Naruto y sus personajes no son míos.

Drabble.

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Visitas

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—Hola belleza. Oh.

—Gracias por el alago innecesario.

—Sasuke-kun —le dedicó una sonrisa que se le antojó falsa, chasqueando los dientes como única respuesta—. No esperé encontrarte. Sinceramente estaba deseando que Ino fuera quien me abriera la puerta —cerró los ojos al momento que volvía a sonreír—. ¿Qué haces aquí, Sasuke-kun?

—¿Qué te parece? Vivo aquí —masculló, recargándose en el marco de madera, con los brazos cruzados y observándolo de muy mala gana.

—¿Puedo pasar? —intentó asomar la cabeza azabache por encima del cuerpo de Sasuke.

—No.

Se quedó quieto mirándolo, a punto de cerrarle la puerta en la nariz.

—¡Papá! ¿viniste a verme, papá?

—Pequeño, Inojin —se acuclilló a la altura del niño, sonriéndole de forma más amable de lo que había visto Sasuke, y acariciando la larga melena rubia. El niño pareció estar contento, tanto que a Sasuke le pareció gracioso el semblante repentinamente indefenso del menor. Usualmente, Inojin era todo un demonio con él—. ¿Cómo te va, hijo?, ¿cómo te trata tu nuevo padre?

Inojin hizo una mueca de asco.

—Ese hombre no es mi padre. ¡Es horrible!

Sasuke frunció el entrecejo.

—Tranquilo. Sasuke-kun es una buena persona. Por algo tu madre se enamoró de él.

Y el orgullo de Sasuke creció, sonriendo internamente.

—Aunque tenga cara de ciruela pasa.

—Como de estreñido —agregó Inojin.

—Como si…

—Ajam —carraspeó exageradamente la garganta, ceñudo y furioso.

—Oh, Sasuke-kun, ¿sigues aquí?

—Es mi casa, ¿dónde más estaría?

—Tienes razón. Y Creo que estás siendo bastante descortés —se puso de pie y habló serio—. Un libro que leí de la biblioteca pública, sobre el arte de los buenos modales, menciona que es de muy mala educación invitar a personas ocupadas y no hacerlas pasar al interior de tu hogar.

A Sasuke le brincó el ojo derecho, poniendo a prueba por un instante el buen razonamiento de Ino, como para haberse atrevido a salir con un tipo tan absurdamente extraño como ése.

—Sasuke, no seas grosero —repuso Inojin, con un gesto desaprobatorio—. No querrás que mamá se entere de esto. Sé que ella te castiga, a veces… aunque no sé muy bien lo que eso signifique, pero se escucha bastante feo.

Y él enrojeció, abriendo los ojos por pocos segundos.

—¿Castigar? Uhm —Sai se llevó una mano al mentón, dubitativo, después su rostro se iluminó como si supiera una gran verdad—. Tu madre hacía mucho de eso conmigo. ¡Y vaya que es espantoso! —hizo a un lado el cuerpo de Sasuke para poder pasar, aprovechándose de que se encontraba estático—. Pero eres muy pequeño para saber ese tipo de cosas de adultos.

Sasuke se quedó allí, inmóvil, imaginando a una Ino un poco más joven, haciendo todo lo que hacía con él, pero con alguien más, y eso lo hizo enojar. Por primera vez sintió un fuerte deseo de asesinarlo… por primera vez en ese día.

—Sólo diré que tu madre puede llegar a ser muy tenebrosa —se sentaron en un sofá—. A veces me castigaba quitándome los libros, o me castigaba con trabajos obligatorios en la floristería de tu abuela Yamanaka…

Uchiha cerró la puerta, escuchando atentamente lo que Sai contaba a su hijo, no pudiendo reprimir una sonrisa burlona. Sí que era bastante iluso… si supiera que Ino no lo castigaba de esa forma…

Sasuke sonrió muy satisfecho.

No toleraba a Sai, pero admitía que sus visitas inoportunas podían ser muy divertidas.

FIN

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NA:

Ya es muy noche, tengo muchísimo trabajo pendiente y yo decido ponerme a escribir.

Gracias por leer!