Hola a todos mis estimados lectores, estoy aquí nuevamente con esta historia, espero que sea de su agrado, sin más que decirles ¡disfruten!


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Naruto y sus personajes son propiedad de

Masashi Kishimoto

El Verano que Inicio Todo

Por

LucasElric

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El Repartidor

Hipo estaba sentado en el suelo de esa mañana en Berk ya se había colocado de nuevo su camisa y estaba ya un poco más seco, se hallaba en el claro donde había conocido a chimuelo, una enorme roca semi plana era el respaldo de su espalda, sentado sobre el césped con las piernas abierta, Astrid estaba sentada acomodada entre ellas recostada sobre su torso, ella leía un diario, era de Hipo quien había documentado sus experiencias en estos siete años, ninguno de los dos decía palabra alguna, el solo la observaba leer mientras que ella estaba sumergida en la lectura.

Usualmente vivía de forma tranquila, vivía en una casa grande con sus padres descripción de la casa: la casa era de dos plantas y era grande, al frente de la casa habían un garaje ubicado a mano derecha si veías la casa de frente, ahí guardaba su padre el coche y las motocicletas, del lado izquierdo estaba un local tan grande como el primer garaje o quizás un poco más, en medio de los dos había un espacio de unos siete u ocho metros dejando una considerable entrada para la casa.

Pasando esta entrada había detrás de ambos garajes un espacio de unos tres metros antes de llegar a la casa, pasando por la puerta principal de ésta había un amplio pasillo a mano derecha la primera puerta era la de la habitación de sus padres y a mano izquierda estaba la sala y el comedor, avanzando un poco más a mano derecha del pasillo se hallaban las escaleras que daban al segundo piso, un poco más allá del pasillo a mano izquierda se encontraba una cocina bien abastecida y de mano derecha un baño, al final del pasillo había una puerta trasera que daba al mediano jardín trasero, lugar donde usualmente su madre tendía la ropa.

Ahora subiendo las escaleras que estaban en forma de U, la primera vista que tenías al subirlas era una puerta de roble barnizado que era la habitación de huéspedes, la primera y única puerta a la derecha del pasillo era un baño para uso de huéspedes y a la mano izquierda a unos cuantos pasos había una puerta de caoba y a un costado de esta habitación seguía el pasillo que daba a una pequeña estancia ideal para tomar café en silencio o si querían un poco de sol podían ir por el lado opuesto del pasillo caminar unos pasos más allá de la puerta del baño hasta la puerta de vitrales que se veía al fondo del pasillo que daba a una pequeña terraza donde habían dos mesas con sombrillas ideales para leer o tomar té en los días calurosos como los de ahora.

Su padre tenía un buen empleo y su mamá estaba conforme con el restaurant de ramen que tenía, aunque más restaurant era un local de comida que había creado en el amplio espacio del segundo garaje de su casa, la ayudaba siempre después de clases y ahora en vacaciones más, después de todo sus padres habían pagado la altísima cuota de inscripción de la universidad más prestigiosa de la ciudad la "UEK" (Universidad de Elite de Konoha) y presentaría el examen de aptitud para clasificación de la universidad en agosto esta universidad de elite eran tan exclusiva que los estudiantes no podían entrar con un mínimo de edad de diecinueve años, por ello normalmente salían de la preparatoria a los dieciocho y si querían presentar en la "UEK" tenían que pasar todo un año en clases de complementación, así de difícil era esa universidad.

Su primer año universitario iniciaría después de este verano.

Esa mañana de julio no había amanecido con muchos ánimos, aún estaba tirado sobre su cama, la luz que entraba a través de la ventana que iluminaba tenuemente su alcoba, estaba sumergido en su último sueño cuando tocaron a la puerta.

— ¡Naruto! — se escuchó la voz de una mujer adulta desde el otro lado de la puerta.

El chico solo se rodó dentro de las sabanas.

—Hijo, ya es hora, necesito que acomodes las cosas.

De nuevo el chico intento no escuchar las indicaciones de su madre, pero entonces sintió como algo se trepaba a su cama.

Con un maullido fuerte un gato que daba más pinta de ser un zorro pequeño, comenzó a tironear de la sabana de su amo.

— ¡¿Tú también Kurama?! — refunfuño derrotado el chico.

— ¡Naruto Namikaze Uzumaki?! —gritó su madre desde el umbral de la puerta ya abierta.

El chico al instante se sentó en la cama haciendo que su gato se bajara estrepitosamente de la cama.

—Lo siento ya voy— dijo el chico mirando a su madre, quien seguía en el umbral de su habitación.

