-Titán, es como he escuchado que te llaman –Dijo la rubia acortando la distancia entre ella y su imprevista nueva compañera- Interesante apelativo, si me permites decirlo -Ese día su vida perfecta y estructurada pintaba bien hasta el momento donde el profesor decidió juntarla con aquella mujer corpulenta y poco femenina. Ser separada de sus mejores amigas para pasar tiempo de estudio con alguien que no conocía más que de vista y que parecía ser nada social, arrogante y poco amigable, fue sin lugar a dudas lo peor que le pudo suceder. Pues ella, Krista Reiss, siempre gozaba de la gran suerte de tener un grupo de amistades pre establecido donde el control y mando lo llevaba con facilidad. Mujeres pudientes o con gustos similares para disfrutar de la libertad de comportarse como le diera la gana, hablar de cualquier tipo de tema relacionado con lo que le gustase, esparcirse con ranas de su mismo estanque. Por eso, al procesar todo aquello, al reflexionar sobre la desgracia que desbarataba su elaborada burbuja existencial, falto poco para que su quijada golpeara contra el piso-
-Entiendo que te afecte que tengamos que hacer esto juntas, pero fue como lo quiso el profesor –Respondió la morena guardando en su bolso un libro de anatomía junto a una vieja libreta- No tienes que tratar de ocultar tu incomodidad hacia mí y no te preocupes por el apodo, solo dime Ymir -Ya estaba acostumbrada a que algunas personas la rechazaran por su forma de ser. Su comportamiento rudo junto a un estilo de vestir varonil sumado al gusto incesante a las peleas callejeras y su pasión hacia los deportes, siendo mujer no era muy bien visto por la sociedad. Motivo por el cual se inclinaba a evitar las caretas e ir al grano, tomando al toro por los cuernos solucionaba las cosas con sinceridad. Cuando escucho la gran idea de Erwin, donde el docente planteo sin consultar o pedir permiso alguno que iba a colocar parejas cuyos integrantes personalmente escogería, lo primero que le vino a la mente fue que aquello era terrible, un rebuscado planteamiento para mejorar el desenvolvimiento social personal de cada alumno que destruiría su comodidad y parcial tranquilidad en este mundo por completo-
-No quise ser grosera solo que no recordaba tu nombre -Era cierto ella no quería tratarla de una mala manera después de todo la morena no le había hecho nada malo, pero tampoco dominaba cuál era la forma correcta de iniciar una conversación con Ymir, quien siempre vivía rodeada de chicos y parecía muy distante e desinteresada de su grupo-
-Muchos de este salón no lo hacen así que no tienes de que preocuparte -Contesto cerrando con fuerza el cierre de su bolso para luego colocarlo en su ancha espalda con gran facilidad. El amplio salón de unos cincuenta alumnos se iba desocupando con rapidez mediante avanzaban los segundos y en Ymir solo se reflejaba el deseo de salir del lugar. Cosa que la rubia capto y no le agrado. Ser ignorada, dejada de lado por aquel sujeto que la miraba desde arriba como si nada y sin respeto, insultando su presencia con su gran altura y forma arrogante de ser. Desinteresada de la amabilidad que tanto le costaba mantener con un extraño, era un insulto muy grave para su persona. Por lo menos tenía el consuelo de saber que en realidad aquella morena no solo se comportaba de esa forma con ella, si no con muchos otros, por lo que recordaba-
-De acuerdo Ymir, ya que no pareces muy animada con el asunto solo diré que hare mi mejor esfuerzo para que terminemos con esto lo más rápido posible sin contratiempos o malentendidos –Manifestó Krista contrarrestando la actitud cortante de su antagonista- Esta nota es muy importante para mí y no espero que lo entiendas ya que de seguro te da igual, pero aguardo tu colaboración.
-Me agrada que veas las cosas tal cual son, pero tranquila yo también necesito de esta nota para pasar el semestre completo así que te apoyare en lo que pueda en mi tiempo libre.
-Bueno, ya que hablamos sin tapujos espero hacerte entender con esta plática que no se trata de cuando tengas tiempo si no de siempre estar disponible -Replico la rubia aclarando el panorama- Si no fuera obligatorio hacerlo en pareja créeme que no te estuviera rogando, pero aparentemente así son las cosas.
-Vaya, parece que has escuchado hablar de mi mala fama -Contesto Ymir sonriendo de medio lado- Los chismes vuelan.
-Conozco por boca de otros que pasas más tiempo entrenando que estudiando, por eso a veces desapareces dejando trabajos pendientes en manos de tus compañeros, pero reprenderte por eso no me conciernen. Solo te advierto desde un principio que no se te ocurra dejarme a medias así como has hecho anteriormente con otras personas, si tus aficiones no me afectan no tendría por qué enojarme contigo.
