Holiss!~~ Yes, I'm... (?)
Vengo con un fic de mi 2da pareja favorita! tan tan tan: EndoXGoenji. [Y al que no les gusta *saca una pistola* okey, no voy a matar a nadie]
Disclaimer: Inazuma Eleven no me... bla bla bla...
Capítulo 1, de mis problemas con el cuarteto de cotorras
¿Por qué nadie me creía que no quería nada obsceno con el capitán? Emm… bueno, tal vez un poquito, pero necesitaba hablar con Endo urgentemente y no lo encontraba por ningún maldito lugar ¿dónde rayos se había metido? ¡En la torre de metal! Lamento decepcionarlos, pero no es así, acababa de venir de allí. ¡Entrenando! Tampoco… ¡Charlando con alguno de los chicos! Menos…
¡Diablos! Cuando no lo llamás, aparece. Cuando lo necesitas, no lo encontrás ni de casualidad. La mayoría de los chicos se estaban empezando a burlar por mi persistencia por buscarlo.
– Hey Goenji-san ¿tenés miedo de que se haya ido con Aldena-san? – se reía Sakuma.
– No, lo que pasa que Endo está encerrado en su cuarto hablando por teléfono con Roccoco-kun – se empezó a reír Fudo.
¿Desde cuándo esos dos eran amigos? Ambos me odian porque yo sé todos los secretos de Kidou. Que se vayan al diablo, estaba buscando a Endo y no lo encontraba en ningún maldito lugar.
Bah… me rendí y me fui a mi cuarto a pensar un rato en: ¿Qué diría luego de verlo? La verdad es que lo estaba buscando para hablar sobre lo que me pasaba. Hace días de todo este problema me había dado cuenta de que estoy enamorado de él. Ese día pensaba declarárselo, luego del entrenamiento. Por una distracción, apenas terminó el entrenamiento, lo perdí de vista y lo pude encontrar. Desesperadamente lo empecé a buscar sin mucho éxito, no había pensado ni en lo que le iba a decir, tan solo necesitaba estar con él ¿Cómo diablos me iba a declarar? No tenía la más reverenda idea. ¿Y si me rechazaba? Era algo que debía tener en cuenta. ¿Y si me correspondía? Me agarraría un ataque al corazón de emoción. ¿Y si gustaba de otra persona? Tal vez tendría que empezar a buscar un cementerio para tal persona. ¿Y si no me salían las palabras? Quedaría como un completo baka. Pero soy tan imbécil que no había pensado en eso ni en nada, tan solo necesitaba verlo, tal vez en ese momento sabría que decir en verdad.
Durante la cena me enteré que su oto-san había venido a Japón por un par de días y él dejaría el campamento para estar en su casa. Casi me muero. Las burlas no se hicieron esperar.
– Ups, Goenji-baka no va a poder hablar con su capitancito – decía Midorikawa a mis espaldas.
– Igual, como si Endo-san le fuese a dar bolilla – le contestó Kazemaru con una perversa sonrisa.
– Endo-san ya está enamorado de alguien más – aclaró Tachimukai con una sonrisa de victoria.
Les lancé una mirada asesina a aquel cuarteto de cotorras. Digo cuarteto porque allí se incluye Sakuma que es ese momento no se encontraba presente. ¿Y si era verdad? ¿Y si Endo ya estaba enamorado de alguien más? Había varias opciones. Terminé de comer con un aura deprimente, le di el plato a Natsumi y me largué a mi cuarto, no pensaba escuchar más "opiniones" de mis "tan buenos compañero de equipo" (notase la ironía) / Nota mental: matar a balonazos a las o los (?) cuatro chusmas / pensé.
Al rato llegó Fubuki a mi cuarto. Pasó y nos pusimos a charlar.
– No les hagas caso, esos están todos celosos: Kaze-chan está enamorado de él desde el partido con Teikoku, Tachi-chan también desde que lo conoció. Mido-chan y Sakuma-san los acompañan porque no tienen nada mejor que hacer que molestar a los demás – me decía mi amigo sentado en mi escritorio.
– Por mí que se vayan al diablo ¿Qué rayos le importa si me gusta o no Endo? – conteste mirando por la ventana.
– ¿Te gusta Endo en verdad?
– Hai…
Me quedé mirando por la ventana y ni me acordé que con esa respuesta maté el corazón del pobre Fubuki. Él está enamorado de mí o lo estaba en ese momento. Hasta me lo confesó y todo, yo igual fui sincero y le dije que no me gustaba nadie, hasta el día que me di cuenta de que me gustaba Endo y toda la cosa. Sin embrago, él es mi mejor amigo. Creo que prefiere tenerme como amigo a perderme para siempre.
