Éste One-Shot toma lugar cuando Edward deja abandonada a Bella. Geniessen.

La noche era tan cerrada que apenas y podías distinguir a unos pasos de ti la silueta de los objetos. Los destellos de los relámpagos en lo alto del cielo amenazaban con una inminente lluvia.

Bella se removía inquieta en su cama, presa de un sueño que jamás se imaginó tener, un sueño que tuvo noches después de descubrir que su mejor amigo era un hombre lobo.

Jake, ¿Qué haces? – La sonrisa del chico era llena de confianza.

Te haré olvidarlo Bella, te aseguro que después de esto lo único que desearás será a mí – Jacob Black dio dos pasos, acercándose a ella con un aire extraño.

Ese Jacob era el que había visto antes de saber su secreto. Un Jacob siniestro. Pero algo había cambiado, Bella se encontraba dividida en dos partes: Una lo odiaba ciegamente y aborrecía esa sonrisa llena de sorna. La segunda se sentía demasiado atraída por él, sentía una necesidad sexual tan grande por él, más allá del deseo que sintió por su vampiro.

Sólo deja que te enseñe bella, déjate llevar.

El alto cuerpo de Jake dio otro paso, Bella sintió la pared contra la espalda, no había salida.

Él agachó el cuerpo y mordió la blanca piel del cuello de Bella, ella sintió una descarga eléctrica azotar su estómago. Él volvió a morder más arriba y más arriba hasta llegar a su oreja, lamió la curvatura de la oreja y el ahogado sonido en la garganta de la chica hizo sonreír más al hombre lobo.

Él dio un paso atrás y la observó de pies a cabeza, sin escrúpulos. Con una de sus grandes manos tomó la solapa de la playera de Bella y la arrancó sin mucho esfuerzo, besó el vientre de ella y la chica sintió un escalofrío de placer. Jacob gruñó y arrancó el pantalón de la chica.

Ella miró a su mejor amigo y un deseo salvaje la golpeó como un martillo, encendiendo su cuerpo en llamas, lo único en lo que pudo pensar fue en el torneado abdomen que tenía su amigo, quería morder sus carnosos labios, quería tirar de su cabello mientras él la embestía, todos esos pensamientos asaltaron su mente, haciendo que su deseo aumentara con el contacto de la lengua de Jake en su muslo.

Jake… – ella agarró la oscura cabellera del hombre lobo.

Bella, estás tan húmeda – Jake lamió la parte interna de su muslo, yendo hacia arriba hasta tocar el elástico de su ropa interior.

Ella soltó un gemido cuando los largos dedos tocaron los labios por encima de la tela.

Él arrancó la prenda y la tiró a una esquina de la habitación, observó el brillante sexo de su amiga, la miró directo a los ojos.

Abre las piernas para mí Bella.

Ella obedeció y miró a su amigo lamerle la pierna antes de enterrarse entre sus piernas. Ella soltó un grito de placer puro al sentir la caliente lengua de su amigo lamer su clítoris, primero suave y luego con rudeza, los pulgares de Jake abrieron sus labios y lamió la entrada de su sexo. Ella se aferró al oscuro cabello de su amigo mientras gritaba de placer, lo atrajo más y más.

Ella sintió su cuerpo entero temblar, sentía un espirar tomando velocidad en su vientre a medida que la hábil lengua del hombre lobo iba más profundo. Los gruesos dedos entraron en ella con suavidad, con el pulgar y la lengua masajeó su pequeño botón de placer, alternando texturas.

Sus dedos bombearon, más fuerte y más rápido, las caderas de la chica encontraron su ritmo, respondiendo a los dedos de él, sintió un rayo de placer azotarle el cuerpo, sus rodillas comenzaron a temblar, el bombeo de los dedos era frenético. Jacob sintió sus dedos ser apretados por el cuello a medida que el orgasmo de la chica tomaba lugar. Sintió la humedad aumentar. Ella gritó de placer cuando terminó.

