DISCLAIMER: LOS PERSONAJES PERTENECEN A NAOKO TAKEUCHI

El amor de dos estrellas

En un hermoso carruaje blanco tirado por dos finos caballos camargue, exquisitamente adornado con costosísimas orquídeas blancas en ramilletes que colgaban de forma espectacular, iban sentados una pareja de novios.

El carruaje recorría despacio un trayecto enmarcado por una valla de árboles de cerezo en flor increíblemente bellos, daba la sensación de ir por un bosque; era una noche estrellada, la luna llena estaba vestida de un fulgor plateado muy especial, las farolas que se encontraban por todo el camino daban un toque sumamente etéreo; una vez que atravesaron ese hermoso paisaje (lo cual podría ser un parque), el carruaje se detuvo a las puertas de un inmueble de imponente arquitectura, adentro del mismo podía escucharse a una orquesta interpretar una famosa marcha.

— ¿En qué piensas?—Preguntó el elegante novio.

—En lo mucho que he esperado por esto, y valió mucho la espera. Ahora a divertirse, ya quiero oír las carcajadas de todos los presentes. — Contestó la primorosa novia.

—Sí, aunque habrá quienes quizá no entiendan nada de nada. — Dijo el novio con una sonrisita maliciosa en sus labios.

El novio abrió la puertecita que estaba a su lado y bajó de tan romántico transporte, en el suelo habían colocado una alfombra roja que mostraba el camino hacia el interior del precioso recinto, abrió la otra puertecita y le tendió su mano caballerosamente a la novia para ayudarle a bajar del carruaje. Ambos se tomaron de las manos dispuestos a entrar a aquél lugar.

En Jyuban

POV MINA

"Hace un año estuve a punto de cumplir uno de mis mayores anhelos, el porqué de mi existencia en esta vida, el don con el que nací; dolorosamente no pude seguir con mis planes debido a un problema que casi logra que el universo entero fuera conquistado.

Afortunadamente eso ya pasó y ahora he cumplido mi sueño.

Hace exactamente un mes acudí a una audición muy importante, no era mi zona de confort pero decidí intentarlo, nunca imaginé que me saldría estupendo, dado que jamás había cantado ese género, sólo algunas veces en la ducha claro; y además era para el papel principal, enserio que no sabía para nada que mi registro vocal es la de una mezzo-soprano.

Mina Aino cantante de ópera, ni en mis sueños más locos tipo cuentos de hadas se me había presentado esa visión de mi futuro. Me convertí en Carmen Habanera a mis diecisiete años, el director de esta ópera quedó anonadado y me dio el papel; obviamente que para lograrlo me preparé muy bien, sobre todo en la pronunciación del francés, porque aunque no hablo para nada ese idioma, interpretando mi papel si tengo que hacerlo como si fuera mi lengua materna.

A pesar de tan grande responsabilidad, sigo siendo una chica normal.

Sólo hay algo que me hace falta para sentirme completamente realizada: Un novio. Sí, si ya sé, no te pongas celoso venusito,porque aunque sólo eres mi querido diario, te amo tanto por ser mi primer confidente antes de que encontrara a Artemis, tú me enseñaste a desahogarme y no sentirme tan sola.

Lo cierto es que por el único chico que sentí verdadero interés ya se marchó y se encuentra al otro lado del universo para mi mala suerte. Mi corazón está latiendo muy rápido, lo cual no debería ser porque ya no hay forma de que él regrese. Ya basta, basta por favor, será mejor que lo olvide y no sé cómo hacerlo."

Mina cerró sus ojos celestes al tiempo que cerraba las páginas de su diario llevándolo hacia su corazón envolviéndolo en un abrazo cariñoso.

En Kinmoku

POV YATEN

"Mi suerte estaba echada, al fin me decidí a hablar con la princesa y declararle mi amor, esperé todo un maldito año por no atreverme, sólo retrasé mi triste derrota. Ella me rechazó argumentando que sólo sentía cariño por mí y que me quería como a un hermano.

¿Por qué, por qué tuve que enamorarme de la persona equivocada?, no sabía qué hacer, ya no tenía caso insistir, no puedo mandar en el corazón de la princesa.

Seiya me dijo que hice todo mal, que primero: debí acercarme a ella poco a poco y ser detallista (esas cosas a mí no se me dan, no son mi punto fuerte), y segundo: ¿Qué por qué diablos esperé tanto tiempo para soltarle la verdad? Mi hermano es un idiota, sí, pero un idiota con la boca llena de razón.

Lo único que podía hacer era largarme de aquí para no verla con nadie más, no lo soportaría. Hablé con mis hermanos sobre mi decisión de regresar al planeta Tierra, y para mi mayor sorpresa ese idiota fue el único de los tres que no estaba feliz con la idea de ir allá, claro, él tenía sus propias peripecias con otra princesita; logramos convencerlo gracias a que es totalmente impávido y porque obviamente moría de ganas de ver a Serena Tsukino.

