Capítulo 1: Mas allá de la tercera planta.

Durante años, adentrado en el Bosque de Konoha se encontraba un internado. Lejos de la civilización de la ciudad y escondido entre los árboles de cerezos y robles los niños crecían ignorando los posibles peligros que acechaban. Sin embargo, siempre existió un aura misteriosa entre los pasillos anticuados y las leyendas sobre la última dueña del internado. Los pasillos han sido ocupado por alumnas y profesores desde años hasta el dia de hoy. Las puertas de madera maciza enmarcada con detalles artesanales abrieron sus puertas para incluir a los hijos de las familias mas adineradas del país de Konoha. Sin Internet, sin televisión y sin teléfono los adolescentes y futuros herederos del poder de Konoha deberán lidiar con los secretos del pasado, el peso del poder y el precio de los pecados familiares.

— Bienvenidos al nuevo Internado de Konoha. Habéis sido seleccionados entre miles de candidatos. - vociferó la directora Tsunade. —Algunos fuisteis seleccionados por vuestra larga trayectoria con nosotros. — los ojos acaramelados recorrieron la multitud de jóvenes posándose con determinación en algunas de sus antiguas alumnas.— otros por vuestros vínculos familiares y unos pocos por vuestro potencial intelectual.

Un silencio sepulcral rodeo las tribunas del teatro, los chicos se miraban entre ellos, algunos fascinados y otros cansados del mismo monólogo de todos los años.

-Como sabéis, las instalaciones del Internado Konoha son muy antiguas, a pesar de ser el primer año como escuela mixta. Sin embargo, las normas seguirán siendo las mismas: toque de queda a las 23 horas, no se pueden visitar los cuartos de los compañeros en los horarios nocturnos, no se permite pasear por el bosque sin el permiso de un profesor o sin registrarse al salir y volver a entrar en los fin de semanas, los horarios de las comidas estarán colgados en los tablones del vestíbulo y no se entregará comida a aquellos que se demoren, salvo casos excepcionales. No olviden que el Internado de Konoha tiene habilitadas todas las plantas hasta la tercera para su disposición asique no pongan un pie en las demás plantas o me veré obligada a expulsarlos de forma inmediata. Por último y como nueva medida para este año, los dispositivos electrónicos quedarán confiscados hasta el final de las clases.— el bullicio de alumnos vociferaron a modo de queja pero la directora Tsunade no dio cabida a mas gemidos.— ¡Silencio! Esta medida fue aprobada por vuestros padres, nadie tendrá acceso a los dispositivos electrónicos a no ser que se autorice por medio de algún profesor. Ahora busquen la habitación que tienen asignada y no me molesten con peleas y sanciones desde el primer día.


En los pasillos de la primera planta, detrás de una puerta de madera con el numero 232 se encuentran dos amigas de la infancia.

— No está nada mal.— dijo una pelirrosa mientras lanzaba su maleta sobre la cama junto a una ventana.-¿tú que opinas Ino?

— Es igual de fea que la del año pasado.-respondía la ojiazul de morros.-empiezo a creer que la directora Tsunade no tiene estilo ni buen gusto.—dijo mientras abría un armario antiguo de color caoba.

Sakura no pudo evitar reírse al contemplar la cara afligida de su amiga. Ino era hija de los dueños de Konoha Fashion Company. Todos los años desde que tenían cinco se quejaba desairadamente de los muebles antiguos, las sabanas de estampado floral y las cortinas de satén. Lo denominaba el estilo Internado Medieval. Sin embargo, a la ojijade cada rincón del internado le parecía un nuevo lugar donde sentarse a dibujar. Los acabados en madera, los cuadros antiguos, los pasillos interminables y el aroma floral la transportaban a un mundo aparte donde nadie tiene en cuenta su apellido o su linaje familiar.

Alguien toco a la puerta y ambas chicas se detuvieron para observar quien entraba. Tanto Ino como Sakura ya habían dado por sentado de que compartirían cuarto con Karin, pero en vez de ella entró una chica con dos moños en el pelo y un enorme saco militar colgando de ella.

— Hola, soy Tenten, vuestra nueva compañera.— su sonrisa amplia y su aura enérgica dejaban ver con transparencia su forma de ser — ¿Las camas están asignadas?

