Estaba mal, lo sabía muy bien, demasiado bien, pero no podía evitarlo… Y es que ella, una princesa quien siempre se había mantenido calmada ante toda situación, quien siempre había visto por los demás antes que por sí misma no debía estar frustrándose por algo así, pero es que…

¡Por qué demonios Marco tenía que ser tan lindo!

Ok, el chico peligro podía ser grosero, mugriento, intratable, molesto y otro sin fin de cosas que sencillamente mataban toda su definición de encantador. Pero él muy, muy, muy… Tonto no podía evitar tener pequeños deslices que la volvían loca.

- Ten más cuidado- Una frase que siempre iba acompañada de una mirada preocupada que la conmovía.

- Tú no tienes que ser como tu madre, estas perfectamente bien como estas- Siempre sabía que decir cuando se sentía insegura.

Pero su mayor problema eran las cosas que ella misma notaba sin que él hiciese algo. Cómo cuando se encerraba en su habitación y ella al buscarlo para cenar lo encontraba tarareando alguna canción con un sonrisa relajada tirado en su cama. Cuando lo veía entrenar en el gimnasio con una expresión de felicidad combinada con un ceño fruncido por la concentración.

- ¿No lo ves demasiado?- Le había preguntado Janna en uno de sus momento de concentración observando al castaño.

La vergüenza la había inundado de tal forma que creyó se desmallaría ahí mismo. Por suerte no volvió a presentarse una situación igual. Pero si continuo viendo otros detalles del chico, como ese ligero ojuelo que se formaba cuando sonreía y el cómo ese lunar en su mejilla se deformaba ligeramente cuando fruncía la boca o se carcajeaba.

- Marco días es tan Cool…- Comentarios vacíos que la estresaban de sobre manera.

Por qué Marco podía ser "Cool" para algunos pero ella sabía que el chico se esforzaba por mantener esa imagen, ya que otro de los pocos detalles que había logrado notar era que esas escasas veces que la dejaba estar con él mientras dibujaba su comic, era el brillo en los ojos rotos del chico, ese que lo hacía ver realmente contento, cosa que era muy, pero muy rara de ver…

Pero ya era demasiado, no debía seguir pensando así de su mejor amigo, él tenía sus puntos buenos, sus puntos malos y eso era algo respetable, por lo que ya entendía muchas cosas, entendía mejor a Marco, y podía decir que Marco Días no era ni remotamente lindo…

- Remilgada- El llamado del chico la hizo voltear y ella recibió un ligero abrazó seguido de una especie de flor colocada en su cabello… Una camelia- Deberías dejar de fruncir tanto el ceño… Te vez más linda cuando sonríes- Él pareció entender tarde lo que dijo y con un ligero, casi invisible sonrojo agregó- N-No es como si fueras li-linda tampoco… Te ves menos boba nada más…

Ok, lo único que pudo pensar al oler el dulce aroma de la camelia fue que Marco Días si era un poco, solo un poco lindo.