy. Gracias. – Dijo Sora en un susurro. – Lo siento Poe, pero no puedo decirlo.

- Que lastima… hubiera sido una gran historia. – Dijo Poe un poco decepcionado.

- Lo siento Poe, pero dime una cosa, ¿la gente del pueblo se encuentra bien, no falta nadie?

- Solo faltan unas cuantas casas, y unos cuantos habitantes, pero por lo general todo se encuentra bien. Mis hermanos Edgar y Alan también han vuelto sanos y salvos, aunque no han podido decirme lo que paso en realidad.

Sora vio que mucho más arriba se encontraban otros dos cuervos más grandes con trajes que solo hicieron una señal con sus alas de que no entendían nada de nada de lo ocurría

- En cualquier caso el pueblo está regresando hacer lo que era antes. Si quieres ir a ver a Ruby se encuentra en el patio de la entrada principal.

- Muy bien, gracias Poe. – Dijo Sora al ir a toda prisa hacia las escaleras.

- Realmente no puedo negar que me gustaría saber cómo es que lo hizo, supongo que me lo dirá luego. - Dijo Poe al volar por la ventana junto a sus hermanos.

Cuando llego a la planta baja fue recibido por miedoso que se encontraba comiendo una bolsa llena de mosquitos acompañado por la gata de Ruby, la gata Doom.

- Buen día Sora. – Dijo Miedoso.

- Hola Miedoso, ¿Cómo están todos? – Pregunto al inclinare un poco para hablar mejor con el pequeño.

- Oh, muy bien, muy bien ahora que todo parece estar volviendo a la normalidad, ¿cierto Doom? – Dijo Miedoso a lo que la pequeña gata negra solo rodo los ojos. – Casi se me olvidaba, deberías venir a conocer a Chico Calavera, por lo que parece acaba de regresar hace unos minutos, también Iris. Solo que no sé adónde habrá ido, nunca se está quieta.

Siguiendo a Miedoso a y Doom se encontró en el patio con Ruby, que se veía más feliz de lo normal.

- No puedo creer que hallas regresado Chico Calavera. – Dijo al ir a abrazar a su querido amigo con la cara un poco a sonrojada.

- Gracias Ruby… aunque no sabía que me había ido ¿Qué paso? – Pregunto Chico Calavera un poco confuso.

- No importa… solo me alegra de tenerte de vuelta. – Dijo la joven pelirroja al soltar a Chico Calavera. – Hola Sora, no sabía que habías vuelto. – Dijo al ver a su amigo que se acercaba con el resto.

- Es bueno verte de nuevo Ruby, y supongo que él es Chico Clavera. Mucho gusto, soy Sora. - Dijo el joven con una sonrisa al esqueleto.

- Si, el gusto es mío Sora. No recuerdo que paso precisamente, ¿alguien sería tan amable de decirme que fue lo que paso? – Contesto el chico bastante confundido por la situación actual.

- Descuida Chico Calavera, te lo explicare todo más tarde, pero antes le quería pedir un favor a-

Antes de decir algo Sora sintió como un gran peso cayó encima de sus hombros derribándolo con la cara a tierra. – Auuh… ¿Qué paso? – Pregunto Sora al intentar levantarse, pero había algo encima de él que se lo impedía.

- Hola, ¿Quién eres? Me llamo Iris, te vez diferente a todo el mundo.

El bulto que tenía encima era una pequeña niña ciclope, la niña se levantó a toda prisa hasta estar cara a cara con Sora con una enérgica sonrisa en su rostro. – Sabes, no recuerdo lo que paso exactamente. Ayer estaba volando con Squig y luego me encontraba en mi cama y al salir de ella baje al comedor donde Ruby me abrazo diciéndome de que había vuelto.

Sora se sentía aturdido por todo lo que Iris le decía, pero entendía perfectamente que todos los habitantes de este mundo se quedaban congelados al ser dispersados de este mundo, aunque en vez de ser enviados a Traverse Town eran convertidos en algo similar a las gemas de invocación de que la hada madrina le explico. Todavía faltaba un poco más para que este mundo se recuperase por completo.

- Iris, él es Sora, nos ha estado ayudando, y por el conteo que he hecho se ve que solo faltan Desgracia, Frank, Len y Boo Boo. – Dijo Ruby al ayudar a Sora a levantarse del suelo. – Como decía, tengo un favor que pedirte Sora.

- Claro, ¿Qué necesitas? – Pregunto Sora al levantarse del suelo.

- Veraz, el señor Buns está perdido, el junto con Doom estaban conmigo durante el día en el que todos desaparecieron, pero ahora no está en ninguna parte. Sé que ya nos has ayudado mucho pero…

- Descuida Ruby. Yo me ocupare de encontrarlo por ti. – Dijo él joven al poner su mano sobre el hombro de Ruby.

- Muchas gracias. – Dijo la niña con una pequeña sonrisa.

- Muy bien, voy a empezar por la mansión.

- Espera Sora, voy a ayudarte. –Dijo Chico Calavera al ir tras él. – Podrías perderte en los pasillos.

Ruby vio partir a ambos chicos y decidió de ocuparse del jardín junto a Iris. - ¿Te ocurre algo Iris? – Pregunto Ruby al empezar a regar las flores.

- Nada, pero ¿tú no crees que Sora es algo diferente del resto? No es como la mayoría de personas que hemos conocido. – Dijo Iris bastante extrañada por el muchacho.

- Puede que sea un poco diferente y algo más colorido de a lo que estamos acostumbrados. Pero no significa que sea malo. Sora es un buen amigo y nos ha ayudado a traer a casi todo el mundo de vuelta a casa. – Contesto Ruby al seguir regando unas rosas blancas y rojas.

- Tienes razón Ruby. Creo que fui algo dura con eso.

- Descuida Iris, además pienso preparar algo especial cuando los chicos vuelvan. Será una de mis mejores fiestas sorpresas. – Las niñas solo rieron y continuaron su trabajo, mientras que al otro lado de la mansión Sora y Chico Calavera se ocupaban de otro asunto en el cuarto de Chico Calavera.

- ¡Mira Sora! ¡Hay arriba! – Exclamo Chico Calavera al señalar a las luces del techo donde se encontraba el señor Buns.

- ¿Cómo lo bajamos? Este demasiado arriba.

-Espera un segundo. Tal vez pueda construir algo que te ayude a alcanzar al señor Buns. Solo necesito…

En unos momentos Chico Calavera se movió hasta su armario del cual cayó un gran montón de chatarra formando una gran pila de ella. – Quizás pueda fabricar algo con estas piezas, solo dame unos minutos Sora. – Dijo Chico Calavera al comenzar a separar la chatarra.

Sora dejo a Chico Calavera haciendo lo suyo pero sentía que podía llegar más rápido si lograba escalar hasta donde se encontraba el muñeco de trapo. Al investigar a su alrededor se fijó que había un camino formado por los estantes de libros en los muros, por lo que rápidamente al dar unos cuantos saltos y escalar un gran tubo que llevaba al techo pudo ponerse al alcance del Señor Buns y bajarlo al soltarse para caer justo al lado de Chico Clavera que no se había percatado de nada todavía.

- Y con esto lo tengo listo, ven aquí Sora, fabrique un par de resortes en unos patines similares a los de Iris, si los usas podrías llegar hasta donde se encuentra el señor…

Chico Calavera solo se quedó viendo a Sora que ya tenía al muñeco en sus brazos con una sonrisa, sin duda esta vez Sora se había puesto por encima de la situación al buscar una solución más simple.

- Bien… de todas formas era un plan muy tonto. Ahora hay que llevarlo junto a Ruby, se alegrara de solo verlo.

- Si tú lo dices, pero dime ¿Cómo es que alguien puede ser amigo de un muñeco de trapo? – Pregunto Sora al mirar al señor Buns detenidamente para ver si tenía alguna señal de estar vivo.