— No, puedes escoger cualquiera de las tres de ahí.— dijo Ino en tono desdeñoso— aunque da igual cual escojas todas son el anticristo de la moda. Soy Ino Yamanaka y ella es Sakura Haruno.

— ¡Woah, tu madre es la dueña de la mayoría de los canales de televisión de Konoha!— gritó Tenten mientras miraba embelesada a Sakura. Ella se limitó a colocar sus lápices y portablocs en un estante mientras asentía.

— A Sakura no le gusta hablar sobre su madre.— objetó Ino mientras terminaba de colocar el maquillaje en escritorio.— ¿Eso es todo tu equipaje?

— Si, mis padres se dedican al armamento asique la mayoría de las veces tenemos que viajar de un país a otro para conseguir información de otros territorios fuera de Konoha.

— Asique eres algo así como una espía.— objetó Ino con rostro pícaro.

— Yo no lo llama...-Tenten intentó corregir a la ojiazul pero no pudo acabar de hablar. La puerta de madera se abrío de forma abrupta, sin previo aviso.

— Perdón, creía que no había nadie. — Una chica de cabello rubio entró y cerró la puerta con delicadeza bajo la mirada de las tres compañeras de habitación.— Soy Temari Sunagakure.

— Hola, yo Sakura. Esas dos camas están libres, elige la que quieras.

— Me quedaré con esa de ahí, así la luz de la ventana no me despertará.— dijo mientras señalaba la cama entre Tenten e Ino.

— ¡Genial!, yo soy Ino y ella Tenten. Espero que no ronques.

— Tranquila, solo soy sonámbula.-Ino se la quedó mirando con rostro preocupado hasta que Temari añadió— Es broma.

Ino manifestó su alivio provocando inevitablemente una ola de risas en la habitación. Ella siempre fue una chica muy dramática.

— ¿Alguien sabe quién es la quinta compañera de cuarto?— preguntó Tenten mientras tiraba la bolsa militar en el armario.

Ino y Sakura se miraron mutuamente y dijeron al unísono con desdén:

— Karin.

— ¡¿Karin Yakushi?!—chillaron a la vez Tenten y Temari.

— ¿La prima de Kabuto Yakushi?—objetó Tenten anonadada.— no sabía que la prima del dueño de todos los hospitales de Konoha estuviera en el internado.

— Tiene sentido, su primo no solo es el dueño de todos esos hospitales, también es la mano derecha del antiguo director del Internado Masculino de Konoha, Orochimaru.

— Sentido o no es una arpía.— masculló Ino con el ceño fruncido mientras se pasaba grillo labial.

— Es algo más que una arpía, es una zorra.— espetó Sakura.

— ¿La conocéis?— preguntó Temari.

— Ino y yo llevamos desde los cinco años en este internado juntas. Karin entró con 11 años cuando murieron sus padres y el señor Yakushi se encargó de ella. Al comienzo nos llevábamos bien, éramos compañeras de cuarto y amigas, pero al volver un verano dejó de hablarnos.

— Desde entonces lo único que hacemos es compartir clases con ella e ignorarnos mutuamente cuando estábamos en el cuarto.— agregó Ino mientras se tiraba en la cama de Sakura.— pero eso no importa. Temari, tu apellido es Sunagakure ¿tienes parentesco con los informáticos que realizaron el ciberataque a Japón?

Temari se sentó delante de Ino en la cama vacía junto con Tenten, dirigió sus ojos turquesinos al ventanal y en un tono meditativo respondió:
— Mis hermanos mayores hicieron ese ciberataque, pero preferiría no hablar de mi familia.

— Tranquila, comprendo lo que es cuando las personas te tratan por los logros de tu apellido y no por los tuyos propios.— Tenten dejó ver un ligero rubor en su rostro y Sakura comprendió que había herido sus sentimientos. Intentó explicar que no quería culparla ni hacerla sentir mal por desconocer su nulo trato con su madre, pero cuando fue a abrir la boca se escuchó un pequeño golpecito en la puerta, seguida de una chica de ojos perlados y pelo negro como el carbón.— Hola.

— Ho-hola, ¿es la habitación 232?— preguntó con un rubor cándido en las mejillas.

— ¡Si, tú debes de ser nuestra nueva compañera de habitación!— brincó alegremente Ino corriendo hasta la puerta.— Yo soy Ino Yamanaka, ellas son Sakura, Tenten y Temari.