Su madre tenía el ceño fruncido levemente, pero al ver a su hijo no pudo evitar esbozar una sonrisa cerrada.

—El desayuno está listo hijo— dijo suavemente Kushina mientras se giraba para salir de la habitación.

Naruto esbozo una sonrisa de medio lado y levantando su pulgar respondió.

—En seguida bajo.

Salió de su cama pesadamente, noto que su madre había dejado la puerta abierta. Camino a la puerta blanca que se encontraba a contra esquina de su cama, tardo alrededor de unos 25 minutos cuando salió del baño, ya con el rostro lavado al igual que sus dientes y acabado de duchar.

Al bajar las escaleras busco a su madre en la cocina pero al no encontrarla supuso que estaría en el establecimiento, camino por el pasillo hasta llegar afuera de su casa, camino hacia lo que parecía una cochera enorme, abrió la puerta lateral y ahí la encontró.

— ¿Mamá, necesitas ayuda? —preguntó el chico al ver a su madre acomodando cosas en la nevera del local.

Kushina sonrió al ver a su hijo, siempre le recordaba a su esposo, y es que Naruto era literalmente idéntico a Minato su padre.

—Si gracias hijo, ve a la casa y prepara chocolate frio, ahora iré— dijo Kushina alegremente.

Naruto regreso a la casa sin decir otra palabra.

Eran cerca de las 8:30 de la mañana cuando Kushina desayunaba con su hijo mientras charlaban acerca de contratar a un ayudante para el establecimiento, Naruto solo sabía preparar miso ramen además de ser mesero y repartidor, y su madre había llegado a la conclusión de que necesitaban un ayudante.

Naruto le había dicho que de ser así, que contratara a un estudiante para ayudarlo económicamente por así decirlo.

—Naruto, ¿Por qué no le dices a Kiba que nos ayude? — sugirió su madre.

El chico se negó rotundamente.

—Eso es imposible.

— ¿Por qué lo dices hijo? — quiso saber su madre.

—Simple, lo diré en una sola palabra "Akamaru".

Con solo decir eso su madre entendió.

—Bien, tienes a alguien en mente.

El chico se encogió de hombros sin poder dar una respuesta.

—Bueno, si para esta noche no encuentro alguien le diré a Karin— sentenció su madre.

Naruto palideció brevemente al escuchar ese nombre.

—Mamá ¿No me digas que tu hermana vendrá? —Naruto sufría mucho cuando la hermana de su mamá venia de visita.

No es que odiara a su tía, todos tienen tías, algunas son viejas, otras gordas, otras malhumoradas y solteronas...El problema era que su tía, no era precisamente algo de lo anterior, si fuese así no tendría inconveniente alguno, el problema era que su "tía" era todo lo contrario. Su tía Karin era solo un año y medio mayor que él y no quería sonar como un pervertido pero su tía era muy hermosa, tenía el mismo color de cabello que su mamá, un cuerpo muy buen proporcionado y lo peor de todo, sabía que su "tía" tenía cierto interés en él, sus padres no se percataban porque ella lo disimulaba bien con supuesto "afecto familiar".

Todos esos pensamientos se interrumpieron cuando su mamá le llamo.

—Naruto, hijo te espaciaste—dijo divertida su madre mientras levantaba los trastes.

—Mamá, ¿Cuando viene tu hermana? —quería prepararse mentalmente para su futuro martirio.

Kushina se encontraba de espaldas lavando los trastes.

—Esta noche, se quedara el resto del verano aquí.

Por estar de espaldas Kushina no pudo ver la cara de horror que su hijo puso.

—Oh, bueno, iré a preparar los fideos— dijo el chico.

—Está bien hijo—dijo Kushina.

Naruto se colocó el mandil de cintura al igual que la filipina color azul profundo, comenzó a picar algunos vegetales mientras calentaba el agua para los fideos.

Ese día la gente entraba muy seguido al local de ramen de la familia Uzumaki, Naruto estaba muy ocupado preparando y haciéndole de mesero también.

Alrededor de las cuatro de la tarde en una florería de renombre en uno de los barrios agradables de la ciudad se encontraban tres chicas disfrutando de una tarde de chicas.

—Bueno creo que ya tengo hambre— dijo la rubia con una larga coleta de caballo.

Ino se encontraba en su habitación con su amiga Sakura y su nueva amiga Hinata, una chica que había estudiado en el extranjero y que había conocido a Sakura hacia unos seis meses en un viaje escolar, ahora ambas eran muy unidas, si a Sakura le caía bien ¿Por qué a ella no?.

