Parte 1: recordando
Era un día soleado y tranquilo en la famosa Aldea Oculta entre las hojas, capital shinobi del gran país del Fuego.
El afamado sexto Hokage reposaba en su escritorio, mientras leía su preciado libro "Tácticas para hacerlo", legado de uno de los legendarios Sannin, el maestro Jiraiya, más conocido por sus allegados como "el sabio pervertido".
El sexto pensaba en cómo eran aquellos días de antaño, donde siempre llegaba tarde a las reuniones y misiones de su equipo, simplemente excusándose al profesar:"Me perdí en el sendero de la vida", argumento el cual en este momento no podía utilizar para evadir sus responsabilidades como Hokage.
Cansado del parloteo de su querida asistente Shizune para con sus obligaciones, decidió estirar sus músculos y dirigirse a la pelinegra.
-Neh, Shizune.
La de ojos oscuros dirigió su mirada por encima de todo el papeleo a su ahora líder, o como ella solía llamar a Tsunade y Kakashi en secreto, "Los holgazanes de la hoja", debido a que siempre trataban de salirse por la tangente respecto a sus obligaciones.
-¿Sí, sexto?
-No me digas así Shizune, ya te lo he dicho.
La pelinegra rodó los ojos y dijo.
-Dime Kakashi, ¿qué necesitas?
Ante esto Kakashi sonrió pícaro bajo su máscara, a la vez que sus ojos enseñaban un brillo peculiar, la azabache comprendió y se ruborizó de inmediato, ante lo cual sólo pudo carraspear para disipar su vergüenza y nervios.
-Kakashi, ahora no estamos para eso, dime ¿qué sucede?
El peli plata dejó su actitud para cambiar totalmente de mirada y decirle a su querida "amiga" lo que estaba planeando.
-Pues verás, mi querida Shizune, he decidido reunirme con el equipo, hace un buen tiempo que sólo los veo para asignarles misiones y eso es todo. Además... digamos que me quiero divertir un poco con ellos.
La pelinegra sólo suspiró y lo miró resignada, a la vez que exclamó:
.¡Está bien!, sólo tienes unas horas para lo que sea que tengas planeado, luego tienes que venir a continuar con el trabajo.
Kakashi sonrió de manera socarrona al obtener su cometido, se levantó de su asiento, guardó su "tesoro" como le llamaba a sus libros y se retiró a su casa.
Era el día de descanso de cierta pareja, los cuales eran conocidos como "la segunda Tsunade" y "el vengador", más concreto: Sasuke y Sakura Uchiha.
Así es, la peli rosa y el azabache habían intercambiado votos matrimoniales hacía tan sólo dos meses, en los cuales, ambos vivían un "sueño muy lúcido", del cual no pretendían salir muy pronto.
La menuda mujer de ojos tan verdes como la joya más hermosa que pudiese ser encontrada, estaba revoloteando de un lado hacia otro en la cocina de su hogar, estaba preparando la cena, la cual consistía en fideos de arroz con tomate y ramen, esto para su esposo y mejor amigo, donde este último regresaba de una misión de dos semanas.
Cada mes procuraban reunirse como fuese posible para hablar de la cotidianidad, ambas matriarcas se ocupaban de preparar platos exquisitos para sus esposos, no obstante, en esta ocasión Hinata no podía compartir con ellos, debido a obligaciones con su clan, así que ahora le correspondía a Sakura ocuparse de ambas cenas.
El hombre de ojos dispares sonreía casi imperceptiblemente mientras veía como su hermosa esposa se ocupaba de hacer una cena espectacular, porque a pesar de ser una kunoichi de gran nivel y la mejor ninja médico, le gustaba ocuparse de nimiedades, como él solía llamarle a lo demás, en este caso, al hecho de consentirlos con una deliciosa cena casera.
De un momento a otro sonó el timbre de la puerta, la pelirrosa miró a su esposo y él asintió en silencio, comprendiendo lo que ella con su bella mirada le decía.
Se incorporó de su asiento y se dispuso a abrir.
-Hola chicos, ¿cómo están? ¡ttebayo!
