Bueno, aquí está la segunda parte de los juegos de Loki.

Serie de historias: Los juegos de Loki #2: Shultand: La venganza de Loki.

Bienvenido a tu historia de Fantasía

Como siempre pido perdón si se me cuela algún error de ortografía.

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Loki había pasado los últimos dos meses pensando muy bien que había pasado en aquel juego ¿Cómo había perdido? Por dónde lo viera no tenía sentido. Observó al chico del mundo que se había creado, sin duda era una copia, del joven Vikingo, incluso tenía ciertos recuerdos. La fascinación por el chico solo había crecido conforme observaba a ambos chicos, al vikingo jefe de Berk y al universitario chico modelo de Kreb. Tenía una idea, pero ésta sería diferente. Muy diferente de lo que ya había hecho. Bueno, realmente era igual, pero ¿Quien lo sabría?

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Hiccup Haddock tercero, jefe de Berk sentía que se aburría aveces sin algún villano o sin poder explorar el archipiélago tanto como antes. Se había casado con Astrid y eso lo ponía feliz.

Aúnque aveces recordaba aquel mundo donde Loki lo había metido, no era que lo extrañará, ¡claro que no! solo había tomado cierto cariño por aquellas personas, así que aquel dia de quejas de Berk suspiro cansado. No se dio cuenta en que momento se durmió, lo último que había escuchado era algo sobre una oveja y un terreno.

Despierta — La voz estridente lo asustó obligándolo a abrir los ojos. Estaba en una habitación completamente blanca, sin duda ahora sí estaba muerto. Observó su cuerpo, no tenía una pierna, todo estaba normal con él, aún así cuando una luz apareció su cuerpo se inclinó, era como si algo muy dentro de su ser, supiera que estaba frente una presencia divina.

Venga, no tienes que hacer eso. — La voz proveniente de la luz comenzó a tomar una forma humana, un gran hombre se hizo presente, un hombre más alto de lo que Hiccup alguna vez vio estaba frente a él.

He esperado mucho tiempo. — El hombre se sentó en una de las sillas frente lo que parecía una gran pantalla. — Verás Hiccup Haddock, he pensado en nuestro último juego, sin duda hiciste trampa, hubieras salido en cualquier momento si solo dejabas que todo pasará, pero tenías que arruinar todo. Asi que pensé mucho como sorprenderte.
— ¿Secuestradome? ¿Estoy muerto? — Hiccup ahora sabía quién era ese hombre. Y verlo tan cerca le dio un poco de miedo ¿Porque Loki era el único Dios que prestaba atención en sus palabras?

No, eso sería aburrido, yo solo quiero divertirme. Ahora ¿Ves a ese chico igual a ti, pero con mejor estilo al vestir? Bueno es el chico que Freya dejo, aunque no hizo un buen trabajo, el recuerda parte de tu vida, no toda claro está; eso sería estúpido, pero si recuerda algunas cosas. Verás, yo no soy vengativo. Solo quiero darte una oportunidad de hacer las cosas bien. Sin trampa. — Loki sonrió mientras movió sus manos.

Entonces tu forma de diversión es… — Hiccup no sabía cómo continuar, ni siquiera estaba seguro de que debía decir.

Tú saliste de una historia ¿Crees que él pueda?

Básicamente soy yo, creo que es algo listo. ¿Que clase de Clichés serán?

Pero Hiccup, está no es una historia cliché, está es una historia fantástica ¿Crees estar listo para ver cómo lo hace? Es decir él estará en tu lugar, besara a tu esposa ¿No te dará celos?.

Bien, Loki tenía un punto, pero quietando sus posibles celos, no entendía porque estaba en ese lugar.

¿Y que debe hacer mi otro yo?

Ser tú, evitar la cazeria de dragones, ya sabes, sobrevivir. Si muere termina el juego, si gana la guerra aceptaré su existencia

Hiccup entendía todo, Loki no quería la prueba de haber perdido.

Quieres borrar ese mundo.

Eres listo Hiccup Haddock tercero, orgullo de Berk ¿Estás listo para una historia de fantasía?

¿Tengo opción?

La verdad no

Ambos observaron la ventana donde las imágenes comenzaron aparecer.