— E-e-es un placer, yo soy Hinata Hyüga.

— El placer es nuestro, sin duda no eres Karin.— agregó risueña Sakura mientras se levantaba de su cama.— esta cama es la mía y la que está junto a la mía es la tuya.

Ino la tomó por el brazo y la empujó hasta su cama. Hinata más roja aun, intentó resistirse pero le fue imposible. La rubia de ojos azules la obligó a sentarse entre Temari y Tenten.

— Bueno Hinata, ¿Dónde está tu equipaje?

Hinata no pudo responder la pregunta porque antes de abrir la boca un chico de melena larga recogida en una coleta y ojos igual de perlados que la chica se presentó con dos bolsos. Su rostro serio analizó cada uno de los recovecos del cuarto y luego se acercó a la cama en la que estaba sentada Hinata.

— Hola, soy Neji Hyüga. Hinata aquí están tus bolsos, si necesitas algo mi habitación es la 308.-Hinata le sonrió y Neji le devolvió una sonrisa seca, dio media vuelta y se dispuso a abrir la puerta cuando se detuvo.— ¿Eso es un Kunai?

— Si.— respondió orgullosa Tenten.— es un Kunai del período Sengoku.

— Es un kunai muy antiguo.— objetó mientras analizaba el arma con sus perlados ojos.— la experiencia del pasado, si no cae en el olvido...

— Sirve de guía para el futuro.— interrumpió Tenten.

Neji miró a Tenten y le dedicó una amplia sonrisa.— Buen proverbio y gran consejo, un Kunai tan antiguo siempre da en el blanco.— deposito el kunai en el escritorio y abrió la puerta de la habitación 232.- Cuando quieras practicar lanzamientos búscame en la habitación 308, tengo varios Kunai del periodo Azuchi-Momoyama.


— ¡Esa es mi cama!— gritó un chico de cabello dorado.

— No, es esa.— señaló un joven de pelambrera negra azabache.

— ¡Mis maletas están en esa cama, dobe!

El chico de ojos negros y cabello azabache le lanzó una mirada fría a su amigo Naruto y arrojó las maletas a la cama consecutiva.— ahora ya no, teme.

— No es justo, siempre te coges la cama junto a la ventana.— agregó mientras se tiraba en la cama adjudicada por su compañero.— En este internado las habitaciones son de cinco ¿Quién crees que dormirá en otra habitación?— silencio.— ¿será Neji? Desapareció en cuanto la directora acabo de decir las normas.

— Hmp, si escucharas un poco teme, sabrías que fue a llevar las maletas de su prima a su cuarto.— Sasuke tiró la última prenda de ropa en su armario y agregó— Además, la colección de Kunais está en ese escritorio, lo que significa que es nuestro compañero de cuarto como siempre.

Naruto y Sasuke eran compañeros de cuarto y amigos desde el primer día de clases en el antiguo internado masculino de Konoha. Ese día ambos fueron castigados por pelearse en el recreo y aunque tardaron todo un año en ser camaradas, desde aquella pelea se cubrían las espaldas en secreto. Tal era su lealtad que el día en que Sasuke perdió a sus padres, Naruto (huérfano desde los 5 años) le prometió estar siempre a su lado junto con Itachi.

— ¿que hay de Shikamaru? He oído que su padre será nombrado ministro de defensa este año.

— Hmp, lo vi sentado en el vestíbulo. Le ha tocado la habitación 308.

— Entonces quedan Sai y Kiba. ¿Quién será de los dos?-preguntó el rubio mientras se tiraba en su cama de un salto.

En ese momento alguien tocó a la puerta. Un rostro pálido con cabello negro se asomó:

— Hola chicos, parece que este curso seremos compis de cuarto.— dijo sonriente mientras entraba arrastrando dos maletas.— bueno, ¿que cama me ha tocado?

— No están asignadas.

— En ese caso me quedo con la que está junto a la tuya Sasuke, seremos compis de cuarto.-Sasuke le dirigió una mirada glacial y borró la sonrisa del rostro de su amigo.— O puedo quedarme con la cama que está junto a la puerta.

— Hmp.

— ¡Dobe, vamos a inspeccionar el internado!-dijo Naruto.— este es mucho más grande que nuestro antiguo internado.