-Suena a que empiezas a sermonear Krista –Estaba en lo correcto. Algunas veces ella abandonaba materias o tareas importantes por dedicar más tiempo a sus clases de Karate, o irse de viaje para alguna competencia. Aunque la Universidad le daba prioridad de repetir pruebas y entregar trabajos fuera de la fecha, al final eso no la salvaba de su bien ganada mala fama de no ser diligente como compañera-
-Solo recalco tus prioridades -A un lado de su cintura colgaba desde su hombro un hermoso y llamativo bolso Gucci, el cual se dignó a esculcar en busca de su celular hasta darse cuenta de que ¿Aquella conocida de pasillo sabia su nombre?- ¿Quién te dijo mi nombre Ymir?
-¿Cómo no saberlo? -Expreso con sarcasmo- Si eres tan popular en la facultad con tus vestidos de moda y accesorios caros.
-¿Qué estas insinuando? -Interrogo subiendo una ceja y mirando fijamente a la morena-
-Nada malo, solo tómalo como un alago, no sé si te habías dado cuenta antes pero hemos estudiado juntas desde hace un tiempo así que digamos que sin querer he aprendido tu nombre. Eres la Reina que nos representas como escuela, sería una idiota si no reconociera a alguien tan famoso como tú ¿No crees?
-Por un momento pensé que tratabas de juzgarme de la misma manera como lo hacen muchas chicas de tu clase -Dio como respuesta relajando el cuerpo y apartando la vista de Ymir notando que en realidad no hubo malas intenciones tras lo dicho, ciertamente ella había ganado muchas amistades y popularidad con sus coronas de Reina, pero también egoísmo y enemigas-
-¿De mi clase? -Dijo ladeando el rostro e introduciendo en uno de sus bolsillos su mano derecha- ¿Te refieres a mi forma masculina de ser?
-Lo siento, no fue mi intención decirlo de esa forma -Aclaro pestañeando con rapidez esperando un merecido golpe que le fracturara la nariz de parte de Ymir por su poco tacto, se regañó y luego abofeteo mentalmente por ser tan directa sobre el tema-
-Tranquila, mientras tú no me critiques por ser quien soy yo no hare lo contrario -Opto por absolver el inocente comentario aguantando una carcajada al percatarse del nerviosismo de la bajita, quien de seguro esperaba una respuesta violenta de su parte por lo dicho. Pero por suerte para Reiss, ya estaba acostumbrada a esos tratos, a esas insinuaciones, no por gusto sino por necesidad-
-¡Ymir! -Grito uno de sus tantos amigos llamado Connie desde la puerta del aula- Los muchachos nos esperan en la cancha, se hace tarde para la práctica.
-Mierda, me tengo que ir ya...
-¡Espera! -Especto la rubia tomando el fuerte brazo de la morena para casi irse de boca contra un pupitre al tratar de detener su avance-
-Oye, cuidado -Ymir evito que el pupitre se volcara con una mano y que Reiss cayera golpeando su rostro contra el piso con la otra extremidad. Asegurando el delicado cuerpo con un agarre. Su acto protector hizo que en la rubia surgiera un nerviosismo acompañado por confort al sentir el cuerpo de la morena tan pegado a ella, desde esa distancia palpaba la dura musculatura y su agradable olor la inundo- ¿Estas bien?
-Sí, no te preocupes -Destruyendo la poca distancia que se había hecho entre las dos luego del accidente, evito la mirada profunda de la morena que la examinaba bajando el rostro colorado para no ser descubierta- Estoy bien... Gracias de verdad.
-Entonces me voy, tengo prisa -Dijo acomodando de un tirón nuevamente su bolso en la espalda- Nos vemos en la próxima clase.
-Claro -Musito ausente, tan absorta en las sensaciones y el calor de su cuerpo, que cuando la morena abandono el aula agitando la mano desde el umbral como despedida ella no la detuvo, pero luego de escuchar la puerta del aula cerrarse para unos instantes más tarde abrirse dejando entrar al otro turno, su cerebro hizo un corto circuito recordando el motivo que casi le provoco quedar con la cara pegada al suelo por tomar el brazo de Ymir- ¡Su número telefónico! -Tomo su cabeza entre las manos volviendo del limbo para salir corriendo hasta la salida con el fin de alcanzar a la morena, pero le fue imposible- Que idiota soy, la deje escapar -Y si ninguna de las dos había intercambiado números ¿Cómo carajos le iba avisar al Titán donde y cuando reunirse para comenzar con el trabajo? Ella no podía esperar hasta la otra semana para hablar con su nueva compañera, cuando ya era obligatorio entregar por lo menos la portada del trabajo en la segunda clase-
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-¿Qué te tiene tan amargada Krista? -Le pregunto Sasha mientras devoraba un pedazo de pizza en el bulevar de la Universidad- Es extraño verte de tan mal humor.