Chico Calavera se veía escandalizado por lo que Sora dijo. - ¡Sora! El señor Buns es un gran y querido amigo y miembro de la mansión. No es solo un "muñeco de trapo" es parte de la familia.

- Lo siento… será mejor que lo llevemos junto a Ruby. – Dijo Sora al disculparse antes de salir de la habitación junto al esqueleto.

Ruby se encontraba entrando al comedor para preparar unas bebidas frías luego de ocuparse del jardín. Desde el gran ventanal se podía ver el pueblo y esa sola visión la alegraba. No solamente Sora había traído a varios de sus amigos, también le había devuelto la esperanza. Ahora que lo pensaba con cuidado una simple fiesta sorpresa no sería suficiente para agradecerle, no. Debía darle algo muy especial, aunque la pregunta realmente era ¿Qué cosa?

- Hey Ruby, mira a quien rescatamos.

Al observar el umbral de la puerta vio como Chico Calavera y Sora sostenían con una mano cada uno en lo alto al señor Buns. Nuevamente Sora le había levantado el ánimo de nuevo.

- Gracias a los dos, es bueno ver que el señor Buns no se encuentra herido. Hey sora.

- ¿Qué pasa ahora Ruby?

- ¿Por qué no te quedas un rato? Pensaba preparar una gran cena y nos encantaría que te quedaras a ella. – Dijo Ruby al sostener al señor Buns en sus brazos.

- ¡Me encantaría! … pero tengo mucho que hacer. Quizás otro día.

- Muy bien Sora. Te tomare la palabra.

De nuevo Sora tuvo que partir dejando a los habitantes de Gloomsville para ir en busca de sus amigos.


Sora había regresado y esta vez había aparecido en medio de una tormenta eléctrica en el patio, rápidamente corrió para refugiarse de la lluvia al dirigirse a la puerta trasera de la mansión y secarse.

- ¿Sora, eres tú? – Dijo una voz femenina ya familiar por la distancia.

- Hola Ruby, el tiempo es espantoso, no te recomiendo que salgas afuera. – Dijo el joven al acercarse a la chimenea.

No había nadie con la excepción de que Ruby lo había llamado desde el piso superior. No había señales de Chico Calavera, Miedoso, Poe, Iris o incluso de Doom, lo que hizo que Sora se preguntase si algo había ocurrido.

Para averiguar más decidió subir por las escaleras para buscar a Ruby. Le tomo unos minutos el poder moverse sin problemas por la mansión y unos más el poder encontrar a su amiga. Ruby se encontraba dentro de su habitación admirando una pequeña caja negra con una expresión pensativa en su rostro. Aun así pudo ver a Sora por el espejo de su mesa y con rapidez guardo la caja en su cajón.

- ¡Sora!, no deberías aparecerte de esa forma, por poco me diste un gran susto. – Dijo la niña al levantarse de su asiento para acompañar a su amigo hasta el primer piso.

- Lo siento… es que me pareció raro el no ver a nadie y vine a ver como estabas.

- No Sora, yo lo siento mucho, es solo que a veces necesito estar sola un rato de vez en cuando. Y por los muchachos no te preocupes, todos fueron a la casa del señor Mambo a ver una nueva atracción y yo decidí quedarme en casa con Desgracia.

- Yo diría que te vez bien, no te veo desanimada. – Dijo el joven al seguirla por los pasillos.

- ¿Qué? ¡Oh no! No Sora, lo que quiero decir es que Desgracia es una de mis amigas, acaba de volver a la mansión hace una hora, también el señor Mambo por lo que la mayoría fue a verle. Si quieres podemos ir a verlo luego, pero todavía debo ver si Desgracia se encuentra bien del todo.

- ¿Desgracia? ¿Acaso le paso algo a tu amiga? – Pregunto Sora un poco preocupado.

- Bueno Sora… la pregunta apropiada seria "¿Que no le ha pasado?" por qué siempre tiene un problema.

- ¿A qué te refieres exactamente Ruby? – Pregunto Sora un poco confundido por las palabras de su amiga.

- Ya lo veraz si vienes conmigo. – Dijo Ruby con una pequeña risa al guiarlo hasta las escaleras del sótano.

Al llegar al sótano Sora vio a una chica que para su sorpresa estaba recostada sobre una cama de clavos. La muchacha tenía una cara muy deprimente e incluso algo enfermiza, como si en cualquier momento fuese a desfallecer o algo similar.

- Hola Ruby… ¿Quién es el nuevo? – Pregunto con una voz débil y llena de pesadumbre.

- Él es Sora Desagracia, creo que ya te hable sobre él, cómo hace una hora atrás. – Dijo la joven pelirroja al presentar a su amigo.

- Hola Desgracia, es un gusto conocerte.

- Igualmente. Mmmmmm. – Dijo Desgracia al mirarlo de forma penetrante y pensativa como si lo examinara.

- ¿Sucede algo Desgracia? – Pregunto Ruby algo confundida.

- ¿Cómo fue que llegaste aquí exactamente Sora?

- ¿Por qué lo preguntas? – Pregunto Sora muy nervioso.

- Bueno, Ruby me conto que la ayudaste a encontrarnos y a devolver a Gloomsville a la normalidad, pero estuve pensando y se me hace muy raro que cada vez que algo vuelve a la normalidad apareces de golpe. Es muy sospechoso. – Dijo Desgracia al apoyar su cabeza sobre su mano al pensar.

- No creo que sea "tan" sospechoso como dices Desgracia, yo creo que Sora nos lo dirá cuando esté listo, ¿cierto? – Dijo Ruby al mirar a Sora que no podía evitar sentir que debía decirles sobre la situación en la que se encontraban realmente.

- Si tú lo dices Ruby. Ahora me gustaría estar sola un rato, me siento un poco cansada y tengo cosas que hacer después, como revisar mi maletín de primeros auxilios por si me falta algo. – Dijo Desgracia al apoyar la espalda en su cama.

Sora y Ruby salieron del cuarto y caminaron hasta el patio donde ya había dejado de llover, por lo que Ruby se sentó en un pequeño banco bajo un árbol, Sora decidió dar un vistazo por el lugar hasta que escucho hablar a Ruby nuevamente.

- Sora, por allá esta la casa del señor Mambo, ¿quieres ir a conocerlo? Estoy segura que se llevaran perfectamente. – Dijo al señalar una lejana casa que parecía estar hecha solo de vidrio.

- Seguro. Pero me gustaría saber una cosa, ¿Quiénes faltan en la mansión Ruby? – Pregunto el muchacho al sentarse al lado de la niña.

- Solo faltan Frank y Len. Son nuestros talentos musicales. – Dijo Ruby al bajar la cabeza.

. ¿Qué te pasa Ruby? – Pregunto Sora.

– Sora… ¿me podría decir cómo fue que llegaste a la mansión? Prometo que no se lo diré a nadie si es que eso te preocupa. – Pregunto Ruby un poco preocupada, ya que ella tampoco podía evitar el pensar en que tal vez había algo que no iba bien y solamente Sora podría decirle lo que pasaba.

- Lo siento… pero no puedo, Donald se enfadaría mucho si lo digo.

- ¿Donald? ¿Es uno de tus amigos?

- Sí. Es un poco cascarrabias pero es un buen amigo. Me ha ayudado junto con Goofy a buscar mis amigos.

- Me gustaría conocerlos, la próxima vez podrías traerlos contigo.

Sora pensó un rato al cruzar los brazos si es que era posible traer consigo a esos dos dentro del libro. Por lo que parecía él era el único que podía entrar en él. Al menos por ahora. – Creo que podrían venir. Ahora Ruby, vamos. Quiero conocer a ese señor Mambo, a todo esto ¿a qué se dedica?

- Es un inventor, tiene todo un parque de atracciones en el interior de su casa. Normalmente Iris lo ayuda a probar las atracciones.

- ¡Guau! Un parque de diversiones. – Dijo el chico al salir corriendo por delante dejando a Ruby detrás. – Vamos Ruby no te quedes atrás.