— Tenemos que ponernos el uniforme, o es que no te has leído el reglamento teme.

— ¡que!— vociferó el rubio.— pero si en nuestro internado no había uniforme salvo en horario de clases.

— Ahora solo podemos llevar nuestra propia ropa cuando vamos a dormir y los fin de de semana.— corrigió Sai.— Por suerte el uniforme tiene varias prendas para utilizar según la estación en la que estemos.

Naruto siguió quejándose durante un largo rato sobre el nuevo reglamento mientras Sasuke se vestía los pantalones azul marino y la camisa manga corta blanca del uniforme. Sai no paraba de corregir a Naruto, ya que cuando ellos estaban en el Internado Masculino de Konoha no tenían tantas normas. Prohibido fumar, beber y deambular por pasillos. Toques de queda nocturnos, prohibido los paseos fuera del recinto salvo fin de semanas o con permiso de profesores, horarios para comer y acceder a los ordenadores del internado. La infracción de alguna de las normas suponía el castigo de ayudar en la limpieza o restauración de las antigüedades de los edificios o incluso la expulsión.

— Creo que con tantas normas seré castigado hoy mismo.— objetó Naruto rebuscando en su armario el uniforme. En ese instante alguien tocó ligeramente en la puerta y luego entró arrastrando lo que parecía un bolso magullado.— Shikamaru ¿has visto todas las normas que hay este año?

— Si, ¡que problemático! La directora me castigó por no llevar el uniforme del internado. Por suerte, el subdirector Orochimaru me respaldó y dijo que esperaba noticias de mi padre.

Una vez más la puerta se abrió y por fin se completó el grupo, Neji Hyüga, sobrino de uno de los abogados más importantes de Konoha entró, ya vistiendo el uniforme.

— ¿Qué habitación le tocó a tu prima?— preguntó Naruto

— Acaso importa Naruto.— contestó frívolo Neji mientras lo observaba probablemente intentado dilucidar las intensiones de su amigo.

— Hmp, tranquilo Neji, el teme no sería capaz de conquistar ni a una mosca.— espetó con su sonrisa pícara.

Naruto se sonrojó ante la ocurrencia de su amigo e inmediatamente intentó desmentir la ideación de Sasuke. Aun así, ambos compañeros habían notado el interés que había mostrado Naruto en pasar tiempo con Hinata ese verano.

— ¡Solo me intereso por mi amiga Hinata!

Una vez más, se abrió la puerta del cuarto, solo que en este caso era la mismísima directora. Con el ceño fruncido y los brazos en jarra inspeccionó el cuarto y dejó unos folletos encima de la mesita de Sai.— Como los chicos no conocéis el internado les hemos dejado estos mapas con los nombres de las aulas y los horarios de comida, uso de ordenadores y toques de queda. Si no encontráis algo no dudéis en preguntar a algunas de las alumnas, la gran mayoría llevan aquí desde los cinco años.— la directora se disponía a cerrar la puerta cuando a último momento se detuvo.— Casi se me olvida, ¡está prohibido gritar! El próximo que alce la voz será castigado.

La directora Tsunade cerró de un portazo haciendo que los cuadros temblaran en las paredes.

— Menuda vieja loca.— comentó anonadado el rubio mientras tomaba un folleto.— ¡Woah, esto es enorme, hay seis pisos!

— Si pero solo tres de ellos están en uso, los demás aun contienen las pertenencias de la última dueña del internado de Konoha, o al menos eso dijo Kabuto a otra persona en el vestíbulo.— corrigió Shikamaru.— Además, también está prohibido subir más arriba de la tercera planta.

— ¡Vayamos a explorar!— espetó Naruto.

— ¡Teme, que parte de prohibido no has entendido!— contestó Sasuke mientras le tendía el folleto marcando con un dedo acusador las letras "prohibido" y "expulsión".

— ¡ay, vamos, solo será hoy! Con tanta gente por los pasillos ni se darán cuenta de nuestra ausencia.

— Naruto no deberías ser tan problemático. Además, hay salas de descanso ¿Por qué no vamos a una de ellas y nos tiramos en algún sofá?— propuso Shikamaru.