Hoy nos marchamos de nuestro amado planeta, lo extrañaré, sin embargo, es necesario que lo haga para poder olvidarla, y cuando eso pase tal vez regresemos o regrese yo sólo, quien sabe, por ahora necesito liberar mi alma y mi corazón de tanto sufrimiento.

En Jyuban

Los ex Three Lights aterrizaron por segunda vez en la Tierra, llegaron de madrugada y decidieron quedarse en su antiguo departamento a dormir todo el día ya que estaban completamente exhaustos. Despertaron apenas comenzó a oscurecer, cada quien salió a hacer lo que quisiera. Yaten decidió que era bueno disfrutar de una buena obra de teatro o ir a la ópera, entonces optó por ir a la ópera. Cuando llegó miró la enorme pantalla (a modo de marquesina) que anunciaba la representación de Carmen Habanera y se dio cuenta que era interpretada por Minako Aino.

—¿Esto debe ser una broma? ¿Será ella?—, Dijo Yaten abriendo sus ojos verdes como platos y parpadeando muy sorprendido.

—Hmmm, primer día aquí y ya me encontré con sorpresitas, aunque no creo que lleguen ni a las 50 representaciones con ella de protagonista— Pensó el peli plateado ya no tan sorprendido.

Yaten entró al teatro y se sentó en su butaca, ya habían dado la tercera llamada, el primer acto estaba a punto de comenzar.

Las luces se apagaron y el telón se abrió, y ahí estaba ella; en su cabellera rubia caían rizos dorados preciosos como resortes, muy bien cuidados, eran abundantes y a simple vista se notaban sedosos y flexibles, sí, Mina parecía una muñeca de porcelana, su vestuario consistía en una falda larga amplia blanca con estampado de flores, un sexy corsé rojo que resaltaba su busto, estaba atado en cruces con una cinta negra a modo de agujeta y un chaleco o torera negra de manga larga y en su mano derecha portaba un clavel rojo.

Su hermoso rostro estaba maquillado como una gitana (porque interpretaba de hecho a una gitana), sus labios carmín eran magnificentes. Ella caminaba sigilosa y sensual por el escenario, coqueteando con su co- protagonista y comenzó a cantar:

El amor es un pájaro rebelde, que nadie puede dominar, y es vano llamarlo, si él prefiere rehusarse.

De nada sirve amenazar o suplicar. Uno habla bien, el otro se calla; y es al otro al que yo prefiero; no ha dicho nada pero me gusta.

Coro
¡El amor! ¡el amor! ¡el amor! ¡el amor!

El amor es un niño gitano, jamás, jamás ha conocido ley. Si tú no me amas, yo te amo; y si te amo, ¡Ten cuidado!

El pájaro al que creíste sorprender, batió sus alas y voló... El amor está lejos, puedes esperarlo; no lo esperas ya ¡y ahí está!

A tu alrededor, rápido, muy rápido; viene, se va, luego regresa. Crees tenerlo, te evita; creíste evitarlo, y él te tiene.

Coro
¡El amor! ¡el amor! ¡el amor! ¡el amor!

L'amour est un oiseau rebelle, que nul ne peut pas apprivoiser, et c'est bien en vain qu'on l'appelle, s'il lui convient de refuser.

Rien n'y fait, menace ou prière, L'un parle bien, l'autre se tait, et c'est l'autre que je préfère, il n'a rien dit, mais il me plaît.

Chorus
L'amour! l'amour! l'amour! l'amour!

L'amour est enfant de bohème, Il n'a jamais, jamais, connu de loi. Si tu ne m'aimes pas, je t'aime. Et si je t'aime, prends garde à toi!

L'oiseau que tu croyais surprendre, Battit de l'aile et s'envola; L'amour est loin, tu peux l'attendre, Tu ne l'attends plus, il est là!

Tout autour de toi, vite, vite, Il vient, s'en va, puis il revient. Tu crois le tenir, il t'évite. Tu crois l'éviter, il te tient.

Chorus
L'amour! l'amour! l'amour! l'amour!

Carmen Habanera: Autor Georges Bizet

POV YATEN:

"Yo me encontraba boquiabierto, no podía creer la belleza y sensualidad de Mina, y sobre todo su enorme talento, esa voz tan potente y prodigiosa que alcanzaba notas altas y que podía alternar con maestría los graves y los agudos, era como un ángel bajado del cielo. Mi rostro ardió cuando Mina se colocó el clavel en medio de su busto, el pulso lo tenía acelerado, nunca antes había experimentado una cosa como esa, no podía dejar de mirarla y mi piel estaba erizada.

Los aplausos de pie no se hicieron esperar, el show había terminado".

PREPARATORIA JYUBAN

Era oficial, los hermanos Kou habían regresado, no es necesario mencionar el alboroto que se formó en las chicas matriculadas en esa escuela.

Todo volvía a hacer como antes, en cierta manera, sólo que Yaten estaba vez actuaba más frío de lo normal, más que nada con Mina, esa chica rubia le parecía un incordio, siempre tan empalagosa y la primera en colgársele cuando lo vio de nuevo ahí, o eso demostraba al exterior, porque por dentro no sentía nada de eso, negaba que de verdad le atraía y mucho.