Ruby solo se rio por lo bajo disimuladamente al ir corriendo detrás de Sora.

Tras pasar unos minutos llegaron a las puertas de la casa del señor Mambo. Al abrirse las puertas los recibió Chico Calavera que vestía un traje de mecánico de feria, Sora supuso que tal vez estaba ayudando con la mantención de las atracciones.

- Buenas tardes chicos, las nuevas atracciones del señor Mambo están aceitadas y listas para ser probadas. ¿Les gustaría verlas? – Pregunto Chico Calavera al dejar salir un acento muy parecido al de los trabajadores de las ferias.

- Por eso estoy aquí, ¿qué hay de ti Ruby? – Pregunto Sora a Ruby con una sonrisa.

- Solo mirare un poco, ustedes dos vayan a divertirse. – Dijo Ruby al mirar a ambos.

- Bien Ruby, vamos Sora. Te presentare al señor Mambo, y tal vez podamos ver a Boo Boo. Se escabullo aquí hace unos momentos. – Dijo Chico Calavera al llevar a Sora a dentro de la casa.

En su interior Sora se encontró con un gran número de atracciones, desde una montaña rusa hasta carruseles, tazas giratorias y todo lo que un parque de atracciones tendría. Sin duda se encontraba emocionado por todos los juegos ya que en su isla no había nada parecido.

- ¡Hola jovencito! Tú debes ser la persona de la que Poe me hablo. – Al escuchar esas palabras, el joven maestro de la llave espada se encontró con un hombre de muy avanzada edad con unos pocos pelos blancos y una piel muy arrugada. Usaba un par de lentes con marcos rojos que solo dejaban ver un par de ojos negros con las pupilas blancas y con traje de etiqueta y sosteniéndose con nada más que con su bastón. Y un pequeño sapo en su cabeza.

- Sí, soy Sora. – Contesto con un pequeño golpe en su pecho.

- Un gusto, soy el señor Mambo, y te doy la bienvenida… ¡AL MEJOR PARQUE DE ATRACCIONES DEL MUNDO! ¡MUAHAHAHAHAH!… cofcofcof. – Exclamo al levantar su brazo y su bastón al aire con unos relámpagos que lo acompañaron.

- ¿De dónde vinieron? – Se preguntó Sora al intentar ver cómo fue que invoco los rayos. Pero aunque a Sora le gustaría ver más de cerca todos los juegos solo tenía tiempo para un pequeño recorrido para ver cómo se encontraban el resto de los habitantes de Gloomsville.

Al caminar por entre los juegos se topó con Iris que estaba saltando con un par de resortes en sus pies junto a un pequeño fantasma que flotaba cerca de ella.

- No lo sé Iris ¿estas segura de que es una buena idea? – Pregunto el fantasma.

- Claro que si Boo Boo. Solo se debe ser más cuidadosa, no creo que mis saltos provoquen algún destrozo, para eso esta Desgracia y ella se encuentra en su habitación. – Dijo Iris al seguir saltando sin parar al dar varios brincos con piruetas.

Sora se acercó hasta Iris y la pequeña ciclope lo saludo con una voltereta triple en el aire hasta caer justo en frente de él. – ¿Qué hay Sora? ¿Viniste con Ruby? Espera ¿conociste a Desgracia? de seguro te llevaste una sorpresa al verla. Oh, espera. ¿Viniste a probar los juegos? Son de lo mejor.

- Más o menos en realidad. También quería saber cómo les va a todos. – Contesto Sora.

- Muy bien. Solo nos faltan Frank y Len, y unos cuantos edificios. – Contesto Iris al dar varios brincos alrededor de Sora sin pausa alguna.

- Bien, es bueno saberlo.

Iris miro fijamente con su ojo a Sora por una duda que estaba teniendo sobre el joven. – Oye Sora, ¿te puedo preguntar algo?

- ¿Qué cosa?

- Me preguntaba si tu…

- BOOOO.

De la nada apareció de nuevo el pequeño fantasma en frente de Sora que hizo que invocara la llave espada para ponerse en guardia.

- Oye, oye tranquilo. Solo quería asustarte y jugarte una broma, no hay necesidad de ponerse violentos. – Dijo Boo Boo al alejarse un poco de Sora.

- Lo siento, pero no deberías hace eso. Casi me das un susto de muerte.

- Bueno, entonces hice mi trabajo, soy Boo Boo y ¿qué es esa cosa? – Pregunto el fantasma al señalar el arma.

- oh… ¿Esto? Se llama llave espada. – Contesto al enseñarles el arma al alzarla un poco para que la vieran mejor.

- Guau. Parece una llave, y es a la ve una espada. ¿Cómo la conseguiste? – pregunto Iris al dejar de brincar para ver mejor la espada.

- Sabes. Esa es una muy buena siquiera yo lo sé, simplemente apareció en mi mano. Oh si, ¿no querías preguntarme algo iris?

-¿Qué? ¡Es cierto! Casi se me olvida.

- ¿Qué es? – Pregunto Sora con mucha curiosidad.

- Dime, ¿Qué opinas de Gloomsville? – Pregunto Iris al retomar sus brincos.

- ¿Qué que pienso? Pues me gusta mucho. – Contesto al poner sus manos en su nunca como si fuera una pregunta normal para él.

- ¿En serio? Eso es genial. Otra pregunta. ¿Cómo llegaste aquí?

Nuevamente Sora se puso un poco nervioso por la pregunta. – No creo que ninguno de ustedes me creería si se los dijera. – Dijo al acercarse a un carrusel para mirarlo mejor. – De hecho, de lo único que estoy seguro Iris. Es que estoy aquí para ayudarlos a reunirse.

Por algún motivo que no pudo explicar, Iris se sintió contagiada por el optimismo de Sora. Sentía que era alguien de confianza. Lo sintió en su corazón. – Muy bien Sora, te creo. Aunque realmente me gustaría saber de dónde vienes. – Contesto la pequeña ciclope al dar unos saltos hasta cerca de Sora.

Por de entre los pasillos que se creaban por las numerosas atracciones del señor Mambo apareció Miedoso, que se veía más agitado de lo normal.

- ¡Iris, Sora! ¡De prisa, es Ruby! – Exclamo mientras el aire se le escapaba de sus pulmones.

- ¿Qué paso? ¿Acaso está en problemas? – Pregunto Sora al inclinarse para hablar con el murciélago con un semblante de preocupación en su mirada al igual que Iris.

- Si, pero todo fue un accidente. Está en la rueda de la fortuna.

Sin perder más tiempo los chicos siguieron a Miedoso hasta el origen del problema. En poco tiempo se encontraron En frente de la rueda de la fortuna junto al resto de la pandilla.

- ¿Qué ocurrió Chico Calavera? – Pregunto Iris.

- Lo que pasa Iris es que Ruby está atrapada en la cima de la rueda de la fortuna. Los controles al igual que el generador se rompieron. – Dijo Chico Calavera al mirar hacia la cima de la máquina.

- Pero… ¿Cómo paso? – Pregunto Sora.

- No estoy seguro joven. Debió ser un error mío al construirla, es lo único que se me ocurre. – Dijo el señor Mambo.

- ¿Chicos? Apreciara mucho la ayuda si me bajan de aquí. – Dijo Ruby en lo alto de la rueda de la fortuna que comenzaba a mecerse un poco.

- ¡Tienes que hacer algo Chico Calavera! – Dijo Iris un poco alterada. - ¡Se puede caer!

- Lo se Iris, no tienes que gritarme. Rayos, debo examinar el motor de la atracción de nuevo, ¿podrías ayudarme Sora?

- Claro, te ayudare como pueda. – Contesto Sora.

Los dos muchachos se acercaron hasta un gran generador que se encontraba a los pies de la atracción.

- ¡No te muevas de ahí Ruby, Chico Calavera y Sora van en camino! – Grito Iris.

- ¡Tranquila, no me iré a ninguna parte!