Sí, la calma del hogar Uchiha había sido interrumpida por su alocado amigo rubio, quien no había llegado solo...
-Hola, ¿qué tal?
Su sensei y ahora Hokage acompañaba al jinchuriki del Kyubi, no sabían su razón, pero allí estaban ambos.
-Hola Naruto, hola Kakashi-sensei, ¿qué tal todo?- Saludó la oji jade con una gran sonrisa, pues no era de todos los días tener a su equipo junto.
-Espero que no les moleste que haya venido, me encontré a Naruto y me invitó- Terminó Kakashi su oración mientras se rascaba detrás de la cabeza.
La peli rosa salió a recibirlos mientras respondía a su antiguo sensei
-No se preocupe por eso, es maravilloso que podamos estar todos juntos.
Al ingresar y acomodarse en la mesa, Sakura empezó a servir una deliciosa cena, todos estaban a la expectativa de probarla, hasta que alguien se cercioró de una bolsa un poco grande, la cual estaba en el regazo de el peli plateado.
-Neh sensei, ¿qué lleva ahí?
Preguntó el rubio mientras empezaba a comer su- hasta el momento- primer plato de ramen.
-Bueno, en realidad traje esto para que hagamos una apuesta, si pierden, deberán cumplir algo... y ese algo está en esta bolsa. Si yo pierdo, los invito a cenar al mejor restaurante de Konoha. ¿Aceptan?
Sakura miró al actual Hokage con su estilizada ceja izquierda en alto, mientras le preguntaba.
-¿Qué trama sensei?- El peli plata dejó de lado sus palillos para responder.
-No dejas de ser perspicaz Sakura- rió entre dientes -No es nada malo, sólo quise pasar tiempo con mi equipo, como en antaño, a la vez que hacer algo divertido.
-Esta vez fue el turno del Uchiha de romper el silencio.
- No lo haré, Kakashi.
- Vamos temeee, será divertido- respondió Naruto mientras se atragantaba con su tercer plato.
- Naruto, no te atragantes así, come bien -Le dijo la pelirosa a su amigo, luego desvió la mirada al peli plata y le dijo mientras asentaba sus codos en la mesa y recargaba su cabeza en sus manos entrelazadas.
-¿De qué trata la apuesta?- Preguntó un poco interesada, no por la cena prometida si ganaban, lo hizo sólo por el hecho de divertirse un poco con su equipo antes de partir al viaje con su esposo.
- Sakura, no participaré de su tontería...
Mencionó Sasuke a su esposa, a lo que ella lo miró y le dijo
- Claro que participarás, cariño... -Mientras le respondía a su esposo, le brindó a este una mirada penetrante a la vez que levantaba su ceja izquierda. Sasuke sólo suspiró y dijo
-Está bien, que sea rápido.
Todos sonrieron de manera disimulada, sin embargo Naruto no pudo contenerse por mucho y...
-JAJAJAJAJAJAJA TEMEEE- Gritó Naruto mientras se sujetaba el vientre hinchado de tanta comida que había ingerido- Sakura-chan te trae domesticado.
-Cállate dobe.
Respondió el Uchiha de manera fría y cortante mientras fulminaba al rubio con sus ojos dispares.
-Bien sensei, apostemos- Mencionó la oji jade mientras sonreía de manera petulante y confiada.
Estaba el equipo 7 reunido en el campo de entrenamiento número 3 como en antaño, donde se escuchó de un momento a otro una voz dulce y enojada decir.
- Esto no es buena idea, no lo haré. -Mencionó la chica de cabello rosa mientras veía lo que su sensei sostenía en sus manos.
-Perdieron, así que deben hacerlo chicos- Dijo el sexto Hokage aguantando su risa, por suerte traía su máscara como siempre, así no lo notarían tan fácilmente.
-Tú fuiste quien quiso participar, ¿no?- Dijo Sasuke a su esposa en tono ligeramente burlesco, a lo cual, ella le dedicó una mirada de furia.
-Tú has silencio, recuerda que también tienes que ponerte eso- Se giró y se cruzó de brazos, dándole ligeramente la espalda a su esposo.
