La una de la madrugada. Es curioso, nuevamente no puedo dormir.

Tampoco puedo pensar o seguir fingiendo que no ocurre nada.

Tu mundo sólo se derrumba, Fate.

Eso me digo cada vez que me tumbo en la cama, por las noches.

Y como siempre acabo levantándome cansada de dar vueltas.

La televisión… no es que haya algo interesante. Realmente no hay nada.

La miró fijamente pero en realidad no veo nada.

El sofá, la casa, todo es demasiado frío.

Ella…

No te das cuenta ¿no? Aquí no está.

Ella…

Estará en su casa, posiblemente durmiendo.

Sí, ella. Posiblemente.

Tal y como me senté, llegó el alba.

Todo sigue como siempre y yo sigo aquí.

No duermo, apenas me alimento y vivo por vivir.

Sí, este no era precisamente el sueño que yo tenía en mi cabeza.

No.

No lo era.

Podría estar físicamente allí sentada.

Mirando aquella caja tonta, como la llaman, pero mi mente estaba en otro lugar.

Tal vez, haciendo mía a una persona.

Tal vez esa persona ahora está durmiendo.

Sí, te lo dije antes.

Posiblemente.

Giro mi cara y esta vez sí es para contemplar el hermoso amanecer.

Sale el sol.

Un nuevo día y yo sin dormir. Qué curioso… no sé por qué sonrío.


Otro amanecer.

Primer Acto.

Por NaYmCo.



La verdad, no estás alegre y mucho menos feliz. ¿Será qué llegaste al borde de la locura?

A lo mejor… puede ser. ¿Quién sabe?

Yo no te lo diré.

Lo sé yo tampoco puedo afirmarlo, pero si fuera así, ¿qué se supone que haría ahora?

¿Asomarte a la terraza y saltar?

Son cinco pisos, ¿y si sobrevivo?

Sí, no es algo muy seguro. Debiste pedirle a tu madre que vivierais en un lugar más alto.

Eso haré la próxima vez que nos mudemos.

Dudo mucho que se quiera mudar de nuevo.

Bueno, ya llevamos muchos años aquí. Podría querer comprar otra casa.

¿Cuántos años llevamos viviendo aquí realmente?

Creo que ya va para cuatro años.

¿Y cuánto ha estado en casa para poder disfrutarla en esos cuatro años?

Si juntara todos los días creo que alrededor de… ¿tres meses en total?

Sin duda calculas muy rápido, Fate.

Sí, parece que soy la mejor en matemáticas, no creí que me serviría de algo.

Al final encontraste un modo de usar tanta inteligencia.

Sí, para calcular el tiempo total que he pasado con mi madre.

Bueno, creo que con tu hermano aún pasas menos.

Eso ni se calcula. Evidentemente el tiempo de mi hermano viviendo en esta casa en esos cuatro años ha sido de cero.

Cierto.

Me pregunto que estará haciendo él ahora.

Pues posiblemente, y a estas horas, durmiendo.

¿Tú crees?

Posiblemente.

Sí, posiblemente.

¿Ese rugido fue tu estómago?

Pasa de él, es una tontería comer. No sé realmente de qué sirve.

Pues, supongo que los humanos necesitan alimentarse. Aunque tal parece que tú vives del aire.

¿Se puede vivir de eso?

No lo sé. Pero creo que lo estás empezando a comprobar.

Dejémonos de tonterías. Si sigo aquí en este sofá llegaré tarde al instituto.

Oh… dieciséis años. ¿Para qué sirven?

Sólo son años, no lo pienses más.

Y así otro día más. Ducharme, vestirme y preparar todo para salir de casa.

"Arf… te sacaré cuando llegue"

Esa es mi perrita, tiene ya un año viviendo aquí. Aún recuerdo cuándo me la regalaron. Fue en mi anterior cumpleaños.

Entonces no tiene un año.

Bueno, faltan algunos días.

Sí, ¿qué será lo que te regalará tu madre esta vez?

Es una persona ocupada, no puede recordarlo todo.

Claro, así fue la última vez. Se le olvidó tu cumpleaños y su modo de comprar tu perdón, fue regalándote a ese perro.

Perra, es hembra.

Bueno, eso. ¿Y tú se lo agradeces?

Quiero a mi madre pese a todo. Ella me dio un sitio en esta familia cuando mi madre biológica me abandonó.

¿Te refieres a esa arpía que te maltrataba?

No me lo recuerdes.

Tienes un corazón demasiado grande, Fate.

¿Por qué lo dices?

