Derechos: La mayor parte de los personajes mencionados en esta historia son creación de Masami Kurumada, editorial Shueisha y estudios Toei. Únicamente los utilizo bajo propósitos de entretenimiento y no lucro con ello.
Advertencias: Contenido homoerótico, es decir: relaciones entre personas del mismo sexo incluyendo contenido sexual; mención de relaciones incestuosas y violencia que nunca intenten en casa
Pareja Principal: Radamanthys x Kanon
Personajes/parejas secundarias: Saga, Julian Solo, Shura x Death Mask x Afrodita, Asterion, Argol.
Agradecimientos: Muchas gracias a Paxo y a Merak por apoyar incansablemente esta historia y otorgarme ideas fabulosas que se verán reflejadas a los largo de los capítulos. Es un hecho que esto no hubiese sido creado sin sus palabras de aliento y su disposición para leer mis locuras. También agradezco a Vany por escucharme y estar dispuesta a ayudarme.
Doppelgänger
Capítulo 1: Una moneda para cruzar el Aqueronte
Aquella mente criminal lo había hecho de nuevo: las bolsas de valores más importantes del continente Europeo habían colapsado por completo a causa de hackeos inverosímiles planeados con ridícula precisión y para lograrlo fue necesario que cómplices del sabotaje ingresaran a los recintos que habían sido blancos de semejante atraco para infectar el sistema operativo de cada una de las Bolsas con el virus que desencadenó el caos financiero. Roma, París, Madrid, Berlín, Copenhague, Budapest, Athenas y Varsovia fueron los blancos que cayeron ante el oprobio de manera efectiva y letal. Mientras que en Londres, Estocolmo y Dublín fue posible evitar el desbanco de inversiones y se logró que algunos sospechosos fueran atrapados mientras intentaban infectar las operaciones dentro de los edificios; no obstante, al ser capturados por las autoridades de cada país, cada uno de los presuntos criminales se reventó una muela donde escondían una pequeña munición que al tragarla resultaba ser un veneno que provocaba una dolorosa, pero pronta muerte. Durante las autopsias de los sospechosos, los forenses encontraron el mismo tatuaje en sus cuerpos: el símbolo que representaba a la constelación de Géminis en el zodiaco griego, mismo que había sido dibujado con prismas que reflejaban la sensación de textura y profundidad dibujado en escala de grises.
Los servicios de inteligencia europeos entonces confirmaron aquello que tanto temían y les causaba un amarga ira y una frustración que sólo se apagaría hasta obtener la cabeza de una de las mentes criminales más buscadas en la actualidad: Saga Gemini, un genio que había cosechado una poderosa y peligrosa organización que operaba a lo largo de Europa, pero lo verdaderamente alarmante acerca del hombre era que sus seguidores ejercían un culto alrededor de su persona y estaban dispuesto a hacer cualquier cosa por él.
Londres
Aquella sala de juntas del Secret Intelligent Service del Reino Unido se encontraba envuelta en una tensión tan poderosa que sólo una filosa espada habría podido cortar tan tenso ambiente. Radamanthys tamborileaba los dedos impaciente sobre la mesa de madera oscura y la mayor parte de las personas a su alredeor, temerosos, sentían los vellos de su piel erizarse. Solamente la adusta y hermosa Pandora, sentada en la cabecera, miraba al rubio con desaprobación.
— Agente W, el país se encuentra nuevamente en deuda con usted al evitar que la Bolsa de Londres cayera bajo la red de Gemini y a pesar de eso y de su rango como agente del MI6, no tiene ningún derecho de inmiscuirse en los procesos policiacos fuera de nuestra jurisdicción. Es lamentable que los sospechosos se suicidaran, pero…
— Agente H — se atrevió a interrumpirla y ahora los subordinados que rodeaban a la dama de larga cabellera negra y ajustado vestido violeta, sintieron su sangre helarse por la osadía del otro. — Mi reproche no es hacia el cuerpo policiaco de Inglaterra, sino contra las malas decisiones de la Junta respecto a las operaciones que incumben a Gemini.
Pandora apretó sus labios, se puso de pie súbitamente y caminó hacia su mejor agente con severidad. Sus tacones repiqueteando sobre el piso de mármol pulido parecían una cuenta regresiva fatal y al alcanzar al rubio lo miró desde arriba y plantó la palma de su mano sobre la mesa.
— Wyvern, te tomas a Gemini demasiado personal y esa es la razón porque la Junta nos tomamos con suma delicadeza tu participación en las operaciones para emboscarlo. Deja de actuar con tanta pedantería, cierra la boca, recuerda tu lugar y…
— ¡Agente H! — la voz de Cheshire, el enclenque secretario de Pandora, entró de súbito a la junta y la interrumpió, siendo la segunda ocasión en que las palabras de la mujer se cortaron en menos de cinco minutos, así que ella se giró y encaró al delgado moreno. Fulminándolo con sus venenosos ojos oscuros le hizo saber en silencio que si no tenía excusa lo suficientemente buena para irrumpir, pagaría; sin embargo, Cheshire sabía que cargaba con noticias sumamente delicadas y urgentes: llevaba una carta de carácter oficial que la mujer tenía que acatar de inmediato.