Bella se despertó en medio de la oscuridad, jadeante y con la frente sudada, sintió cosquillas en el vientre. Sintió el interior de sus muslos empapados. Había sido un sueño.

Se frotó los ojos acostumbrándose a la poca iluminación. Un rayo de luz se abrió paso entre las nubes y se filtró por su ventana. El alto cuerpo estaba parado a unos pasos de su cama, las espesas cejas proyectaban sombras, impidiéndole ver sus ojos. Pero reconocería a esa persona estuviera donde estuviera.

Entonces recuerdos de su sueño de hace un momento la tomaron desprevenida, arrancándole un bajo gemido por el recuerdo real de la sensación. Volvió en sí y entonces notó la oscura mirada de su amigo.

–Jake, ¿Qué haces aquí?

–Yo… escuché que gritabas y pensé que te había sucedido algo, pero… – la voz de Jacob era rasposa y profunda. Tragó saliva.

Ella miró a su amigo y el mismo deseo implacable que había soñado la golpeó, miró las finas líneas que marcaba su abdomen, su fuerte quijada y sus penetrantes ojos, entonces se percató del enorme bulto que había entre sus piernas. Ella se puso de pie, llevaba apenas la parte inferior de su ropa íntima y una playera holgada. El hombre lobo pudo oler la excitación de la chica y gruñó a lo bajo. Sintió la presión aumentar en su zona sur. La había escuchado gemir su nombre, la había visto retorcerse de placer, llamándolo cuando su cuerpo se tensó. Lo había visto todo.

Se acercó a él, miró sus oscuros ojos, llenos de deseo y lujuria. Ella lo besó sin preámbulos.

Jacob se sorprendió por un segundo, pero la tomó de la cintura y la acercó hacia él, la besó con ardor, le lamió el labio inferior, pidiendo permiso para entrar en su boca, exploró todo lo que pudo y sintió el suspiro que soltó ella. Sus lenguas batallaron en una pelea que nadie ganaría, Jake bajó las manos hacia las caderas de bella y la empujó contra su miembro. Ella gimió y mordió el labio inferior del hombre lobo. Ella deslizó una mano, acariciando cada pliegue de piel en el desnudo abdomen de su amigo. Bajó hasta su entrepierna y lo tomó con toda su mano.

Ella abrió los ojos y miró hacia abajo, su amigo tenía un tamaño que ella no se imaginó nunca. Él sonrió y puso la mano por encima de la de ella, comenzó a frotarse mientras la volvía a besar. Ella dio un fuerte apretón a la entrepierna de Jacob y el gruñó audiblemente, frunció el ceño y abrió en dos la playera de Bella, su salvajismo la encendió aún más.

Atacó uno de sus senos, lamió el sonrosado pezón y tomó el otro con la otra mano, ella gimió con fuerza cuando sus dientes lo mordisquearon, trazó círculos y luego pasó al otro, repitiendo los círculos con la lengua. La embistió por encima de la ropa.

Bella desabotonó el pantalón del hombre lobo, él le ayudó y lo dejó a un lado, Bella miró con asombro el apretado miembro de su amigo, tomó los testículos y jugueteó con ellos un momento, quería probarlo.

Bajó el ajustado bóxer y su erección saltó fuera de la tela, miró la humedad que ya había eyaculado y lo tomó con una mano de la base. Se introdujo todo lo que pudo en la boca y comenzó a succionar y lamer, comenzó a bombear con la mano, en sincronía con su boca. Jake gruño y gimió.

–Bella… – gruñó su amigo, puso una mano en la alborotada cabellera de la chica, haciéndole lamer más rápido.

Comenzó a embestir en su boca, Bella pasó los dientes por una de las venas del erguido pene, Jake jadeó ante esa sensación tan fuerte. Ella lo repitió y él embistió con fuerza, Bella acarició el perineo con rudeza, una descarga eléctrica atravesó los testículos del hombre lobo, sintió su abdomen contraerse.