Eres capaz de perdonar hasta el ser más repugnante de este mundo.

Nada se consigue con el odio.

Al menos sentirías que estás viva. Así es como si fueras una piedra.

Déjalo ya.

Entrar en clases era lo peor cada mañana. Verla era lo peor cada mañana. Sentir como ni me miraba era horrible… un horrible sentimiento.

Sentarse a su lado y ni tan siquiera que ella supiera mi nombre era aún peor.

"Buenos días, Takamachi."

"Oh… bueno días, Harlaown."

Bueno, al menos sabe tu apellido.

Sí, creo que es lo único que sabe de mí.

¿No será qué tú no te dejas conocer?

No entiendo por qué dices eso.

¿Tal vez porque siempre huyes de ella cuando quiere algo de ti?

No huyo.

Sí que lo haces. La semana pasada por ejemplo, te preguntó si podrías darle clases de matemáticas en tu casa. Le dijiste que no. Al menos podrías ser más delicada.

Es que no quería.

¿Ves? Estás huyendo.

Me hace daño.

Lo sé. Pero al menos dale la oportunidad de ser su amiga.

No quiero su amistad.

A veces es mejor eso que nada.

No quiero su amistad.

Eso ya lo dijiste. ¿Te has parado a mirarla de verdad alguna vez, Fate?

Sí, cuando se está besando con su novio.

Sé que es doloroso ver algo así. Pero ser su amiga, ¿crees que te podría hacer tanto daño?

No es mi amiga y me lo hace. Imagina si lo es. Me duele el estómago.

Claro, es que ni has desayunado, ¿sabías que el desayuno es la comida más importante del día?

¿Cómo olvidarlo? Me lo repites a cada momento.

Lo decía porque jamás comes. Bueno, comes tan poco que creo que empezarás a enfermar pronto.

¿Crees qué eso le importará a alguien?

Debería importarte a ti.

A mí me da igual.

Sí, eso parece. Todo por un amor no correspondido.

Parece absurdo, ¿verdad?

Lo es. ¿Tanto la amas como para dar tu vida por ella y sin que ella siquiera lo sepa?

¿Quieres que te conteste a eso?

Eres esquiva hasta con tu propia mente.

Gracias.

No era un cumplido.

Déjame, quiero escuchar al profesor.

Es la primera vez que quieres escuchar a un profesor.

Sí, pero es que estoy cansada de escucharte.

"Harlaown, necesito hablar contigo después de clases."

Otra vez. De nuevo me mira de esa manera.

¿De qué manera hablas?

De esa que hace que mi corazón palpite tanto.

Estás enamorada, es lógico que palpite y de vuelcos y el estómago te duela, y te estés… ¿mareando?

Demonios, se me va la cabeza.

Fate, deberías comer algo.

No me puedo mover.

"¿Har… Harlaown?"

Te mira otra vez. Creo que te caerás desmayada.

No. No me voy a desmayar aquí. Aunque todo me dé vueltas.

Sí, creo que batiste tu record de no comer.

Déjame. Se me pasará.

"Es… estoy bien, ¿después de clases? ¿Para qué?

"Necesito ayuda en matemáticas, te lo ruego, dame aunque sea una clase."

¿Cómo te vas a negar esta vez?

Mi estómago.

Duele, lo sé. Yo también lo siento. Resiste. Una clase más y podremos irnos. Pero contéstale. Dile que sí.

"D… de acuerdo. Sólo una clase."

Me mira así de nuevo. Demonios ojalá supiera el significado de esa mirada.

A lo mejor está loca por ti.

Ni en sueños.

¿Por qué no podría ser?

Tiene novio, ¿recuerdas?

¿Eso que tiene que ver?

Pues digo yo, que estará enamorada de él. Si no, no tiene sentido que sea su pareja.

A lo mejor tiene miedo.

No inventes.

Bueno, el dolor de tu estómago no cesa. Aguanta sólo unos minutos más.

Qué pesadilla. Menos mal que ya sonó el timbre.

Fate, deberías comer algo. Por tu bien.

Sí, supongo que no me queda de otra.

La semana pasada te pasó lo mismo, y como tienes las defensas tan bajas, tienes fiebre a cada rato.

Fue un resfriado.

Tienes uno cada semana. Por favor Fate, cuídate más.

"¡Harlaown!"

¿Recuerdas? Le dijiste de darle una clase.

Sí, ¿pero era para hoy?

Ella cree que sí.

"Na… digo Takamachi, ¿qué más quieres ahora?"

