Esta historia ocurre poco después de que Azize le confiese a Cevdet que está esperando un hijo de ambos.

Nuestro hijo…

Cevdet sintió que su cabeza daba vueltas durante un buen rato hasta que se hizo a la idea.

Claro. No podía ser que Azize hubiese decidido casarse con Tevfik solo para vengarse de él, ella no era así y ahora Cevdet estaba seguro de por qué lo había hecho.

Su Azize estaba esperando un hijo de los dos. De esa noche en la que ambos se habían dejado llevar por la pasión y habían vuelto a amarse, como en los tiempos de Salónica…

Y ahora ella había tomado la decisión de casarse para evitar la vergüenza que él mismo le había causado. ¿por qué la vida tenía que ser tan injusta con ambos? ¿por qué un amor tan fuerte como el de ellos era constantemente puesto a prueba por causas que nada tenían que ver con el amor en sí?

Cevdet secó las lágrimas que había dejado escapar sin permiso luego de haberse ido la que ahora era su ex mujer y se recompuso, tenía que hablar con ella, tenía que decirle tantas cosas… aunque fuera la esposa de Tevfik ahora, aunque él le hubiese prohibido acercarse a ella…

La encontró caminando con pesadez hacia su casa. La observó de lejos y su corazón se enterneció al recordarla con su vientre abultado, las dos veces que había estado embarazada, primero de Yildiz y luego de Hilal.

Se acercó a ella, no sin antes cerciorarse de que nadie los viera y ella se sobresaltó al sentir sus dedos a la altura de su codo. Sin duda no esperaba verlo a él ni a nadie…

-Cevdet…- le dijo aún con lágrimas en los ojos- por favor… no estoy en condiciones de soportar otro mal trato…

-Azize…- dijo él con suavidad y sus ojos se perdieron en los de ella por un momento- tenemos que hablar…

-Sí… ya me lo has dicho… pero también dijiste que no podía quedarme aquí, que era peligroso, que tenía que irme de Esmirna cuanto antes…

-Por favor, hablemos…- dijo él y ella se quedó mirándolo, esperando que le dijera algo.

-Adelante… igualmente hablarás, aunque yo me niegue…- dijo con algo de orgullo, quería tratarlo mal, quería que él se sienta culpable.

-Aquí no…- dijo y la tomó otra vez del brazo y la hizo caminar rápidamente hasta un callejón en donde entraron a una casa que parecía abandonada.

Azize sintió olor a humedad y a comida rancia. No quiso aguzar la vista porque seguro se encontraría algún roedor y no estaba en condiciones de soportarlo.

-Siéntate… por favor…- dijo él cuando la vio mover la cabeza al ver la silla polvorienta que él le acercaba.

-No esperaba una invitación formal pero al menos podrías haberme llevado a un lugar un poco más limpio, ¿no te parece?

-Lo siento, Azize… no es seguro que te lleve a algún lado en donde puedan vernos…

-Lo sé...- ella asintió, le gustara o no, él tenía razón, ni Tevfik ni los griegos debían verlos.

-Querida…- dijo y tomó sus manos. Ella intentó retraerse y quitárselas de entre las suyas, pero necesitaba su contacto, su comprensión.

-Cevdet… siento todo esto más que tú, créeme… pero no podía hacer nada… además, tú te divorciaste de mí, no había opción…

-No puedo creerlo… ¿por qué el destino se empeña en destruirnos? No es justo…

-Escúchame, Cevdet… yo no podría pensar en no tener este hijo… pero tampoco puedo criarlo como un bastardo, estando divorciada de ti…

-Lo entiendo… te juro que sí… pero si me lo hubieses dicho… yo hubiese vuelto contigo…

-Sabes que no… y en un punto es lo mejor… no quiero que sigas haciéndome daño, ya no más…

-Azize…

-No, por favor no me digas nada… necesito poder salir adelante… y eso seguro que no es contigo… cuando nos reencontramos fue como si mi sangre se hubiese congelado… no lograba comprender lo que sucedía… pero ahora entendí… nosotros no podemos estar juntos nunca más… aunque yo siga amándote hasta el día en que me muera…

-Yo también te amo, mi Azize… te lo juro… - dijo él con un susurro.

-Pues… a juzgar como me miras, las cosas que me dices y como me haces sufrir, no parece para nada…

-Pero ¿qué puedo hacer si todo el tiempo te estás poniendo en peligro? Las banderas no deberían importarnos, solo estar juntos, como lo prometimos al casarnos…

-¿Olvidas que ya no soy tu esposa?- le dijo ella con dolor.

-Tú serás mi esposa hasta el día en que ambos descansemos juntos en la eternidad…

-Quizá pienses eso… pero no es la verdad, Cevdet…

-¿Realmente piensas en compartir tu vida con alguien como Tevfik? – dijo y la tomó de las manos otra vez, para obligarla a mirarlo.

-¿Acaso no sabes que me casé con él?

-Hace un momento me dijiste otra cosa, me dijiste que estaban juntos porque no tenías opción.

-Es cierto… pero también es cierto que él me confesó que siempre estuvo enamorado de mí y que ahora haría lo imposible por conseguir mi amor…

-¿Entonces? ¿simplemente me olvidarás porque es lo mejor?

