- ¡Draco!
El llamado levanto su rubia cabeza, abrió de par en par sus ojos grises y bajo sus alas blancas asustado, ese grito no traería nada bueno.
- ¡Draco!- se volvió a escuchar.
- ¿Qué has hecho ahora Hermione?- pregunto para si mismo sin que nadie mas le escuchara.
Se dio la vuelta justo en el momento en que la portadora de tan "dulce" voz aparecía.
- ¡Draco!- volvió a gritar la mujer al verle.
La mujer llego hasta el joven, se la veía muy severa, vestida con una falda larga de color blanco, en el cuerpo llevaba una blusa rosa pálido y tenia sus alas blancas totalmente desplegadas en señal de gran enfado.
El joven ángel, aparentaba unos 21 años, vestido con un pantalón ancho blanco y camiseta azul celeste pegada a sus marcados músculos, bajo aun mas sus alas al ver aproximarse a una de las mandamás del Reino Celeste.
- Draco.- le volvió a nombrar ya con un tono de voz mas moderado al tenerle en frente.
- McGonagall, ya me has llamado cuatro veces de las cuales dos ya me habías visto.- contesto con una sonrisa que pretendía calmar ala fiera, cosa que resulto como un total fracaso.
- No te hagas el gracioso y contéstame.
- Si me haces la pregunta...
- ¿Dónde esta Hermione?
El ángel suspiro cansinamente, sabia que todos esos gritos no podían ser por él, él era perfecto, sino por Hermione, su mejor amiga.
- No lo se.- contesto al fin.
- Claro que lo sabes jovencito y quiero que me lo digas ahora mismo.
- De verdad que no lo se. Si lo supiese...
- No me lo dirías.- le corto la mujer.- Y a pesar de todo los dos sabemos donde esta.
Y eso era totalmente cierto, Hermione tenia pasión por escaparse y ver el mundo neutro, el intermedio, el mundo de los humanos.
- ¡Yo no he tenido nada que ver!- dijo Draco tras ver la mirada cada vez mas enfadada de su superiora.
- De eso tengo serias dudas,- le contesto.- y aunque fuera cierto que no has hecho nada, ahora lo vas hacer. Quiero que vayas en su busca en este preciso momento.- y dicho esto se fue.
El rubio volvió a suspirar. En cuanto encontrase a Hermione la iba a encerrar, siempre le estaba causando problemas. Él también se dio media vuelta y se dispuso a partir a buscar a la que como no se comportara se convertiría en su difunta mejor amiga.
*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-
- ¡Luna!- una atronadora voz se escucho por todo el lugar.
- ¡Oh, Oh!- la interpelada se dispuso a buscar un lugar para esconderse antes que el portador del grito llegase.
- ¡Luna, no te escondas! ¡Te he visto!
- Mierda.- dijo la joven entre dientes dándose la vuelta.- ¡Hola, Snape! ¿Qué tal el día? El mío muy bien, yo iba a...
- ¡A ningún sitio!- la corto el hombre, vestido totalmente de negro, con una capa del mismo color que dejaba salir tras su espalda dos imponentes alas negras.
- Si que tenia que ir a un sitio, yo...- la joven intento buscar alguna salida pero al ver que no colaba su intento de escapada tan solo dejo caer su cabeza haciendo que su largo pelo recogido en dos coletas cayese como cascadas por sus hombros.
La joven, de nombre Luna, que aparentaba unos 19 años humanos, iba vestida con una falda corta negra, una camiseta morada oscuro con mangas anchas que caían hasta sus rodillas y unas botas hasta casi tocar las mangas con tacón intermedio para mejorar su movilidad. Al igual que el hombre tenia un par de alas de plumas negras a su espalda.
- Contéstame a una simple cuestión.- le pidió el hombre con voz dulce. "Eso es muy mala señal" pensó la rubia.- ¿Dónde esta Harry?
- Esto...yo...no lo se.
- ¿De verdad?- la voz "cariñosa" no había desaparecido y eso hacia temblar mas a la joven.
- No, señor.
- Bien, pues lo vas a averiguar. ¡Quiero que busques al irresponsable de tu amigo! Seguramente ya sabrás donde lo puedes encontrar, ¿verdad?- su tono normal de voz volvió.
- Me lo imagino, señor.
- Bien, pues hazlo ¡ya!
- Si, señor.
El hombre se marcho dejando a la joven totalmente frustrada. En cuanto encontrase a Harry en el mundo humano le iba a arrancar sus verdes ojos con sus propias uñas por meterla en esos líos, y antes de irse saco una lima de metal de la nada y comenzó a afilar sus uñas pintadas de negro y morado alternativamente, siempre hay que ir con las armas bien preparadas.
*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-