Delicadeza, Fate.

"Bu… bueno me preguntaba si te encuentras bien."

Parece que se preocupa por ti.

"E…etto… sí, estoy bien."

Tu cara no dice eso.

Y dime, ¿qué hago? ¿Le digo que llevo desde ayer por la mañana sin comer?

No. Eso no es buena idea. Pensaría que estás loca.

"Harlaown, ¿podría acompañarte y así me das la clase hoy?"

¿Acompañarme? ¿Está loca?

Creo que más bien está preocupada.

Bueno, la puerta de mi casa es roja. Y la cerradura se mueve.

No se mueve, eres tú aún sigues mareada y ni sé cómo aguantas.

Finalmente, y ante la mirada de Nanoha, entramos.

"Tu casa es grande, Harlaown."

Deberías darle permiso para que te llame por tu nombre.

Da igual. Para el tiempo que va a pasar conmigo...

"Ponte cómoda, yo voy a comer algo si no te importa."

"No tienes buena cara. Déjame ayudarte."

Se ha metido en la cocina, ¿y ahora cómo la saco de ahí?

Déjala.

Me llevó a rastras hasta el sofá y me sentó. En aquel momento se lo agradecí.

"¿Por qué haces todo esto, Nanoha?"

La llamaste por su nombre.

Sí, eso creo.

Se te ha quedado mirando. Deberías corregirlo.

"Per… perdón, Takamachi."

"No pidas perdón por llamarme por mi nombre, Fate-chan."

Vaya, sabía tu nombre. Parece que sabe más de ti de lo que crees.

"D… de acuerdo."

Tiene una sonrisa preciosa ¿verdad?

Tú también la has puesto.

¿Sonreí?

Lo hiciste. Y ella te miró de ese modo otra vez.

¿Crees que me lo invento cuando me mira así?

¿Te refieres a si son cosas que tú imaginas?

Sí.

No. No lo imaginas, pasa de verdad.

Cerré los ojos y suspiré. Y creo que me quedé dormida, porque recuerdo abrirlos luego y verla delante de mí.

"Fate-chan, te quedaste dormida. Pareces muy cansada."

Claro, es que llevo meses sin pegar ojo.

Fate, ¿por qué ya no duermes? ¿Qué es lo que tanto te preocupa?

Realmente no lo sé. Sólo sé que la amo. ¿No es hermosa?

Lo es. Ese pelo hermoso en esa cola es precioso. Y sus ojos tan cristalinos que parecen un mar.

Mira, me estoy reflejando en ellos.

Está muy cerca, Fate.

¿Lo está?

Mira la mesa. Te ha hecho algo de comer.

Es muy bonita. Es un cielo y me dan ganas de abrazarla y besarla.

Fate, no sigas por ahí. No hagas caso a tu corazón.

Eso intento. Pero ahora me dan ganas de llorar. Me estoy llenando de rabia.

"Fate-chan come esto, por favor. Es una sopa, espero que te guste."

Contemplé la mesa y ese plato humeante olía muy bien. Me aproximé y comencé a comer despacio ante su mirada de felicidad.

Ella está feliz porque tú estás comiendo.

Me pregunto por qué. ¿No te da esa sensación de que sabe que no estoy bien y hace justo lo que necesito?

Sí.

Nanoha… te amo.

Siempre lo dices aquí dentro. Nunca fuera.

Si ella lo escuchara… yo…

¿Qué tienes que perder?

Es posible que nada. ¿Tú lo sabes?

Díselo…

Ni loca. Sólo disfrutaré de esta comida a su lado.

Te mira con esa sonrisa tan hermosa.

Sí, es simplemente hermosa.

Terminé aquella sopa que me había sabido demasiado bien. Y me dejé caer en el sofá nuevamente. Sentía el estómago calmado.

Mi corazón volvía a palpitar. Me volvía a ahogar de sensaciones hermosas

Me sentenciaba.

Me hundía.

Me levantaba.

Me controlaba a su antojo.

"Se ve que te hacía falta una buena comida, Fate-chan. ¿Tu familia…?"

Lo preguntó con miedo, ¿no?

Tal vez es lo que representas para ella.

¿Le doy miedo? Entonces, ¿por qué está aquí?

Tal vez no es ese miedo. Si no de otro tipo.

¿De qué tipo?

Tal vez de ése de perderte.

Pero si no me conoce, ¿cómo va a tener miedo de perderme?

A lo mejor te conoce más de lo que piensas. Y tú empeñada en que no.