—Yaten, Yaten, ¿Cuándo volviste?, ¿Por qué no me avisaste?, te hubiera invitado a…

—Hola, Minako— dijo secamente sólo para interrumpirla y callarla—. Luego hablamos, ya va a comenzar la clase—.Y nunca hablaron ese día.

—Ah, e-está bien.

Durante un mes Yaten apenas y cruzaba palabras con su compañera de pupitre y puros monosílabos. Mina Aino ya se estaba cansando de su comportamiento, no la dejaba decirle cuanto lo extrañó y todo lo que había logrado como artista en un año.

Es importante decir que a pesar de que la ignoraba, de todas maneras siempre la miraba como si fuera otra chica o como si de verdad estuviera interesado en ella, sólo que Yaten volteaba ip so facto hacia otra dirección, y/o en ocasiones dibujaba una sonrisita en sus labios agachando la cabeza. Eso a Mina la enojaba demasiado y la confundía también.

—Hoy me vas a decir que te pasa conmigo Yaten Kou, te guste o no; ya estoy hasta mi invisible tiara de tu juego, y no dejare que te vayas hasta que me digas que fue lo que te hice—. Pensaba Mina mientras veía a su compañero de reojo.

En el descanso se fue siguiendo a Yaten, quien se dirigió a las áreas verdes de la escuela y se sentó debajo de un árbol como era su costumbre.

—Yaten, necesito hablar contigo ahora—. Le dijo la cantante de ópera con las manos en la cintura.

—Así, ¿Y de qué?, hace un mes que llegué aquí, así que ahórrate tu bienvenida, además todos los días tengo que escucharte hablar en esa aula, no creo que sea algo importante. El día está muy bonito, está muy soleado, la brisa es fresca y…

—NO, de hecho si es importante, no vine aquí a hablar del clima, ¿Yo qué te hice para me que trates así, explícamelo?

—Nada, no me hiciste nada Minako —. "Sólo me hechizaste como la gitana que interpretas en la ópera" — dijo el chico en su mente.

—Entonces… porque me ignoras tanto, después me miras como si tuviera algo raro en la cara y por último te ríes de mi por lo bajo, te burlas cuando yo ni siquiera he dicho un chiste ni me he despistado por nada, me enerva que hagas eso. Se supone que habíamos dejado nuestros problemas a un lado cuando se fueron, creí que éramos amigos.

—Pues eso te pasa por creer, simplemente yo… no tengo porque darte explicaciones sobre mi forma de ser.

—Lo siento pero no me voy a quedar con la duda—. Mina se le puso enfrente a su derecha y súbitamente se arrodilló en el pasto para quedar a centímetros del rostro de Yaten, el chico estaba sorprendido, no se esperaba algo así, los pómulos se le pusieron de un rosa pálido y respiraba agitado, estaba algo nervioso también.

—¿Pero qué haces?, aléjate de mí Mina.

—¿Y por qué no me alejas tú?, anda hazlo, atrévete. Oye, estas rojo, y nervioso—. Le dijo mientras lo inspeccionaba con mucha curiosidad y parpadeando sus transparentes ojos azules.

—A ver ¿Qué te ocurre Kou?—. Soltó la rubia en voz apenas audible, Yaten volteó para otro lado y Mina le tomó el rostro para que la viera a los ojos. Y le estampó un beso en la boca al peli plateado arrebatadamente, el chico forcejeo pero al final le correspondió sólo que no quería demostrárselo.

Estuvieron así unos cuantos minutos, hasta que Yaten soltó los dulces labios de Mina y se quedó mirándola un momento, después se levantó y le tendió su mano a la chica para ayudarle a ponerse de pie, y por último dijo:

—Ok, mañana a las 10:00 am en el parque, yo tengo que salir ahora con mis hermanos, cosas de trabajo con el grupo, y no llegues tarde por favor. — Dicho eso Yaten se dio la vuelta y se fue casi a la velocidad de la luz.

—¿Queé?, ¡Yaaaten vuelve aquí!, ¿es una cita o qué?—, le gritaba Mina muy ofendida porque lo había besado, le gustó o eso parecía y sólo la dejaba ahí con la palabra en la boca, menos mal le había hecho una invitación, sino iría tras él y lo ahorcaría.

AL DÍA SIGUIENTE

Mina estaba emocionadísima y nerviosa a la vez, sentía que no podía entender al chico Kou, naturalmente no sabía que pensar de él; sí su reacción hacia el beso que le robó era porque ella le gustaba o porque no quiso ser un patán o ¿Por qué?

De por sí ya se sentía presionada ahora estaba a punto de enloquecer por no poder decidir que outfit ponerse para ese compromiso o cita o lo que fuera, su armario ahora era su cama, era todo un divertido desorden.

Artemis, su querido guardián y amigo le dijo que se calmara y le señaló con su patita un hermoso vestido que hasta la etiqueta tenía aun, era color rojo, de gasa, tenía una falda circular con varias capas de holanes con una caída hermosa, la blusa del mismo era sin mangas con corte Dior y escote en V tanto adelante como en su espalda, en la cintura llevaba un bonito drapeado, sus zapatos eran de tacón corrido de color rojo con tiras en los tobillos, se hizo un maquillaje muy natural, se colocó algunos accesorios y se peinó sus rizos para que quedaran más definidos.