Chico Calavera abrió la tapa y lo único que se podía ver era como algunos de los engranajes se había soltando y giraban demasiada cerca del panel de control.

- Esto debe ser, solo que al soltarse los engranajes hace demasiado difícil que alcance los controles maestros. ¿Cómo podremos detener esto? – Se preguntó al secarse el sudor de su frente.

- Espera Chico Calavera, creo que puedo detener la máquina. – Dijo Sora al ponerse al frente del generador.

- ¿Cómo? Podría lastimarte las manos al intentar alcanzar el panel.

- Tranquilo. Yo me encargo.

En un instante invoco la llave espada con ambas manos y con un ligero golpe toco el generador. – ¡Stop! – Chico Calavera se llevó una gran sorpresa al ver como los engranajes enloquecidos se habían detenido de golpe, dándole oportunidad de manejar los controles.

- Date prisa, no se mantendrán quietos por mucho tiempo. – Dijo sora al desinvocar la espada.

Con la velocidad del rayo Chico Calavera manejo los controles provocando que la rueda de la fortuna se moviera de nuevo haciendo que Ruby bajara sana y salvo.

- ¿Te encuentras bien Ruby? – Pregunto Iris al ir corriendo donde su amiga.

- Estoy bien, gracias. ¿Chico Calavera y Sora me bajaron cierto? – Pregunto la niña al bajarse del juego.

- Si, no sé como pero lo hicieron. – Dijo nuevamente Iris.

El señor Mambo por otra parte se había ido hasta donde los jóvenes para ver de primera mano el desperfecto del aparato.

- Muy bien, ya sé que fallo. Son las nuevas aleaciones de acero, buen material, solo que se calienta muy rápido, debe ser usado para otros proyectos, no para los juegos. Llamare a la compañía para que me traigan los repuestos antiguos. – Dijo el señor Mambo al limpiarse los anteojos. – Muy buen trabajos muchachos. Probablemente le salvaron la vida a la joven Ruby.

- Bueno señor Mambo, no lo hubiera conseguido sin la ayuda de Sora, eso ténganlo por seguro. –Dijo el joven esqueleto al mirar a Sora.

- No hay problema seño. Después de todo ¿para qué están los amigos? – Dijo Sora con una pequeña sonrisa.

Tras esa pequeña experiencia peligrosa la magia de tiempo de Sora había mejorado un poco, pero aún faltaba mucho para dejar este mundo como antes. Sin más tiempo que perder tuve que dejar a los habitantes de Gloomsville para volver a su misión de encontrar las cerraduras.


En poco tiempo Sora regreso a Gloomsville y ahora se encontraba una pequeña casa al lado de la mansión que parecía mucho más parte de un garaje. A medida que se acercaba a la mansión pudo escuchar un sonido extraño del interior del garaje, al ir a ver qué ocurría al abrir las puertas fue recibido por un fuerte impacto de música de unos amplificadores enormes que lo hizo caer.

- Hey tú, ¿te encuentras bien?

Cuando Sora se levantó del suelo pudo ver a las personas que estaban delante de él, solo que no eran lo que esperaba. El "muchacho" era un chico de dos cabezas con una playera con la imagen de una cara sonriente y con una guitarra en sus manos.

- Me encuentro bien, me imagino que ustedes deben ser Frank y Len ¿cierto? – Dijo Sora cruzar los brazos para hacer memoria.

- ¿Oíste eso Frank? Ya somos famosos. – Dijo Len bastante alegre al mirar a sus hermano.

- De hecho, Ruby me hablo de ustedes. Soy Sora un amigo. – Contesto Sora al poner sus manos en la nuca de forma alegre.

- Hola Sora, tienes un nombre extraño, eres extranjero. – Pregunto Frank al tomar la guitarra para afinarla.

- "De nuevo esa pregunta" – Pensó Sora. – Si… vengo de un lugar muy lejano. – Contesto apresuradamente.

- ¿En serio? ¿Qué tan lejano? – Pregunto Len de forma alegre.

- Bueno…

- Hay están chicos, y hola de nuevo Sora. – Dijo Ruby al bajar por los escalones de la entrada principal al ver al grupo junto a un pequeño canasto.

- Hey Ruby, es bueno verte. – Dijo Len.

- Len… acabamos de hablar con ella hace un rato durante el desayuno… ¿recuerdas? – Contesto Frank al poner su mano en la frente de forma frustrada.

- Hola Ruby. – Dijo Sora. – ¿Qué haces con ese canasto?

- ¿Esto? Bien, como todo el mundo ha vuelto a la mansión y todo Gloomsville ha vuelto a la normalidad decidí que la mejor forma de celebrar es con una fiesta, solo que hay algunas cosas que me faltan. – Dijo Ruby al mostrar el canasto.

- ¿Necesitas ayuda? – Pregunto se nuevo Sora junto a Frank y Len que miraban a ambos.

- De hecho si, necesitare la ayuda de todos, ya hable con el resto de la pandilla, también los ingredientes que necesito para unas cosas se encuentran solamente en el bosque. – Contesto al dar media vuelta para dirigirse de nuevo a la mansión. – Partiremos en media hora así que esperen un poco.

- Oye Frank, ¿acaso hay un bosque en Gloomsville? – Pregunto Len al rascarse la cabeza con una expresión confusa en el rostro.

- Parece que hay uno en la parte baja de Gloomsville, ya sabes Len, la parte que está por debajo de la mansión que siempre está bajo toda esa niebla. – Contesto Frank.

Sora paso un rato con los hermanos para conocerlos mejor, pues de hecho él no se quedaba el tiempo suficiente como para conocer mejor a todos en el pueblo por que debía encontrar las cerraduras y a Kairi. Así que el pequeño tiempo que pasaba en Gloomsville era una buena terapia de descanso por todas las cosas que estaban pasando allá afuera junto a sus peligros.

- Así que… ¿tienen una banda? – Pregunto Sora al tomar una guitarra que se encontraba en uno de los sillones del estudio de los hermanos.

- Si, somos la mejor banda de todo Gloomsville. Incluso nos invitaron al Gloomapalooza. – Contesto Frank sonriendo sentado cerca de Sora.

- Cierto, Miedoso y Desgracia también son parte de la banda, y vaya que saben jugar sus partes ¿cierto Frank?

- Así es Len.

- Muy bien chicos, creo que Ruby ya debería estar lista, ¿vamos a ver si el resto está preparado? – Pregunto Sora al levantarse del sillón de un salto.

- Si, vamos. – Dijeron los hermanos al unísono.

Cuando caminaban hacia la mansión vieron a Ruby junto a Iris y Chico calavera que los saludaron. Aunque no había rastro alguno de Desgracia, Miedoso y de Poe por ninguna parte.

- Bien, ya estamos todos, ahora podemos empezar con nuestra excursión por el bosque. – Dijo Ruby mientras que leía un libro que guardo en el canasto tras ver al grupo.

- Hey Ruby, ¿dónde está el resto? – pregunto Len al mirar a todos lados junto a su hermano.

- Tranquilo Len, le pedí a Poe y a al resto que nos esperaran en la entrada del bosque.

- ¿Qué tiene de especial ese bosque Ruby? – Pregunto Sora.

- Solo que es el lugar más misterioso de todo Gloomsville. Normalmente nadie va hay pero creo que el por el día de hoy podemos ir. – Contesto Ruby sonriendo.

- ¿Todo esto por unos ingredientes? – Pregunto Chico Calavera un poco confundido por la decisión de su amiga.

- Ya lo verán. – Contesto de nuevo sin darle mucha importancia.

- ¿Boo Boo no vendrá con nosotros? – Pregunto Sora.

- No puede venir, parece que lo llamaron el señor blanco y el señor blanco por un asunto respecto a la familia, aunque no sabía que Boo Boo tenía una. – Dijo Chico Calavera al rascarse la cabeza al pensar sobre el asunto.

