Disclaimer: THG no me pertenece, ni su historia, ni sus personajes.
Fic para el mini reto de Septiembre del Torneo entre distritos en la arena, del foro "Hasta el final de la Pradera".
Baile: Nuestro querido y latino ¡merengue!
Distrito 4.
Caja de sorpresas
La música sonaba, la gente a su rededor se movía copiosamente y las risas adornaban los pequeños segundos de silencio que dejaba a su paso la estruendosa melodía de fondo.
Movió su mano sobre su cabello, desordenándolo y volviéndolo a poner en su lugar. Un pequeño gesto que se había convertido en un ritual cada vez que se encontraba hastiado o aburrido de algo. Giro sus ojos sobre el salón una vez más, buscando una oportunidad para escapar o simplemente un hueco en la barra para ver otro de esos dulces tragos con licor, de los que tanto se había encariñado.
Cuando dos mujeres, esbeltas, altas y de cabellos exóticos se acercaron, pensó para sus adentros el por qué no huyo cuándo tuvo la oportunidad. Estas comenzaron a sonreírle y coquetearle, lo sabía muy bien, y como le dijeron que debía hacer simplemente sonrió mostrando sus blancos dientes – a pesar que aquella fingida felicidad no subía hasta sus entumecidos ojos -.
— Oh Finnick querido, ven a bailar con nosotras.
Sus palabras arrastradas y melosas lo hastiaron un poco más, suspiró para sus adentros y negó con la cabeza un momento.
— Yo…
Intentó inventar una excusa para poder desembarazarse de aquella propuesta, pero el cambio de música lo desconcentró, ya no era una electrónica pura, la cual sólo llamaba a saltar o mover los brazos con fuerza. Ahora era más melodiosa, pero no menos animada, una melodía que sí te invitaba a bailar.
— Lo siento chicas, el señor Odair bailará conmigo ahora — al escuchar esa voz giró su cabeza, la sonrisa tierna de Mags le invitó a levantarse. — Ven chico, antes que te coman vivo — le susurró en el oído.
Se alejó aliviado de aquellas chicas, mientras seguía a su ex-mentora por la pista y evitaba a la gente que bailaba animada.
— ¡Me has salvado! — agradeció.
— No cantes victoria, aun debes bailar — Movió los hombros en un gesto despreocupado, haciéndole saber que lo haría. — Te enseñaré a bailar Merengue.
Enarcó una ceja confundido, aquello le sonaba más a un postre que a un baile.
— Pon tú mano en mi cintura y la otra aquí — le dijo mientras tomaba una de sus manos entre las suyas. — El paso es corto pero con ritmo, debes mover las caderas también ¡eh! — le dijo lo último intentando una sonrisa pícara.
La música siguió su curso alegre, invitando a toda la gente a bailar. Finnick miraba concentrado sus pies, intentando no pisar a la mujer y al mismo tiempo seguir los pasos de esta. Una pierna en su lugar, mientras la otra iba delante y luego atrás, dejando que las caderas se balancearán ante el movimiento e intentando seguir la música.
Mags sonreía mientras seguía el ritmo sin titubear, de repente, se alejó de él y siguió su baile en solitario, animándole a seguir el ritmo. Aquel paso en vaivén fue su arma, pero para sorpresa del chico esta comenzó a girar.
El pie delante, pero luego al volverlo atrás giró un cuarto quedando de lado a él, las manos se movían sueltas y alegres, dando estabilidad y emoción, mientras las caderas no dejaban de menearse con sabrosura.
Luego de repetir ese paso y dar una vuelta completa, volvió a tomar al chico como estaban antes. Le guiño un ojo, siguió el vaivén de su cuerpo y comenzó a jugar con las manos de su acompañante, casi obligándole a bailar junto a ella.
— Vamos, no es tan difícil.
Finnick sonrió, aquella mujer era una caja de sorpresas, ¿quién iba a pensar que bailaba tan bien?