Mina fue al parque para encontrarse con Yaten, llegaron al mismo tiempo.

El chico traía puesto un pantalón de mezclilla azul marino, una camisa de vestir color lilac y zapatos negros. Cuando vio a Mina con ese vestido tan sexy se quedó babeando prácticamente, en su semblante apareció un leve sonrojo.

—Hola, Yaten, pero que sexy te ves, estas guapísimo.

—Hola, Minako, ven te invito a la cafetería que está aquí cerca—. Yaten estaba nervioso pero no lo demostraba. Se fueron a una cafetería muy bonita, ordenaron algunos capuchinos y distintas variedades de pasteles y postres.

—Oye, Yaten, ya en serio, ¿Dije algo qué te molestara?, porque siempre te ves muy enojado con mi presencia, me ignoras todo el tiempo, es… es incomprensible para mí, si me odias te hubieras inscrito en otra escuela.

—No, Minako, yo no te odio, ni has dicho nada que me molestara, es sólo que no estoy familiarizado con la demostración de sentimientos ni con eso de hacer amigos, lo que quiero decir es que no confío en la gente, tengo… no sé si llamarle sexto sentido u olfato especial para saber cómo son en realidad las personas que me rodean, sobre todo porque no me gusta meterme en la vida de los demás y mucho menos que se metan en la mía.

—Ok, pero me doy cuenta que tu don tiene puntos ciegos, corrígeme si me equivoco por favor—. Mina tenía una sonrisa pícara en sus labios.

—Exacto, a veces mi "sexto sentido", por llamarlo así, puede errar, pero eso no sucede a menudo—. Yaten comprendió que Mina era muy inteligente a pesar de su extrovertida forma de ser.

—No todas las personas somos iguales Yaten, yo quiero ser tu amiga sin ningún tipo de interés de por medio— Mina sentía todo su rostro arder.

—Gracias y mil disculpas por ser tan grosero—El chico se sonrojó levemente. —Oye, ¿Cómo fue que llegaste a ser Carmen Habanera?, es decir, ¿Cómo descubriste que podías cantar ópera?

—E-espera, ¿Ya fuiste a verme cantar?, ¿Cuándo?, ¿Qué te pareció?, bueno, supe de una audición sobre Carmen, me preparé, me presenté y me quedé—Dijo Mina con mucho orgullo y seguridad.

—Te vi el mismo día que regrese, la verdad es que me sorprendiste, lo haces excelente, tienes una voz privilegiada, y honestamente nunca imaginé que sacaras todo tu potencial en algo tan importante como esa ópera porque no es nada fácil, sólo pocas lo logran, tu interpretación es espectacular.

—G-gracias— Mina sentía que el calor se le subía al rostro— Me alegra que te gustara, oye ¿Y qué tal me veo?

—Muy hermosa, como siempre— Yaten se puso un poquito rojo al decirle eso a la rubia, se preguntaba qué demonios le estaba pasando, que demonios estaba haciendo ahí, y por qué diablos se sentía tan nervioso.

Sí, increíble pero Yaten estaba encantadísimo con Mina, sobre todo porque notó automáticamente que la rubia era una chica con los pies en la Tierra, cualquier otra hubiera comenzado a presumirle desde el principio lo de ser cantante de ópera. Siguieron con su cita, platicaron de muchas cosas, por ejemplo del rechazo de Kakyu, como Seiya no estaba muy de acuerdo en regresar y que de condición le puso que continuarían estudiando en la misma escuela que Serena.

Por supuesto la plática se centró más en la carrera de Mina y en la suya con el grupo, ambos sonreían, se la estaban pasando súper.

Salieron de la cafetería para ir a pasear al parque y de un momento a otro comenzaron una pequeña y divertida discusión:

—¡Minako Aino! ¿Cómo es posible que siendo la protagonista no sepas quien creó esa ópera?, pero si viene escrito en la portada de tu guion.

—Sí, ya sé, pero se me olvidó, además lo importante es que no olvide la letra y la pronunciación de lo que canto—. Mina bufó y le sacó la lengua.

—Pero… ¿Y si te hacen una entrevista y te preguntan eso, que harás?— Le replicó Yaten

—Eso no es problema, yo no doy entrevistas sin pedir primero los cuestionarios y aprobarlos, supongo que tú haces lo mismo Yaten Kou ¿o me equivoco?

—Tú qué sabes, Dorothy (De buscando a Nemo) — Yaten le contestó dando un respingo, aunque en realidad no le sorprendió mucho que supiera eso.

—¿Q-QUÉ?, escucha Jack Frost, a mí no me dices desmemoriada—. Chilló Mina sintiéndose muy ofendida, encarando a Yaten con sus brazos tensos hacía los lados y empuñando sus manos.

—Es la verdad, y no me digas así burbuja (De las chicas súper poderosas). — Yaten frunció el ceño y enarcó una ceja al mismo tiempo que se cruzaba de brazos.