Todo el mundo comenzó su camino a la parte baja de Gloomsville. Iris avanzaba dando brincos con sus resortes, Frank y Len se encontraban al final de la fila con su guitarra en la espalda caminado, Chico calavera y Sora caminaban a los lados de Ruby mientras que conversaban con ella.

- Dime Ruby ¿Qué hay de especial en ese bosque? – Pregunto Sora caminando con las manos en la nuca mirando al cielo.

- Sora tiene razón, me parece un poco raro que quieras ir a ese lugar solo por unos ingredientes extraños, en la casa tenemos muchos de sobra, ¿hay algún motivo en particular?

- Bien, no hay motivo por ocultar la sorpresa por más tiempo. – Dijo al sacar del canasto el libro de antes. – El otro día en la biblioteca del pueblo encontré este libro.

Sora y Chico Calavera tomaron juntos el libro y leyeron en voz alta el título de este. – "Recetas y sabores exóticos de Gloomsville" escrito por Thomas Somber.

- ¿Thomas Somber? – Preguntaron los dos al mirarse a las caras con el ceño fruncido.

- Era mi bisabuelo, parece que era un amante de la cocina y un gastrónomo, no muy famoso porque nadie lo conocía más allá de Gloomsville. – Dijo Ruby al tomar el libro para ojear las páginas. – Entre sus muchas recetas estaba unas que me llamaron mucha la atención llamadas "Postre celestial" y "Lluvia del valle". Por lo que parece los ingredientes que uso son exclusivos de Gloomsville y solo se encuentran en el bosque.

- Ingredientes que solo se encuentran en Gloomsville, ¿y que ingredientes uso exactamente? – Pregunto Chico Calavera.

- Bueno, son unas bayas de color blanco lechoso y unas frutas rojizas que se parecen a las manzanas que solo se dan en las copas de unos árboles. Sinceramente son unos frutos raros pero también está escrito el cómo se preparan se cortan, cuecen y todo lo demás, necesitare muchas de ellas si es que quiero hacerlo bien. – Contesto Ruby al guardar de nuevo el libro.

- No hay problema, si todos trabajamos juntos podremos encontrar esos ingredientes. – Dijo Sora con mucho ánimo al ponerse por delante del grupo para dirigir la marcha.

- Sin duda Sora sabe cómo levantar la moral, ¿no lo crees Ruby? – Dijo Chico Calavera con las manos en los bolsillos al seguir avanzando.

- Sin duda alguna. – Contesto Ruby con una pequeña risa. – Sin duda Sora nos ha ayudado mucho. – Pero Ruby pensó para sí misma. – "Solo me gustaría que fuera más sincero con nosotros".

Al llegar a la entrada del bosque se encontraron con el resto del grupo, Poe se encontraba posado en un cartel que decía "Bosque de Gloomsville" y Desgracia estaba sentada en una roca bajo de un árbol junto a Miedoso. A primera vista la entrada del bosque solo tenía una entrada formada por dos grandes árboles que se entrelazaban entre sí, el resto de los árboles se encontraban tan cerca los unos de los otros que apenas dejaban entrar algo de luz en su interior y la fina niebla que había en la parte baja no ayudaba tampoco.

- Hola Ruby… - Dijo Desgracia al levantarse para ira donde Ruby justo cuando una rama cayo en el preciso lugar donde se sentó asustando a Miedoso.

- Hola Desgracia, ahora que todos estamos aquí podemos empezar la búsqueda.

Ruby saco de su canasto un pequeño cuaderno en el cual dibujo en varias hojas el aspecto de los ingredientes. – No sé cuánto tardemos si vamos todos juntos por lo que será mejor separarnos para cubrir más terreno.

- Una excelente idea Ruby. – Dijo Poe al posarse en la cabeza de la niña.

- De acuerdo, iremos en tres grupos. Poe, tu vendrás conmigo y Miedoso. Chico Calavera, tú con Frank, Len. Y por último Sora, iras junto a Desgracia e Iris.

Cuando Ruby termino de entregarles una copia de los dibujos comenzaron su camino por el espeso bosque. Por suerte Poe vino preparado junto a Desgracia y trajeron unas linternas para todos. Al llegar a una encrucijada en camino se separaron para la búsqueda.

Sora, iris y Desgracia comenzaron a buscar las bayas por entre un gran número de arbustos, solo que el problema era que todas las bayas eran de otro color excepto del que buscaban. Sin duda esto les llevaría más tiempo del que creían.

- Aquí no hay nada, ¿has tenido suerte Iris? – pregunto Sora al seguir buscando por entre los arbustos.

- No, por aquí no hay nada, ¿Qué tal tu Desgracia? – Pregunto Iris meterse por entre los arbustos.

- ¡Encontré uno! – Exclamo la levantar con su mano una pequeña baya blanca.

- Muy bien. – Dijo Sora al ir corriendo junto a Iris para ver la baya.

- Es demasiado pequeña ¿no creen? – Pregunto iris al tomarla para verla mejor.

- Significa que tendremos que recolectar muchas más para Ruby. – Dijo Sora al revisar de nuevo el dibujo de las frutas.

Sin ningún problema lograron recolectar las bayas del arbusto que Desgracia había descubierto, el problema radicaba a que no daban demasiados frutos por lo que tendrían que adentrarse todavía más en el bosque. La neblina se volvía más densa a medida que se adentraban, las raíces de los arboles crecían en medio del camino dificultando la caminata del grupo.

- Estoy aburrida y solo hemos encontrado las bayas que Desgracia vio, ¿Dónde creen que encontraremos esos árboles? – Pregunto Iris.

- Quizás estén en la parte más profunda del bosque. Solo que no sabemos qué tan "Profundo" es en realidad. – Contesto Desgracia mientras que llevaba entre sus brazos las bayas que iban cayendo a medida que caminaba detrás de ambos. – Oh puede que están más cerca de lo que creemos.

- Quien sabe, pero me pregunto cómo le ira al resto, espero que no tengan problemas. – Dijo Sora al cruzar los brazos.

Iris se adelantó un poco en el camino hasta que choco con algo, Sora invoco la Llave espada listo para el combate hasta que escucho una voz familiar. – ¡Ahhh! por favor no me lastimen.

- ¿Miedoso? – Dijo Sora al guardar la espada para ayudar a Miedoso y a Iris a levantarse. – ¿Qué paso Miedoso? Se suponía que estabas con Ruby.

- Oh Sora, Iris, Desgracia, necesito su ayuda… un… un… un monstruo. Un monstruo atrapo a Ruby. – Dijo apresura mente al correr a los brazos de Iris totalmente asustado.

- ¿Un monstruo? Eso es extraño, ya saben, porque los monstruos no existen. – Contesto Desgracia al mirar al cielo que cada vez se volvía más anaranjado por el atardecer.

- Desgracia, ahora no. Dime Miedoso ¿Dónde está el monstruo? – Pregunto Iris al intentar calmar al murciélago.

- Están por… por… allá. Por el mismo camino que use para venir a buscarlos, Poe fue al buscar a los otros para que la salvemos.

- Muy bien, vamos. – Dijo Sora al tomar a Miedoso y al ponerlo en su hombro para que lo guiara por el bosque, iris lo seguía de cerca y Desgracia de última por los constantes tropezones que tuvo por llevar las manos llenas. En poco tiempo se encontraron con un enorme claro en el corazón del bosque que se extendía por mínimo unos cien metros. Y en el centro del claro se encontraban varios árboles que contenían las frutas rojas de las que Ruby les hablo antes.

- Guau… este lugar es enorme, ¿fue aquí donde apareció el monstruo Miedoso?

- Si, fue aquí. Ten cuidado Sora. – Dijo Miedoso al ir corriendo hasta donde Iris y Desgracia estaban.

- Muy bien, ustedes quédense aquí, yo iré a investigar.

Sora empezó a explorar el claro hasta estar frente a frente con los árboles. Sin saber que esperar se quedó quieto unos momentos hasta que escucho algo moverse cerca de él.