Pero no puede ser, yo jamás le he contado nada sobre mí. Además, siempre parece una chica ocupada. Es una niña rica al fin y al cabo ¿no?

Lo es, pero no tiene nada que ver. Podría querer saber de ti o interesarse. Ser rica y perfecta a los ojos de los demás no quiere decir que no te quiera conocer.

Es posible. Pero sigo pensando que no tiene sentido que quiera saber de mí.

"¿Fate-chan?"

"Oh…perdóname. Yo… bueno, mi familia son personas ocupadas. Mi madre viaja mucho a causa de su trabajo. Y mi hermano está estudiando fuera."

Bajó la cabeza.

Parece triste.

"No hay nadie que cuide de ti, Fate-chan…"

¿Qué…qué le pasa a esta chica? ¿Por qué se preocupa por mí?

"Yo me sé cuidar bien."

"Sí, por eso a saber cuánto tiempo llevas sin probar bocado."

Demonios.

"¿Qué sabrás tú de mí? ¿Eh?"

Te has molestado… ¿por qué?

No quiero que se ponga así por mí.

"No sé nada, tú no te dejas conocer."

No. No quiero que me hagan daño. Siempre conozco a alguien y luego me manda a la porra. Siempre fue así, ¿por qué iba a ser distinto esta vez?

¿Tal vez porque ella no es igual que las demás personas?

Es igual a otras personas. Sólo que yo estoy enamorada de ella desde siempre. Desde que la vi por primera vez. Recuerdo ese día. Mis ojos vieron un ángel.

De ojos azules.

De pelo cobrizo.

Observándome al llegar a clases la primera vez.

Me presenté a todos como ya estaba acostumbrada a hacer. Desde hacía mucho mi madre no paraba de irse a trabajar de un lugar a otro y me debía trasladar todo el tiempo. Así que nunca hacía amigos, porque siempre pensaba que para qué, si dentro de un mes me volvería a ir.

Esperando eso me di cuenta de que habían pasado ya cuatro años y yo… me había enamorado completamente de ella.

Y hasta hace unos meses intentaba llenarme de valor para decírselo. Luego me enteré de que llevaba varios días con ese chico.

El cuatro ojos.

Sí, ése. No sé qué demonios le vio. Es feo y estúpido.

No es mala persona.

Me da igual, es idiota. Me cae mal.

Es porque está con ella. Hace tiempo fue amigo tuyo también.

Sí, es un tipo de esos raros que aman internet. Demonios ¿qué le vio?

¿Cómo te enteraste de que estaba con él?

Les vi besarse una tarde. En uno de los pasillos que da a la antigua clase de música.

¿Esa a la que ibas a tocar el piano a veces?

Sí, ésa.

Dejaste de ir allí por no verla más. Dejaste de tocar el piano por ella. Has dejado de hacer tantas cosas por su causa.

Lo sé. Tal vez debería volver un día a tocar el piano.

Tal vez.

"Nanoha… saca los libros y acabemos con esto de una vez."

Volvió a mirarme de ese modo. Me quedé flotando en ese mar azul.

Hermosa.

Lo es. Tanto que…

"Fate-chan, déjame cuidar de ti."

Sonreí. ¿Qué dijo?

Dijo que quería cuidar de ti.

Ah, eso dijo. Un momento, demonios.

"¿Qué?"

Soy idiota. Lo soy. Normal no puedo ser.

"Quier…"

"¡Sé lo que dijiste! Déjate de tonterías, y de meter tus narices en mi vida. Saca el maldito libro y acabemos de una vez."

De nuevo enfadada con ella. Sólo quiere ayudarte.

No necesito su ayuda.

¿Tan malo es para ti?

No quiero… no quiero que me haga daño.

¿Acaso no te lo hace más estar sin ella?

Estoy acostumbrada. Además, por algún extraño motivo yo no tengo derecho a ser feliz.

"De acuerdo, Harlaown."

Ahora es ella la que se molestó, y con razón.

Me da lo mismo.

"Abre el libro por la página 96."

"Las matemáticas se te dan demasiado bien ¿no crees?"

"Son hermosas ¿no crees? Es lo único a ciencia cierta que tenemos. Aquí y en todos lados uno más uno es dos."

¿Por qué me mira así?

Tal vez la has sorprendido.

No dije nada anormal, es cierto.

Sí lo es, pero ella tal vez no se lo habría planteado nunca.

Es posible.

Tú…

¿Yo qué?

La amas.

Demonios sí, la amo. Tanto que ahora mismo si me lo pide, saltaría por ese balcón.