-Ash... ¿Tanto se me nota?
-Tienes pintado en la cara "Solo falta que me orine un perro y me caiga un rayo" -Dramatizo dejando de lado lo que se tragaba solo por un instante- Tengo el don de diferenciar los estados emocionales, y este cariño no parece uno hormonal sino causado por alguien.
-¿Recuerdas el trabajo de biomecánica que nos asignó el profesor Erwin?
-Por supuesto.
-¿Me creerías si te digo que no llevo hecho un carajo porque ni siquiera he dado con el paradero de mi compañera para empezarlo hacer?
-¿Enserio?
-Yo pudiera terminarlo sola pero es obligatorio entregarlo en pareja, hoy ya es jueves y para el lunes tengo que tener lista por lo menos la portada o raspo.
-Pero yo recuerdo que te asignaron con Ymir, a ella no es complicado encontrarla, siempre se la pasa en el gimnasio del domo deportivo.
-Es cierto... Ella entrena en ese lugar -Golpeo con la palma de su mano su frente- ¿Cómo no lo deduje antes?
-Tal vez la ansiedad de reprobar no te dejo pensar -La castaña iba por su sexto triangulo de mucho queso y aceitunas negras cuando le fue arrancado de la boca- Oye... Ten cuidado con mi preciada comida.
-Cierra la boca por un momento y llévame hasta donde sea que se encuentra Ymir por favor, tengo un asunto por resolver.
-Pero ordene otra pizza.
-Pues cancela la orden tonta -Tras obligar que su amiga glotona rechazara la orden, llevando el cuerpo de Braus casi a rastras lejos de la mesa, la rubia por fin pudo llegar al sitio reprochándose mentalmente durante todo el camino el no haber recordado días anteriores que de seguro encontraría a la morena en el gimnasio, o en el espacio donde los alumnos de diferentes escuelas practicaban artes marciales y deportes de contacto-
-¿Ya te perdiste de nuevo Sasha?
-No, solo trato de recordar donde queda el gimnasio exactamente -Señalo, ubicando el sitio con la mirada- Pronto llegaremos.
-Por cierto ahora que lo pienso -Opino interrumpiendo el silencio- ¿Por qué sabes tantas cosas sobre esa chica? -Ella estaba tan extrañada ante ese hecho- Jamás te he visto pasar tiempo con ella, entiendo que no es tan pequeña como para no darse cuenta de su existencia pero yo apenas y puedo recordar su nombre.
-En el pasado me ayudo con unas cuantas tareas, Ymir es más simpática e inteligente de lo que parece, además siempre me agrada verla pelear en las competencias entre facultades.
-Sasha... ¿Es verdad lo que dicen las chicas del salón de que a ella le gustan las mujeres y no los hombres?
-¿Ha que viene esa pregunta tan repentina? -Frunció el ceño- ¿Acaso eres homofóbica o qué?
-No, es curiosidad.
-Según recuerdo si, a ella le gustan las mujeres. Aunque digamos que es más valido decir que son las mujeres son quienes gustan de ella.
-¿Por qué lo dices? -Replico, con un extraño sentimiento que le toco la boca del estómago-
-Llegamos -Dijo la chica patata dejando la pregunta en el aire mirando a los alrededores del amplio lugar cubierto por tatami, donde un grupo de gente, en su mayoría hombres, entrenaba su condición física haciendo lagartijas. Al momento y de apoco cada uno se fue rindiendo al no poder con la presión. El ganador de aquella contienda iba a ser quien resistiera hasta el final haciendo la mayor cantidad de flexiones de codo sin parar, y allí fue donde la rubia visualizo a Ymir, uno de los pocos que continuaba con el ejercicio. Compitiendo contra los más rudos y fuertes del lugar, hasta solo quedar contra un rubio grandulón-
-Te dejo, quisiera saludar a Ymir pero voy tarde para mi próxima clase, hablaremos luego como te fue.