- ¿Uh? – Al mirar hacia las copas de los arboles vio una gran criatura peluda del mismo tamaño de los árboles que lo miraba.

El pelaje del monstruo era de color gris con parte del pecho blanco hasta el cuello. Tenía dos colmillos que sobresalían de su boca de la mandíbula inferior los ojos eran enormes, negros y vacíos sin ningún brillo en ellos, un par de pequeños cuernos en la parte superior del cráneo y unas orejas igual de pequeñas. Los brazos eran excesivamente largos y delgados con grandes zarpas en ellas de color hueso y afiladas.

Sin pensarlo dos veces invoco la Llave espada preparado para lo que sea, solo que la criatura no se movía y solo se le quedo mirando. Sora comenzó a correr para rodear a la criatura y con un gran salto logro ponerse a la altura de su pecho para golpearlo múltiples veces con su espada. La criatura no se inmuto en lo más mínimo por el ataque y girando lentamente estiro su brazo derecho intentando atrapar a Sora que se rápidamente dio una voltereta para evitar en agarre.

- Trueno. – Exclamo Sora al alzar la Llave espada hacia el cielo haciendo que múltiples pequeños rayos golpearon la cabeza de la criatura, ahora parecía que realmente se encontraba molesto por los continuos intentos del muchacho por lo que tomo una postura más agresiva en contra de él.

Iris y Desgracia se encontraban en el límite de la entrada del claro mientras que observaban como Sora se enfrentaba al monstruo.

- Vaya… ¿quién diría que Sora podía luchar contra monstruos? – Dijo Desgracia al mirar el combate un poco sorprendida.

- ¿Ahora si crees que los monstruos existen? – Le dijo Iris al mover los puños al apoyar a Sora.

- Quizás, pero dime Miedoso, ¿dónde está Ruby?

- No lo sé, oh cielos. ¿Qué tal si ese monstruo se la comió? – Contesto Miedoso antes de desmayarse. – Las chicas se mostraron más preocupadas de lo usual por la situación y si era cierto no había nada que ellas pudieran hacer por ahora más que observar.

¿Sora? Espera, no lo lastimes por favor.

El muchacho alzo la mirada confundido y vio a Ruby en la copa de los arboles sentada en una de las ramas de este.

- ¿Ruby? ¡Estás bien, no puedo creerlo! – Contesto Sora bastante sorprendido al ver que Ruby se encontraba ilesa. – ¿Cómo llegaste hay arriba y a que te refieres con que no debo lastimarlo? No entiendo.

- Espera un poco, ya bajo. Por favor señor ¿me puede bajar? – Dijo Ruby al hablarle a la criatura.

Lentamente el monstruo fue hasta donde se encontraba Ruby ignorando de nuevo al muchacho y de forma gentil alzo el brazo recibiendo a Ruby hasta dejarla en el suelo. – Sora… ¿acaso estabas luchando con él? – Pregunto la chica al acercarse a Sora con el ceño fruncido.

- Bueno… sí. Es que Miedoso nos dijo que el monstruo te había atrapada y vinimos a rescatarte. Pero no creí que fuera inofensivo.

- Lo es. Al principio me asusto un poco pero resulta que solo me ayudo a alcanzar las frutas del árbol, mira, tengo suficientes frutos rojos para la fiesta. – Dijo Ruby al mostrarle la canasta que rebosaba de los rojizos frutos. – Supongo que tomaste conclusiones antes de tiempo al verlo, ¿acaso él TE ataco Sora?

- No… fui yo el que lo ataco primero… lo siento mucho, creo que me deje llevar demasiado. Es que pensamos que algo malo te había ocurrido. – Dijo Sora al mirar al monstruo y a Ruby un poco avergonzado.

- Bien, me alegra que este malentendido se haya resuelto. Por cierto, ¿encontraron las bayas cierto? – Pregunto Ruby con una sonrisa.

- Oh si, Desgracia las tiene, están por allá vamos. Pero ¿Qué hacemos con el monstruo? – Pregunto Sora al ver de nuevo a la criatura.

- Nada, él fue muy amable al ayudarme, supongo que es un nativo del bosque de Gloomsville, y parece que les gustan los frutos rojos, tan solo míralo. – Ambos jóvenes vieron al ser del bosque alcanzando las frutas con sus garras tomando varios de ellas para después comérselas tranquilamente.

- Me pregunto si habrán más como el por el lugar. – Dijo Ruby al verlo al alejarse del claro junto a Sora.

- Ruby, estas a salvo. – Dijo iris al ir corriendo para abrazar a su amiga con fuerzas. – Creímos que te habían comido, es un alivio que Sora sabe cómo combatir monstruos.

- Iris, estoy bien, de hecho todo fue un gran malentendido. – Contesto Ruby.

- ¿En serio? Guau. Supongo que deberíamos irnos. – Dijo Iris al soltarla.

- Mira Ruby, encontramos las bayas. – Dijo Desgracia al mostrarle las frutos, solo que no tenía ninguno con excepción de uno solo en su mano derecha. Todo el mundo vio como un camino se había formado un rastro de bayas detrás de Desgracia. – Ups. Espero que Chico Calavera y los otros hayan tenido mejor suerte. – Dijo al llevarse a la boca la última baya con el ceño fruncido por dejar caer el resto. Solo que una ligera sonrisa se dibujó en su cara al probarla. – Es tan… ¡dulce!

En poco tiempo se encontraron de nuevo con Chico Calavera y el resto del grupo alcanzo al grupo de Ruby en poco tiempo guiados por Poe. – ¡Vamos mis jóvenes amigos! ¡Ruby cuenta con nosotros para salvarlas de las garras de esa terrible criatura! – Dijo Poe al encontrarse con los jóvenes en la entrada al claro.

- Poe, tranquilo. Todo está bien. – Contesto Ruby al ver al grupo que venía a toda prisa.

- Ruby… ¡estás bien! No sé qué hubiéramos hecho si algo te ocurría.

Sora vio como Chico Calavera corría hasta abrazar a Ruby firmemente con fuerza, pero al instante la soltó con la cara colorada al igual que ella. – Bueno Ruby… tú sabes a qué me refiero, nadie en la mansión podría vivir sin ti. ¿Verdad chicos?

Fran y Len se veían confundido por lo que dijo hasta que de nuevo Chico Calavera les dijo la misma pregunta tosiendo un poco para que despabilaran. – Oh si, ¿cierto Len? – Pregunto Frank al mirar a su hermano.

- Cierto Frank, y cuando Chico Calavera se refiere a que no podríamos vivir sin ti es que el en especial no podría hacerlo. – A eso último Frank y Chico Calavera se tocaron la cara con la mano. – ¿Qué? ¿Acaso dije algo malo? – pregunto Len al mirar a ambos.

- Descuiden chicos, nunca estuve en peligro. Solo parece ser que no todos los monstruos son tan malos como dicen, creo que es algo que todos deberíamos aprender en nuestras vidas. – con esa palabras Ruby se puso a la cabeza del grupo mirando hacia el claro con una sonrisa. – Muy bien todos, por lo que veo Frank y Len recolectaron las bayas y yo tengo la fruta, y el grupo de Sora solo consigue una, pero no importa. Sé que las habían recolectaron pero vinieron en mi ayuda.

- Creo que esto concluye con la cacería de los ingredientes, no puedo esperar a probar que tipo de manjares nos preparadas Ruby. – Dijo Poe al limpiarse el monóculo al apoyarse en el hombro de Iris.

- Ni nosotros. – Dijeron juntos los hermanos de forma alegre.

El grupo empezó si camino por el laberintico bosque hasta que al anochecer lograron encontrar la salida, todos se encontraba exhaustos tras la larga jornada incluso Sora pensaba descansar esta noche en la casa de Merlín, si es que se los permitía.

- Ruby, ahora debo irme y lamento sí es que estás molesta conmigo, pero creía que te encontrabas en peligro. – Dijo Sora al acompañar al grupo hasta la entrada de la mansión.