—Si a mí también me dio hambre, ¿Qué comemos? — pregunto Sakura mientras hojeaba un libro de ilustraciones de Ino.

Ino se quedó pensativa un momento hasta que le brillaron los ojos.

—Sakura, sé que a ti te gusta, pero Hinata ¿Quieres comer ramen? — pregunto la rubia.

—Uh, de ¿Ichiraku ramen? — pregunto Sakura con algo de interés en su voz.

La rubia asintió.

—Disculpa Hinata, es que las veces que vengo a visitar a Ino comemos ramen de Ichiraku ramen, es el mejor ramen que eh probado, sé que te gustara—dijo Sakura muy segura mientras se sentaba en la orilla de la cama de Ino.

—Oh, bueno confiare en ustedes— dijo la chica de larga cabellera negra con una sonrisa tierna en su rostro.

Ino por su parte esbozo una sonrisa.

—Sabes Hinata me estas cayendo muy bien—dijo feliz la rubia —bien ahora que decidimos comer ramen déjenme llamarlos.

Hinata noto que Ino en vez de ir a la cocina por el número para llamar al restaurant, camino hacia su escritorio y tomo su celular.

—Hola… si soy yo tonto…eh estado bien… gracias por preguntar… dejando eso de lado… exacto, podrías traerme tres miso ramen por favor… no te daré propina tonto… ok, pero no tardes—dijo Ino antes de colgar divertidamente.

Sakura y Hinata que habían visto todo eso se preguntaban muchas cosas.

—Ino, ¿Quién contesto el teléfono? ¿Creí que llamarías a Ichiraku ramen? —pregunto la pelirosa un poco curiosa.

La rubia solo rio.

—Ah, era mi amigo de la escuela, él trabaja ahí y fue más fácil llamarle a él que al número del local, ya lo has visto un par de veces cuando nos trae el ramen— dijo sin mucha importancia la rubia.

—Ah, cierto lo olvide—dijo la peli rosa.

En eso a Sakura se le ocurrió una grandiosa idea.

—Ino, ¿Estas saliendo con alguien? — la rubia negó con la cabeza mientras se sentaba en la alfombra de su habitación.

— ¿Y tú? —respondió con la misma pregunta la rubia.

Sakura también negó con la cabeza.

Hinata comenzó a jugar con un mechón de su cabello de forma distraída.

—Seria grandioso poderse enamorar como en un cuento o como en una historia de romance —dijo Hinata exteriorizando sus pensamientos, al instante miro a Sakura e Ino quienes la miraban con cierta inocencia.

—Tranquila Hinata, seguro algún día podrás enamorarte cómo quieres.

En Ichiraku ramen había aun gente y por azares del destino Kushina había encontrado a una ayudante, la hija de un vecino suyo había ido esa mañana a preguntarle si podía ayudarlos en el restaurant ya que quería ayudar en su casa con los gastos.

—Naruto hijo, ya está la orden que me pediste— dijo Kushina mientras en unos envases colocaba la comida junto a los rollitos de carne y demás complementos.

El chico estaba sirviendo una orden a unos comensales, mientas que la nueva integrante del equipo de trabajo preparaba ramen.

La chica de nombre Ayame tenía 16 años era una chica alegre y educada, además que era muy hábil para la preparación del ramen.

Naruto termino de servir la orden y se dirigió a la barra.

—Mamá, ¿Ya está lista la orden de los Yamanaka? —pregunto el chico, su madre asintió mientras preparaba otro platillo.

—Ayame, dale a Naruto la orden que te dije por favor—dijo Kushina, mientras colocaba otro plato de ramen en la barra para el cliente que estaba deseoso de su ramen.

La chica asintió y le acerco la bolsa con el pedido.

—Aquí esta—dijo la chica de forma alegre, Naruto sonrió alegremente también.

Naruto tomo la bolsa y se dirigió a la puerta lateral del local salió por ahí y se dirigió al garaje de la casa donde se hallaban dos motocicletas una cubierta por una especie de edredón y la otra arrimada a la pared, esta era una motoneta con una caja algo voluminosa, tenía un letrero carismático que decía "Ichiraku ramen", a lado de la motoneta había un estante donde se hallaban dos cascos de motocicletas uno era el clásico de repartidor y el otro era uno que cubría completamente el rostro de color oscuro.

Naruto se colocó el casco de repartidor y se dirigió a la motoneta la comenzó a empujar hacia afuera del garaje de la casa y posteriormente fuera del patio de la misma. Se montó en ella y cuando quiso encender la motoneta el swich cedió pero no el motor, lo volvió a intentar pero no funciono, lo hiso una tercera vez pero nada pasaba.