La agente H entonces tomó la carta y la leyó con apremio, mientras avanzaba en su lectura su blanca frente se arrugó y las fosas nasales de su delicada nariz se inflaron. Al terminarla, la devolvió a Cheshire con un manotazo y luego devolvió la furiosa mirada a Radamanthys.
— Felicidades, W, la Primer Ministro se ha enterado de tu papel para evitar el atraco a la Bolsa de Londres y ha ordenado al MI6 hacerte el principal ejecutor de las operaciones contra Gemini. Serás enviado inmediatamente a Grecia y las instrucciones para proceder te llegarán de manera ordinaria. Prepárese de inmediato, agente, el país y la reina lo necesitan.
Ella recitó estas palabras de manera golpeada, como si impregnara de veneno a cada una de ellas. Luego, se giró e hizo una señal con la cabeza a sus subordinados para que la siguieran. Radamanthys se quedó solamente con Sylphid y Valentine quienes contuvieron la respiración hasta que todos los demás se retiraron.
— Con todo respeto, señor, la agente H tiene razón: su obsesión con Gemini puede ser peligrosa para usted y para la misión, después de todo los seguidores de ese horrible hombre es lo que sienten por él: obsesión — se atrevió a recomendar Valentine, el respaldo número uno de Radamanthys, el hombre encargado de la seguridad informática que su superior necesitara en cualquier momento de sus misiones, mientras que el papel de Sylphid era suplir con la tecnología adecuada al imponente rubio.
— Ya escuchaste a la Primer Ministro, V: hacia Grecia. — Fue la respuesta seca de Wyvern quien no había mostrado ningún signo de satisfacción en su imperturbable rostro de facciones sajonas.
Aquella misma tarde, Valentine y Sylphid se prepararon para respaldar a su superior de manera impecable, pues la misión asignada al agente W había sido clasificada con rango S, el cual ameritaba el más alto sigilo y habilidad en múltiples disciplinas de espionaje. Su objetivo: hacer contacto con el enlace que la Interpol había conseguido con muchos esfuerzos para aquel caso de relevancia continental y a través de la información que este pudiera brindarle, seguir la pista hacia Gemini hasta pisarle los talones.
Sylphid se encargó de brindar a Radamanthys el equipo adecuado para la misión: le otorgó un maletín cromado delgado, ligero y elegante que contenía armas blancas y de fuego, todas ellas sólo podían activarse con las huellas digitales del rubio; además de bombas del tamaño de canicas; gases peligrosos; comunicadores y rastreadores. Por último, actualizó su reloj de lujo Seiko con los gadgets elementales para los agentes del Secret Intelligent Service que incluía transmisores, tecnología que abría casi cualquier cerradura común y un láser de autodefensa. Por último, Sylphid brindó a su superior un novedoso implemento del cual sería el primer agente en probar: un dron del tamaño de una mosca.
Valentine, por su parte, preparó su sala de operaciones informáticas y convocó a Queen y Gordon, sus dos reclutas de mayor confianza, y se declaró en condiciones óptimas para servir a su superior hasta el último aliento.
Así, completamente respaldado y con la seguridad y determinación de servir a su país atrapando a aquel despreciable malhechor, Radamanthys abordó un jet y esperó pacientemente su arribo mientras disfrutaba bebiendo un whisky Mcallan Sherry Oak 12 años en las rocas con hielo traído desde los alpes suizos.
Grecia
La Interpol le había hecho saber de último momento el lugar donde se encontraría con aquel personaje clave que le revelaría pistas invaluables sobre los pasos de Gemini Saga. Al bajar del jet en el aeropuerto internacional de Athenas, las coordenadas con el punto de encuentro le fueron enviadas apenas pisó tierras griegas, así como las indicaciones para encontrar su auto en el estacionamiento del aeropuerto..
Preparado para el caluroso ambiente mediterráneo, Radamanthys vestía un atuendo formal, pero acorde con aquella misión de campo: pantalón de vestir en tono ocre, camisa de lino blanca, chaqueta de gamuza de un tono café claro, todo esto rematado sutilmente por cinturón y zapatos formales. Portaba unas gafas obscuras de aviador para proteger sus ojos claros de la brillantísima luz de Grecia.
Así, el agente del Servicio Secreto de Reino Unido abordó la Jeep Wrangler color negro que le fue asignada y se dirigió a su destino con apoyo del GPS del auto y condujo con dirección sur aproximadamente 40 millas, su destino: Cabo Sunión.
Poco más de una hora después, alcanzó el punto indicado y aparcó el automóvil a unos cuantos metros de su objetivo quien se encontraba aparentemente solo en todo el cuadrante, aunque a decir verdad era complejo descartar intrusos a simple vista siendo que se encontraba en a lo alto de un peñasco, el cual se alzaba a cientos de metros sobre el océano mediterráneo, brindando un espectáculo natural maravilloso que había inspirado a los griegos de la antigüedad a erigir un templo dedicado al Dios Poseidón sobre aquel cabo. Radamanthys desconocía si los puntos ciegos del precipicio podían suponerle algún peligro, así que estuvo tentado a activar su mini dron, pero consideró esto un gesto de mala educación para con el desconocido contacto quien lo esperaba sentado en la orilla del risco, dándole la espalda.
