Lazo

[Las cicatrices, recuerdos y los sentimientos, eran lo que conformaban su lazo especial.]

Noriko acariciaba con suavidad el lugar donde había estado una vez, su cicatriz. No era que le incomodase, simplemente le extrañaba un poco el no tenerla.

Miró en la camilla a su ahora novio, quien descansaba cómodamente en la camilla, a pesar de todas las lesiones que se había hecho por salvarla.

Con cuidado, dejó las muletas apoyadas en la mesita de noche; de manera sigilosa, comenzó a subir a la camilla, siempre cuidando de no lastimarlo. Se posicionó sobre él, ignorando el dolor que comenzaba a sentir.

Lo observó detenidamente, tomando cuidadosamente sus mejillas entre sus manos. Por suerte, Katsuhira no se había despertado.

-Debe de estar muy cansado.

Dejó sus mejillas, apoyándose sobre la camilla con una mientras que la otra, la metía sigilosamente a su pecho. Acarició el lugar donde alguna vez hubo una cicatriz como la suya; sacó su mano, ahora apoyando su cabeza en el pecho del Agata.

Cerró los ojos, siendo el latido de su corazón en lo único que se concentrase. Suspiró levemente.

-… Nori-chan.

Abrió los ojos de golpe, sintiéndose repentinamente nerviosa y con las mejillas ardiendo levemente. Decidió encararlo, después de todo, casi lo estaba manoseando.

- ¿Qué sucede, Katsuhira-kun?

El aludido tenía las mejillas levemente coloreadas de rosa, más no apartaba la mirada de ella. Con su mano buscó la de ella, entrelazando sus dedos.

La peli-azul aún esperaba una respuesta.

- ¿Puedes acercarte más?

Noriko acató lo que le pedía su novio. Sus rostros a sólo centímetros.

-Estoy aquí contigo. No me voy a ir.

La Sonozaki sintió como su corazón se estremecía y a la vez, como una especie de alivio venía a ella. Sonrió levemente, apoyando su frente con la de él, cerrando ambos sus ojos en el proceso.

-Yo quiero estar aquí, no me quiero ir.

Y diciendo esto, lo besó.

Lo que fueron o eran las cicatrices, los recuerdos que hicieron juntos y lo que sentían el uno por el otro, era lo que hacía su lazo especial. El dolor no era lo único que los unió, también fueron y serán sus sentimientos.