—Oye, a mí me respetas Hyoga de Cisne—. Le dijo Mina con un ataque de risa e imitando los ademanes que hacía el legendario caballero de bronce para su ataque de polvo de diamante.

—¿Cómo te atreves?, ¡Jigglypuff, yo te elijo!—. Dijo Yaten muy indignado y con una ceja tiritando.

—¿Ah?, no es cierto, yo no duermo a mi público—. Mina estaba roja de la vergüenza pero en el fondo le causaba gracia.

— Eso es lo que tú crees— Yaten estaba carcajeándose, sus ojos tenían algunas lágrimas y estaba muy rojo.

—Y tú eres un…—$%& # Mina lo insultó mentalmente— tú eres un Glaceon.

—¿Eh?— Contestó Yaten muy extrañado.

—Sí, eres ese pokémon que es tipo hielo, es muy bello y participa en concursos, aunque es arrogante y presumido.

— Está bien, tú ganas.— Dijo Yaten con un gesto de agotamiento

—¡Viva!, yo gané yo gané—. Gritaba Mina y riéndose escandalosamente.

—Sí, si ya olvídalo quieres—. Dijo Yaten rodando sus ojos verdes.

Pasaron los meses y la parejita seguía saliendo regularmente, se divertían juntos, se hicieron novios, pero había algo que a Mina la mantenía dubitativa, ya que a pesar de que Yaten había caído conquistado, todavía no dejaba atrás completamente su gélida personalidad, era como si el chico no terminara de entregarse a ella como es debido.

A veces Yaten era muy distante con Mina, es decir, cuando Three Lights se ausentaba varios días de la escuela para cumplir compromisos de trabajo, el oji verde no le hablaba ni le escribía ni siquiera cuando tenía su descanso para comer, de esto Mina estaba consciente porque su amiga Serena tenía una relación cercana con Seiya y por lo tanto la mantenía informada de todo lo que pasaba con ellos.

Sumado a ello, Yaten no era muy cariñoso que digamos, ni tampoco detallista; y Mina ya se estaba cansando, ella era una chica que necesitaba que le demostraran cariño y amor, no sólo simple compañía, ya de por sí su ocupación como cantante de ópera era demasiado monótona en donde gente muy adinerada la halagaba en un mundo superficial.

Dos años después nuestros dos artistas seguían juntos, con altas y bajas como en cualquier relación de pareja, se amaban de eso no había duda lo malo era que los buenos momentos eran esporádicos porque Yaten seguía con su actitud fría de siempre, su orgullo y obstinación no lo dejaba avanzar, digamos que era como un círculo vicioso.

Mina no sabía que pensar, veía como sus amigas hacían su propia vida, y ella se sentía estancada, por ejemplo: Serena y Seiya se unieron en un abrir y cerrar de ojos, eran una pareja ejemplar, eran muy felices y se habían convertido en padres de dos gemelas. Este acontecimiento ayudó un poco a que su relación con Yaten estuviera bien por un tiempo, ya que el ojiverde estaba encantado con la idea de ser tío, y cuando nacieron sus sobrinas prácticamente enloqueció de amor por ellas, corrección ambos enloquecieron al saberse tíos.

Sí, todo era miel sobre hojuelas, hasta que a Yaten se le ocurrió la grandiosa idea de dedicarle a su novia en un magno concierto de Three Ligts una canción que encontró en uno de los catálogos de "melodías prohibidas" de Seiya. En resumen la letra decía que el chico ama a su chica pero prefiere un amor libre, no sentirse atado.

No sé regalarte flores

Llamar cuando quieres tú

Porque mi cielo no es tu cielo

Siempre azul

Yo no, no cedo a compromisos

Me entrego con el corazón

Y respeto al completo lo que harás

En todo caso tú me importas de verdad

Mina se fue llorando del concierto, y no era para menos, ella estaba muy sensible, esa canción le recordaba mucho como era su relación con Yaten desde que se habían reencontrado, y como bono adicional la habían escuchado miles de personas y los medios de comunicación de espectáculos más importante del país, el cotilleo iba a ser muy cruel. Y los periodistas no tardaron nada en acosarla y rodearla como si estuviera en un coliseo a punto de ser desagarrada por los leones.

— Srita. Mina!, por aquí! ¿Queremos hacerle unas preguntas?

—Srita ¿Qué piensa de la melodía que le dedicó Yaten?

—Teníamos entendido que hoy le propondría matrimonio ¿Eso sigue en pie?

—¿Se lo propondrá en la ópera?

—Por favor déjenme en paz, ahora no, no estoy en condiciones de contestar, entiendan o el servicio de seguridad de Three Lights se encargará de ustedes, y no quiero hacerlo no me obliguen por favor—. Mina sentía que en cualquier momento moriría de dolor, aun así logró retomar un poco de calma y escapar de la prensa con la ayuda del staff de seguridad y la transportaron a su casa en la limusina del grupo.