"Fate-chan… tú… yo… tú…"

¿Qué le pasa?

"¿Yo?"

"Tú… eres una persona increíble…"

Rayos mi corazón parece que se saldrá de mi pecho. Y ahora se me ha secado la garganta. No puedo hablar y estoy temblando. Siempre tiene este maldito efecto en mí. ¿Cómo lo puedo evitar?

No puedes.

Debería de haber algún modo.

No lo hay.

"Na… Nanoha… eso no es cierto."

"Sí, lo es. Fate-chan, yo quería hablar contigo de algo y necesitaba estar a solas contigo."

Tragué saliva. Mis mejillas empezaron a quemar cuando cogió mi mano entre las suyas.

"Yo… ¿qué quieres de mí, Nanoha?"

No le hables así. No lo merece.

La amo y la odio. Creo que esto no es normal.

Lo es. En realidad no la odias, si no que te sientes impotente.

Cierto.

Quieres besarla ¿verdad?

Es malo eso ¿no?

Lo es si ella no lo desea.

¿Qué pasaría si lo hiciera?

Dos cosas. Llevarte una bofetada y que no te hable nunca más. O corresponderlo.

Me río de eso.

No sé si la segunda opción es tan loca.

Lo es.

Mírala. No lo creo.

"Na… noha… yo…"

"Fate-chan…"

Su mano me está quemando. Hemos entrelazado los dedos ¿verdad?

Sí, aunque no lo creas, ella lo hizo. Se siente bien.

Muy bien. Su calor me enloquece y ni lo sabía.

"¿Qué quieres de mí, eh?"

"Yo… no sé cómo decirlo."

¿Tan difícil es decir algo?

Para ti es complicado decirle que la amas con todo tu ser. Para ella también puede serlo decirte a saber el qué.

"Fate-chan… llevo mucho tiempo queriendo decirte algo. Es respecto a mis sentimientos."

Sus… ¿sentimientos?

Mis ojos la miraban fijamente. Ella sostenía sus cálidas manos entre las mías.

"Fate-chan yo… nyahaha, sé que lo que voy a decir es una locura, pero si no te lo digo creo que me moriré."

¿Qué tiene que decirme? Habla ya, rayos.

"Yo… Fate-chan, te amo."

Algo tibio baja por mis mejillas.

Son lágrimas, Fate.

"Na… Nanoha…"

No puedo hablar. Me he quedado sin vida. No puedo respirar, y mi corazón se ha parado.

Me acaricia la cara.

No lo pienses más. Hazlo. Sólo hazlo.

Acerqué mi rostro más al de ella.

Tanto…

Tanto que sentía su aliento.

Percibí como se sonrojaba. No pregunté nada.

Tan sólo robé esos centímetros que separaban nuestros labios.

La besé.

No podía creerlo. La estaba besando. Sus labios suaves y dulces jugaban con los míos. Se deslizaban entre los míos. Saboreaban los míos.

Y yo… de ese mismo modo palpé su boca.

Jugamos a besarnos eternamente.

Jugamos a quemarnos la piel.

Jugamos a buscar nuestras lenguas.

Jugamos a llenarnos de la otra.

Jugamos a sentir que aquello podía ser infinito.

Y en ese infinito la estaba besando.

Haciendo míos sus labios.

Haciendo míos sus latidos.

Su corazón y su alma.

Haciéndola mía.

"Nanoha… pero tú estás con ese chico..."

Volvió a acariciar mi rostro.

"No. Hace tiempo que lo dejamos. No puedo amarle. Sólo puedo amarte a ti."

"Pero… yo…"

"¿No sientes lo mismo por mí?"

"Yo… cl….claro… Nanoha yo… siempre te he amado."

"Lo sé. Y yo no estaba segura, pero ya no podía más. Tenía que decírtelo."

"¿Lo… sabías?"

"Sí, sólo te observaba. Sentía tanto tu mirada. Esa hermosa mirada que tienes, y de la que me enamoré desde que la vi."

"Entonces, ¿por qué saliste con él?"

"Creí que así te olvidaría. Luego entendí que eso no era posible."

La abracé. Por primera vez sentí su cuerpo entre mis brazos. Y un alivio en el corazón. Calmando todo mí ser. Calmando mi alma.

"¿Dejarás que cuide de ti ahora, Fate-chan?"

Sonreí.

Sonríe… sí que la merecías.

¿El qué?

La felicidad.

"Sí, quiero que cuides de mí."

Sí, quiero…


N/A: ¿Simple o complicada?