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Hiccup Haddock tenía cierta fascinación por los temas mórbidos y las historias de guerra. Había algo en ellas que le causaba cierta admiración. Así que no es de sorprenderse verlo leyendo algún libro sobre civilizaciones antiguas.
— Lento Hiccup. — El chico levantó la cara solo para recibir un golpe de Patán Jorgenson, su nada agradable primo — Deja de soñar y leer será la fiesta del año y sigues sin una cita.
Hiccup observó a su primo preguntándose como podían compartir ADN. Después de todo no tenían nada de parecido, salvo quizás unos padres que en vez de usar palabras se expresaban a gritos. Aunque su padre había muerto hacia poco, algún loco le habia disparado. Eso le dolía pero por su madre había sido valiente en lo que cabía.
— Iré con Ax. — Murmuró Hiccup casi de forma inmediata.
— No sé cómo conseguiste a una chica como ella.
— Porque soy su vecino y soy insistente. — Finalmente cerró su libros, había sido un milagro que no se cayera mientras caminaba.
— Claro, eres ese vecino insistente — Convino Patán con marcado sarcasmo. — Pero en verdad, ya tienen dos años de noviazgo y simplemente son... — Patán trato de encontrar una palabra que no fuera tan ofensiva. — Diferentes ¿Quien se compromete a los dieciocho años? Eso es algo estúpido, es como solo tomar un sabor de soda y no probar los demás. Con lo deliciosa que es la de naranja y uva.

Hiccup reconocía que su primo tenía un buen punto con esas palabras ¿Quien se comprometía tan joven en estos días? De hecho eso había sido algo extraño, apenas y tenía un leve recuerdo de hacer estado con Astrid en el hospital y luego había pasado todo ese asunto sin proponérselo.
— Bueno, creo que yo soy ese idiota. Además no puedo tomar soda, sabes que me altera. — Hiccup se detuvo frente al edificio donde vivía con su prometida en la universidad. — Bueno, nos vemos esta noche.
— Si, si. Solo lárgate maldito nerd afortunado.

Hacía dos años era novio de Astrid Hofferson, aunque de cariño le decía Ax, porque le gustaba confundir a las personas que durante años habían dicho que era Gay gracias al rumor de una ex novia. Hiccup se había comprometido con ella a los dieciocho, para alegría de sus padres. Además todos sabían que el era muy anticuado y ahora que vivían juntos lo que seguía era que se casarán
— Ya llegue — Murmuró al entrar al departamento, aunque estaba más que listo para esquivar cualquier objeto volador que fuera dirigido hacia su persona.
— Ahí estás. — Murmuró Astrid sosteniendo un par de cajas. — ¿Le pediste a tu madre tu colección de dragones? — Cuestión la chica viéndolo de manera acusadora.
— Si, aquí estoy. — ayudo a su prometida con las cajas. — ¿Es mi camisa de dragones? — La señaló solo para cambiar el tema y no admitir que si había pedido su colección de dragones.
— Sí, es tu camisa roja se Dragones. ¿La quieres?
— Claro que sí, pero apuesto que estás pensando en formas de aprovecharte de este pobre conejito — Le robó un pequeño beso a su prometida antes de cargarla.
— Hiccup, la fiesta de los gemelos. — Le recordó antes de que fueran a la habitación, donde seguramente no saldrían.
— Podemos no ir. — Sugirió el chico.
— Podemos, pero debemos ir.
Hiccup soltó una Maldición. Odiaba cuando tenía que cumplir alguna promesa.
— Bien, pero volveremos para terminar esto. — Sentenció el chico.


El alcohol del chupito escocio su garganta y ni siquiera la media rodaja del limón pudo calmar el ardor. Sintió como su cara se arrugaba debido a la acidez de la bebida, una pequeña lágrima se escapó de sus ojos. El sonido de la fiesta regresaba a medida que pasaba la sensación del trago.
Era sábado por la noche y estaban en el departamento de los gemelos Torton celebrando su cumpleaños veinte. Con bebidas y habitaciones vacías era difícil resistirse a ir a sus fiestas. Aunque Hiccup tenía algunas malas experiencias en las fiestas, como equivocarse de chica a la que se le declararía, aunque eso había sido hacia unos años.

— Deja de beber. — Murmuró Patán. — Te sentirás peor mañana, le quitó el vaso de las manos. — Solo fue una pelea, Astrid ni siquiera lo tomo enserio.
Para él era fácil decirlo, no tenía que ir a casa y es que Astrid Hofferson era intimidante enojada, su frente lo sabía muy bien y no es que el le tuviera miedo, solo era precavido y necesitaba valor para hablar con ella en ese momento. Camino esquivando a la turba de personas que se arremolinaban en torno a la sala. Algunos bailaban otros solo trataban de ligarse a alguna chica. Hiccup sentía sus nervios al cien, ni siquiera el alcohol había logrado calmarlo.
— No ha sido una buena idea. — Retrocedió unos pasos antes de llegar con Astrid

