Magical Girl Lyrical Nanoha y sus personajes no me pertenecen.
Prólogo
- Buena suerte en el juicio, padre. –decía una pequeña rubia al hombre que tanto admiraba.
- Dale su merecido a ese hombre tan malo que hizo tanto daño a esa familia. –decía otra rubia un poco más baja que la primera.
- Lo haré, hijas. –sonrió el hombre a sus hijas– Portaros bien y haced caso a vuestra madre. Nos vemos más tarde. –dio un beso en la frente a cada una y se marchó.
Las chicas se vistieron y salieron corriendo en busca de su madre para ir de paseo, ya que era su día libre en el hospital. Su madre las esperaba en la puerta de la casa con una sonrisa. Las tres salieron y pasaron tiempo juntas por el bosque y la colina que estaba alrededor de su enorme casa. Las dos gemelas estuvieron corriendo y jugando la una con la otra. Su madre se animó también y jugó con ellas hasta que llegó la hora de almorzar, por lo que decidieron regresar a casa, donde esperaban que Leonardo Testarossa hubiera llegado ya o estuviera a punto de hacerlo. Cuando atravesaron la puerta, el alto y rubio hombre, las estaba esperando con una sonrisa.
- ¡Padre! –gritaron al unísono las gemelas mientras corrían hacia él.
- ¡Hola, mis niñas! –las envolvió a las dos en un abrazo de oso– ¿Os habéis portado bien? ¿Hicisteis caso a vuestra madre?
- Síííí. –dijeron nuevamente al unísono.
- Buenas chicas. Ahora, vamos a comer. Me muero de hambre. –dejó a sus hijas y se dirigió a su esposa para darle un abrazo– Hola, cariño. –le dio un corto beso.
- Hola, mi amor. –le correspondió el abrazo y beso– Vamos a comer.
Los cuatro se fueron al comedor para almorzar la deliciosa comida que había preparado Precia. Todos estuvieron charlando animadamente y ninguna preguntó por el juicio que tenía Leonardo esta mañana, ya que sabían que el trabajo se quedaba fuera de casa. Al terminar de comer y recoger la cocina, salieron al jardín trasero donde Precia se dedicó a cuidar de las flores mientras que su esposo jugaba con las niñas. Estuvieron así toda la tarde. Al anochecer, Leonardo cobijó a sus hijas y le dio un beso a cada una en la frente deseándole las buenas noches. Tras eso, se dirigió a su habitación donde su esposa ya lo esperaba en la cama. Se puso el pijama y se metió en la cama para abrazar a su esposa.
- ¿Ha ido todo bien? –preguntó un poco preocupada Precia.
- Sí, todo ha salido bien. Hemos ganado el caso. Ha sido difícil, pero lo hemos conseguido. Ese tipo pasará mucho tiempo entre rejas. Ha sido un caso bastante mediático y ha salido en todas las noticias. Supongo que ahora tengo más enemigos que amigos. –suspiró.
- Cariño… –dijo asustada la peligris.
- Tranquila, mi vida. Nadie tocará a mi familia. Sois mi todo y os protegeré con mi vida si es necesario. –dio un tierno beso a su esposa.
- Espero que eso no tenga que pasar. –abrazó más fuerte a su esposo y se durmió en su pecho.
…
- Acabaré contigo y con toda tu familia, Leonardo Testarossa. Pagarás por lo que me has hecho. –decía un hombre muy enfadado que estaba entre rejas.
Quiero dar las gracias a rijaja.77 por darme permiso para escribir esta historia que es enteramente suya. Ella me lanzó el esqueleto y yo lo estoy transformando. Espero que sea de tu agrado hasta el final :)
También quiero daros las gracias a todos aquellos que le deis una oportunidad a esta historia que es algo diferente a lo que suelo escribir.