-Sí, no te preocupes y gracias por enseñarme el lugar -Contesto la rubia despidiendo con un beso en el cachete a su amiga para luego entrar a la instalación deportiva, espacio donde Reiner iba a la par de la morena, los dos sintiendo que los hombros y brazos le iban a explotar por culpa de tantas flexiones, una tras otra sin descanso, pero ninguno queriendo abandonar, dejar ganar al otro por solo una lagartija. Braun no diviso el sudor que hacia regado en el piso cuando intento empujar a Ymir con una mano con la finalidad de hacerle perder el equilibrio y caer, resbalando el mismo en su tanteo fallido para dar irremediablemente como ganadora a su rival. Todos rieron al ver como el rubio pego la frente contra el piso quedando casi inconsciente del golpe por tratar de hacer trampa, y entre compañeros que la alababan diciendo "El Titán lo hizo de nuevo" por haber sumado otra victoria contra Bertholdt y Reiner, la morena se dio cuenta de la presencia de Krista a lo lejos, pero opto por ignorarla al pensar que la bajita estaba en el lugar por otras razones que no la inmiscuían a ella. Luego se dispuso a ir a las duchas al dar por terminado su entrenamiento, no obstante Reiss se interpuso en su camino-
-¿Tratas de escapar de mi Ymir? -Dijo colocando sus manos sobre las caderas tratando de parecer imponente ante la chica alta. Lo cual obviamente no tuvo efecto-
-¿De qué hablas? -Contesto un poco confundida- Solo voy a darme un baño, no sabía que estabas aquí para molestarme.
-Estoy en este lugar porque de seguro ya se te olvido que en la siguiente clase de Erwin tenemos que entregar el comienzo del trabajo y por eso ni siquiera te has dado cuenta que no tienes mi celular para comunicarte conmigo, sabelotodo -Ella miro un gesto en el rostro de Ymir que le dejo en claro que estaba en lo correcto- Dime ¿Cómo piensas que haremos el trabajo sin reunirnos? -Interrogo cruzando sus brazos- ¿Telepáticamente?
-Ok -Lo admito- Acabo de captar mi grave error pero no es para tanto mujer, calma ese mal humor un poco y relaja esos músculos del suelo pélvico que todavía nos quedan varios días de plazo. Mañana tendré la tarde libre la podemos aprovechar para comenzar con eso en tu casa.
-Mi departamento no estará disponible -Balbuceo al recordar que el plomero iba de visita hacer desastres con la tubería- Lo siento, pero dado a lo imprevisto del asunto no es posible.
-Ummm, lo mencione por tu comodidad pero dado a que no se puede creo que tendremos que hacerlo en mi casa, tengo computadora y todo lo demás -Opino alzando su camiseta deportiva para secar un poco el sudor que le rodaba por la cara, dejando a la vista de Krista todo su formado y bien trabajado torso. Panorama que le hizo olvidar a la rubia en donde estaba y de que hablaban- Aunque si no es de tu agrado... -Añadió la morena al no obtener una respuesta, chasqueando los dedos frente a la bajita para llamar su atención-
-¡No! Digo ¡Sí!, me parece perfecto, solo que estaba pensando si tenía algo que hacer mañana en la tarde -Disimulo, pues no iba a confesar que por estar admirando el sudado y marcado cuerpo que se gastaba la morena sus neuronas se hipnotizaron. Dios, y que cuerpo- Pero no me viene nada a la mente, supongo que también la tengo libre.
-Bien, entonces es un hecho -Sentencio- ¿Vez con qué rapidez se resuelven las cosas hablando? -Tras lo dicho y sin muchas formalidades intercambiaron teléfonos para luego despedirse. Posteriormente, Krista gasto tiempo de su tiempo tratando de asimilar y justificar el alboroto que causo la morena en ella, queriendo tapar el sol con un dedo alegando que tan solo era vergüenza por tratar con alguien extraño y no otra cosa. Pero en lo que resto de la tarde y parte de la noche no se pudo sacar ni el perfume ni la mirada de su nueva compañera de la mente. Por su parte Ymir tampoco pudo pasar por alto que aquella muy bien conocida mujer rubia era hermosa y sobre todo, el prototipo de hembra que le encendía la sangre. Pero tras una vida de amar en secreto a muchas chicas, ella no esperaba nada de nadie, por lo tanto, prometer en un juramento ignorar el deseo que se engendraba en sus entrañas era lo mejor, lo correcto por hacer, al menos que la bajita mujer diera indicios de lo contrario. Aunque, siendo realistas eso era imposible, las dos estaban en un estatus tanto populares como monetario muy diferentes. Con formas de ser como el agua y el aceite. A la rubia le encantaba pintarse los labios y las uñas, mientras tanto ella solo disfrutaba de pegar sus puños contra un saco hasta que los nudillos le sangraran. Reiss montaba hombres, ella solo motocicletas y mujeres. Por lo tanto, si lo pensaba mucho mejor, lo único realmente concebible entre las dos era antipatía-