–Bella… detente, me voy a correr – él apretó los puños tratando de contener la descarga, gimió cuando ella mordió la cabeza de su endurecido miembro. Él intento apartarla pero ella se esmeró más, volvió a pasar los dientes por esa sensible vena y Jacob tensó el cuerpo.

Al embestir dentro de su boca sintió sus contracciones a medida que su orgasmo lo arrasaba completamente, jadeó mientras se aferraba al oscuro cabello de Bella. Ella se tragó toda la esencia del hombre lobo y succionó la punta del miembro, se puso de pie y Jake la miró con fuego en los ojos, ella lo besó y se pudo probar a sí mismo, él no tardó en conseguir su dureza nuevamente. Él tiró todas las cosas que había en el escritorio de madera, sintió un deseo incontrolable, quería que ella gritara su nombre a medida que la embistiera, deseaba que ella estrechara su pene, recibiéndolo dentro de ella.

Prácticamente la azotó en la madera, ella sintió una sensación sumamente placentera cuando sus pezones y su piel caliente entraron en contacto con la fría madera. Volteó y miró la enorme erección de su amigo. No imaginó como él podría entrar en ella con ese tamaño.

Jacob introdujo dos dedos en la estrecha cavidad, estaba totalmente empapada, bombeó unas veces antes de introducir otro dedo. Bella contuvo la respiración y se aferró al borde del escritorio.

– ¡Jacob! Es… ¡demasiado! – Su cuerpo se sintió totalmente abrumado por la arrasadora sensación que invadía su cuerpo.

Bella sintió una explosión en su interior, aún más fuerte que la de su sueño, le hizo vibrar el cuerpo entero, el aire le parecía insuficiente a medida que las contracciones de su vagina disminuían de intensidad.

–Te necesito Bella – la voz de Jacob era ronca y áspera.

El deseo que emanaba de los ojos de Jacob de le antojó irresistible a la chica, quién después de escucharlo decir esas palabras gimió en aprobación.

El hombre lobo hizo fricción con la punta de su miembro, frotando su botón de placer, el caliente de la piel de Jake le hizo sentir sensaciones alrededor del cuerpo.

Jacob entró en ella de un solo movimiento, arrancando un grito de éxtasis y placer de la chica. Clavó las uñas en el escritorio y sintió las manos tomar sus caderas con salvajismo.

Jake empujó a Bella hacia sí y embistió, entrando casi por completo en ella. Estaba apretada y caliente.

Bella sintió todo el roce del miembro de Jake, cada centímetro de él, su textura, su grueso, su largo. Se sintió completamente llena, incluso más. Sus caderas se movieron a un ritmo impuesto por él, el hombre lobo tenía el mando.

Él soltó un grito ronco cuando Bella apretó los muslos, entrando más profundo en ella. Las embestidas fueron más rudas, más rápidas, el choque de pieles resonando en la habitación. Jacob la levantó un poco y tomó sus senos en las manos, los masajeó mientras embestía con toda la fuerza de su abdomen. Le dio la vuelta y la espalda de Bella se pegó a la madera. La tomó de la cintura y continuó entrando y saliendo de ella. La chica miró a Jacob, miró cada contracción de su abdomen, endemoniadamente masculino, una gota de sudor caía por su sien, sus ojos oscuros, llenos de pasión y fuego. Su ceño fruncido y su nariz arrugada, la mandíbula tensa y los músculos en tensión. Esa imagen jamás se borraría de su mente.

Sintió las contracciones en su vientre, su espalda se arqueó totalmente mientras Jake embestía con más fuerza.

– ¡Jake! – Ella se sintió desfallecer entre los temblores que recorrían su cuerpo.

– ¡Bella! – Los músculos del abdomen del hombre lobo se contrajeron y descargó todo dentro de ella, embistiendo con cada chorro de semen.

Él se quedó recargado en la mesa y miró a su jadeante amiga. Le dedicó una sonrisa triunfante. Ella lo miró y le devolvió la sonrisa.

Al final siempre se puede olvidar a alguien, siempre y cuando tengas a la persona adecuada contigo.