Capítulo 1.
El Heredero.
—Draco, el Señor Tenebroso ha convocado una reunión aquí, con unos cuantos mortífagos y desea expresamente que nos honres con tu presencia —siseó Bellatrix transmitiendole una de sus sádicas sonrisas—. No sé qué es lo que planea para ti cariño, pero es mejor que no le hagas esperar —la voz de la mortífaga sonaba divertida.
Él le miró al instante en el que había ingresado a su habitación. Le ocultó el terror que podría significar ir a ver a Voldemort en esos momentos. No sabía y ni quería saber por qué él le necesitaba ahí, en una reunión en la que ya no había nada de qué hablar, él no era importante y su padre había vuelto a ser la mano derecha del Señor Oscuro tras la última misión. Misión que había resultado victoriosa para su bando y que les había otorgado el triunfo ante el mundo mágico.
Conteniendo sus ganas de rehusarse a asistir, acompañó a su tía hacía la sala en la que el Señor Tenebroso se había apropiado para convocar sus pequeñas reuniones.
El andar pesado de ellos resonaba en los pasillos de la mansión, frío y amplio, sin lugar a decoraciones. Sus paredes, en donde antes habían estado decoradas por los retratos de sus antepasados, lucían completamente desnudas. El lugar no era oscuro ya que estaba pobremente iluminado pero no había ventanas en absoluto.
Llegaron a una sala al final del pasillo, Bellatrix ni siquiera tocó para ingresar a la estancia, Draco sospechaba que había algo entre su tía y Voldemort y el solo pensamiento le estremecía de pavor. Entró después de ella y vio que pocos mortífagos, entre ellos sus padres y por supuesto el Lord Oscuro, lo aguardaban ya debatiendo alrededor de una mesa, serían alrededor de diez los presentes.
Había pasado ya unos seis meses desde que Harry Potter conspiró para deshacerse de Voldemort y sus aliados, y el niño-que-vivió había muerto aquel día enfrentándolo con un puñado de valientes soldados pertenecientes a la Orden del Fénix. Los magos del bando de San Potter habían colapsado por las maldiciones furiosas de Voldemort, los sobrevivientes de aquella contienda fueron unos pocos. Y los mortífagos, con el orgullo de haber acabado con Potter y sus aliados, con el alivio de saberse vencedores, esclavizaron a los perdedores, muchos de los cuales ya estaban muertos en la actualidad, y coronaron a Lord Tenebroso como nuevo rey del mundo mágico y prontamente del mundo Muggle. Y no se olviden de mencionar la frase con la que lo alabaron: "Por Voldemort y el valor".
Draco mandó al olvido sus pensamientos antes de conectar sus grises y vacíos ojos a los rojos y malvados de su Lord. Todos le miraban en silencio con una tensión palpitante en el ambiente. Sus padres, sentados en la gran mesa encabezada por Voldemort y a un lado de él le dirigieron una mirada preocupada. Al parecer tampoco ellos sabían la razón de aquella reunión. Su tía Bellatrix tomó asiento a la izquierda de Voldemort, últimamente ellos estaban peligrosamente juntos pero nadie se atrevía a verbalizar el estupor que aquello generaba por miedo a la ira con la que el Lord reaccionaría.
Con una postura firme, digno de un Malfoy, caminó con pasos decididos hacia un asiento vacío a lado de sus padres. Draco sintió como la mirada de Voldemort no se despegó de él durante todo su trayecto, cuando se hubo sentado sintió como la delicada mano de su madre se posó en una de sus piernas transmitiendole tranquilidad.
—Bien, ya estamos todos presentes... —habló Voldemort con una voz horrenda, dirigiéndose a los presentes en el lugar. Draco distinguió que se trataban de los mortífagos más confiables para el Señor Tenebroso— ¿Alguien tiene idea del porqué de la reunión?
El último mortífago en la gran mesa, de enorme contextura peinó con su mano el bigote bajo su nariz, intentando pensar. Y negando junto a los demás unos instantes después.
—No —dijo finalmente Lucius, totalmente sereno, siendo el portador de voz de sus compañeros.
Para el terror de todos, Voldemort esbozó una macabra sonrisa, incluso más sádica que la de Bellatrix.
—Me lo imaginaba.
—Mi Señor ¿Por qué nos ha reunido aquí? ¿Tiene que ver a caso con un Malfoy? ¿Por qué Draco es el único chico joven presente? —Cuestionó Bellatrix con extremada complacencia.
Voldemort la miró por unos instantes y apartó su mirada unos segundos después.
—He descubierto algo. He pensado en este largo tiempo y me he dado cuenta de algo impresionante. Algo que Draco Malfoy será el encargado de cumplir.