- No tienes que disculparte Sora. Soy yo la que debería disculparse contigo. – Dijo la niña al dar media vuelta hasta estar cara a cara con él.

- ¿Eh?

- Si, me tomo un tiempo entenderlo, Iris y Boo Boo me hablaron sobre esa espada que llevas contigo y entendí que debes haber luchado para hacer que Gloomsville vuelva a hacer lo que era, y no solo Gloomsville, todo nuestro mundo si es que no me equivoco. ¿Oh si? – Contesto Ruby al llevar ambas manos al pecho como si su corazón le dijera que no debe dudar de sus propias palabras.

- Ruby… es verdad, hay algo muy malo sucediendo allá afuera y yo junto a mis amigos estamos intentando resolverlo, confía en mí. – Dijo Sora al poner su mano sobre el hombro de Ruby sonriendo para demostrarle que no debía preocuparse por nada.

- Sora… te creo, nos has ayudado desde el comienzo y eres un buen amigo, y espero que vuelvas pronto. Estos dulces no se comerán solos, también quiero que me cuentes todo lo que está pasando, ¿lo prometes?

- Lo prometo.

- ¡Oh sí! Casi se me olvidaba, encontré algo en el bosque y quiero que tú lo tengas. – Ruby metió su mano dentro de la canasta hasta que saco una pequeña roca verde brillante.

- ¡Es una gema de invocación! – Exclamo Sora alegremente con las manos en alto.

- ¿Gema de invocación? ¿Qué una gema de invocación Sora? – Pregunto Ruby un al mirar la gema un poco confundida.

- Es una gema que contiene a un ser vivo con un corazón muy fuerte. – Contesto el joven al tomarla y guardarla en su bolsillo.

- ¿Y hay algo que puedas hacer para ayudarlo?

- Si, así que no te preocupes Ruby, todo está bajo control

Los dos jóvenes volvieron a sonreír y Sora se alejó de la mansión hasta volver al interior de las páginas y a la casa de Merlín nuevamente con sus amigos.

- ¡Sora! ¿Qué paso? – Pregunto Donald al ir hacia el muchacho.

- Nada, solo tarde más de lo que esperaba Donald. – Contesto apresuradamente.

- Que alivio, Donald y yo estábamos preocupados, han pasado varias horas desde que entraste pero Merlín nos dijo que no corrías riesgos allí. – Dijo Goofy.

- No se preocupen, estoy bien, solo que me gustaría descansar un poco antes de partir ¿Qué me dicen?

Los tres héroes se quedaron esa misma noche donde el Merlín, y con un poco de su magia convirtió el piso superior en un dormitorio de con tres camas para ellos. Pero antes de eso Sora le entrego la gema al hada madrina para convertirla en una gema de invocación. A la mañana siguiente se encontraban descansados y con las fuerzas recobradas para lanzarse de nuevo a la aventura con el siguiente mundo.


Finalmente tras explorar una gran cantidad de mundos Sora encontró las últimas páginas del libro que se encontraban en un librero en Halloween Town, eso sí, primero estaba el problema que tenían que resolver junto a Jack sobre su experimento para darles un corazón a los Sincorazones. Una vez de más de vuelta en Traverse Town se dirigieron hacia donde Merlín, aunque Sora se encontraba un poco pensativo.

- ¿Qué pasa Sora? – Pregunto Goofy al ver a su amigo.

- Es solo que estaba pensado en una cosa, si es que una vez esté completo aparecerá una cerradura similar a la de los otros mundos. – Dijo Sora al cruzar los brazos.

- Tal vez, recuerda lo que dijo León. Todos los mundos tienen una cerradura y los Sincorazones las buscan para hundirlos en la oscuridad. – Respondió Goofy al apoyar su cara sobre su mano.

- Es verdad Sora, no importa el mundo por grande o pequeño que sea tendrá una. Y Merlín nos dijo que el libro era muy especial por lo que debe tener una sin duda alguna. – Dijo Donald.

- ¿Tú crees? – Dijo Sora al bajar las manos.

- ¡Absolutamente! – Contesto Donald.

Una vez dentro de la casa Merlín unió las páginas de nuevo al libro dejando a Sora para ver que nueva sorpresa había dentro de sus páginas. Al llegar a la entrada de la mansión le pareció un poco raro que nadie se encontrara en ella. Reviso las habitaciones el sótano y los alrededores de la mansión pero nada, no había rastro de nadie. – ¿Dónde está todo el mundo?

Sora se sentía un poco confundido por la situación, sabía que no podían haberse ido lejos pero le parecía extraño que ahora no estuvieran. – Quizás se encuentren por la colina. – Pensó en voz alta al ver hacia los límites de los terrenos de la mansión. Al llegar ahí se encontró con un poste con serpentinas y se colores levantadas por mariposas negras y azules junto a una gran mesa con artículos de fiesta en ella.

- Buen día Sora, y bienvenido a la celebración de "Gloomsville volvió a la normalidad"

Sora se sorprendió al escuchar una multitud de voces detrás de él, todos los habitantes de la mansión se encontraban allí hasta el señor Mambo.

- Siempre llegas en el mejor momento Sora, no sé cómo lo haces pero me alegra que así sea. – Dijo Ruby al cargar un gran pastel de tres pisos con forma de corazón de color rojo con cobertura verde en él.

- Realmente me tomaron por sorpresa chicos, ¿acaso es ese el pastel de la receta? – Pregunto Sora al mirar el pastel de arriba hacia abajo.

- Así es, pero no podría haberlo hecho sin la ayuda de todos, también Chico calavera me ayudó mucho en la cocina, la receta era más complicada de lo que parecía pero creo haber hecho un buen trabajo. – Contesto la niña al dejarlo sobre la mesa con cuidado.

- Tranquila Ruby, Len y yo seremos los jueces.

- ¡Sí! Queremos ser los primeros en probarlo. Si eso te parece bien. – Dijeron ambos hermanos con un pañuelo en el cuello y con cubiertos en las manos.

- Tendrán que ser pacientes chicos, todavía debo buscar la segunda delicia. – Contesto Ruby al dirigirse a la mansión. – Hay muchas otras cosas que pueden comer, pero tendrán que esperar por lo demás unos cuantos minutos.

Sora tomo esta oportunidad de relajo para hablar con los otros puesto que no ha tenido demasiadas oportunidades como para conocerlos mejor.

- Entonces ¿están buscando a tu familia? – Pregunto Sora al sentarse junto a Chico calavera que vestía un traje de mesero.

- Así es, todos mis intentos por averiguar de dónde vengo no han tenido existo, pero oye, lo último que hay que perder es la esperanza ¿cierto?

- Si, espero que encuentres a tu familia Chico Calavera.

- Gracias, ¿más jugo de manzana? – Dijo Chico Calavera al levantarse rápidamente para servirle a Sora junto al resto.

- No gracias, estoy bien por ahora. – Contesto al mover la cabeza.

- Dime Sora, ¿cómo es el lugar de dónde vienes? ¿Es grande? ¿Pequeño? ¿Hay más gente como tú que use una espada como la que llevas? – Pregunto Iris que tenía a Miedoso sentado junto a ella.

- Realmente no sé si hay más gente que pueda usar la llave espada. Solo sé que me eligió a mí, y las islas donde vivo no son demasiado grandes, por lo que es un lugar pequeño. Gloomsville por lejos tiene más habitantes en mi opinión.

- Vaya Sora, parece que corres demasiados peligros. No creo que yo pueda soportar ese tipo de responsabilidad. – Dijo Miedoso al tomar un poco de leche para calmarse por la historia que le conto.

- No estoy segura de eso, mi gran, gran, gran tátara tío fue una vez uno de los cuatro mosqueteros, pero luego tuvo un duelo y se volvieron solo tres. No es algo de lo que a mi familia le guste hablar. – Contesto Desgracia al cerrar los ojos al tomar té.