-¿Olvidarte? Ojalá pudiera arrancarte de mi corazón para siempre… pero no puedo… y Tevfik lo sabe, aunque no pierda las esperanzas…

-Azize…

-¿Recuerdas cuando te imploré que me dijeras la verdad? En ese momento te dije que no volvería a hacerlo y así será…

-Por favor, Azize, necesito saber que podré criar a nuestro hijo…

-Tú sabes que no puedo prometerte eso… lo siento…

-Pero es mío, mío y tuyo Azize…

-¿Quieres que te lo prometa? Bien… dime la verdad entonces… quítame de esta oscuridad que me tortura todos los días desde que regresaste… todo lo que necesito es una confirmación, porque mi corazón ya sabe… lo sabe desde el principio…- dijo ella mirándolo de cerca.

-¿Cómo puedes ser tan obstinada?

-El amor me hace obstinada… ¿Y bien?

-Escucha- dijo y acarició su cara- quiero que, aunque sea lleguemos a un acuerdo…

-¿Un acuerdo? - él notó el interés de ella y sonrió sin poder evitarlo.

-Quiero que te quedes y que nos veamos a escondidas…

-¿Quieres que irrespete a mi marido y que me convierta en tu amante?

-Azize, tu marido soy yo… te prometo que si no quieres que te toque no lo haré, solo me importa estar cerca de ti y de mi hijo…

-Cevdet… es una locura… ¿lo sabes?

-¿Qué puedo hacer? Estoy irremediablemente enamorado de ti…

-Pues, como te dije, no parece…- dijo ella con rabia.

-Son demasiadas las cosas que tendría que explicarte, cosas que no entenderías…

-Inténtalo… te juro que quiero entenderte… quiero hacerlo Cevdet…

-Lo siento…- Cevdet sacudió la cabeza con impotencia, no podía revelarle ningún secreto y lo sabía.

Azize se levantó de la silla con pesar, si él no quería compartir sus cosas con ella, no podía obligarlo. Cevdet la tomó de la muñeca para detenerla y en la posición que estaba, sentado y ella de pie junto a él, se perdió en sus ojos.

-¿Ya tienes que irte? - le preguntó sin soltarla.

-¿Por qué me quedaría? - preguntó ella con resentimiento.

-Por ti y por mí… por nuestro hijo…- dijo él y alzó la otra mano, apoyándola con delicadeza sobre su vientre y la vio cerrar los ojos.

-Creo que es demasiado tarde…

-Dame una oportunidad, Azize… olvidémonos de nuestras diferencias por un momento, de la guerra, de los griegos… necesito disfrutar de esto que nos sucede…

-General… - dijo Azize casi sucumbiendo al deseo de fundirse en sus brazos.

-Por favor, querida…- le dijo él y hundió su cara en el vientre de ella, aspirando su aroma y haciéndose a la idea de la pequeña personita que compartían.

Azize se quedó inmóvil, sus ojos cerrados, dominando los deseos de llorar incontrolablemente, lamentándose por el destino que les tocaba vivir…

Sintió los labios de él acariciándola a la altura del ombligo y lo vio levantar la vista para mirarla desde allí, pegado a ella.

-¿Crees que será otra niña? - le preguntó con emoción.

-No lo sé…- contestó ella y sonrió, Cevdet no tenía preferencias, sobre todo luego de haber podido disfrutar hijos de ambos sexos.

-Mientras se parezca a ti…- le dijo él y ella le devolvió la sonrisa.

-Seguro tendrá tus ojos…- se permitió decir y él rió.

-Te amo… y más allá del momento que estamos pasando, me hace muy feliz que tengamos otro hijo…- dijo y se puso de pie, sus manos todavía pegadas al abdomen de ella.

Ella lo miró con lágrimas en los ojos y él besó su frente.

-¿Te parece que te envíe un mensaje para que nos reunamos aquí, de vez en cuando? - le dijo con una sonrisa cómplice.

-Cevdet…- dijo ella y se permitió acariciar su barba al descuido.

-No serás mi amante, sólo serás mi Azize… solo quiero que por un momento nos olvidemos de todo y seamos aquellos que fuimos, no es necesario que hagamos nada que te incomode, te lo prometo…

-Bueno… supongo que lo pensaré…- dijo y se apartó de él sabiendo que si no se iba, querría quedarse con él para siempre.

-Vete… será mejor para ambos…- le dijo y sonrió al ver que ella asentía.

Ella lo tomó entre sus brazos y lo apretó para abrazarlo. Él aprovechó y hundió su nariz en su cuello.

-Gracias por amarme, a pesar de todo…- dijo él y ella sacudió la cabeza con impotencia.

-No puedo evitarlo…- le dijo y lo vio acercarse, y no quiso evitar que sus labios acariciaran los de ella, con suavidad al principio, pero luego Azize se encontró devolviendo las caricias mientras lo estrechaba contra su cuerpo.

Cevdet la soltó muy a su pesar y ella entrecerró sus ojos antes de marcharse. Él la miró irse y sonrió. Tal vez el destino les diera una oportunidad…


Bueno, hasta aquí llegamos, quizá podría dejarla abierta para seguir un par de capítulos. Veremos! Gracias por leer!