Draco sintió como su estómago se revolvía y como los nervios se apoderaban de él. Nada de lo que le encomendaba Voldemort era agradable. A su lado sintió como su madre se tensaba y le apretaba su pierna con nerviosismo.
—Moriré un día de estos, tal vez en unos años o quizás siglos...
—¡Usted no puede morir! ¡Es invencible mi Señor! —exclamó horrorizada Bellatrix.
—Invencible pero no inmortal —musitó el Lord Oscuro, impávido—. Y Draco es de utilidad.
— ¿Qué es lo que insinúa Señor? ¿Mi hijo será su sucesor? —cuestionó Lucius, atónito.
Voldemort recorrió con la mirada a los presentes y la mantuvo fija en Draco. El muchacho tenía una máscara de perfecta indiferencia.
—La sangre pura de la familia Malfoy ha sido respetada desde el comienzo de los tiempos de nuestros ancestros y el mundo mágico —contestó con voz neutral, acariciando a Nagini a un lado de él—. Pero no, Draco no será mi sucesor.
Los mortífagos compartieron similares miradas de curiosidad. Ciertamente nadie entendía el punto al que el Señor Oscuro quería llegar. Narcissa miró a su hijo con aire afligido pero no habló y él tampoco la volteó a ver, estaba ocupado trabajando a mil en sus pensamientos. Ningún sonido se escuchó durante unos momentos.
—Ya que son patéticamente incapaces de llegar a la idea principal se los diré —siseó el mago Tenebroso, acariciando con una mortal lentitud su varita—. Draco tendrá un hijo.
El estupor general se hizo presente en el gran y lúgubre lugar. Todos se preguntaron si su Señor se encontraba en condiciones ideales o no. Bellatrix frunció el ceño pero no cuestionó a su amo.
— ¿Por qué quiere que sea el hijo de Malfoy el que engendre a su sucesor? —dijo unos de los mortífagos del fondo, claramente indignado—. ¿Por qué no uno de nuestros hijos?
A eso le siguieron susurros de apoyo. Ninguno estaba satisfecho que un Malfoy fuese el que algún día gobernara su mundo. Los Malfoy eran personas no gratas para los mortífagos.
—Podemos elegir otra familia ancestral de sangre pura en el debido caso —opinó alguien más y todos asintieron en acuerdo.
Lucius, bufó indignado y claramente ofendido, sin embargo, les sonrió con superioridad recibiendo miradas de envidia por parte de ellos. La idea de que un Malfoy, sangre de su sangre, descendiente de él, gobernara el imperio que Voldemort representaba, le excitó.
—El de las órdenes e ideas acá soy yo, esto no es una democracia —aseveró con malicia el Lord apuntando mortalmente con su varita a todo el salón —Draco es el indicado para esto. Ninguno de sus estúpidos hijos han cumplido con todas las misiones que les he impuesto. Sin embargo, Draco sí.
—Él expresamente no desea tener descendencia, escuché que sale de ellas antes de expulsar —expuso el señor Nott en una esquina. Lucius se irritó por ver suelto aquel asunto privado que a nadie le debería concernir. Draco no mostró reacción alguna.
—Por supuesto que sí. Mi hijo no puede mezclar su sangre con cualquier bruja. Las pocas mujeres que se dicen ser sangre pura no son dignas en fuerza, intelecto, fortuna, ni habilidades mágicas, debilitaría a la familia Malfoy. Mejor no tener hijos a tener uno débil —deliberó Lucius. Narcissa le miró con el ceño fruncido.
Voldemort no dijo nada, se levantó de su asiento para pasear por la estancia con total tranquilidad.
— ¿Por qué usted mi Señor, no tiene un hijo...?
Antes de terminar la pregunta, el mortífago cayó muerto, demostrando que nadie ahí era importante para Voldemort.
— ¿Alguien más está inconforme con mi decisión? —preguntó con falsa cortesía y delicia sádica.
Nadie habló, el sonido de los suaves pasos del Señor Oscuro era lo único que se oía en en salón.
—Lucius tiene razón al decir eso sobre las sangre pura —continuó Voldemort —Por lo que he pensado que el heredero será engendrado por una sangre sucia.
— ¿Mezclar la sangre pura con una sangre sucia? ¡Es una locura! —protestó Bellatrix golpeando duramente la mesa ante la mirada sorprendida de todos. Para nadie era un secreto que ella era locamente amante de la ideología racial de sangre pura.
Draco estuvo de acuerdo con su tía. Dirigió su mirada hacia Voldemort cuestionandose qué era lo que planeaba aquel sádico ser.
—Por supuesto que es una locura –apoyó Lucius con seriedad pero no mostrando su total acuerdo. No quería recibir el sello de la muerte de su señor.
Sorprendentemente, Voldemort ignoró el espectáculo de Bellatrix.