Regreso a la entrada del local y desde ahí llamo a su madre.

—Mamá, la motoneta no funciona, la revisare mañana—dijo Naruto mientras le explicaba a su madre el desperfecto de la motoneta.

— ¿Entonces que harás Naruto? — pregunto Kushina, su hijo esbozo una sonrisa de complicidad.

—Me llevare mi moto si no tienes inconveniente— Kushina sonrió, sabía que su hijo adoraba la motocicleta que Minato le había regalado hacia un año.

—Está bien, ve con cuidado—dijo Kushina antes de regresar al local nuevamente.

Naruto se quitó el delantal y se dirigió al garaje y quito el cobertor de su motocicleta, al quitarlo se descubrió una Harley-Davidson estilo viajero-chopper completamente negra con algunos detalles plateados, comenzó a empujarla hacia afuera del garaje, ya había metido antes la motoneta y había sacado ya su casco negro. Coloco la bolsa con las órdenes en la parte de atrás de su asiento, se sentó en su motocicleta y se colocó el casco, encendió el motor de su caballo de hierro el cual rugió.

En la florería Yamanaka se hallaban tres chicas en la sala de la casa de la hija de la florería, Hinata había salido a la estancia de la florería junto a unos jarrones que contenían azucenas de distintos colores, Sakura estaba dentro de la casa mientras que Ino estaba en la sala viendo televisión.

Fue cuando un sonido distintivo de un motor se oyó en la calle, Hinata que estaba con la madre de Ino en la florería lo oyeron perfectamente, Ino salió al escuchar el sonido también.

Frente a la florería se detuvo alguien en una imponente motocicleta.

—Ino, ¿Quién es? —le pregunto su madre a la rubia al verla.

La chica se encogió de hombros, mientras que el susodicho se bajaba de la motocicleta con una bolsa con comida.

Ino reconoció el olor y supo quién era al instante sin necesidad de ver al que traía el casco puesto.

Naruto entro en el local aun con el casco puesto.

Ino coloco una mano en su cadera y se reclino levemente sobre uno de sus lados dándole un aire mandona.

—Oye, es de mala educación entrar en el hogar de alguien sin quitarse el…casco en tu caso— dijo Ino.

Hinata se rio ante el comentario de la rubia.

Naruto dejo la bolsa en el mostrador de la florería y se quitó el casco frente a Hinata, que estaba curiosa de ver al enigmático repartidor, lo que no esperaba ver Hinata debajo de ese casco era esa cabellera dorada que salto a la vista al momento, su cabellera era dorada como el sol, quizás más dorada que la de Ino pensó ella, y para rematar es que cuando levanto la vista unos orbes del color del zafiro la miraron regalándole una sonrisa típica de él.

—Te pareces a mi mamá Ino—dijo Naruto de forma divertida a Ino, quien solo sonrió para sacarle la lengua.

La madre de Ino al ver a Naruto se retiró del lugar, no había razón alguna para quedarse en lo que al parecer sería una plática de jóvenes.

—Oye, porque trajiste esa motocicleta— le dijo la rubia a su amigo.

Naruto se giró para ver su motocicleta en la entrada y se encogió de hombros.

—La motoneta del local no funcionaba y se lo mucho que te gusta tu miso ramen caliente—dijo Naruto dándole la factura a su amiga.

Hinata que se había quedado callada desde que vio el aspecto de Naruto se golpeó con el estante de flores que tenía a un lado.

—Oye ¿Estas bien? — pregunto Naruto a una Hinata avergonzada.

La chica solo asintió sin poder articular palabra alguna.

Naruto la miro un poco confuso, era linda la chica no podía negarlo, era como un ángel pensó por un instante, pero se golpeó mentalmente, ahora sus únicas metas eran ayudar a su mamá en el local y estudiar para prepararse para el examen de actitud de la UEK, el romance no era algo que tenía en mente por el momento.

En ese momento salió Sakura de la casa y entro en la florería al ver a Naruto no pudo negar que era atractivo, pero ella solo estaba interesado de alguien y era un secreto bien guardado que tenía.

Ino que estaba revisando la factura hasta ese momento alzo la mirada y vio a los tres desconocidos entre ellos y los presento torpemente.

—Sakura, Hinata él es mi amigo y antiguo compañero de clases Naruto—dijo la rubia señalando al chico que esbozó una sonrisa mostrando sus dientes blancos— tonto, ellas son mis amigas Sakura a la que creo que ya has visto en un par de ocasiones y Hinata—dijo Ino señalando respectivamente a las chicas.