– Gomen Fubu-chan, no quería incomodarte – aclaré cuando me di cuenta de la tontería que había dicho.
– No te preocupes Goenji-kun, aparte, creo que me está empezando a gustar otro chico – me confesó.
– Eso me alegra ¿Someoka-san? – pregunté.
– No Goenji, no es Someoka, es otra persona…
Me quedé pensando como tarado. Luego de un rato seguimos hablando con Fubuki sobre varias cosas. Ya pasadas las once y media, se fue a dormir y yo me quedé mirando por la ventana como un perfecto imbécil pensando en el día en que me di cuenta de que Endo es la persona a la que amo.
–.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-. Flash back –.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.
Estaba Endo y Goenji practicando en la torre de metal. Endo se había lastimado las manos gracias a su "fantástico entrenamiento" y el goleador lo estaba curando un poco.
– Arigatou Goenji-san, ¡kya! –exclamaba el portero mientras Goenji le vendaba la mano.
– Sos un baka, ¿Cómo te vas a lastimar así las manos? Sin tus manos, no podríamos proteger la portería, tontito – lo regañó el rubio.
– Gomen, gomen, gomen…
Ya estaba atardeciendo. Goenji miró a los ojos a Endo. Se dio cuenta de los hermosos y penetrantes ojos marrones de su querido capitán. Se dio cuenta de que era muy lindo. Esos últimos rayos de sol hacían ver a Endo muy bonito.
Goenji recordó que él siempre había estado a su lado, Endo nunca lo había abandonado. Se dio cuenta de que… lo quería más que a un amigo.
– ¿Qué pasa Goenji-chan? Estás rojo como el pelo de Kiyama-kun – comentó Endo.
– Etto, nada, nada Endo, debe ser por el entrenamiento…
–.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-. Fin flash back –.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.
Si, lo admito, parece estúpida esa escena con Endo, pero… ¿Qué voy a hacerle? Me quedé completamente dormido apoyado en la ventana. Al día siguiente me desperté con dolor de cuello y de espalda.
– Goenji-san, no se distraiga – me gritaba constantemente el entrenador durante el entrenamiento.
– Hai – dije y volví a entrenar.
Para ser sinceros, no pude conectar un maldito pase, no pude meter ni un gol… no me pude concentrar. Y como yo soy un chico con mucha buena suerte, mis queridos amigos que vinieron a dar ánimos. Es que esos cuatro ukes son tan amables que me ayudan en todo lo que pueden.
En las duchas, volví a escuchar todas las cargadas. ¿Tan evidente era que yo gustaba de Endo? ¿Tanto así? Tal vez… pero el único que no se daba cuenta era Endo. ¿Por qué? Pues no lo sé.
Durante la cena, de vuelta. Tenía ganas de que me arrollara un auto, de que me agarrara un ataque cardíaco o algo para dejar de existir y esos cuatro me dejaran de molestar. No sé cómo hacen para inventar tantas calumnias. Me estaba por volver loco. Encima, Kazemaru es el que llevaba la batuta, Tachimukai era el segundo al mando y Sakuma y Midorikawa eran los soldados. Era digno de verse. Se veían realmente estúpidos. Celosos… ¿o qué? ¿Me van a decir que Kazemaru y Tachimukai no me molestaban porque también gustaban de Endo? De hecho, la mitad del campamento gustaba o gusta de él. Me incluyo en el grupo. Pero, que se le va a hacer…
Me volví a encerrar en mi cuarto. Por fin un poco de paz. El cuarteto de cotorras no me podía molestar en mi cuarto.
Al rato, apareció Kidou en mi cuarto.
– Antes de todo, disculpá a Sakuma-kun por cómo se está comportando – se adelantó Kidou.
– El que se tiene que disculpar es él, no vos – contesté – ¿Qué hacés acá?
– Para ser sinceros, me escondo de Fudo-baka – me dijo tratando de sentarse, aunque pude notar la molestia en su cara al hacerlo.
– ¿Duele? – me atreví a preguntar.
– Bastante, es un maldito bruto – me respondió, no pude evitar dejar salir una risita – ¡no te rías! – me ordenó en un tono casi infantil.
– Perdón, es que todavía no entiendo por qué te dejás violar – dije abriendo la puerta de mi cuarto y mirando hacía el pasillo, Fudo parecía buscar algo.
– Si no me dejo duele más – me respondió – ¿viene Fudo?
– Te está buscando – dije – ¿Qué hacés? – pregunté al ver como Kidou trataba de salir por la ventana.
– Salvando mi trasero – me dijo.