—Los grandes magos han sido mestizos. Un sangre pura no nos sirve para gobernar y ni siquiera lo pensemos de un sangre sucia. Tenemos que mostrar equilibrio —expuso, deteniéndose detrás de Draco.
—Pero usted, mi Señor, es un gran mago...
—Y soy mestizo.
Un jaleo atónito se escuchó ante tal declaración. Ninguno se esperaba aquel revelador secreto.
— ¡Es absurdo! Usted odia a los sangre sucia y a los mestizos, son la raza más débil de todos, son una abominación, jamás…
Nuevamente el mortífago cayó al suelo, muerto, antes de acabar la oración. El mago Tenebroso caminó hasta el mortífago muerto, ofreciéndoselo a Nagini. El silencio sepulcral le siguió.
— ¿Qué dice mi Señor? ¿Usted un mestizo? ¡No puede estar diciéndolo en serio!
—Cállate Bella o te mataré.
La situación era tan surreal para todos. Su Señor, su amo, ¿un mestizo? Y ¿perdonando la vida de alguien que le alzaba la voz? El asunto revolvía el estómago de Draco. Él no quería tener hijos en ese momento, había guerra, devastación, sufrimiento, asesinatos, no quería traer a un niño a sufrir bajo el imperio del mago Tenebroso y tampoco quería que su hijo gobernara sádicamente y siguiera los pasos de Voldemort, porque algo le indicaba que el mestizo le arrebataría a su hijo en el minuto en que naciera para entrenarlo según su ideología.
—He decidido que sea un mestizo. Albus Dumbledore era mestizo. Harry Potter era mestizo y fue un rival digno. Yo soy un mestizo y ahora el mundo sucumbe ante mí...
—Pero mi Señor, no todos lo han sido. Gellert Grindelwald era un sangre pura...
—Y fracasó ante un mestizo, Bella.
El estupor fue general y comenzó una discusión acalorada mientras el tema seguía circulando entre los presentes.
Lucius ya no parecía encantado del privilegio. Un Malfoy mestizo. Se estremeció ante la idea. Pero Voldemort tenía razón, eran los mestizos los que solían llegar a ser los mejores magos de la historia, tal vez la idea no sería tan mala después de todo. Pareció que los demás llegaron a su misma conclusión porque se callaron instantes después, totalmente sumisos ante su Señor.
— ¿Quién será la afortunada?
Voldemort esperaba llegar a ese punto. Una sonrisa tétrica adorno su albino rostro mientras presionaba los hombros de Draco quien se mostró totalmente indiferente.
—Es la mejor bruja sangre sucia de estos tiempos. También ha sido una rival digna...
Draco se tensó, ya sabía a quién se refería.
—Y el pequeño Draco ya ha convivido con ella con anterioridad, ¿no es eso romántico? La madre no será una total desconocida después de todo...
— ¿Se refiere a la sangre sucia amiga de Potter? —preguntó otro mortífago, incrédulo.
Voldemort asintió, complacido, enderezandose y dirigiendo su atención a sus seguidores.
—Ella es la mejor opción. La encontramos viva hace unas semanas, al parecer sobrevivió y eso demuestra que es digna de engendrar al siguiente Lord Oscuro, mi legado.
Si Draco pensaba que Voldemort era un mestizo con complejo sádico de Salazar, ahora le agregaba que era una enferma abominación de la naturaleza.
Los mortífagos apoyaron la decisión tomada por su amo.
—Hermione Granger será tu concubina hasta que se embarace del heredero. Y si te niegas, tus padres pagarán por ello y tú serás el que los asesine.
Draco asintió por inercia. La muerte estaba demasiado cerca de él y de su familia, no había otra alternativa que seguir las ordenes impuestas para él, aunque interiormente deseaba que todo aquello terminara pronto. Aún en shock pudo escuchar lo siguiente que todos exclamaron:
— ¡Por Voldemort y el Valor!
N/A: Se me ocurrió esta historia de la nada (últimamente ando inspirada y con nuevas ideas de Dramione, claro que es algo malo debido a que tardo en actualizar y tengo otras historias pendientes). La verdad me ha parecido una idea vaga para un fic y ciertamente no sé si ya hay otros con esta idea. Si los hay (algo que no he leído, aunque la mitad de las historias que están en mis favoritos y las que sigo tampoco han sido leídas por mí, solo las guardo por si en algún momento de mi vida me tomo la molestia de leerlas) les pido que me avisen y me digan los títulos para leerlas. Ya tengo visualizado toda el trama de esta nueva historia y el final, trágico por supuesto.
Vampisan86 ;)
Pueden dejar review para ayudarme. Y un dato interesante, para l s que ya leyeron El Legado Maldito sabrán que de hay saque la frase de "Por Voldemort y el Valor".