Al día siguiente Mina despertó con los parpados pegados de tanto llorar toda la noche, miró su celular para encontrar cientos de llamadas pérdidas y mensajes tanto de Yaten como de sus amigas, iba a lanzar su teléfono hacia su cama pero en eso timbró, era Yaten e insistía muchísimo, Mina contestó:

—¿Qué?—. Contestó peligrosamente enojada.

—Mina, yo… estoy muy avergonzado por lo que hice, soy un idiota, es que nunca pensé que podría lastimarte, en serio no fue mi intención, te pido que me perdones por favor, admito que a veces soy un tonto ingenuo.

—¿A veces?, eres un patán, pero me parece que sería mejor gritártelo en persona y en tu cara, igual es culpa mía, yo sabía muy bien en lo que me metía y mi obstinación me enseñó mi destino.

—No, por favor no digas esas cosas Mina, tú no tienes la culpa…

—Ya basta, mejor dime donde rayos te encuentras e iré para allá de inmediato.

De acuerdo no tardare mucho nos vemos ahí.

Mina subió a su auto, ya se sentía más tranquila como para poder conducir, la noche anterior la limusina en la que regresó del concierto había pasado por ella para llevarla, pero esta vez sólo iría a gritarle a Yaten lo estúpido que era y tal vez terminar con él, ya había sido suficiente y no seguiría aguantando a ese tempano de hielo de apellido Kou.

La rubia llegó al estudio de grabación para "hablar" con el ojiverde, tocó la puerta y fue Seiya quien le abrió, Yaten se encontraba ahí y le dio al susodicho senda cachetada que hasta le dejó las marcas de sus dedos en su mejilla, el peli plateado se quedó en estado catatónico y su rostro estaba totalmente rojo.

— ¡Tranquilízate Mina por favor!, agggh que fuerte estas, cálmate por favor así no solucionaras nada—. Seiya estaba impresionado, ya se imaginaba la reacción de Mina pero no a tal grado.

—¡Suéltame Seiya! —. Es lo único que pudo replicar la rubia, estaba exhausta por el esfuerzo de tratar de soltarse del agarre del pelinegro.

—Te soltaré, pero sólo si prometes tranquilizarte, es necesario que hablen, tú también Yaten por favor no compliques más las cosas—. La pareja sólo asintió.

—¿Qué sucede aquí? —. Ese fue Taiki, que acababa de entrar y vio todo muy extraño en esa habitación.

—Nada, ellos tienen mucho de qué hablar, vamos hermano.

Los hermanos de Yaten se fueron para que pudieran hablar y reconciliarse.

—¿Por qué? ¿Por qué lo hiciste, Yaten?, me has lastimado profundamente, no sé si lo hiciste sin darte cuenta o simplemente no te importó.

—Fue sin darme cuenta, no sabía que ibas a odiarla, sólo me pareció una canción muy bonita, normalmente Seiya escribe cosas que me causan un coma diabético.

—Estoy de acuerdo en respetar tus gustos, pero de ahí a que me la dedicaras enfrente de tanta gente y de la prensa, no sabes lo horrible que sentí y me siento aún. En realidad tu actitud hacia a mí no es reciente, eres tan incongruente, no te entiendo.

—Lo sé Mina, estoy loco y no lo niego, pero es mi forma de ser.

—Sí pero me lástimas, es más tú no te enamoraste de Minako Aino, sino de Carmen, el personaje que interpreto, y además yo creo que aún sientes algo por Kakyu, yo…—Mina comenzó a llorar y salió de ahí corriendo, estaba muy herida. Iba a decirle que quería terminar con él, pero por alguna razón no lo logró, bueno la situación era obvia.

—M-Mina, regresa no te vayas por favor, Mi-na…— Y pump, la rubia le cerró la puerta en sus narices.

Yaten se sentía confundido por la postura de Mina hacía esa "inocente melodía" como él la llamaba, no sabía si sentirse culpable, o deducir que Mina tenía razón, pero una parte de él también le decía que ella se comportaba de manera totalmente caprichosa e indudablemente era una exageración de su parte, según él. No pensaba cambiar de opinión bajo ningún concepto, no cedería por nada del mundo porque no quería ver caer su orgullo al suelo, no dejaría que se metiera con sus gustos y tratara de manejarlo a su antojo, ¿O sí?, ¿Quién sabe?

Decidió salir a alguna parte porque ya no soportaba nada, y para él nada era absolutamente nada. Taiki y Seiya decidieron quedarse callados porque sabían muy bien que Yaten no los escucharía, no lograrían qué pensará diferente, así que lo dejaron que se fuera.

Yaten eligió pasar al centro comercial, algo curioso y contrastante, porque él odiaba esos lugares que parecían una marabunta, caminó un rato para serenar un poco su espíritu, hasta que llegó a un local, uno en el que toda mujer quiere estar, uno en el que todos los aparadores son de cristal y tienen la encomienda de proteger maravillosos objetos en su mayoría de color dorado (o más bien accesorios) y llenos de brillantes y otras piedras preciosas, se acercó ya muy nostálgico a mirar un anillo de compromiso que tenía incrustado un diamante de gran tamaño, hacía algún tiempo que pasaba de vez en cuando a mirarlo, de hecho ese día tenía intención de comprarlo, pero ante las circunstancias por ahora no sería posible.