— Yo creo que deberíamos ir a la sexta planta, será divertido inspeccionar lo hay mas allá de la tercera planta. Nadie nos vigilará y todo el mundo estará pendiente de las nuevas normas.— apostilló Sai sonriente.

— ¡Vamos dobe, di que si!¡di que si, di que si, di que si!

— ¡Cállate teme!

— ¿Vamos?— propuso de nuevo Naruto.

— Si yendo prometes cerrar tu bocaza entonces si.— respondió Sasuke.

— Opino que es una mala idea, pero supongo que a nadie lo expulsan el primer día de clase.— agregó Neji.

— ¡Ay, que problemáticos!— gimió Shikamaru mientras, resignado se levantaba de su cama ya deshecha.— vamos a explorar.

El grupo de cinco salió del cuarto, caminaron entre el bullicio de chicos con maletas de la tercera planta y siguiendo el mapa se dispusieron a ir a la escalera principal. Al llegar, se encontraba el profesor Asuma montando guardia. Había sido el profesor de matemáticas de los chicos los últimos cinco años, además de un gran contrincante en el ajedrez para Shikamaru.

— Me alegra volver a verte pequeño rey.

— El placer es mío, profesor Asuma.-respondió Shikamaru.

— Hay una tabla de ajedrez en la sala de profesores, pásate cuando quieras echar un combate.— rebuscando en el bolsillo del pantalón sacó una cajetilla de cigarrillos-Ahora me voy a fumarme un cigarrito, disfruten de la excursión muchachos. Pequeño rey, ten cuidado con la directora, está loca. Sería muy problemático que el primer día les pillen explorando los pisos prohibidos.

Naruto apenas esperó desaparecer la figura del profesor, subió escaleras arriba y animo a gritos a sus amigos.— ¡el último es un perdedor!


Ino y Sakura habían crecido rodeada de la magia de los pasillos del internado hasta el punto que se creían dueñas en cierto modo de lo que se encontraba escondido entre esas cuatro paredes. Desde muy pequeñas, la directora Tsunade se ocupó de acobijarlas cuando tenían pesadillas y curarles las heridas cuando se caían en el patio, asique no fue difícil crear un vinculo con ella, en especial para Sakura. Había noches en las que la niña de pelo rosa no podía concebir en sueño y escapaba escaleras abajo para sentirse protegida por Tsunade. Así fue como comenzaron a compartir cierta complicidad, dejando de lado su relación directora-alumna y permitiendo a Sakura la libertad de moverse por los pasillos a sus anchas de vez en cuando.

— Chicas, creo que esto es una mala idea. No deberíamos estar aquí.— objetó la ojiperlado asustada.— la directora podría expulsarnos.

Sakura e Ino se rieron a carcajada limpia y la rubia contestó entre risas:

— La directora Tsunade nunca en su vida a expulsado a nadie.

— Solo hay que regalarle una buena botella de Sake y asunto arreglado.— continuo Sakura.

— ¡Esto es emocionante, me encanta salir a explorar! Aunque sigo sin entender que es lo que buscamos.— dijo Tenten mientras husmeaba cada recoveco de la sexta planta.

— ¡Eso! Habéis dicho que la última vez se os olvido algo, pero no habíais dicho que se les olvido aquí.— argüió Temari. De las chicas era la que menos quería subir, ya que para ella solo traería problemas.

— Chicas, relajaos nadie viene por aquí, esa es la razón por la que escondimos algunas cosas en la sexta planta el curso pasado.— intentó animarlas Sakura.

Mientras seguían acercándose a la escalera central del edificio comenzaron a oír el repiqueteo de unos pasos contra el suelo de madera.

— ¡cre-creia que habían dicho que nadie viene por aquí!— gimoteo Hinata mientras daba un paso atrás.

— Será algún grupo de alumnos que también subieron.— respondió Sakura.— quedaos aquí, será mejor que pillen a una y no a todas.

Sakura comenzó a caminar por el largo pasillo lleno de mesitas cubiertas de polvo y cuadros desvencijados. A lo lejos podía oír los rápidos pasos aproximándose en su dirección, cada vez más fuertes. Pudo distinguir el chirrido de la madera característico de los escalones.

"Menuda panda de idiotas, corriendo por la escalera principal" pensó Sakura.

