Muy buenas, después de volver a verme la primera película he decidido hacer un fanfic propio sobre la primera película desde el punto de vista de Desdentao. Es mi primera vez haciendo algo así, así que cualquier crítica constructiva será muy agradecida para así poder ir mejorando mi escritura con vuestra ayuda. Un saludo, y espero que os guste.
CAPÍTULO UNO: ATRAPADO
Me levanté por la mañana, tumbado sobre la hierba en lo que parecía ser un bosque. Estaba muy desorientado, y tenía un fuerte dolor de cabeza. No se oía ningún ruido fuera de lo normal, tan solo lo que cabría esperar del típico bosque: el viento soplando, algún pájaro piando, el ruido de la corriente de lo que parecía ser un río que corría cerca... Un lugar bastante apetecible en el que descansar, desde luego. Excepto, claro, por el hecho de que me encontraba preso por una cuerda que me mantenía las cuatro patas atadas y bien pegadas a mi cuerpo, dificultándome la respiración y produciéndome un terrible y punzante dolor, especialmente en las diversas heridas producidas por la caída.
::Menudo desastre. Tanto tiempo saqueando aldeas vikingas, y nunca antes un humano había podido ver a uno de nuestra raza. No tan solo me habían visto, sino que además me habían capturado desde la distancia, y ahora me encontraba a su merced, atrapado en este maldito bosque, sin posibilidad de salir volando ni de escapar de las cuerdas de ninguna manera::
A pesar de lo malherido que estaba, intenté forcejear con todas mis fuerzas, con la esperanza de que la cuerda no fuera todo lo fuerte que parecía y poder escapar. Sin embargo, mis esfuerzos fueron en vano. Quienquiera que me hubiera lanzado este artilugio del demonio sabía lo que se hacía, y no había manera de tan siquiera aflojar un poco la cuerda para poder al menos respirar de manera más cómoda. Seguramente el hecho de que llevara casi un dia sin probar bocado no ayudaba en mi cometido de escapar de allí.
Y el tiempo apremiaba, ya que no sabía cuando decidirían venir a por mí. En un estado normal, podría haberme enfrentado a varios de los bárbaros, y seguramente habría sido relativamente sencillo. Pero en mi estado actual, malherido, hambriento y -en especial- atado y prácticamente sin posibilidad de moverme, no tenía ninguna oportunidad. Enviarían a alguien en cualquier momento, y en el mejor de los casos, sería compasivo y acabaría rápido conmigo, con una estocada en el corazón. En el peor de los casos, me capturarían y me llevarían a la aldea para pasar el resto de mis días como un animal de circo, para disfrute de toda la aldea. Solo con pensarlo me daban escalofríos.
::¿Quizás ni tan siquiera se hayan dado cuenta de que me han dado? De hecho, tendría cierto sentido, ya que cuando fui abatido me encontraba a bastante distancia de la aldea. Ni siquiera tenía idea como uno de aquellos humanos había sido capaz de lanzar aquel artilugio a tanta distancia y con tal precisión y fuerza como para abatirme en movimiento::
Seguro que había sido el jefe de la aldea, el más temido por mi Gente, el cuál era capaz de pelear él solo contra varios de los míos, y salir airoso en combate. Bueno, quizás el término de "mi Gente" resulta un tanto difícil de entender. De hecho, ni tan siquiera me he presentado. Soy un Furia Nocturna, una de las razas de dragones más raras y más temidas. El "Hijo maldito de los relámpagos y de la mismísima muerte", como les gusta a los humanos llamar a los de mi raza. Realmente mi nombre no es ese, pero dada la complicación del mismo, será más cómodo que me conozcáis así. En cuanto a "mi Gente", me refiero a todas las diferentes razas de dragones que vivimos por esta zona, y los cuales unimos fuerzas para saquear la aldea vikinga en busca de comida, para posteriormente llevársela a Ella en señal de agradecimiento por todo lo que nos había dado y lo que nos daba. De hecho, ahora que lo pensaba fríamente, no acababa de encontrar el motivo por el cuál le rendíamos tributo a Ella, pero decidí no pensar mucho más en eso, ya que tenía cosas bastante más serias en las que preocuparme.
Cabe decir que me encuentro en mi etapa de adolescencia, rondando los 15 años. Como bien dije antes, nunca antes un humano había visto a un Furia Nocturna y había vivido para contarlo, por lo qué mi situación era cuanto menos trágica.
En fin, ya no tenía sentido lamentarse. Lo hecho, hecho estaba. Había cavado mi propia tumba la anterior noche, y ya no había nada que pudiera hacer para arreglarlo. Lo último que me quedaba por hacer era rezar a los dioses para que el humano que viniera en mi busca se compadeciera de mí y me diera una muerte rápida y digna. Quise descartar mi pensamiento de que no se hubieran dado cuenta de que me habían golpeado, por un par de razones. La primera era el tremendo rugido de dolor que había pegado al sufrir el contacto de la cuerda, por lo que definitivamente tenía que haberlo oído alguien en la aldea. La otra razón era el miedo a quedarme allí tirado, y acabar muriendo deshidratado o devorado por alguna hambrienta bestia salvaje. Al fin y al cabo, en mi estado actual no habría sido capaz de defenderme ni de una mísera jauría de lobos que decidiera atacarme, los cuales me habrían devorado vivo. Decidí dejar de pensar en aquello, y por un momento incluso me resultó apetecible el hecho de que un humano apareciera para acabar conmigo de una vez por todas.
Bueno, como seguramente os estáis preguntando cómo demonios un Furia Nocturna como yo ha acabado en una situación así, y como no parece que me vaya a ir a ningún lado, al menos por el momento, os voy a intentar dar algo de trasfondo sobre mi historia y como he acabado aquí mientras espero al que será mi verdugo.
