Tenemos que hablar

- Nunca hemos hablado de esos dos años. No… no sé cuanto sabes de como fueron.

- Mycroft me hacía llegar algunos informes de forma puntual sobre las personas que había amenazado Moriarty de forma concreta. Incluía algunas de las conclusiones a las que llegaba después hablar con personas de tu entorno.

- Con mi terapeuta –aventuró John.

Los ojos de Sherlock perdieron el contacto con los suyos por un momento. Por ellos cruzó de nuevo la sombra de la culpa que poco a poco comenzaba a disiparse. Hubo un audible suspiro de parte de John, más cansado que enojado, captando de nuevo la mirada de Sherlock.

-No me sorprende, y en cierto modo era consciente de que de algún modo los ojos de tu hermano me seguían.

-¿Por qué hablar ahora de esos dos años? Tú seguiste adelante pasado un tiempo, Rossie es la prueba de ello. –La mención de la pequeña trajo entre ellos el recuerdo de la madre de ésta, y por un segundo ambos dejaron de respirar. –Lo siento John, no quería…

-No tienes que volver a disculparte,… hay que seguir adelante –John cerró los ojos por un instante para reprimir las lágrimas que desde el dia anterior parecían fluir con demasiada facilidad-. ¿Cómo fueron para ti? De eso sí que no hemos hablado.

El dia anterior durante unos minutos John se había derrumbado ante un Sherlock que parecía abrumado ante el dolor de su amigo, y mientras el primero dejaba salir por fin las lágrimas que llevaban semanas oprimiéndolo, Sherlock fue capaz de acercarse para brindarle apoyo y consuelo, sin analizar, sin deducir y sin juzgar, solo manteniéndose junto a él, sin saber cómo hacerle entender que no estaba sólo .

Después de eso habían celebrado el cumpleaños de Sherlock junto a Molly en una pastelería con un trozo de tarta y té entre frases incómodas y una rápida despedida de Jonh, que se excusó para volver con su hija.

Al dia siguiente, John había aparecido diez minutos antes de las seis, su turno de "vigilancia", con una bolsa de bollos consciente de que poco habría en casa de Sherlock para un desayuno medianamente decente. Encontró en el salón de Baker a Lestrade, sentado en el que era su sillón, discutiendo con un emocionado Sherlock y con al menos una docena de carpetas de casos abiertos en Scotland Yard. Después de los saludos, el DI recogió las carpetas y las ordeno en la mesa de trabajo, y recomponiendo la ropa pasó al baño a adecentarse antes de marcharse para incorporarse al trabajo. Los dos hombres quedaron en un silencio que seguía siendo incómodo. Cuando Lestrade salió para marcharse, John se había hecho un hueco en la cocina y preparaba té mientras ponía los bollos en un plato.

-¿Te quedas a tomar un té Greg?

-Gracias John, pero con los tres cafés que llevo encima ya no necesito estimulantes hasta dentro de un par de horas. Volveré esta noche, a las diez.

-Y trae por favor algo más interesante –intervino Sherlock con mal talante- Me extraña que sepáis respirar y mirar al mismo tiempo con esos cerebros…

-¡Sherlock! –la voz de John se impuso desde la cocina.

-No te preocupes –dijo Lestrade sin muestras de haberse ofendido- la culpa es mía por tratar de encontrar algo que lo distraiga.

-Casos sin cerrar que hasta un niño seria capaz resolver.

John suspiró, no se sentía con fuerzas para discutir.

-¿Por qué no te das una ducha mientras intento preparar un desayuno lo más decente posible? –dijo a Sherlock, despidiendo a Greg con un apretón de manos.

-la señora Hudson se encarga de traer la comida, después de haberme metido en un maletero es lo menos que puede hacer.

-Tú agujereaste sus paredes sin compasión. –De nuevo un suspiro cansado y los dedos de John sobre el puente de la nariz parecieron calmar un poco la exitación de Sherlock, que guardó silencio mientras lo observaba.

-¿Estás bien? –murmuró.

-¿Por qué no te das una ducha y te adecentas un poco? –repitió con calma- si pretendes ver a Rossie tienes que estar presentable.

Eso sí que sorprendió a Sherlock que se quedó sin habla

-¿H-Hoy?

John lo miró con media sonrisa.

-Si te portas bien puedes acompañarnos a dar un paseo. Le he dicho a la Sra. Hudson que hoy me quedaré contigo hasta que llegue Molly a las seis, así que queda un largo dia por delante. Además… hay… cosas que necesito aclarar contigo, cosas de las que tenemos que hablar…

-Si.. claro…

Y Sherlock se dirigió al baño sorprendido y en cierto modo nervioso por no saber si la amistad de John estaba comenzando a sanar o por el contrario se encontraba al borde de la ruptura que hablar