Hola a todos..!! He regresado con nuevo fic, espero que este sea de su total agrado. Como sabran los personajes de CCS no me pertenecen, esta historia esta inspirada en el libro "Heart of the Night".

El Corazón de la Noche

Su voz era celestial. La penetraba como una suave oleada reconfortándola y trayéndole serenidad. Cuando estaba bajo el embrujo de esa voz, ella tenía un amigo, un amante en la noche.

No tenía idea del aspecto de ese hombre. Decían que era un recluso, pero ella suponía que puesto que trabajaba durante la noche, esa reclusión era quizás un modo de sobrevivir. En un momento u otro tenía que dormir.

Pero no ahora.

"Son las doce y cincuenta y cuatro", le dijo con la voz profunda y arrastrada, levemente ronca, que ella había llegado a conocer tan bien, "seis minutos antes de la una, afuera hace mucho frío, y es la clase de noche ideal para un fuego acogedor, una copa de brandy y el amor. Usted ha sintonizado el 95.3 FM, WCIC; Providence, para transportar un trozo de campo a la ciudad. Presentamos un conjunto de cuerda de seis músicos, que aportan lo último de Alabama". La voz cobró un timbre más resonante y mucho más grave. "Habla Eriol Hiragizawa en el corazón de la noche. Quédese conmigo..."

Con un gemido apenas musitado, Tomoyo Daidouji cerró los ojos, e inclinó la frente sobre el extremo del lápiz, respiró hondo y lentamente. Le agradaba la música de Alabama, pero Eriol Hiragizawa era mejor. Podía escuchar durante toda la noche entera ese ronroneo suave de gato, y no era la única. Había escuchado gran cantidad de suspiros anhelosos en la sala de damas del tribunal siempre que se mencionaba ese nombre, y sabía que la mayoría de las mujeres bajo el influjo de su voz caían en el mismo trance. Mujeres de todas las edades eran sometidas por su voz, y durante las intermitencias en que él callaba, cada una se sentía única sobre la faz de la tierra

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Frunciendo el entrecejo, Tomoyo abrió los ojos y bajó el lápiz. Por alguna razón, la capacidad de ese hombre para influenciar a las mujeres parecía un acto criminal, pese a que la víctimas se sometían voluntariamente. Nadie las obligaba a escucharlo noche tras noche. Ciertamente, nadie obligaba a Tomoyo, y sin embargo lo hacía. Noche tras noche...

Mientras miraba la hoja blanca de papel sobre la cual yacía el lápiz, comprendió que no era la actitud más inteligente. Tenía que trabajar. Debía preparar su primera presentación en el juicio, esa tarde, pero Paul le había pedido que lo remplazara en la conferencia de prensa del crimen de Tabor, y cuando Paul pedía, Tomoyo respondía. Paul DeBarr no sólo era el fiscal general merecidamente electo del Estado y su jefe sino también su amigo. Tomoyo conocía las presiones que él soportaba. Siempre que podía lo ayudaba.

Desafortunadamente, cuando ella regresó a su oficina después de la conferencia de prensa, había encontrado un montón de mensajes telefónicos sobre el escritorio. Había desechado algunos, pero tenía que responder personalmente a la mayor parte de ellos. Cuando al fin colgó el telefono, a las seis de la tarde, sufría una terrible contracción en el cuello.

La complacía el hecho de que el telefono rara vez sonase a la una de la mañana. En realidad, según lo percibió, no había sonado desde que ella llegó a casa, lo que hasta cierto punto representaba un alivio. Su hermana Nakuru no había llamado. Lo que era más importante, su padre tampoco lo había hecho, lo cual significaba que por lo menos hasta ese momento Nakuru se estaba comportando bien.

Por supuesto, Tomoyo no tenía modo de averiguar si uno de ellos había llamado antes. Al salir de la oficina, había ido a su clase de aerobic en el club, durante una hora, y depués había regresado a buscar una carpeta olvidada. Eran las diez cuando volvió a su casa. A esa hora, su padre y Nakuru seguramente ya estaban lo suficientemente avanzados en sus respectivos planes nocturnos. La vida en Newport nunca era aburrida.

Tomoyo apartó el bloc de papel, se levantó de la silla y atravesó distraídamente la habitación en dirección a la ventana. Providence dormía.

Pensó que también ella debería hacerlo. Pero el sueño no llegaba fácilmente. Una excesiva cantidad de pensamientos ocupaban su mente mucho después que su cuerpo estuviese cansado. No se había fatigado con el empleo. Era imposible cansarse de un trabajo en el que los robos a mano armada, los asesinatos y las violaciones eran episodios semanales.

Aun así, algo en su vida le molestaba. ¿Algo relacionado con su vida?¿A quién quería engañar? Sabía exactamente lo que estaba mal. Cinco días después cumpliría treinta y un años.

Se recogió con las manos los largos cabellos negros y los separó del cuello durante un minuto. Después los retorció y los dejó caer sobre un hombro, se instaló en el sillón, tomó el lápiz y comenzó a escribir en el cuaderno.

Treinta y uno.

Desde el punto de vista profesional, Tomoyo se complacía con lo que veía. Era una buena abogada, con reputación de honestidad y diligencia. Nadie podía criticar su estilo.

Personalmente, no estaba segura de que le agradase lo que veía. No era esposa ni madre. Era hija, hermana y amiga de muchos. La amistad significaba mucho para ella. Solamente deseaba que se le presentara la oportunidad de llenar el vacío que se la tragaba en la oscuridad de la noche.

"Usted está avanzando en una región fría", dijo la voz profunda, un tanto lírica, desde los altavoces dispuestos a lo largo de la estantería de libros, a la izquierda de Tomoyo, "en el 95.3 FM, WCIC Providence. Es el final de la hora, y una serena noche de lunes en Rhode Island. Póngase cómoda, levante los pies y eche hacaia atrás la cabeza. Mantenga la frecuencia donde está, en 95.3 FM, WCIC Providence, que trae un trozo de la campiña de la ciudad. Soy Eriol Hiragizawa, y la acompaño en el corazón de la noche..."

El sonido de la voz de Eriol Hiragizawa conmovía a Tomoyo. Era un santo, el hombre más paciente, el ideal para Tomoyo. Estaba siempre allí cuando ella terminaba de representar su papel de fiscal, de hija, hermana y amiga. Estaba allí, hablando suavemente, y esperaba hasta que ella se metía en la cama y apagaba la luz.

Y entonces, se convertía en su amante soñado, el cuerpo que proporcionaba calor a su mente y a su alma. En el corazón de la noche, él constituía el suplemento para la soledad de Tomoyo.

N.A: He aquí el primer capitulo, hasta aquí llega el punto de vista de Tomoyo, posteriormente vendrán el de Nakuru y Sakura, y muy pronto comenzará el verdadero conflicto de la historia. Decidí separar el punto de vista de cada una para que no haya confusiones. Con respecto a "Dejame Ayudarte" espero tener pronto una continuación, por que considero que debería tener un buen final. Muchas gracias a todos los que me dejaron review, y me despido desde aquí el corazón de la noche... (xD)

Biie..!!*