- Si… gracias por la información Desgracia pero no creo que Sora deba preocuparse mucho por eso. Después de todo tu y yo vimos lo bien que se luchaba con ese monstruo, a pesar de que no era uno malo. – Dijo Iris al rascarse la cabeza.

- Ya volví, aquí está el último de los postres ¿Qué opinan?

Ruby había vuelto cargando una gran bandeja con varios pequeños pasteles que contenían una crema de color blanca translucida que a primera vista se veían un tanto extraños. Solo que al probarlos la sensación fue única y diferente. Era dulce pero ligeramente ácido y dejaba una sensación de frescura en la boca como las mentas. El pastel no fue diferente. Los trozos de fruta seguían frescos y la textura de la masa era esponjosa y el sabor que le había dado la fruta era similar a la de las manzanas mezclado con las piñas, algo raro pero exquisito.

Todo el mundo disfrutaba de la pequeña celebración y Sora se había retirado un poco del grupo para sentarse en un tronco caído cerca de un árbol para admirar el pequeño pueblo mientras que la luna lo observaba con curiosidad.

- Sora ¿sucede algo? – Pregunto Ruby al sentarse a su lado.

- No pasa nada Ruby, solo me preguntaba si podré volver a pasar un momento como este con mis amigos una vez que los encuentre. – Dijo al seguir mirando el cielo.

- Descuida, estoy segura de que los volverás a ver, solo debes mirar el lado bueno. – Dijo Ruby al alzar la mano al aire.

- ¿Mirar el lado bueno?

- Si, solo piénsalo un minuto Sora, de no ser porque buscabas a tus amigos todo este tiempo no nos hubiéramos conocido ¿cierto? – Respondió al míralo a la cara inclinado un poco la cabeza.

- Oh sí, creo que tienes razón. He conocido a muchos amigos en mi viaje y sin importar la distancia sé que encontrare a Riku y a Kairi, estoy seguro. – Respondió al sonriendo apoyando sus manos en el tronco.

- Ese es el espíritu, por cierto. – Dijo Ruby al sacar un pequeño paquete negro. – Esto es un regalo de mi parte, por todo lo que has hecho por nosotros y Gloomsville.

- Oh, gracias Ruby. – Dijo Sora al recibir el paquete con una mirada curiosa por el regalo.

- Vamos, ábrelo.

Al desenvolverlo se encontró con la misma caja negra que Ruby tenía en sus manos cuando la sorprendió en su habitación. Al abrir la tapa vio una gema de oricalco extremadamente rara en ella. – ¿Cómo es que tienes una de estas gemas Ruby?

- Es una larga historia que no le he contado a nadie, una noche similar a esta hubo una lluvia de estrellas fugaces y todos la mirábamos desde la mansión. Cuando fui a la cocina por refrescos para todos vi por la ventana de la cocina que una de las estrellas se estrelló en nuestro patio, al salir me encontré con esta gema y la he guardado en secreto, es como un amuleto de la suerte por así decirlo.

- Ya veo, de hecho esto es usado para fabricar objetos como anillos y otras cosas parecidas.

- Oh, ¿es para artículos de orfebrería? Quién lo diría, ahora tienes una gema para crear algo para ti Sora.

- Pero no te molesta el dármelo, dijiste que era un amuleto de la suerte.

- Si, pero a los días siguientes que conseguí la gema fue cuando todo el mundo despareció, por lo que he pensado mucho si realmente no era realmente algo que trajera mala suerte.

- Bueno, no creo que sea de mala suerte, después de todo hay que mirar el lado bueno ¿no?

Ruby comenzó a reír por el comentario de Sora y Chico Calavera vio hablaban animosamente y decidió unírseles a la conversación. – Hey ¿de qué hablan?

- De nada importante, solo de que Sora tenía dudas de si encontraría a sus amigos de nuevo. – Dijo Ruby al levantar la mirada para contemplar a la luna.

- Bueno Sora, no tienes de que preocuparte. Siempre puedes volver aquí cuando quieras si es que necesitas ayuda, ¿cierto Ruby?

- Cierto Chico Calavera.

Los tres se quedaron viendo el cielo un rato en silencio y el resto de la pandilla se les unió rápidamente. – Díganme, ¿Qué estamos viendo? – Pregunto Poe al sentarse al lado de Chico Calavera.

- Nada Poe. Solo estamos aquí admirando el cielo, solo eso. – Respondió Ruby.

- ¡Hey miren! – Señalo Iris con el dedo al cielo. – ¡Una lluvia de estrellas fugaces!

- Guau, es muy bonito. Y no lo digo muy seguido. – Dijo Desgracia.

- Oh cielos, ¿Qué pasa si las estrellas fugaces se estrellan con la mansión? ¡¿Qué es lo que vamos a hacer?! – Pregunto Miedoso temblando al ocultarse detrás de Ruby.

- No te preocupes Miedoso. Si alguna estrella se dirige hacia aquí la rechazare con la llave espada. – Dijo Sora al invocar la espada en un destello al apuntar al cielo.

- ¿Es en serio Sora? Uf. Eso me tranquiliza, muchas gracias. – Respondió Miedoso al secar el sudor de su frente.

- Me gustaría que todas las noches fueran como esta. En las que siempre estemos todos juntos – Dijo Ruby.

Sora sonrió ante esas palabras y se levantó de un salto para empezar a alejarse del grupo.

- Sora ¿adónde vas? – Pregunto iris al verlo alejarse.

- Debo encontrar a mis amigos. Me están esperando. – Respondió al detenerse cerca de la reja de los límites de la mansión.

- Espero que encuentre a sus amigos. – Dijo Miedoso que comenzó a dirigirse a un montículo junto a sus amigos que comenzaron a despedirse del joven.

Alzando el puño lleno de determinación se fue de la mansión al desvanecerse en una estela de polvo brillante al dejar este mundo dentro del libro.

- Sora, no olvides que puedes volver a visitarnos cuando quieras. Siempre estaremos aquí por si nos necesitas. – Dijo Ruby antes de que Sora desapareciera.

La lluvia de estrellas se intensifico un poco hasta que un gran cometa cruzo el cielo de Gloomsville maravillando a todos sus habitantes.

De vuelta en el estudio de Merlín Goofy y Donald recibieron a nuestro héroe feliz y con preguntas.

- Dime, ¿acaso todo el mundo está en orden?

- Eso creo. – Respondió Sora al cruzar los brazos.

- Hey miren. – Dijo Donald al señalar el libro.

El libro comenzó a brillar con una luz blanca hasta que la portada del libro cambio a una que tenía el dibujo de un corazón rojo con una cara sonriente y huesos cruzados como las banderas de piratas con el título de "Gloomsville" escrito con letras rojas.

De la mano de Sora apareció la llave espada sin aviso alguno sorprendiendo a los presentes pero Sora sabía que significaba. Al levanta la espada con ambas manos al aire unas pequeñas estrellas comenzaron a concentrándose en la punta de esta hasta que un delgado rayo de luz fue disparado al seguro del libro sellando la cerradura a su mundo protegiéndolo de la oscuridad y el peligro de los Sincorazones.

- Esto debería bastar, ahora vamos. Estoy seguro de que encontraremos a Riku y a Kairi en el próximo mundo al que vamos.

Sin más los tres dejaron el estudio de Merlín con el libro protegido en la mesa hasta que el viejo mago lo tomo entre sus manos y dijo. – Mmm. Sin duda alguna Sora ha progresado y esta es la prueba de ello.

Con esto volvió a dejar el libro de Gloomsville en la mesa, pero esta no sería la última vez que Sora vería aquel mundo de nuevo. Pues esta historia aún no termina.


Gracias por pasar por aquí y el próximo episodio... bueno. Lo subire cuando realmente lo tenga listo, ese fue mi error al principio, me di una fecha limite cuando lo que realmente debí asegurarme de que todo estuviera bien antes de publicarlo. Espero que tengan un buen dia y suerte con sus historias.