En ese momento llegó Seiya.

— ¿Cómo me encontraste?, ¿Me localizaste por GPS o qué?

—Porque te conozco hermanito, sé muy bien que este lugar te rebana el hígado como pan de caja—dijo Seiya con una media sonrisa y en automático se puso serio—.

— Pero aun así te gusta torturarte porque sabes muy bien que estas locamente enamorado de ella. Necesito hablar contigo y me vas a escuchar te guste o no.

— Pues espero que sea importante, ahora no me siento bien como para escuchar sermones, es decir, no quiero que me digas lo que ya sé. — Yaten lucía más tranquilo a pesar de sus palabras.

— Vamos a la cafetería.

—No, mejor vamos a tu departamento, aquí hay mucho ruido y lo que quiero decirte son cosas muy personales. —Dijo Seiya de manera discreta.

—Bueno, creo que tienes razón. — Yaten se sentía raro, nunca había visto a Seiya tan serio, pero bueno tenía sentido porque Seiya aun siendo muy joven ya era un hombre casado y con dos hijas.

DEPARTAMENTO DE YATEN

—Yaten —, dijo Seiya mientras tomaba una silla y la colocaba al revés para sentarse apoyando sus brazos en el respaldo. — Sé que tu intención era espabilarte del problema que tienes con Mina y quiero disculparme contigo por interrumpirte en lo que sea que estabas haciendo en la joyería, aunque a veces es mejor no callarse las cosas. —Seiya tenía una expresión de querer preguntarle algo pero no se atrevía del todo.

—No, no te disculpes, igual sólo estaba haciéndome más daño o tratando de reflexionar, o comprar ese anillo, ya no sé ni que hacer, la amo pero no puedo soportar que no me deje ser como soy, quizá lo mejor sea pedirle que se case de una vez por todas conmigo, uf no sé qué hacer me estoy volviendo loco.

—¿Crees qué esa sería la solución?, te estarías precipitando Yaten, irían directamente al fracaso.

—¿Tú hablándome de situaciones precipitadas?, te recuerdo que tú te fugaste con Serena a los pocos días de noviazgo y te casaste con ella también al poco tiempo, me convertiste en tío, en el más feliz del mundo por cierto y siendo unos adolescentes, — le reclamó Yaten.

—Sí, ya sé, pero yo no tuve el mismo problema que tú y tampoco estoy diciendo que haya sido fácil al principio.

—¿En serio?, y yo que creí que eran el matrimonio perfecto, que guardado te lo tenías. ¿Y tenían discusiones fuertes o cómo? —, Yaten no le creía del todo.

— No tanto así, pero si fue algo complicado adaptarnos, o sea, si, es bonito despertar todas las mañanas con la persona que amas con todo tu corazón y tener intimidad todos los días, y hablar y hablar por horas, pero no es así todo el tiempo, porque conforme vas conociendo a tu pareja y ya que entras en confianza, sale a flote el egoísmo.

—Bueno, ilústrame, cuéntamelo todo, sabes que no diré nada a nadie. — Yaten a esas alturas ya estaba con la curiosidad a tope.

—Ok, una vez fui a una fiesta con bombón, de la disquera, ya era algo tarde y al día siguiente teníamos que trabajar en un videoclip, así que le dije a bombón que ya teníamos que irnos, ella no se quería ir todavía pero aun así lo entendió, estábamos saliendo de la fiesta cuando el Sr. Okamura, uno de los ejecutivos de la disquera ya muy ebrio me pidió que no nos fuéramos y bueno entonces cometí un grave error, decidí que nos quedaríamos un poco más y…

—Y Serena aceptó de muy mala gana. —Dijo Yaten haciendo un ademán de comillas, y Seiya hizo otro de negación con la cabeza y con su dedo índice, cerrando sus ojos y una sonrisa como diciéndole a Yaten que era un inocente.

—No, te equivocas, se enojó como nunca la había visto, tampoco me hizo un berrinche enfrente de todos ni discutimos pero tomó las llaves del auto y se fue…

—¿Qué?, ¿Cómo, y tú no hiciste nada por detenerla?

—El problema fue que Okamura no dejaba de parlotear y para cuando me di cuenta ya ella estaba arrancando el auto, yo estaba a punto de explotar, entre al lugar ya muy desesperado buscando a alguien que pudiera ayudarme pero todos estaban ebrios y nadie me hacía caso.

—¿En serio Seiya?, ¿Y qué hiciste?

—Afortunadamente un amigo todavía se encontraba en sus cinco sentidos, le pedí que me llevara a buscarla pero me dijo que me tranquilizara, que ya regresaría; él ya había pasado por algo parecido en su matrimonio y me recomendó que no hiciera nada y no le dijera nada a bombón, me ofreció un cigarrillo y una cerveza, yo ni siquiera fumo, nunca lo había hecho, pero me ayudó a calmar mis nervios.

—Pero que inconsciente fue Serena, le pudo pasar algo en el camino, ¿Y qué sucedió después?