Sasuke simplemente suspiró resignado y Naruto reía, de un momento a otro guardó silencio y de manera expectante le preguntó a su antiguo sensei.
-Oiga sensei, ¿de dónde sacó eso?
Ante la pregunta del hiperactivo rubio, el matrimonio se giró a encarar al enmascarado, asintiendo ante la pregunta de su compañero.
-No planeo revelar mis fuentes, ahora niños, sólo háganlo.
Le entregó a cada uno de los tres grandes héroes de guerra, al legendario y renombrado equipo 7, un atuendo bastante conocido para ellos... la ropa que usaban en sus días de genin, sí así es, y de la talla de aquella época también.
-Me niego- Pronunció la peli rosa, a lo cual el Hokage respondió.
-He ganado justamente al "Uta-garuta", así que no se pueden negar.
El equipo suspiró mientras tomaron el respectivo atuendo de su niñez en busca de dónde cambiarse de ropa.
Quince minutos transcurrieron desde entonces, tiempo en donde el actual Hokage esperaba impaciente con su cámara en mano el momento en el que sus antiguos alumnos salieran, para así tomarles una foto vergonzosa y conservarla, pues sabía que en algún momento podría usarla para su beneficio.
-Chicos, salgan, no puedo esperarlos para siempre- Pronunció el peli plateado de manera cansada.
El primero en salir fue Naruto, el cual traía una sonrisa algo tonta en su cara.
-Sensei esto es muy gracioso- Decía mientras continuaba sonriendo.
El Hokage ocultó su cámara tras su espalda antes de que el rubio la pudiera notar, a continuación apareció el Uchiha con su cara roja de vergüenza, mientras trataba de cubrir el sonrojo con su mano.
-Esto es patético, no sé cómo me dejé convencer.
Mencionó el pelinegro, mientras su compañero y sensei reían, pues la ropa de aquellos dos jóvenes estaba pequeña y demasiado adherida a su cuerpo, casi como una segunda piel.
Kakashi sonreía mientras pensaba Esto es lo mejor que se me ha ocurrido en mucho tiempo.
Pasaron algunos minutos de risas, sin embargo los tres integrantes masculinos del equipo estaban empezando a desesperarse por la tardanza de la fémina de su grupo, ante ello el rubio fue el primero en proclamar
-Sakura-channnnn, sal ya, sino Kakashi sensei nos tendrá más tiempo aquí- Al terminar su oración el rubio suspiró y se irguió a un lado de su mejor amigo a la espera de Sakura.
De un momento a otro los ojos de Kakashi se abrieron sorprendidos, pues la chiquilla de su equipo ya no lo era, ahora era toda una mujer, y en su actual atuendo se podían evidenciar demasiado bien los cambios.
El gesto del peli plata hizo que los dos restantes miembros del equipo se giraran a la vez, pudiendo ver a la integrante que faltaba.
Mientras Sakura caminaba erguida, con su cara roja y enojada, los tres hombres se sonrojaron por su vista, y es que si el atuendo de ellos era un poco estrecho y revelador, el de la chica de cabello rosa lo era más.
Sakura se irguió en medio de su esposo y mejor amigo, a la vez que miraba a su sensei de manera enfadada, este por fin salió de su transe y tomó una fotografía rápidamente, después de hacerlo simplemente desapareció en un puff, dejando a los tres chicos en el campo de entrenamiento.
Uta-garuta:El uta-garuta en el que un recitador lee los primeros versos de un tanka (poema tradicional japonés de cinco versos) y los jugadores deben encontrar entre varias cartas, la que contiene los dos últimos versos del poema, antes de que lo haga su contrincante. Generalmente, con escuchar la primera o segunda sílaba, los jugadores ya son capaces de reconocer de qué poema se trata. Para hacerlo, hay que conocer de memoria los cien poemas del Hyakunin Isshu (Cien poetas, cien poemas), una importante antología de poesía clásica que recoge, tal como lo indica su título, cien poemas de cien poetas emblemáticos de la corte Heian
