Hola, soy nueva en esto, pero llevo bastante tiempo leyendo fics. Adoro escribir y por eso me he decidido a publicar mi primera historia. Elegí Digimon, porque es uno de mis animes favoritos y la pareja principal es Yamato y Hikari, la cual no tiene muchos seguidores, pero me fascina imaginar que entre ellos dos pudiése ocurrir algo, probablemente porque me atraen mucho las historias de amores imposibles...espero que les guste y apreciaré cualquier comentario positivo o negativo siempre que sea constructivo.
Nota: Los personajes no me pertenecen, sólo los he tomado prestados para plantear la siguiente trama.
Era un domingo común. Había decidido ir por algo de comida a la tienda cuando la vi. Una linda chica de unos 15 años tal vez, ¿quizás 16?, cabello castaño hasta mitad de la espalda, cintura pequeña, minifalda… miraba atentamente los cereales, parecía bastante concentrada en escoger uno. Me acerqué sigilosamente hasta estar a unos pasos de ella.
- ¿Puedo ayudarte en algo linda? – pregunté con voz ronca
Entonces la muchacha se volteó hacia mí sorprendida y en el momento que nuestras miradas chocaron mi cerebro tardó un milisegundo en asociar su rostro al de una vieja conocida.
- ¿Hi..kari? – pregunté con voz entrecortada. ¿En serio había intentado coquetear con la hermanita pequeña de un viejo amigo?, tenía que ser una broma, pero a pesar de los evidentes cambios de la niña que había visto hace 3 años atrás, algo en su rostro reveló de inmediato su identidad.
- ¿Yamato – sama? – preguntó al cabo de pocos segundos, reponiéndose rápidamente de la estupefacción de la cual yo aún no podía salir - ¡kami! ¿qué haces tú acá?... sólo espera que se lo cuente a Tai…¡va estar tan feliz!
- No, no….- negué por puro instinto y entonces ella me vio con confusión - ¿estás con él acá?
- No… vine a comprar su cereal porque ya no hay, pero vivimos en un departamento a pocas cuadras de acá… si quieres puedes…
- No – dije, esta vez con decisión – Hikari – chan… yo…voy a marcharme… no puedo pedirte que no se lo digas, pero por favor… no intenten buscarme…
Su expresión mudó inmediatamente a la confusión, mientras yo acababa de hablar y comenzaba a retroceder para perderme por el pasillo.
Ella no me siguió, pero no me detuve, comencé a correr calle abajo, intentando alejarme a toda velocidad, como si alejarme de ella bastara… no esperaba encontrarme tan abruptamente con mi pasado, no de esa forma.
Poco a poco disminuí la velocidad, hasta caminar con normalidad. Abrí la puerta del edificio y subí a mi piso, la mano me tembló al intentar encajar la llave en la cerradura.
Cuando finalmente lo logré cerré de un portazo, me quité la chaqueta y la tiré en el sofá, me senté en la cama, apoyé los codos en mis piernas y sostuve mi cabeza.
Demonios…demonios y mil veces demonios… No estaba listo para eso, no quería reencontrarme con el pasado, ese pasado que había dejado ir como si se tratase de un mal recuerdo. Había regresado sólo hace un par de semanas, parecía mentira que hubiera ido a parar justo al lugar donde vivía la familia Yagami. Quizás el destino quería que fuera así, pero entonces haría todo lo posible para evitarlo.
