"¡Sal de mi mente!", se decía Fenris sentado en la orilla de su cama con los codos recargados en
sus rodillas, se tocaba el cabello con gran desesperación, estaba al borde de la locura, irritado,
desesperado. Desde que podía recordar nunca había experimentado esas sensaciones. Eran
sentimientos desconocidos, ocultos en lo más profundo y oscuro de su corazón, quería sacarla de
su cabeza, pero había una cosa que no comprendía: Al corazón no se le puede mandar.
Sus ojos estaban plasmados en sus pensamientos y su voz en los sonidos que trataba de escuchar,
estaba desesperado, la necesitaba y él lo sabía…se levantó abruptamente y camino casi corriendo
hacia la finca de Hawke, pasando entre la multitud como si las calles estuvieran vacías, por fin
llegó, se sentía emocionado y a la vez asustado e incómodo, quería irse pero sus pies se quedaron
quietos y sus manos tocaron la puerta. "Messere Fenris!" dijo Bhodan que abrió la puerta
invitándolo a pasar "La señorita Catherine no está, pero si gusta esperarla…", Fenris de sentó en
una pequeña banca que había en el recibidor sin decir nada.
Por fin se abrió la puerta, era ella, su dulce olor la delataba, ambos se miraron y por un momento
se perdieron en la profundidad de los ojos del otro. "Fenris?", dijo Hawke, "Yo…no puedo…te
necesito Hawke, no puedo dejar de pensar en ti, no puedo sacarte de mi mente", dijo Fenris con
esos ojos, esa mirada que Hawke nunca había visto, por primera vez no había odio ni enojo. "Dime
que me vaya y lo haré", dijo mientras miraba al suelo. Hawke se acercó lentamente y acaricio sus
brazos obligándolo a mirarla a los ojos, mientras se acercaba a sus labios. Sus corazones
palpitaban tan rápidamente, tan llenos de adrenalina; se acercaban dudosos, querían retroceder
pero no podían, sus labios se tocaron por primera vez, podía sentir su aliento, su respiración
acelerada, sus cuerpos nunca habían estado tan cerca. Hawke lo tomo de la mano y lo llevo a su
habitación, para su suerte el salón estaba vacío y llegaron sin problemas ni preguntas incomodas,
mientras caminaban Fenris se llenaba más y más de miedo quería detenerse pero seguía caminado
tomándola de la mano.
Al llegar se detuvieron, no sabían que hacer, Hawke había estado con más hombres antes pero
ninguno como Fenris, él sin pensarlo la beso de nuevo, el fuego de la chimenea llenaba de calor
sus cuerpos, todo estaba en silencio excepto por el sonido de la madera quemándose al fuego, ya
no eran besos tiernos como los de hace un momento, ahora estaban llenos de pasión, Hawke besó
su cuello mientras le quitaba la parte superior de la armadura, el sólo acariciaba su espalda. Se
deshicieron de sus ropas entre caricias cariñosas, ahora ya no había nada más entre ellos, nada
que pudiera separar sus cuerpos, Fenris miraba la belleza de Hawke, la belleza de su cuerpo tan
perfecto, ella también contemplaba su cuerpo, miraba las líneas blancas dibujadas en su piel, lo
miró de pies a cabeza y se detuvo en sus ojos verdes que le suplicaban se acercara más, pero antes
de que pudiera hacerlo él se acercó y la besó tiernamente, caminaron lentamente entre besos al
borde de la cama dónde se dejaron caer, él estaba casi sobre ella besándola con ternura, luego
beso su cuello lentamente mientras ella cerraba los ojos y suspiraba, se colocó sobre ella, las
suaves y blancas sabanas envolvían sus cuerpos, sus labios no se separaban, se miraban a los ojos
llenos éxtasis, ella beso su cuello mientras acariciaba su espalda y su cabello llena de placer, el
miedo se había ido, ahora sólo estaban ellos, desde ahora se pertenecían.
De pronto imágenes comenzaron a llegar a Fenris, recuerdos que no eran suyos…o si lo eran,
voces que le susurraban al oído, cosas que nunca pasaron, rostros que no conocía, o que al menos
no recordaba. Su mente estaba distraída pero no podía simplemente ignorar lo que estaba
sintiendo, no podía simplemente parar, no quería tampoco. Ella lo tomo de los hombros y lo
recostó en la cama, ahora ella era quien estaba sobre él, él la tomaba por la cintura y la miraba a
los ojos aunque realmente no estaba ahí. Había terminado y con ello se fueron las imágenes y
recuerdos…todo estaba olvidado y su mente volvía a estar en blanco, se sintió desesperado "Que
había pasado?", se recostaron cubiertos por las sabanas, Hawke lo miró "Fenris…", él sabía lo que
estaba a punto de decir y se sintió aun peor, todo fue tan rápido y tan traumático simplemente
quería irse, Hawke no dijo nada más y puso su cabeza en su pecho para comenzar a dormir, Fenris
esperó a que estuviera completamente dormida y se levantó con mucho cuidado, se vistió de
nuevo y se detuvo a mirarla, era como un ángel, tan serena y tranquila, tomó el pañuelo que
descansaba en la mesa de noche y salió sin mirar atrás. Al llegar a su mansión se recostó en la
cama mirando el techo lleno de grietas, herido por su cobardía, por no quedarse y decirle lo que
había pasado, se sentía como un cobarde que se dejó invadir por el miedo; olió el dulce olor qué
salía del pañuelo "Perdóname", dijo mientras lo amarraba a su muñeca para llevarla siempre
consigo.
Hawke despertó y se vio sola, él ya no estaba, la había dejado, la había usado. Se levantó y se
vistió preguntándose el porqué; había sentido que era tan real, que el también sentía algo por ella
pero no fue así, salió de su habitación y miró por la ventana, se dijo que no lloraría y no lo hizo,
siguió adelante como si nada hubiera pasado, por fuera estaba tranquila aunque por dentro
estaba tan herida que su corazón sangraba…