Ya había llegado al final del pasillo y solo le restaba girar a la derecha para estar de frente a las escaleras cuando chocó su cara contra algo, o mejor dicho alguien.

En la oscuridad del pasillo le costó diferenciar la figura pero tan rápido como sus ojos color jade se acostumbraron a la sombra pudo diferenciar el porte de un chico alto y fuerte de cabellos negro azabache y ojos tan oscuros como la misma noche.

Sakura no pudo evitar sonrojarse, "es muy guapo" pensó y como si el chico le hubiera leído la mente, le dedicó una traviesa sonrisa.

— Normalmente las chicas no se lanzan a mis brazos con tanta rapidez pero no importa.— susurró Sasuke mientras le retiraba la mano de la nariz a Sakura para cerciorarse de no haberle hecho daño.

"Menudo engreído" pensó Sakura y enseguida le apartó la mano de su rostro.— Sigue soñando, idiota.

— ¡Dobe! ¿Dónde estás?-gritó Naruto.— ¡Ah, ahí estas!

— ¡Shh! Es que queréis que les pillen.— Sakura los mandaba a callar uno a uno.

— Dirás "nos pillen"— corrigió Shikamaru y al ver que la chica de melena larga y ojos verdes no comprendía a lo que se refería le explicó.— si nos pillaran seria a todos, o sea a nosotros y a ti.

Sakura ofendida no pudo evitar ponerse roja, puso los brazos en jarra y le respondió al chico de ojos castaños y vista cansada— a diferencia de vosotros yo no he subido por la escalera principal, conozco otro camino para subir y en caso de que suba un profesor pienso usarlo para escapar. Además, ¿Quién sube las escaleras corriendo? Seguro que se han enterado hasta en la sala de profesores.

— Me rindo, la pelirrosa tiene razón. No debimos competir por quien llega antes ni haber subido por la escalera principal. Por cierto, soy Shikamaru ¿y tú?

— Sakura y ahora vengan, mis amigas están esperándome en el pasillo que da al ala oeste.

Los chicos fueron presentándose uno a uno y cuando Naruto se presentó ante Sakura, esta no pudo evitar reprimirle por ser tan escandaloso.

— Hmp, tu tampoco eres muy silenciosa. Tu voz es muy molesta.— se quejó Sasuke mientras le dedicaba una media sonrisa.

— y tú eres un arrogante y a pesar de todo no te he dejado tirado en las escaleras para que les pille el primer profesor de turno.— contestó Sakura enfadada.

— ¿Mi prima también está aquí?— pregunto Neji.

— Si. Que raro, les dije que esperaran aquí. Se habrán escondido en la habitación de Anko.

— ¿Entonces la leyenda es cierta? ¿Lady Anko existió en este internado?— preguntó Shikamaru.

— Algo así.

— ¿Qué quieres decir con "algo así"? — preguntó Naruto.— No seguirá aquí, ya sabes. Como fantasma.— dijo entre susurros.

— Pues claro que no, los fantasmas no existen.— espetó Sakura.— pero nadie sabe con exactitud quien era Lady Anko. Solo se sabe que la mujer que construyó este lugar era la madre de una niña llamada Anko, la cual, creció aquí en la sexta planta junto con su hermano Jiro y permaneció hasta el último de sus días en su cuarto donde murió aparentemente de un ataque al corazón.

— ¿Si nació aquí en Konoha como es que era una lady?— preguntó Sai.

— Porque su madre era Lady Maiko del reino del sonido. Anko era de Konoha pero heredó el título, al igual que la fortuna y la mansión que durante un tiempo fue un Orfanato y luego un internado.— Sakura conocía muchos secretos que circulaban alrededor del internado de Konoha, en su mayoría por la mismísima directora que sabia lo mucho que le gustaba a ella esa clase de misterios sin resolver. Pero, alguna vez había podido oír entre susurros historietas contadas por las personas ancianas que viven en el bosque, no muy lejos del internado. De una forma y otra era extraño que Shikamaru, conociera las leyendas que giran en torno a Lady Anko.— Shikamaru, ¿cómo sabes sobre la leyenda de Lady Anko?

— Solo escuché a Kabuto hablar sobre los aposentos de Lady Anko en la sexta planta, pero la conversación era muy aburrida asique no presté mas atención.