Patán lo empujó para que siguiera caminando.
En ese momento Hiccup ni siquiera podía recordar que habia pasado ¿Que le había dicho a su prometida? ¡Claro! que aveces debía ser más femenina, como lo era Camicazi. Aquello había sido como una bofetada hacia su novia, porque él sabía bien que ella odiaba a la chica.
Aunque en su defensa el no había querido ir a la fiesta en primer lugar, bien podían estar viendo una película juntos o haciendo cosas recreativas de parejas. Y por si el destino no lo odiara también estaba Heather, su ex novia en esa fiesta ¿Acaso todo era un complot? Choco contra Patapez quien le lanzó una mirada sería, al parecer estaba tratando de ligar con Brutilda Torton. Hiccup no entendía porque podía gustarle la chica, era algo loca y siempre estaba con su hermano. Ellos siempre decían que eran el paquete completo. Y es que... ¿Quien en su sano juicio acepta salir con ambos hermanos? Era bizarro. Pero si su amigo estaba dispuesto a correr ese riesgo; él no sería quien lo detendría. Al llegar con su novia interrumpió su plática con Brutacio Torton.
— Amigo Hiccup. — dijo animado el chico rubio. — Justo hablamos de ti. ¿Qué tal te la estás pasando? — Pregunto con una sonrisa en los labios, se notaba que estaba ebrio, por el olor que despedía y el vaso de cerveza que sostenía.

Eso era algo que no necesitaba realmente.
Hiccup sintió un pequeño peso revolverse en su estómago, como si hubiera comido algo echado a perder que ahora amenazaba con salir
¡No! No podía ser. ¿Acaso iba a vomitar? ¡Genial! No solo hacía enojar a su prometida; ahora también sería conocido como el chico que vomito sobre Brutacio Torton. Sin duda sería algo que el chico le recordaría hasta el final de los tiempos.
— Me... Me la estoy pasando bien. — Hiccup sentía como comenzaba a sudar. Él mentía fatal en esas situaciones
— Hiccup. — Astrid tocó su hombro. — Quizás debemos irnos.
— Estoy bien. — Genial, él mentía fatal ¿Dónde se había ido ese chico que mentía de manera descarada para conquistar a su vecina.
— ¿Pue... Puedo hablar contigo? — Pregunta a la chica.
Ella suspiró y le dedicó una de sus miradas peculiares que decían: Te amo pero te golpeare.
¡No! Ahí estaba su visión borrosa, se iba a desmayar ¡Joder, no! Y antes de darse cuenta todo se volvió negro.


La isla de Berk en un archipiélago remoto. Es una tierra inospita. Muy pocas personas son capaces de sobrevivir, por eso no es de extrañar que los sobrevivientes sean personas duras. Los guerreros de estas tierras no son cualquier cosa, ellos pueden donar dragones y surcar los cielos. También saben de guerras, estás tierras han sido testigos de innumerables guerras entre tribus.

Hiccud estaba seguro que el perteneció a esos guerreros, la fascinación que despertaba en él aquellas leyendas era algo que recorría todo su ser. Incluso había tenido sueños donde surcaba los cielos nocturnos sobre un gran dragón negro.

Abrió los ojos lentamente su cabeza dolía como un infierno, el sonido era tan intenso que tuvo que cubrir sus oídos.
— ¿Pero que? — Cerró los ojos varias veces es solo para tratar de despertar por completo. ¿Dónde demonios estaba? ¿Que tanto había tomado? Seguro era una broma de sus amigos.
— Bien, es divertido pero ya pueden cortar el rollo.

Entonces se dio cuenta de algo.

— ¡¿QUE ESTE ESTO?! — no sabía si estaba asustado, horrorizado o todo junto, tenía una pierna, ¡una sola pierna!...lo habían secuestrado y le habían cortado una pierna ¿Quien era el demente que había hecho eso? Lo habían secuestrado, no había otra explicación, seguro traficantes de órganos, alguien le había puesto algo en su bebida. Reviso su cuerpo en busca de algunas cicatrices, solo por si le habían sacado un riñón ¿Que loco le cortaba la pierna a alguien? Bueno estaba seguro que había un mercado para todas las partes del cuerpo ¿Que había pasado con Astrid? El solo hecho de pensar que ella podría estar ahí le dio asco. Quizás le habían quitado la pierna para que no escapara.

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Loki soltó una carcajada.

¿Viste eso? La cara que puso no tiene precio. Por cierto mentí, si soy rencoroso.

Hiccup Haddock tercero tuvo que ocultar su rostro porque realmente era divertido ver cómo tenía miedo ¿El era así? ¡Dioses! Aquello sería terrible. Sentía pena por su otro yo.

Eso es…

No sería justo si lo mandara a un Berk lleno de paz, o aún Berk en plena guerra, Moriría contra Drago al primer golpe y eso sería aburrido. Solo serán villanos nuevos, realmente los inventé yo, pero hay uno que me gusta mucho.

¿Viggo?— Pregunto Hiccup— Eso es muy extraño.

Bueno, ya quedó claro que no es una historia normal

Hiccup reconocía que Loki tenía razón, nada de eso era normal. Y seguramente no lo sería.