Tarde, muy tarde. Fudo abrió de golpe la puerta de mi cuarto mientras Kidou trataba de escapar.
– ¿Te vas Kidou-kun? – preguntó irónicamente Fudo.
– No, solo estaba entrenando por si alguna vez debo saltar por una ventana – contestó mi amigo con el mismo tono.
– Etto… chicos, podrían ir a hablar a otro lado – pregunté algo incómodo de tener a Fudo en mi cuarto. De verdad hay que tener cuidado con ese tipo.
– Si Goenji-san, ya nos íbamos ¿verdad Yutto? – preguntó Fudo alzando a Kidou al estilo princesa.
– Kidou-san para vos, baka, soltame – exigía mi querido amigo pataleando.
– Hasta mañana Goenji-san – me dijo Fudo amablemente llevándose a Kidou.
– Maldito Goenji, hijo de ****, mal amigo, ¡me entregaste! – escuché que Kidou me gritaba.
Cerré la puerta de mi cuarto riéndome.
La verdad, Kidou dice, dice, pero yo sé que le gusta Fudo, no lo puede negar. Solo que es tan orgulloso que no lo va a admitir, y mientras tanto, Fudo se lo va a violar sin más. A ambos les gusta ese jueguito.
Me tiré en mi cama a tratar de dormir, pero empecé a escuchar gemidos. Pero no eran de Kidou. Paré un poco más la oreja y me di cuenta de que eran de Kazemaru. Okey, eso era raro ¿Qué estaría haciendo a estas horas el afeminado ese? Si el entrenador nos tiene más que prohibido traer gente a los cuartos de noche sin su permiso. Un momento, se escuchaban solo gemidos de Kazemaru, de nadie más… o sea que… dejémoslo ahí, creo que se imaginan lo que pasó por mi cabeza en ese momento.
Le pegué un par de golpes a la pared, ya que Kazemaru está al lado de mi cuarto, para que se callara un poco.
– Acá hay gente que quiere dormir – le grité.
– ¡Baka! – recibí de respuesta por parte de Kazemaru.
Luego de un rato, por fin me pude dormir.
¡A que no saben que me pasó a la mañana siguiente! El idiota de Tachimukai me tiró todo el café con leche sobre mi remera sin querer. Casi lo mato de no ser porque Tsunami intervino, de no ser así, ya estarían velando al sirenito ese. Es verdad, yo me había levantado con un humor de perros.
– ¿Qué pasá Goenji-san que andás tan enojado? – me preguntó sarcásticamente Sakuma.
Me acerqué un poco a su oído y le contesté algo que lo hizo rabiar.
– Es que no pude dormir por todos los gemidos que hizo Kidou estando con Fudo.
Que bella es la vida. El cuarteto de cotorras adora molestarme a mí y yo adoro hacerlos rabiar. ¡Es tan divertido! Sakuma estaba enamorado de Kidou por eso le molestaba que yo dijera eso. Lo hacía recordar que Kidou era de Fudo y no suyo. ¿O no que soy un ángel? Un angelito bueno y adorable.
– Goenji-san, ¿puedo hablar con vos? – me preguntó Midorikawa.
Parecía que no iba a hacer nada malo, pero realmente desconfiaba de ese tipo, estaba bajo las órdenes de Kazemaru.
– Si, ¿Qué pasa? – le pregunté.
– Etto… Kaze-chan y Tachi-kun te molestan porque…
– Porque gusto de Endo – terminé la frase – ¿verdad?
– Y porque tenés más chances que ellos para con Endo-san – me dijo en voz bajita – mirá, yo te voy a seguir molestando porque soy amigo de esos dos, pero… te voy a pedir un favor.
– ¿Por qué tendría que hacerlo? – pregunté mirándolo mal. De verdad no confiaba en el helado parlante.
– Porque lo vas a terminar haciendo te lo pida o no. Quedate con el capitán, onegai – me dijo.
– ¿Es por Kiyama-san? – me atreví a preguntar.
– Hai… onegai… ni Kaze ni Tachi tienen oportunidad con el capitán y lo sabemos, vos y yo. Pero con Hiroto es otra la cosa… – me dijo casi suplicándome.
– Etto… – dudé un poco.
– Esto se queda acá. Yo te lo pedí ¿bien? Pero no pienses que por eso voy a ser bueno con vos, ahora vuelvo allá y sigo siendo…
– Una cotorra – completé.
– Como se te antoje decirnos, yo solo te vine a decir eso.
Y así como así, se fue. Okey, ese tipo es más que raro. ¿Para qué tanto? Para decirme que Hiroto también gustaba de Endo. Fantástico, ahora también tendría que tener cuidado con un marciano…