No era extraño pensar que ese profesor y tío de Karin conociera al respecto, después de todo, dada su edad pudo incluso conocer a los antiguos habitantes de esta casa de los que pocas personas recuerdan y hablan al respecto.

— Para no saber con certeza nada, sabes muchas cosas sobre Lady Anko.— espetó Sasuke.

Sakura avistó la habitación de la difunta heredera pero antes de abrir la puerta le dedicó una sonrisa dulce a Sasuke.-eso es porque yo me crié en este internado y he oído muchas historias sobre ella, en cambio, vosotros venís aquí y subís escaleras pidiendo a grito pelado una expulsión.

El peliazabache apenas tuvo tiempo de defenderse, Sakura abrió la puerta y asustó a las chicas que se encontraban sentadas en corro junto a una enorme cama.

— Hasta que por fin has vuelto, nos cansamos de esperar y nos vinimos aquí.— se quejó Ino— ¿Quiénes son ellos?

— Los que subían las escaleras.

— ¿las escaleras principales? Es el plan más estúpido del mundo.— objetó Temari mientras miraba con el ceño fruncido a los chicos.

— ¡que problemático! Ya sabemos que era malo el plan, ya vale.— gimió Shikamaru mientras se tiraba junto a Temari.— soy Shikamaru ¿y vosotras?

Los chicas se presentaron y lo mismo hicieron los chicos. Pronto descubrieron que todos tenían muchas cosas en común. Todos procedían de familias con mucha influencia política o con relevancia para el país y compartían algunos hobbies entre ellos. Los chicos todos eran trasladados desde el Internado Masculino de Konoha mientras que de las chicas solo Sakura e Ino habían estado los años anteriores en este internado. Por suerte para el grupo las chicas conocían todos los lugares del internado, como camelar a las profesoras y que hacer cuando la directora Tsunade les amenaza.

— No hay nada como una botella de Sake para calmar a la directora.— aconsejó Sakura.

— Aun no nos habéis dicho que hacemos aquí.— interpeló Temari.

Sakura e Ino intercambiaron miradas y mientras la primera se dirigió hacia una vieja cómoda la otra levantó el desvencijado colchón de la cama. En ellos habían escondidos chocolatinas, latas de refrescos, chicles y latas de cerveza.

— Todos los años traigo comida y bebida en un bolso que escondo en el jardín del internado. Este año traje muchas y con Sakura pensábamos que no estaría mal tener con quien compartirlas.

— Aunque eso implique incluirles en el plan.— agregó de mala gana Sakura mirando especialmente a Sasuke.

Los chicos tomaron un par de bolsas de golosinas y las pusieron en el centro para compartirlas entre ellos, mientras se dedicaban a compartir algunos de los secretos del internado. Sai, maravillado con los cuadros que habían colgados en el cuarto se levantó para admirar uno de ellos. La madera chirriaba levemente bajo sus pies hasta que cedió bajo él y atrapó su pie entre astillas y sollozos.

— ¡Sai!— gritaron los chicos que corrieron a socorrerle.

— ¡No muevas el pie! Tranquilo, solo es un rasguño, no hará falta que te pongan puntos.— aseguró Sakura mientras escudriñaba la herida con sus dos ojos jade.— Voy a meter la mano para ayudarte a sacar el pie.— Sakura introdujo la mano esperando encontrar un hueco, sin embargo sintió como sus dedos rozaban una tela suave como el satén. Empujó el pie de Sai retorciéndolo levemente para evitar aumentar el corte y lo cubrió con un pañuelo que siempre llevaba en el bolsillo.— ya está. No te has clavado ninguna astilla pero aun así debemos desinfectar y vendar la herida.

— Deberíamos bajar a nuestro cuarto, ahí tenemos lo que necesitamos.— propuso Ino.

— Tranquilas chicas, ya me siento mucho mejor ahora que no tengo el pie en ese agujero.— comentó Sai aun agitado por el dolor.

Sakura aprovechó el especial interés que mostraban todos en Sai para mirar a través del agujero, introducir la mano y tomar de él lo que se encontraba escondido. Se trataba de un libro con cubierta suave como la seda, aunque viejo y mohoso probablemente por el tiempo que fue oculto.

Sakura abrió por la primera página del libro y leyó para si misma:

— "Si alguien encuentra este libro significa que yo, Lady Anko M. fui asesinada."