—Mi amigo tenía razón, unos minutos después regresó, pero en cuanto me vio fumando ese cigarrillo se enojó de nuevo y me pidió que por favor saliéramos de ahí, en todo el camino no nos dirigimos la palabra. Ya en casa si me reclamó que porque a Okamura si le había hecho caso y a ella no, yo preferí quedarme totalmente callado, y eso la enojó mucho más, no decía nada que me ofendiera pero llegó un momento en que me di cuenta que su ropa volaba a mí alrededor…

—Se quería ir de tu lado.— Yaten hizo un gesto de sorpresa.

—Así es, pero la dejé que tomara la batuta y dirigiera la orquesta, mientras yo sólo la observaba y me imaginaba el tema de Fígaro porque ya sabes va rapidito y es muy cómico…

—¿Qué?— dijo Yaten carcajeándose con ganas, imaginándose a Serena aventando su ropa al compás de ese clásico tema— "Afortunadísimo eres en verdad, afortunadísimo eres en verdad lalalalala, Fígaro Fígaro"— cantó Yaten muy animado. — Ya no puedo más, lo siento hermano pero no puedo evitarlo, jajajaja. — Yaten se reía a carcajadas.

—Oye no te burles Yaten, ok si fue cómico, pero lo cierto es que decidí no prestarle atención porque entendí que yo tuve la culpa, fui un egoísta, cuando ella había aceptado mi voluntad de irnos de la fiesta para que al final yo le hiciera caso a ese Sr. Cuando ya iba a bajar con su maleta hecha, trastabilló en uno de los escalones y se calló, fui a ver que le había pasado y entonces me abrazó y yo hice lo mismo, la levante y le pedí perdón por mis tonterías, ella también me pidió perdón y… pues nada, aquí estamos con dos gemelitas hermosas.

— ¿Y entonces qué sugieres qué haga? Ya que me estas "asustando" para que no me case todavía con Minako— Yaten bufó rodando sus ojos.

—Lo que te dicte tu corazón, la vida sigue el paso que le marques hermano. — El celular de Seiya sonó—. Hola bombón, sí, si iré a cenar, espérame por favor.

— Vete ya, que te espera esa fiera— le dijo Yatén haciendo un sonido de rugido, mostrando sus dientes y usando sus manos como si fuesen garras.

—Claro, porque estoy en celo grrr. — Dijo Seiya sin nada de vergüenza y riéndose de Yaten como si le hubiera ganado una apuesta o algo parecido.

—Agggg, cállate y mejor ya vete hermanito. —Yaten hizo un gesto de repulsión.

—Ah, por cierto Yaten, toma. — Seiya le entregó su catálogo de canciones—.

—No gracias, ya leí tu tarro de miel, te confieso que casi termino con un coma diabético, o asesinado por Mina. — Dijo Yaten con cara de poca importancia y con la intención de devolvérselo.

—No, no es ese el que quiero que leas, este es digamos… la botella de esencia de vainilla, o bueno así le llamo porque son canciones de amor pero no son tan cursis, por favor elige la que quieras y reconcíliate con ella.

—Está bien, pero no prometo nada, gracias y espero que no sean tan melosas.

Ese día Yaten se dedicó a analizar cada una de las composiciones de Seiya, ninguna le parecía tan buena como para hacer que Mina lo perdonara, hasta que encontró la indicada pero oh sorpresa:

—Está es perfecta, pero…maldición!, Aggg Seiya torpe, la dejaste inconclusa, diría que menos de la mitad, no entiendo para que me da esto si no las termina de escribir; tendré que terminarla por él y lo obligare a que me dé todo el crédito a mí.

Lo siguiente que Yaten hizo fue tomar su guitarra para terminar con la canción, ya comenzaba a sentir los estragos de la condenada melancolía, ese momento en el que los buenos recuerdos comienzan a desfilar como diapositivas por la mente; la tristeza sale a flote, el cuerpo comienza a aflojarse y no puedes evitar agachar la cabeza, el pecho se compacta más y más, el corazón se siente oprimido, y de pronto notas lo débil que puedes llegar a ser, ya no puedes soportar y te rindes al llanto y aparecen unas ganas inmensas de sentirte completo, de estar con el amor de tu vida, todo eso y más inundaba su ser, a la vez que Yaten sabía que no podía perder las esperanzas y debía luchar por ella.

CONTINUARÁ…

Mi segundo shot (tal vez tenga dos capítulos más), quizá no es tan lindo como el de "Un amor único", pero así es como imagino la relación de Yaten y Mina si Naoko les hubiera dado chance, me costó un buen porque no sabía en base a que argumento lo escribiría, quería hacer algo diferente (Quise comenzar de forma sencilla porque después vendrá lo más padre"), que existieran problemas y drama pero no cosas como la infidelidad o los celos infundados, porque para mí estos tres chicos son perfectos, me traumo si los imagino haciendo fechorías.

La cancioncita que desató todo el problema se llama "La consecuencia" de mi cantante favorito Nek.

Habrá más obstáculos, pero prometo que se resolverán, ya ven que al principio hay un pequeño Spoiler del final. Gracias mil por leerlo.