Luka se encontraba recostado en su cama, su iPod sobre su pecho, sus ojos cerrados y sus pies moviéndose al ritmo de la música. Todo siendo observado por Marinette, quien entró a su habitación porque su puerta estaba abierta.

Sin embargo, al verlo tan relajado no quiere molestar, por eso al minuto decidió irse en silencio, pero la torpeza de sus pies le ocasiona que haga un estruendo. Y Luka alce su cabeza y sus ojos ahora abiertos la miren con sorpresa.

—Y-yo ya me iba —apuntando la puerta por la cual se iba marchar muy avergonzada. Reprochándose en su mente que nunca debió pasar para saludarlo luego de entregarle unas cosas a Juleka porque definitivamente si no hubiera hecho esto no hubiera pasado.

—Hola ¿Como has estado? —saludó Luka sin darle importancia lo sucedido, viendo que ella se ponía muy nerviosa como si hubiera estado mucho tiempo en su habitación.

—H-Hola —le devuelvió el saludo, levantando su mano— Y-yo ya...

—Ya me iba —terminó por ella— Ya lo dijiste y no tienes que hacerlo Marinette, eres más que bienvenida.

La susodicha se sonrojó por esas palabras.

—Ven, siéntate —tanteando la colcha de su cama, mientras sonreía. Ella lo realizó lentamente intentando no chocar con otra cosa más.

Cuando lo hace, ve que Luka tiene su mano extendida y le está ofreciendo un auricular. Ella lo tomó y se lo colocó en su oído, el muchacho miró su iPod y eligió una canción para luego apretar el botón reproducir.

Marinette cerró los ojos esperando la melodía. Luka la puso y mientras la instrumentación como la letra se escuchaba, el joven no dejaba de mirarla con extraña fascinación al ver como una sonrisa se comenzaba a formar en sus labios.

—Es mi canción favorita —repuso Marinette a los segundos abriendo los ojos y topándose de inmediato con los de Luka, ya que estaba muy cerca de ella por los auriculares.

Sus mejillas se sonrojaron e intento apartarse inútilmente, ya que el cable no se lo permitía, así que desvió la mirada tratando de concentrarse en la música. Esa, que sin poder evitarlo comenzó a tararear y murmurar la letra.

Cuando finalizó la melodía, Marinette le devolvió el auricular, estando muy avergonzada al haber prácticamente cantado en el oído.

—M-me deje llevar.

Luka se quitó los auriculares y negó con la cabeza.

—No te preocupes —argumentó— Yo también pude escuchar mi canción favorita.

—¿Es también tu canción favorita? —preguntó sorprendida Marinette.

—Lo era —ella no comprendió como había escuchado su canción favorita si esa ya no era, pero esa mirada que le enviaba con un tinte despreocupada y a la vez profunda le hizo no querer conocer la respuesta.

—Umm… y-yo ya me voy yendo —declaró parándose al sentir como le costaba respirar al estar mucho tiempo cerca suyo, así que se encamino hacia la puerta, quien en el trayecto fue llevándose todo a su paso por sus torpes pies, rió nerviosamente con la cara roja y desapareció velozmente por la misma.

Él, al verla marcharse de esa forma, le ocasiono que una risa suave brotara de sus labios. De inmediato, sus dedos cubrieron su boca, en una habito de muchos años y cuando estos fueron apartados de sus labios, él dijo: "Tu eres mi nueva canción favorita"