Disclaimer: los personajes pertenecen todos a Meyer.

Claim: Aro/The Seeker.

Summary: "Desde que llegamos, los Vulturi han sido nuestros aliados, los únicos en los que hemos podido confiar."

Rating: T.

Nota: esta viñeta está escrita para el reto del crossover TW/TH del foro LOL —el lobo, la oveja y el león.


Alianza

Desde que llegamos, los Vulturi han sido nuestros aliados, los únicos en los que hemos podido confiar.

Al igual que nosotros, solo buscan la prosperidad y la preservación de la raza humana, una especie que se ha empeñado en destruirse a sí misma en los últimos años. Y alguien debe parar eso; así que ambos nos hemos visto obligados a cooperar y a tomar cartas en el asunto.

—¿Has terminado con el recuento? —me dijo la voz de alguien a quién conocía desde hacía muy poco pero al cual había aprendido a temer.

—Sí —dije con la voz firme, fingiendo serenidad, como siempre ante él.

—De acuerdo, ¿cuántos en total? —preguntó Aro frívolamente.

—Pues, alrededor de unos setenta... O eso ha dicho Heidi —concluí, dejando caer toda responsabilidad sobre la vampira.

—Bien, muy bien —dijo esbozando su particular, amenazante y enigmática sonrisa—. ¡Más que bien! Desde que llegasteis nos alimentamos cada vez mejor —y las comisuras de sus labios se extendieron hasta dejar a la vista su perfecta hilera de blancos dientes.

Yo tragué saliva de manera más que audible y asentí agachando la cabeza.

—Nosotros también estamos muy contentos con vuestra ayuda. Los humanos serían mucho más difíciles de controlar sin vosotros... amenazándoles.

—Oh, ¡vamos! ¿De verdad crees que nosotros les amenazamos? Simplemente nos limitamos a ofrecerles la mejor de las alternativas ante su, digamos, desolador y preocupante comportamiento, ¿no crees? —y volvió a sonreír, cómo no.

—Sí, claro, claro; nunca quise decir lo contrario. Ya veis que nosotros intentamos hacer lo mismo. Sólo digo que ellos nos ven de esa manera, como una amenaza —continué, tratando de arreglar mi desliz anterior—. No sabéis lo que es tener a esta maldita humana protestando cada día dentro de mi cabeza, a veces no se si es ella la que habla o yo, entendedme... —y en ese mismo momento, por la curvatura de sus labios, el color de su sonrisa, el brillo que cruzó por sus ojos, supe que había hablando más de la cuenta.

—¿En serio? Vaya, y ¿no son precisamente a esa clase de humanos a los que "hacemos desaparecer" en favor del bien común? Ya sabes, no podemos confiarnos, volvernos ciegos ante nuestra suerte.

Mis ojos se abrieron como platos y una gota de sudor descendió por mi perlada frente, bajó por mi mejilla y bailó en la comisura de mi mandíbula. Los ojos de Aro se volvieron de un rojo aún más intenso, y la lujuria brilló en ellos.

—Míralo desde mi perspectiva, ¿no crees que tu supondrías una de esas amenazas?

—Yo, yo... Yo no soy como ellos, señor —pero sabía que todo lo que dijera era inútil.

Sin casi poder apreciarlo, sentí repentinamente su mano en mi cuello, alzando mi cabeza hacia atrás, y sus labios rozaban el lóbulo de mi oreja.

—Sabes que lo siento, y mucho, pero no me queda otra elección...

Y la dureza y frialdad de sus afilados dientes al traspasar la piel de mi cuello fue lo último que sentí.


¿?