Naruto saludo de mano a Sakura y Hinata, esta última sintió que su rostro se calentó al momento que hiso contacto con el rubio sonriente.

—Bueno, no te quito más tiempo Naruto, seguro que debes estar abarrotado en el local— dijo la rubia.

Naruto se rasco la cabeza sin dejar de sonreír.

—Pues ni tanto Ino, tenemos una ayudante nueva, pero luego te cuento—dijo el rubio mientras recibía su paga.

—Sí, te marco después—dijo Ino mientras tomaba la bolsa con la comida.

Naruto se encamino a la salida con su casco en la mano, se montó en la motocicleta, pero antes de encender el motor, Ino lo volvió a llamar.

—Oye, ¿Pagaste la cuota de UEK? — pregunto la chica aun desde adentro, esa pregunta llamo la atención de sus amigas.

Naruto asintió mientras se colocaba el casco.

—Sí, necesito estudiar para el examen, creo que buscare a un tutor— dijo el chico con el casco puesto antes de encender el motor e irse.

Sakura entro en la casa junto a Ino, Hinata entro detrás de ellas.

—Tú amigo, ¿Presentara el examen de actitud para UEK? — pregunto Sakura subiendo las escaleras seguida por Ino.

—Sí, ambos apuntábamos para entrar a UEK, ese fue uno de los motivos de nuestra amistad de hecho— dijo la rubia andando por el pasillo.

Hinata que había estado callada hasta ese momento, hablo.

—Ino, ¿Tu amigo es listo? — pregunto la pelinegra.

Ino soltó una carcajada, Sakura comprendió la respuesta de su amiga.

—Si no es listo, ¿Cómo espera poder pasar el examen de actitud de UEK? — dijo Sakura entrando en la habitación de Ino, dejaron las cosas en la mesita que había en la alfombra de la rubia.

—Nunca dije que Naruto sea estúpido, es muy listo…a su manera, es ingenioso, perspicaz, tiene memoria fotográfica, pero suele ser un poco distraído a veces, por eso a veces tiene problemas para estudiar, pero en la escuela él era el número 4 de en el ranking de los mejores promedios.

Sakura se impresiono un poco con lo que dijo la rubia.

Hinata por su parte esbozo una sonrisa que no supo atribuir el motivo de esta.

El resto de la tarde había transcurrido normal, Sakura y Hinata se marcharon de la casa de Ino alrededor de las 9 de la noche, en Ichiraku ramen todo se había manejado bien, Ayame resulto ser la ayudante perfecta para Kushina, Naruto por su lado estaba en su habitación ya en la cama mirando el techo, su padre había llegado hacia una hora y media a casa y ahora estaba charlando con su mamá, él estaba con la única compañía de su gato el cual estaba en la esquina de su cama durmiendo plácidamente.

El sueño lo invadió y se dejó caer por el cansancio que tenía, su verano había de terminar en un mes y quería invertir bien su tiempo.

Eran cerca de las once de la noche cuando alguien llegó a la residencia Namikaze Uzumaki, una chica bajo del taxi del aeropuerto junto a sus maletas, entro con la llave que había recibido de su hermana hacia un tiempo, las luces estaban apagadas por lo que no hiso ruido al entrar, subió por las escaleras y al girar en el pasillo vio la habitación que sería suya durante el verano, entro y dejo sus cosas, no obstante salió de su habitación y aun lado de la suya había una puerta de caoba, sintió cierto cosquilleo al saber quién estaba dentro, hacía tres años que no lo veía, ahora él tendría veinte años y ella veintidós, pero nunca le importo que fuese el hijo de su hermana mayor, se acercó sigilosamente y abrió con sumo cuidado la puerta, no entro a la habitación solo se quedó observándolo en el umbral, aunque no había mucha luz solo la de la luna que entraba por la ventana, podía verlo desde un perfil muy atractivo para ella, siempre le había gustado su cabello dorado y sus ojos, eran similar a los de su cuñado pero tenían cierta superioridad, sabía que cuando se volviera un hombre un poco más grande atraería muchas miradas femeninas, nunca le intereso o atrajo su cuñado en ninguna forma posible…pero su hijo era otra historia, estaba prendada de ese chico se había interesado, fijado…obsesionado quizás, pero que se le iba hacer.

Continuara…

Bueno estimados lectores, espero que les haya gustado este primer capítulo de esta historia, sin más que decir ¡Adios!

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POR FAAAAAA XD