Así que caminó hacia el personaje mientras se quitaba las gafas y desde la distancia la figura del otro fue tomando forma. Sobre su espalda lucía como cascada su cabellera color azul cobalto la cual tenía volumen y una caída vistosa. Se trataba de un hombre a pesar de la larga melena, era fácil deducirlo por la forma masculina de sus hombros y espalda, los cuales eran atléticos y de músculos bien esculpidos. Su torso estaba cubierto únicamente por una playera gris de manga corta la cual portaba provocativamente ajustada.
El misterioso objetivo se percató de su presencia por la manera en la que alzó la cabeza y permaneció quieto con sus sentidos atentos. Entonces, encaró a Radamanthys y luego se puso de pie. El agente tenía frente a él y nada menos que al despreciable de Saga Gemini pavoneándose en sus narices.
El inglés llevó su mano a la funda que resguardaba su precisa arma semi-automática alemana y obtuvo simplemente un gesto curioso y desdeñoso por parte del otro quien caminó hacia él sin miedo reflejado en sus ojos verdes. Gemini vestía un pantalón de cargo negro a juego con unas pesadas botas militares.
— ¿Quién eres tú? — habló el supuesto Saga en inglés, pero sin poder evitar un marcado acento griego enmarcando sus palabras.
Radamanthys mantuvo su mano derecha sobre su arma y frunció su poblada ceja, su mente se bloqueó por unos segundos pensando lo peor; no obstante, utilizó la clave indicada para el encuentro.
— ¿Tienes una moneda de plata para cruzar el Aqueronte? — lanzó el inglés, aún en postura defensiva.
— Solamente tengo un penique de cobre, así que deberé cruzarlo a nado.
— Es suficiente, sube a la barca
Wyvern, desconcertado encontró la explicación dentro de su mente en ese instante, pues había estudiado de memoria la ficha criminal de Saga. Aquel malhechor tenía un hermano mellizo y al parecer lo tenía en frente y era el contacto de la Interpol.
— Mi nombre es Gemini Kanon — se presentó el griego secamente. — Así que tus superiores no tuvieron la delicadeza de mencionarte que te encontrarías con el gemelo de Saga —. Se encogió de hombros —. La verdad me causa curiosidad saber qué hubiese pasado si te hubiera jugado la broma de presentarme como Saga: "Hola agente, soy el contacto de la Interpol porque quiero jugar a atraparme a mí mismo" Me hubiese encantado grabar tu cara entonces — agregó mientras extendía una sonrisa burlona al otro y Radamanthys sintió sus entrañas arder porque para él aquella era la cara de Saga mofándose en sus narices.
— Lo dices como si te pareciera muy divertido que te hubiera inmovilizado de manera sumamente dolorosa y te hubiera enterrado un rastreador hasta donde no puedes alcanzar tú sólo, luego quizás la Interpol pudiera haber intercedido por ti — respondió el rubio sin inmutarse mientras se cruzaba de brazos.
— ¿Así que eres británico, no? — Kanon borró su sonrisa de inmediato y arqueó su ceja izquierda. Llegó a esa primera conclusión, por supuesto, a causa del acento del otro —. ¿Eres del MI6? Fui bastante claro con la Interpol al respecto: detesto a los anglosajones.
— ¿Entonces vas a hacer una rabieta y a detener la persecución contra su hermano a causa de ese detalle?
— Mis asuntos pendientes con Saga son ahora más importantes que esos detalles personales ¿Nos vamos? — Kanon torció el labio.
— ¿Por qué la prisa? — Radamanthys volvió a colocarse sus gafas de sol tipo aviador con lentes de espejo.
— Tenemos que volver a Athenas, uno de los tres hombres de mayor confianza de Saga está ahí.
— ¿Cuál es tu fuente?
— Presentimiento.
— No es un argumento convincente.
— Si me llevas a Athenas te contaré todo lo que sé sobre Saga en el camino, o al menos la introducción.
Sin esperar una respuesta afirmativa, Kanon simplemente caminó hacia la majestuosa Jeep que había sido otorgada al agente W para aquella misión.
°º¤ø,¸¸,ø¤º°`°º¤ Continuará.
Notas de la autora: Una mañana sin previo aviso, me llegó el deseo de escribir un lemmon de Radamanthys y Kanon basado en situaciones de películas del agente James Bond y no descansé hasta realizar este fanfic. Eso no quiere decir que esto sea un copy-paste o copia fiel de aquella mítica saga: simplemente tomé inspiración de ella y habrá uno que otro guiño a esas películas.
Si abriste esta historia y lograste llegar hasta aquí ¡Muchas gracias! Espero el planteamiento de este relato haya sido de tu agrado y no dudes en dejar un comentario con tus perspectivas, reacciones y sugerencias que servirán de mucha ayuda para mí al realizar y editar los siguientes episodios.
