Los créditos de la película llegaron a su fin y Adrien se levantó, pero antes de que Gabriel también lo hiciera para retomar sus actividades, al ver la espalda de su hijo; una imagen aparece latente en su mente y simplemente no puede dejar que su hijo se vaya. De inmediato lo llamó y le pidió que se quede.
El aludido, se sentó de nuevo y lo miró con sorpresa por esa solicitud.
— ¿Que es, padre?
— Quiero hablar de lo que hiciste hoy —Adrien lo miró sin saber a lo que se refería exactamente, sus ojos reflejando atisbos de incomprensión. Gabriel se aclaró la garganta— Saltaste del edificio —Respondió sereno.
Omitiendo, que en su interior aún conservaba el miedo que sintió al ver a su hijo cayendo de esas alturas. Miró ese anillo en la mano de Adrien, pero ahora lo veía como un accesorio porque si no lo fuera, él se hubiera transformado cuando estaba cayendo.
"Lo hubiera hecho ¿no?"
Dejó la pregunta sin respuesta en el fondo de su mente. No iba a poner la vida de su hijo en riesgo por comprobarlo, además de que había visto a Chat Noir y Adrien a la vez, ese hecho que demostraba que su hijo no podía ser el héroe, ya sin importar lo que creyó en un principio.
— Lo que hiciste fue muy peligroso —Aseguró.
— No fue nada —Cabizbajo.
— No fue nada porque no pasó nada —Refuto, la voz alzada de su padre lo sorprendió a Adrien, quien alzó su cabeza— ¿Por qué lo hiciste?
— Ladybug me lo dijo y yo la obedecí —Gabriel lo miró con extrañeza y más si su hijo lo miraba con seriedad— Confió en ella.
— No puedes confiar ciegamente en lo que te diga —Replico— Ya de por si lo que te pidió hacer fue muy peligroso —Argumentó— Y ella debe considerar de que puedan haber sucesos que le impidan salvarte ¿Lo entiendes, hijo?
Adrien estaba incrédulo, su progenitor se estaba mostrando molesto, preocupado...
Como un padre.
— Lo entiendo —Contestó afectado por sus palabras— Pero aun así... —Comenzó al segundo, su voz firme— Si Ladybug me pide hacer algo... yo lo hare.
Gabriel no pregunto el porqué, sus ojos brillantes lo decían todo, estaba enamorado, su hijo amaba a Ladybug y percatarse de ese hecho, le hizo preguntarse por otro.
— La de la foto... —Inició— ¿No era tu novia?
Esa cuestionante salida de la nada, hizo desconcertar a Adrien y mucho más por lo que inquiría la misma.
— ¿Uh? —Sus mejillas se sonrojaron por la vergüenza de que lo que le interrogaba su progenitor— ¿Marinette? No, es solo una amiga.
— ¿Y Ladybug?
Si antes sus mejillas eran rojas, ahora eran bordo. De inmediato su mano la posó en su nuca, rascando su cuero cabelludo, ese gesto que solo realizaba en señal de incomodidad.
No inquirió sobre eso y cerró los ojos un momento con dolor sin querer pensar en lo que le puede hacer a Ladybug por conseguir su Miraculous. Por eso decidió volver a hablar sobre el tema que realmente le importaba.
— Solo quiero que te des cuenta que lo que hiciste fue muy peligroso —Dijo al abrir sus ojos— Ladybug pudo no haberte salvado.
Hizo una pausa "Si yo no le hubiera ordenado que Gorizilla la suelte" Y luego retomó la conversación.
— Tú... —Tragó saliva— Podrías haber muerto.
Sus ojos penetrando los de su hijo. Él sintió un escalofrió en su piel, sintiendo el peso de sus palabras.
— Lo comprendo, padre —Lo miró fijamente. Gabriel asintió y apoyó una mano en su hombro, mirándolo por unos segundos sin decir palabra.
— No quiero perderte —Espetó al rato, su dedos arrugando un poco su camisa.
Adrien no dijo nada, no sabía que decir. En poco tiempo su padre lo liberó y se levantó de su sillón, dándole la espalda, sus manos unidas detrás de la misma.
— Eso es todo.
Adrien se retiró al rato. Gabriel se quedó quieto por un breve tiempo, donde un pensamiento merodeó en su mente.
"Ya es suficiente con haber perdido a Emilie" "No está en mis planes perderte también, mi querido hijo"
